sábado, 25 de septiembre de 2010

Un camino en el bosque


Estaba Eândros ultimando detalles antes de partir, con cara seria hablaba con soldados y capitanes cuando con timidez se le acercó Aldariel.

-¿Maestro Eândros?- Dijo la joven con un tono que tomó por sorpresa al viejo guardia.

-¿Sí mi niña? - contestó despachando a unos soldados y sacando una pipa para charlar con la que fuera la última aprendiz de su aprendiz.

-¿Usted también vendrá?- y con prontitud y agregó- ¿se lo ha pedido Eldarion?

-No, voy por unos asuntos míos, cosas de viejo....¿por qué preguntas?

-Es que... bueno...- Aldariel parecía algo nerviosa pero terminó agregando con la timidez de una niña- alguien me dijo que usted tuvo una "visión" y quisiera preguntarle sobre ella.

Eândros levantó la ceja y miró alrededor, no le gustaba hablar sobre esas cosas en público, ni mucho menos que alguien a quien él no le contó nada supiera uno de sus secretos. Al no ver a nadie en las proximidades contestó:

-No son cosas que me gusten hablar en público, pero dime, ¿quién te ha contado?

-Un amigo - contestó la joven sin mucha firmeza en su voz, pero mirando al viejo capitán, con una mirada que podría derretir las nieves de las montañas más altas, agregó - prometo que no le voy a decir a nadie.

Eândros sorprendido por tanta inocencia junta no pudo mas que terminar riéndose, después de todo era la amada del príncipe.

-Entenderás que no es un tema que hable con mucha gente, y que no me gusta que se comente.

-Entiendo... pero supongo que mi amigo me lo contó porque yo estoy en esa visión...- contestó con cierto tono de preocupación e intentando no revelar nada sobre su amigo.

-Fue Léod, ¿no es así?, ya lo voy a agarrar... - con tono que daba a entender cierto enojo.

Apresurándose la joven agregó:

-Prefiero no decirlo sino le molesta...

-Por supuesto que me molesta, pero bueno, lo hecho hecho esta. Solo intenta no decirle a nadie.

-Lo prometo

-¿Qué quieres saber?

-Quiero saber sobre la visión... lo que vio y qué estaba haciendo yo en ella...

-Tu padre te estaba devolviendo tu espada pero, no te ofendas, lo importante era la espada; por cierto, tenías una cabaña en el bosque ¿no?

-¿Por qué debería ofenderme? Es la casa éntica de mi padre, allí vivo.

-Interesante, nunca había visto una...

Dejando de lado sus sentimientos de la noche anterior, algo se despertó en la cabeza del cansado capitán.

-Ahora, ¿puedo preguntarte algo?

-Sí

-Viniste aquí a luchar por la Tierra Media, a combatir, ¿no?

-Sí, vine a aprender, porque quiero proteger a mi familia, a mis amigos, a los que quiero.

-¿Y dejaste tu espada en casa?

-Sí, no la traje porque no la sabía usar, no la necesitaba. Si hubiera sabido que era importante la hubiera traído.

Eândros, que ya había estado jugando con su pipa en la mano por algún tiempo terminó por encenderla y darle algunas bocanadas y terminó por agregar.

-Esta juventud de hoy día....

Pasaron unos instantes en silencio hasta que Aldariel volvió a impacientarse.

-Pero maestro Eândros, no me ha dicho que vio... ¿solo estamos mi padre y yo en la visión? - volvió a arremeter la joven.


-Obviamente no, sino me quedaría con el príncipe. Estábamos todos en el bosque, contemplando como tu padre te entregaba tu espada, o al menos sospecho que es tu espada... bueno, todos menos el príncipe. - contesto Eândros al ser interrumpido en sus pensamientos.

-¿Y quienes estaban? - la joven parecía no dar tregua.

-Belegnor, Baranor, Léod, el enano que no tengo gusto de conocer por nombre, Bárbol, tú y yo

-Lo que me gustaría saber... es de quién es mi espada... Quizás tenga que entregársela a alguien...

-Todos nos preguntamos de quién es tu espada, y quiénes son tus padres

-Quizás a alguno de ustedes... Siento no poder responder eso, no lo sé...

-No te lamentes mi niña, no es tu culpa - dijo palmeándole en la cabeza, sin duda toda esa rápida sucesión de preguntas y el final lo habían sorprendido, y tras un momento agregó con tono burlón - pero hay algo especial en ti, nadie sabe qué, ni por qué... eres un verdadero acertijo, solo esperemos que la respuesta no este en éntico

Aldariel, muy encerrada en si misma contestó:

-Ese no sería el problema yo puedo traducir el éntico- y agregó con un tono de tristeza y pesar que podrían haber inspirado mil poemas a los elfos - Me gustaría saber qué es lo que tengo que hacer si es como dicen ustedes que soy tan importante...

Intentando poner algo de humor a la situación y sacar a la joven de su depresión el capitán solo agregó lo siguiente: -¡El problema no es traducir la respuesta, sino esperar a que terminen de decirla!

Aldariel no pudo mas que reírse y sonreír.

-Pero dime Aldariel, ¿qué te pesa tanto en el corazón sobre tu misión?

-No es que me pese, es que... no creí que fuera tan importante mi misión... Belegnor me dijo que quizás sea la clave para derrotar a la Sombra... No tengo miedo, solo me preocupa no saber que hacer, o fracasar

Eândros escuchó estas palabras fumando un poco y contemplándola, como el mason que observa una obra en construcción y al cabo de unos momentos terminó por agregar:

-¿Sabes?, es verdad que todos nos dicen que tienes un gran destino, y que tienes un gran camino por recorrer.... ¿pero sabes que debes hacer cuando pierdas ese camino?

-¿Qué maestro Eândros?- inquirió la joven con una mirada aguda pero dócil.

Esta mirada lo sorprendió por la docilidad, y contestó: -¡Pues hacer tu propio camino!, si en tu futuro está la grandeza, siempre que tomes tu camino llegarás a tu destino. Mas recuerda estas palabras joven Aldariel, si nunca aspiras a grandes cosas, nunca las lograrás. -y tras un par más de bocanadas agregó -Ahora veo porque mi aprendiz te tenía tanto afecto.

Al recordar a su maestro Aldariel volvió a deprimirse y casi en un susurro dijo:
-Lo voy a extrañar mucho...

-Fhilamir fue siempre el más bravo de los caballeros que conocí, leal al juramento, y con un espíritu indomable. Si quieres honrarlo no debes entristecer por su partida, o él se enojaría. Debes recomponerte y mirar a los que te acompañan, pues si Fhilamir algo te debió haber enseñado es a cuidar a los tuyos sobre todas las cosas.

-Eso es verdad, Fhilamir se hubiera enojado...- contestó Aldariel conteniendo su tristeza y lágrimas.

Eândros dejando de lado toda la formalidades, dio un paso acercándose y la abrazó -Llora tranquila, nadie te pide que no lo hagas.

(roleado on line con Gonza)

Adiós a un viejo amigo

Baranor veía como la garra de aquella criatura, un dragón blanco, atravesaba la armadura sin resistencia alguna provocándole una muerte dolorosa y cruel al que había sido su maestro. La garra destrozó el pecho de Fhilamir que cayó al suelo bajo un charco de su propia sangre.

La garra de aquella criatura, ahora cubierta de la sangre de su maestro y amigo fue la imagen que nubló el juicio de Baranor.

El odio no tardó en apoderarse de su corazón, mientras peleaba contra el Uruk hai en el mismo instante en que Fhilamir era asesinado por esa horrenda y despiadada criatura. El Uruk hai reía de alegría.

Baranor observó con odio al Uruk hai que se regocijaba viendo como esa criatura aniquilaba al humano sin remordimiento alguno, eso lo enfureció aún más y no dudó en decapitar al madito Uruk hai.

Baranor giró con la cintura y con el brazo, de tal manera que la velocidad y fuerza aumentaron de forma increíble, y al viajar la hoja de la espada por el aire produjo un sonido agudo como un silbido.

El sonido resonaba en los oídos de Baranor cual eco en una montaña. El escuchar como la garra penetraba el pecho de Fhilamir provocó en Baranor una sensación de desgarro.

El Uruk hai que en ese momento no pudo reaccionar a la magnitud del ataque, que sucedió muy rápido, fue decapitado en el acto.

La cabeza giró en el aire y rodó al caer en el suelo.

Baranor la observó con mucha ira, él solo quería ver muertos a todos esos malditos orcos que se encontraban a su alrededor. En ese preciso momento recordó las palabras que él les había dicho a sus hombre antes de partir a la batalla, y eso lo calmó pero no pudo recuperar la cordura. Esa ira incontenible que brotaba dentro suyo era mucha, la frustración y el desconsuelo por la muerte de su mejor amigo y mentor no lo dejaban tranquilo, así fue como invadido su corazón por una mezcla de todo tipo de emociones produjo que Baranor se alterara y corriera hacia el cuerpo ya sin vida de Fhilamir.

Baranor aniquiló a todos los orcos y seres impuros que intentaron aproximarse al cuerpo de Fhilamir, se comportó como un perro guardián protegiendo un tesoro.

La aprendiz de Fhilamir también ayudaba con la dura tarea de proteger el cuerpo. Baranor pudo ver que ella se encontraba herida en un brazo y le aplicó un vendaje de inmediato para que así continuaran con la protección del cuerpo del maestro de ambos.

Cuando parecía que la batalla llegaba a su fin, Baranor corrió nuevamente hasta la casa de un hobbit, de donde tomó prestadas unas telas para envolver con cuidado el cuerpo de su amigo. El dolor que tenía en el pecho era muy grande y el remordimiento de no haber podido proteger a Fhilamir ni haberlo ayudado cuando se enfrentó a esa criatura lo destrozó. El había jurado ante los cuerpos de sus padres que no dejaría que ningún ser querido sucumbiese al mismo cruel destino que ellos, eso lo desgarró aún mas. Él no pudo cumplir con ese juramento... las lágrimas de frustración, tristeza y odio corrían por su rostro, Fhilamir ya no se encontraba en este mundo ahora estaba con los Valar.

Mientras envolvía a Fhilamir en las telas, Baranor sentía que debía llevar el cuerpo a Arnor de inmediato para que allí recibiera un entierro digno a un gran guerrero, pero su mente lo hizo entrar en razón, él no podría cumplir ese objetivo ya que el enemigo se había esparcido y aproximadamente 10.000 orcos estarían diseminados por los alrededores. Claramente ir hasta Arnor era una misión suicida.

Al terminar de envolver a Fhilamir en las telas, Baranor notó que había recibido heridas producto de la batalla, pero nublado por la tristeza y la ira el dolor no se había hecho presente hasta ese momento. Baranor llevó el cuerpo hasta la casa de un hobbit ya que allí se encontraría más protegido que a la intemperie. El dolor de las heridas lo obligaron a pensar que si quería llevarlo a Arnor debería recuperar su fuerza, y se dirigió a una casa de curación.

Con el corazón partido y lleno de emociones encontradas llegó Baranor a la casa de curación, al ver allí la imagen de Eärwen curando a los heridos fue demasiado para él.

Eärwen curaba a muchos de los heridos que tenían quemaduras o estaban lastimados, estaba hermosa como siempre. Baranor se sentó en un rincón a esperar su turno, y fue en ese momento cuando la mente le jugó una mala pasada y le hizo recordar toda la tragedia que vivió ese día. Se tomó la cabeza con ambas manos al ver en su mente imágenes de todo los hobbits muertos y la muerte de Fhilamir; veía el cadáver en el suelo lleno de sangre a su alrededor una y otra vez.

Y se dio cuenta que toda esa destrucción era producto de la batalla, entendió también que no tenía a nadie cerca con quien desahogar sus penas.

Él estaba solo y ahora más que nunca necesitaba de un apoyo, la desesperación dominó todo su cuerpo, su familia estaba muy lejos y los recuerdos del Día de las Lágrimas fueron aflorando uno a uno, eso lo llevó más y más profundo en una agonía sin fin.

La promesa volvía a cobrar fuerzas... esa promesa lo estaba matando por dentro Baranor estaba envuelto en su propia agonía.

Entendió que no sería la última vez que volvería a vivir esta situación, eso lo ponía aun más nervioso y triste y lo condujo a pensar que él no era un Valar, y que no podría proteger a todos sus seres queridos siempre.

Envuelto en sus pensamientos Baranor no se percató de que se acercaban a él, se arrodillaron y lo abrazaron, cuando lo abrazaron él se abrazó a ese total desconocido también y se desahogó como un criatura lastimada.

Luego de estar un tiempo llorando en el hombro de esa persona, Baranor logró tranquilizarse y calmar su corazón y sus pensamientos, él ahora no estaba solo, esa persona le brindó el apoyo que él tanto necesitaba.

Cuando dejaron de abrazase, Baranor sorprendido vio de quien se trataba, de la Princesa Eärwen, y se puso muy nervioso.

Hizo ademán de irse, se incorporó dolorido para marcharse pero la princesa le dijo:

-¿Qué haces? Baranor, estás herido, por favor no te vayas– le pidió con la más tierna de las voces.

Baranor se quedó inmóvil apoyándose en la pared mareado por tanto dolor y llanto.

La princesa le dijo:

-No tienes por qué avergonzarte, dijiste que solo los hombres sin corazón no lloran...

-No es eso… me avergüenzo de otras cosas que no pude lograr en el campo de batalla princesa…

-Puedes contármelas mientras trato tus heridas- dijo Eärwen señalándole una cama- Te ayudaré a quitarte la armadura.

Ella le ayudó a quitarse la armadura ya que se encontraba muy dolorido y herido.

-Princesa esto es muy vergonzoso para mí- dijo muy tímido.

La princesa solo le sonrío, y Baranor se dio cuenta que ella tenía talento en la medicina y que no era la primera vez que atendía a un herido como él.

Baranor solo se quedó callado, sentía como las manitas le rozaban la piel sin armadura cuando la Princesa Eärwen desabrochaba los broches de las partes de armadura y le sacaba las placas.

-¿Cuáles son las cosas que te avergüenzan Baranor?

-Que me veas en este estado tan demacrado princesa- contestó riéndose, aunque pronto el dolor lo hizo callar.

-He visto heridos que han regresado mucho peor, créeme- respondió la princesa con una sonrisa.

-Pero no un Capitán- contestó Baranor devolviéndole la sonrisa.

-Mi hermano es el heredero al trono y estaba más herido que tú…

Mientras tanto Baranor miró su armadura, la cual necesitaría ser reparada si es que quería volver a luchar.

-...así que no tienes por qué avergonzarte- finalizó Eärwen.

-Es verdad princesa estoy mejor- contestó Baranor entre risa y dolor- ¿Ya no está más triste princesa?

-No... gracias a tus palabras pude tener el valor de pedirle permiso a mi padre para que me dejara venir a la batalla. Te lo agradezco mucho.

Baranor miró alrededor del lugar para luego contemplar a la princesa y le dijo:

-Sepa perdonarme princesa espero no se enoje.

Baranor sujetó de la cintura a la Princesa Eärwen con el brazo más cercano y la atrajo a su cuerpo, con gran velocidad y firmeza la besó con pasión en sus hermosos labios. El beso fue suave, despacio y con toda da la ternura que él pudo dar; mientras le acariciaba del rostro al cuello.

Baranor notó que ella no hizo ningún ademán para alejarse sino que aceptó aquel impulso y así ellos continuaron con aquel beso, tierno, lleno de pasión y delicadeza; y así Baranor se embriagó con el aroma de Eärwen y lo llevo a un estado de gloria. El estaba feliz y enamorado.

Al separarse la princesa lo miró y le sonrío, y Baranor aprovechó para decirle al oído:

-Gracias Princesa eres la más hermosa de las mujeres y no pude evitar este impulso. Tú eres la única persona que me brindó el hombro para desahogarme por lo ocurrido. Pero no fue solo ese el motivo de mi beso, es que siento cosas por ti, cosas que no he sentido antes por nadie, desde la noche en que nos vimos… sentí que eras especial y que estábamos hechos el uno para el otro.

-Yo soy quien tiene que agradecerte por eso Baranor. Tú has sido uno de los pocos que me vio llorar, y gracias a ti no me siento más apresada en una jaula. He podido venir a ayudarlos a todos, y no sabes lo feliz que me hace eso.

Baranor le sonrío, estaba encantado por tanta belleza junta, parecía tan irreal.

Acariciándole las mejillas, sintiendo la suave y cálida piel de Eärwen, le dijo:

-Lo sé Eärwen, veo en tus ojos lo hermoso de la vida, la felicidad que tienes por estar aquí.

En ese momento Baranor volvió a tener dolores por los movimientos y se quejó.

-¿Te duele? - Le preguntó la princesa.

-Sí, solo cuando me muevo toscamente, pero tus caricias me quitan el dolor princesa.

Baranor le lanzó una mirada de enamorado y ella le correspondió con una sonrisa.

-Me alegro que ahora estés mejor Baranor.

-Sí princesa, pero el dolor del corazón no se fue del todo. Gracias al amor que siento por ti princesa pude aclarar un poco la mente y el corazón.

-El dolor del corazón es difícil de soportar sino tienes a alguien al lado que te ayude Baranor.

-Pero ahora tengo esperanzas de tener a alguien a mi lado Princesa- le dijo sujetándole la mano y mirándola a los ojos. Eärwen contestó acercándose y besándolo apasionadamente.

Eärwen continúo la labor de curar las heridas a Baranor y al terminar le dijo:

-Deberías descansar.

-Lo sé pero ya tendré tiempo para el descanso mi amor.- contestó sonriente - Ahora debo llevar a mi amigo a que reciba la gloria que se merece por dar su vida al su reino y tengo que reparar mi armadura.

Ella lo vio partir sin decir nada, solo le regaló una hermosa sonrisa llena de amor y ternura.

Baranor se volvió a colocar la armadura para salir en busca de Eândros, no tardó demasiado la búsqueda, el Capitán justo llegaba a la casa de curación en ese preciso instante.

-Lo estaba buscado Capitán Eândros, necesito hablar con usted. Se habrá enterado de la tragedia que nos toca vivir hoy… Un gran guerrero se ha marchado de nuestro lado ¿qué debemos hacer, señor, en estos casos?, me gustaría llevar el cuerpo de Fhilamir a Arnor, para que le den el entierro correspondiente- dijo con gran pesar, volviendo a sentir el vacío en su pecho.

-Mi muchacho, no es tragedia, con su sacrificio Fhilamir ha salvado a la Comarca y muy probablemente a Arnor - contestó Eândros palmeándolo en el hombro

-Sé que el enemigo se encuentra cerca. Pero para mí es una pérdida muy grande Capitán Eândros, perdí a mi segundo padre y a mi mejor amigo… es muy duro…- agregó Baranor a punto de quebrarse.

-Lo siento mucho Capitán Baranor, pero el deber nos llama, dejaré el entierro de nuestro compañero a la casa real, nosotros debemos partir.

-Con todo respeto… No puedo dejar el cuerpo de mi amigo aquí debo llevarlo a Arnor y estar en su entierro, es lo mínimo que puedo hacer.

-No quedará aquí, será enterrado en Arnor, justamente eso vengo a arreglar- contestó Eândros con tono severo, apreciando el estado de Baranor.

-Esta bien, Capitán perdone el descaro de mis palabras- dijo resignado a la dureza de aquel guardia real.

-Me temo Baranor que no estaremos para el entierro de Fhilamir… Mañana partiremos a Farngorn junto con Léod y Belegnor, tenemos que ir a recuperar una espada, y ver la situación en el oeste.

-Yo me atrasaré un día… los alcanzaré a mitad de camino tengo asuntos antes de retirarme que resolver… Si me lo permite.

Eândros levantó levemente la ceja y le lanzó una miranda penetrante, claramente no le había gustado para nada las palabras dichas por Baranor a lo que respondió:

-¿A que se debe el retraso? - dijo con cierta rigidez en su voz.

-Tengo que reparar mi armadura, aclarar mi mente y enviar una carta señor- respondió con rapidez.

-El maese Enano se podrá encargar fácilmente de la reparación de tu armadura.

Eändros buscó con la mirada, a alguien o a algo como si se le hubiese perdido, en eso señaló y se acercó a un Enano que fumaba en su pipa, sentado pensativo, con la mirada pérdida en el Sur.

Eändros lo saludó:

-Maestro Enano.

El Enano los miró y dijo:

-Están todos muy conversadores esta noche… dígame señor...

Eândros le contestó con tranquilidad, haciendo un leve ademán con la mano para llamarle la atención:

-Tengo dos cosas que pedirle, si no es mucha molestia.

A lo que el enano respondió:

-Lo escucho.

-Lo primero, mañana partiremos al sur, acompañando a la joven Aldariel, y nos haría un gran honor su compañía y de gran utilidad su talento.

El Enano sonrió, y siguió escuchando atento a lo que Eândros le decía, y acotó:

-Eso ya lo sé, fui el primero de la compañía aunque nadie lo sepa aún... Ahora ya lo saben.

-Pues me alegra ¡mucho! escuchar eso -respondió el capitán sonriente- Lo Segundo, y lamento mucho importunarlo, mi muchacho aquí necesitaría de sus pericias con armaduras. El otro día lo vi trabajar en una armadura élfica, y me preguntaba si podría reparar esta.

Baranor le muestró con la mano donde se encontraban las fisuras, abolladuras y fallas.

-No hay problema, no hay armadura que no pueda reparar, sea élfica o enana...Las repararé en viaje.

Eândros miró a Baranor y le dijo:

-Pues bien, con el tema de la armadura solucionado, solo quedan su cabeza y la carta… Escriba la carta esta noche y mañana la enviaremos con uno de los jinetes de Rohan. Y con respecto a su cabeza... -dijo algo pensativo, y agregó luego de un momento- Pues tendrá que aclararla en el camino, lo siento. Discúlpame por no poder darte el tiempo que necesitas, pero la Tierra Media esta de por medio.

-Lo se señor Eândros de eso no lo dude, le agradezco la molestia. Señor otra cosa más ¿que haremos ahora con los restos de Fhilamir? ¿cuáles son los pasos a seguir?

-Iré a hablar con la princesa respecto de eso.

-Esta bien Señor, ella se encuentra aquí curando a los heridos.

Eândros le sonrió y le asintió con la cabeza y luego dijo:

-¿Le puedo ayudar en algo más Capitán?

-Gracias Señor pero voy a acompañar los restos de Fhilamir hasta que nos tengamos que ir si eso es posible- contestó con una mirada llena de dolor.

-Debería escribir la carta primero, si quiere enviarla mañana antes de partir y Capitán, no esté triste, Fhilamir murió como vivió, como un hombre libre- le dijo Eândros al encaminarse hacia donde se encontraba la princesa.

Baranor se marchó. En sus pensamientos aún seguiría con vida el recuerdo de Fhilamir, en las enseñanzas que le dejó a sus discípulos y en el corazón de todas las personas a las cuales Fhilamir había conocido.

Con una sonrisa empapada en lágrimas declaró a la luna:

“Fhilamir tu muerte no será en vano.”

(escribió Diolink, corrigió Gonza)
(roleado on line con Diolink y Gonza)

Luego de la batalla



Aldariel sabía lo que era llorar, había visto a muchos hacerlo y los había ayudado a secar sus lágrimas, pero ella nunca había llorado, jamás había estado triste y no lo había necesitado. Pero ahora era diferente, Fhilamir se había ido, su maestro, el que había sido como su padre todo ese tiempo en la ciudad de Arnor, el que la había cuidado, protegido y ayudado cuando no entendía cómo hacían las cosas los hombres, el que la había educado… estaba muerto. Quizás no había entendido hasta ese momento lo que era la guerra, quizás ahora lo veía distinto, la guerra solo servía para separar a aquellos que se querían…
Baranor envolvió el cuerpo del que había sido su maestro, con mucho respeto, mientras las lágrimas bañaban su rostro, al igual que el de ella…
Sintió los brazos de Eldarion a su alrededor y lo abrazó con fuerza, estaba tan triste, y ese abrazo la ayudó a soportar ese dolor.
Eldarion notó que estaba herida, su vestido, el que le había regalado Fhilamir, ahora cubierto con sangre de los orcos, estaba hecho jirones.
-¿Te duele?- le preguntó.
-Me duele el corazón- le dijo ella mirándolo fijamente con sus ojos verdes.
Él la miró con tristeza y le dijo:
-Muchas personas murieron hoy, y muchas más morirán, las lágrimas que verteremos parecerán eternas y serán tantas que se podrán comparar con el gran mar, pero todas ellas jamás podrán compararse en belleza a las lágrimas que hoy tú has vertido.
-Solo espero que todas esas lágrimas tengan algún sentido.
-Lo tendrán Aldariel, lo tendrán… nosotros haremos que lo tengan.
En ese momento notó que él también estaba llorando, y parecía estar muy triste, pero esa tristeza parecía provenir de hacía ya muchos años…
-Estás llorando...- le dijo ella cuando lo vio y apoyó su mano sobre la mejilla de Eldarion para secarle las lágrimas.
Él sintió un gran amor por ella y comprendió por qué estaba tan impaciente por llegar al Norte, ella era la razón, ella era más importante que llegar para combatir en una guerra inútil, ella era más importante que cualquier otra cosa que se le podría haber ocurrido en ese instante. Y desde el momento que había hablado con ella sabía que era la razón que estaba buscando, la razón para combatir contra quien fuera y por lo que fuera.
-Tu tristeza tiene muchos años...
-¿Cómo pudiste saberlo?
-No lo sé, simplemente lo sentí
-Es verdad, mi tristeza tiene casi veinte años... Hace mucho tiempo ya... Fue cuando el Amo Oscuro llegó a la Tierra Media y la oscureció con su sombra.
-No tienes que continuar si te lastima...
-No, está bien, quiero contártelo, pero antes vayamos a curar tus heridas.
-Tú también estás herido…
-Estoy bien, no es nada, ya me habían herido así en Mordor. Ven, voy a curarte esas heridas…
-¿Sabes hacer también eso?- lo miró sorprendida.
-En el campo de batalla es necesario.
Ella lo tomó te la mano y juntos se dirigieron a una Casa de Curación. Eldarion tomó agua y paños limpios y comenzó a lavarle las heridas de los brazos. No la habían herido más allá de eso, y tenía algunos moretones en las piernas.
-Los orcos suelen poner veneno en las hojas de sus armas sino limpias las heridas enseguida el veneno penetra profundamente y luego es muy difícil de tratar.
-No lo sabía…
-¿Estás segura que quieres que te cuente la historia de lo que ocurrió en Minas Tirith?
-Muy segura.
El continuó haciendo su trabajo mientras le contaba a Aldariel lo que había ocurrido el día de las lágrimas. Ella lo escuchó con atención.
-Yo era muy pequeño, lo recuerdo como si fuera un sueño lejano, pero a la vez recuerdo cada detalle. Minas Tirith fue atacada por una hueste enorme de orcos, eran demasiados, muchos soldados de Rohan y Gondor que estaban en los alrededores escucharon la llamada del Gran Cuerno y cabalgaron rápidamente hacia el Castillo. El que algunos llaman ahora “Amo Oscuro” estaba anunciando su llegada, aunque él nunca se hizo presente.
"Fue inútil detenerlos, destruyeron todo hasta el cuarto nivel de la ciudad, tal cual lo hicieron hoy con la Comarca. Pero había algo mucho más terrible detrás que todas las pérdidas materiales. No sabemos por qué pero los orcos tenían la orden de llevarse a todos los niños pequeños… creemos que el Amo Oscuro tuvo que ver en esto pero no sabíamos cual era el motivo que lo llevó a hacerlo, hasta que Belegnor confirmó nuestras sospechas.
“Yo tenía una hermana pequeña, mi madre siempre me decía que yo debía protegerla… Ese día un hechicero logró penetrar las defensas del castillo mientras afuera la guerra no tenía fin, mi padre estaba combatiendo junto con Fhilamir, y muchos otros soldados, todavía no se había levantado el fuerte en Arnor y todos luchaban en Gondor. El hechicero le arrebató la niña a mi madre de sus propios brazos y desapareció. La buscamos por todos lados, no sabemos que fue de ella...
"Cuando mi padre se enteró de lo sucedido fue detrás de los orcos que se llevaban a los niños hacia el Norte, pero nada pudo hacer. Combatió con ellos pero inútilmente, eran demasiados y se dice que estaban comandados por el hechicero, sus movimientos eran estratégicos e imposibles de adivinar.
"Nunca encontramos a ese hechicero pero tengo su rostro clavado en mis ojos. Yo estaba allí cuando él nos la quitó. No pude evitar sentirme culpable aunque no fuera mía esa culpa.
Aldariel tenía los ojos llenos de lágrimas, la historia era demasiado triste. Aldariel lo abrazó y le dijo:
-Yo te voy a ayudar a encontrar a tu hermana, lo prometo.
-Temo que eso ya no sea posible Aldariel, ella debe estar ahora en el Norte, junto a las huestes del enemigo.
-Eldarion… voy a irme al sur, tengo que volver a Farngorn.
Él la miró entristecido.
-Sabía que lo dirías en algún momento, pero no pensé que fuera tan pronto.
-Debo hacerlo, alguien tendrá que despertar a los Ents. No quería hacerlo, porque no quería que combatieran y los lastimaran, pero luego de ver lo que le hicieron a los hobbits…- dijo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
-No llores…- dijo secándo sus lágrimas- No hay nada que me gustaría más que acompañarte, pero debo volver al norte a asistir a mi padre.
-Lo sé… nos separaremos, pero solo por un tiempo. Iré a buscar mi espada a Farngorn y volveré.
-¿Tu espada?
-Sí, mi padre la cuida. Siento que es el momento de regresar a buscarla, partiré mañana.
-No voy a impedirte que lo hagas… pero voy a extrañarte mucho.
Aldariel se acercó a él y lo abrazó.
-Yo también.
Cuando se separaron él la besó, fue un beso largo y dulce.
-Te amo Aldariel. Te esperaré hasta que regreses.
-Volveré lo antes posible- dijo ella y volvió a besarlo- Yo también te amo Eldarion, y si los Valar nos lo permiten quiero estar contigo para siempre.
Cuando Eldarion terminó de vendarle los brazos le dijo:
-Ahora trata de dormir, ha sido un día muy largo…
-¿Y tú?
-Todavía hay gente a la que ayudar.
-Quiero ayudarte…
-Debes descansar si partirás mañana.
Ella no parecía muy convencida.
-Está bien, lo haré, pero si me cantas una canción.
Eldarion sonrió, pensó un momento y le dijo:
-¿Conoces la balada de Beren y Lúthien?
-La conozco, es mi favorita- sonrió.
Eldarion comenzó a entonar la balada y Aldariel se fue quedando dormida escuchándolo.

*****

Hacia el final de la noche Belegnor decidió ir a buscar a Dormin. Lo encontró alejado de todos, estaba sentado sobre una roca y fumaba su pipa mirando hacia el sur. De su boca salían círculos de humo perfectos.
-Maestro Dormin- le dijo.
Él lo miró y le dijo:
-Sí, que pasa.
No era lo suyo conversar con la gente, aunque esos días había estado conversando con Aldariel más que con cualquier otra persona, y había logrado acercarse a ella como nunca antes a otra mujer… Apenas la había visto supo que ella era la mujer a la que se había referido Galadriel, la mujer a la que protegería incluso con su vida… Sentía adoración por ella, tanto que sería capaz de seguirla hasta la misma guarida de Morgoth si ella se lo pidiera.
-Me preguntaba si le parece que deberíamos empacar algo en especial para el viaje. Léod y yo pensamos enviar a los caballos a que vayan solos a dar la vuelta por el sur y nos esperen al otro lado de las montañas.
-¿Empacar? supongo que algunas provisiones estarán bien... Y nuestras armas…
-No me siento seguro de cruzar Moria con los caballos llevados de la rienda como están las cosas...
-¿Y por dónde vamos a cruzar?
-No creo que la encontremos tan... vacía como la primera vez
-Conozco pasadizos secretos de Moria que nadie conoce. Podríamos ir por allí sin problemas.
-Si usted lo dice...- luego miró al cielo y le dijo- es que hay cosas que nunca encajan, caballos en un túnel, por ejemplo… Pero en fin… Quería comentarle, Borina me mandó una extraña carta, en ella dice que va por "otra espada" ¿Le dijo algo a usted, antes de irse?
-Dijo que tenía que averiguar sobre una espada sí... pero no mucho más... Supuse que se refería a la famosa canción…- dijo aunque sus palabras hacían notar que no creía nada de lo que decía esa copla y continuó- Estuvo hablando con ese viejo, el del establo. Pero se marchó cuando llegaron las tropas de Gondor. Supongo que tenía asuntos que resolver.
-Fue bastante criptica, más de lo acostumbrado. En fin.....
-No es extraño, si era importante quizás temía que interceptaran al mensajero y por eso fue cautelosa. Debió usar palabras que solo usted entendería, o solo unos pocos
-Lo hizo....
-Los enanos suelen hacer esas cosas
-Comprendo... por un momento temí que debiéramos ser más cuidadosos de lo normal... aunque, hasta el momento, no hay noticias de que haya traidores... Por cierto, es probable que la Princesa Sumayyaa quiera venir con nosotros.
-No es algo que me preocupe- dijo y volvió a fumar su pipa.
Belegnor le sonrió y le dijo:
-Me preocupa que haya siempre tantos príncipes todos juntos, últimamente...
-Mmmmmmm ¿Vendrá el príncipe de Gondor?
-No
-Entonces solo serán dos, el príncipe de Rohan y su prometida, no veo el problema. A no ser que también se una la princesa Eärwen…
-Lo dudo. Pero ya dos son bastantes.
-Habrá que protegerlos entonces... Nada preocupante...
Miró hacia el sur y arrojó humo por su boca.
-No, sobre todo porque saben cuidarse bastante bien..... Seré curioso, ¿hay algo en esa dirección?- dijo mirando al sur.
-Moria... y Farngorn...
-Es curiosa esta chica, Aldariel.... Algo me dice que la clave de nuestra salvación reposa en ella... Aunque hasta ahora es solo una corazonada....
-Mmmmmmmmmm quizás... tu corazonada no sea tan errada
-¿No tanto como la de los puentes?- sonrió.
-Espero que no sea ese mismo tipo de corazonada...
-Usted... ¿la conocía?
-¿A quién?
-A Aldariel. Ella no parecía conocerlo a usted, pero usted parecía haberla visto antes... No me preocupaba QUIEN es esa chica, más allá de ser la hija de Bárbol, hasta que cruzaron ojos con el príncipe de Gondor... Me gustaría que algo suceda que limpie ciertos temores de mi cabeza, de una vez.
-No, no la conocía. Y no veo que tiene de malo que se haya enamorado del príncipe, más allá de que ella no es noble.
-Nada tiene de malo, pero tengo un incómodo temor que espero que no se concrete, que me reservo de decir por no atraerlo, justamente.
-Deje de preocuparse por cosas que no sabe, y preocúpese por las cosas más cercanas en el tiempo...
-Sí, ese es un problema que tenemos los elfos, nunca estamos del todo donde estamos... Buenas noches, Maestro, nos vemos al partir, en la mañana...
-Nos veremos, nada me impedirá partir
Dormin se quedó fumando su pipa, pensando, con su mirada vuelta hacia el sur, todo ese tiempo.
Belegnor se fue a descansar, y luego continuó ayudando a los que se iban turnando para asistir a los heridos. Antes del amanecer también preparó su equipaje y le habló a su caballo para decirle que quizás tuviera que esperarlo mientras cruzaban las montañas. Notó que no parecía contento con una separación en el viaje, pero iba a obedecerlo si se lo pedía.

A la mañana buscó a Aldariel porque quería hablar con ella antes de partir, la vio salir de la casa de curación de la mano de Eldarion, él le dijo unas palabras y ella se dirigió hacia el improvisado establo de los caballos. Aprovechó para acercarse a ella.
Escuchó que le decía en quenya a su caballo blanco:
-¿Listo para otro viaje amigo?
Belegnor la saludó y le dijo que quizás fuera mejor que los caballos los esperaran en el sur si iban a cruzar por Moria y le preguntó en quenya:
-¿A ti que te parece? Dormin dijo que era seguro, pero yo preferiría no meterlos en un recinto cerrado...
-Yo iba a tomar el mismo camino que hice al llegar aquí, no conozco los otros... Creo que Dormin conoce el camino de las minas, pero no creo que a Crosswind le guste pasear por ahí ¿verdad?- le preguntó al caballo mientras acariciaba su crin blanca.
-No pueden galopar bien ni huir ahí abajo... Ramagil vino por allí, pero Moria estaba vacía cuando pasamos hace un mes y medio
-Supongo que tendremos que decidir entre los que vayamos qué camino seguir... Yo quería partir sola, pero Eldarion no quiere que lo haga, dice que es peligroso... ¿Qué camino tomarías tú Belegnor?
-Estamos marchando a zona enemiga... y aunque Eldarion no te hubiera puesto compañía, yo debía ir hacia allá, necesito hablar con mi gente...
-Además podrás ver a Arien de nuevo- le dijo sonriendo.
-Si...- le respondió de la misma forma- estoy un poco preocupado por qué camino tomaron, y por algo que dijiste... Dejaste a los Ents durmiendo, o sea que si la Dama Luiniel fue a hablar con ellos, debió encontrarlos así....
-Los Ents no duermen todo el tiempo, con "despertar" me refería a que ellos se movilicen para la guerra. Eso es "despertar" para ellos, no están dormidos.
-Ah... bien, desgraciadamente, no conozco mucho de ellos, no tanto como quisiera... Pero sé una cosa: hagan lo que hagan, deben sobrevivir. Si una función tienen, no debe ser ir a buscar el combate. He cobrado nuevas esperanzas con lo sucedido, aunque se vea terrible, y si esto pasa... necesitaremos a alguien que haga crecer los bosques de nuevo, porque sin ellos no habrá vida en la Tierra Media.
-Tampoco quiero que vayan a la guerra... pero luego de ver lo que pasó... ellos tienen que estar preparados, no sabemos cuándo atacarán Farngorn... Quizás por ahora estén a salvo, pero ¿qué será de ellos si no logramos detenerlos? Ya no sé qué pensar... No quiero perder las esperanzas, pero es tan difícil después de haber visto lo que le hicieron a los hobbits... Cuando mi padre lo sepa... no habrá nada que lo detenga...
-Sí Aldariel, pero debemos ser prudentes y usar bien nuestros recursos. Si caen demasiados Ents, no tendremos como reconstruir la Tierra Media si conseguimos derrotar a la Sombra. Eso, mas allá de que son irreemplazables, y si mueren morirá una parte muy importante de la magia del mundo.... No, en este caso no debemos recomendarle a tu familia que ataque. Ellos actuarán como quieran, de todos modos, pero nosotros debemos aconsejar prudencia. Supongo que ya no les habrá hecho mucha gracia la destrucción del bosque más grande de la Tierra Media...
-No sé si lo saben aún, si los elfos les informaron... Los Ents no se enteran de lo que pasa en el mundo de afuera, salvo que alguien entre al bosque y se los diga. Pero entiendo lo que dices, trataré de convencer a mi padre de que no ataque a la Sombra sino es necesario.
-El enemigo está empezando a mostrar su cara. Deberás ser fuerte, más allá de la fuerza de las armas si Eldarion llega a tener que enfrentarse a su hermana. No sabemos si fue corrupta por la Sombra, pero pudiera ser, y hemos de estar preparados.
-Lo sé... y lo ayudaré en todo lo que pueda. Lo ayudaré a encontrarla o a combatir con ella si es necesario...
-Si la encontramos en estas circunstancias, no habrá salida más que el combate, no creo que quede nada humano en sus almas. Aunque claro, que puedo equivocarme.......
-Eldarion piensa igual que tú y... creo que entrenó todo este tiempo sabiendo que iba a ser él el que tendría que enfrentarla... Es tan triste...- sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas pero trató de contenerlas.
-Eso, es muy triste sí...- dijo mirando el cielo- pobre Eldarion... Me intranquiliza el hecho de que no tendremos noticias del norte hasta que volvamos.
-A mí también... pero supongo que no podemos hacer nada al respecto. Debe haberte dolido mucho dejar a Arien sin saber cuándo la ibas a volver a ver...
-Fue lo más difícil, además, nuestra historia fue...- dijo poniéndose nervioso- …algo complicada, es decir, yo... tardé un poco en darme cuenta de lo que ambos sentíamos... ella era mi aprendiz y bueno yo la amaba como uno ama a su aprendiz, y bueno... tardé un poco en darme cuenta.
Aldariel le sonrió.
-Eso no importa, el sentimiento es el mismo, más allá de lo que hayas tardado en darte cuenta. Seguramente ella te estará esperando.
-Sí... quería preguntarte algo mas... ¿recuerdas como es tu espada?
-Solo la vi una vez cuando tenía ocho años, mi padre la guarda desde entonces... no recuerdo detalles, pero parecía una espada como esta que llevo solo que un poco más larga.
-¿Venía contigo cuando los Ents te encontraron?
-Sí, estaba a mi lado cuando mi padre me encontró.
Belegnor sonrió y le dijo:
-Muy bien, ya la veremos. Nos espera un mes de cabalgata, mejor no desperdiciemos fuerzas. Nos vemos cuando salgamos.
-Pero...
-¿Pero...?
-¿Por qué estás tan interesado en ella?
-Porque ha habido visiones reveladoras sobre la espada que se guarda en el Bosque de los Ents- dijo tratando de ser parco.
-¿Visiones? ¿y qué decían?
-Hubo gente que ha soñado con ella, como si fuera algo de vital importancia para lo que tendremos que enfrentar. No lo sé, no fueron mías las visiones. Solo sé lo que te acabo de decir.
-¿Y quién tuvo las visiones? Quizás haya alguna pista en ellas, de cómo derrotar al enemigo...
-…me lo confiaron como un secreto, pero supongo que puedo decírtelo... El Maestro Eândros y él no sueña cosas porque sí.
-Entonces hablaré con él antes de irnos.
-Un sueño le reveló que era de gran importancia que fueras a tomar tu espada. O eso entendí. Por eso nos acompaña.
-Eso ya lo sé... lo siento. Siento que tengo que ir por la espada, pero no sé por qué.
-Hay cosas que se nos están revelando a medida que suceden los hechos. Pero mi interés por esta búsqueda proviene de allí, además, me urge hablar con mi gente. Pero esto parece vital también. No te preocupes, no estarás sola en lo que se avecina
-Gracias, igualmente no tengo miedo, pero prefiero no estar sola- sonrió.
-Quizás yo tenga que pasar por lo que quedó de Rivendell, puede haber cosas allí que el enemigo quizá no pudo tocar, que pueden ayudarnos.....el reino de Elrond era poderoso... Por eso escogí el camino del centro.
-¿Entonces iremos por el norte? Crosswind se alegrará.
Belegnor le sonrió y se marchó.

(roleado on line con Patán)

*****

Leod +
Eldarion -

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Leod se acerco al lugar improvisado donde atendían a los heridos. Dentro de ella se encontró a su amigo Eldarion, unas camas mas allá se encontraba la joven Aldariel durmiendo. Se notaba que estaba herida ya que poseía ambos brazos vendados completamente

Leod se acerco a su amigo, el cual al verlo presto atención a sus heridas.
- Amigo, ¿todavía no te has tratado las heridas?
+ Hay hombres que necesitan atención más urgente
- Te voy a atender yo

Leod noto que su amigo también estaba bastante herido o al menos eso parecía por los vendajes que tenía. Luego de quitarse la armadura pudo apreciar la gravedad de la herida. La hoja había logrado atravesar parte de la armadura llegando a producir un corte sobre la piel no tan profundo pero tampoco debía de tomarse a la ligera.

- Tuviste suerte de que ese golpe no te matara
Mientras hablaban Eldarion atendía las heridas de su amigo.
+ Suerte o Destino quizás. Será peor cuando lo volvamos a ver.
- Me pregunto cuántos serán... Desde pequeño me preparé para ver en lo que se había convertido mi hermana pero ahora... verlo no es lo mismo...
+ Nunca podemos imaginar el rostro de la oscuridad, no esta en nosotros imaginar lo que fue de ellos. Y no es algo que me agrade el imaginar los horrores que puede crear el enemigo
-Ya no podemos hacer nada por ellos. Solo enfrentarlos y derrotarlos
+ Quizás si venciéramos al enemigo... Pero no podemos saberlo. Desgraciadamente serán ellos o nosotros.
- Eso lamentablemente es algo que no podemos saber. Pero lucharé porque seamos nosotros y no ellos...
+ Es lo que debemos hacer, si no lo hacemos por nuestra propia mano, no habrá quien lo haga.
Leod comenzó a hablar sobre un tema delicado para reconfortar a su amigo
+ Pero el destino ha sido generoso contigo Amigo. Tú tienes la suerte de tener una bella hermana que te adora. El vacío que quedo en Rohan, ninguna sonrisa pudo lograr llenarlo
-Eso no es así amigo... la última vez que vi a mi hermana fue cuando se fue de Gondor, y recuerdo claramente ese día y las lágrimas que derramó mi madre... sabes que la última vez que la vi era solo una niña...
Yo era el que siempre veía la tristeza de mi madre, nunca más volvió a sonreír... nunca, después de ese día. Muchas veces me pregunté si era necesario que papá la dejara sola...
No lo entendí hasta hoy
Tuve que tomar una decisión amigo, y créeme que no fue fácil.

Eldarion tenía grabada esa imagen, pero Leod sabia que esas lágrimas que la Reina Arwen había derramado serian olvidadas cuando Earwen y Eldarion retornaran a Minas Tirith... Aunque su amigo no lo viera de esa forma

+Yo entendí el peso de nuestro destino hace muchos años. Cuando conocí a Sumayyaa. Ese día comprendí cuan difícil era la vida nuestros padres y la nuestra.
-Así es...Tengo que pedirte un favor amigo. Sé que quizás sea demasiado. Pero realmente no confío en nadie más. Para que lo haga
+ Sabes que por ti cualquier cosa.
- Aldariel va a volver a Farngorn, dice que es muy importante, que siente que no puede esperar más tiempo. Y yo no puedo acompañarla.
Tengo que volver al norte, alguien tendrá que decirle a Faragond lo de su hermano, y además no sé si tendremos que combatir contra lo que venga desde el norte.
No puedo irme con ella, aunque es lo que más deseo. Quiero que tú la acompañes
Leod se quedo unos segundos en silencio analizando lo que le pedía su amigo
+ Lo haré, si tú me lo pides. Pero me preocupan mis hombres. No quiero dejarte sin su apoyo, pero tampoco quiero que sientan que los abandono. Sabes que es lo que quiere hacer Aldariel? Por que quiere ir a Farngorn?
- Dijo que hay dos razones por las que quiere volver, una es su espada, le prometió a su padre que volvería a buscar cuando fuera digna de ella. La otra razón, quiere despertar a los Ents. Una vez más
+ Despertar a los Ents? ¿Te refieres a que se unan a nosotros contra el enemigo?
- Sí, como cuando despertaron en la Guerra del Anillo. No quiere hacerlo, pero ahora sabe que es necesario
+ Farngorn esta cerca de Rohan. Y mi padre viene marchando. Quizás si la suerte nos acompaña cuando me veas volver me veras marchando con las fuerzas de Rohan
¿Quien mas ira?
-No lo sé, pero creo que lo mejor será que no vayan muchos. No sabemos que pasaría ahora... recuerda que muchos de los enemigos se desbandaron. Y no podemos saber si fueron hacia el sur
+ Deberíamos hacer algo con los enemigos desbandados. Si quieres podría dejar mi unidad aquí. Solo necesito a cuatro hombres de mi unidad
-Me parece bien, no me parece conveniente que vayan demasiados, lo mejor es que pasen desapercibidos
+ Tengo a los hombres ideales para esa tarea. De todas formas junto con la unidad de hombres de Rohan se quedara mi maestro de entrenamiento, el Capitán de los Jinetes. Hombre valeroso e inteligente. Creo que en Tabhats hará bien tener una pequeña guarnición
-Confío en tu decisión amigo. Jamás podré agradecerte esto
Mientras decía esto observaba a la joven que lo cautivaba ahora dormida-
+ No hay nada que agradecer amigo. Lo haría gustoso las veces que fueran necesarias.
- Es tan poco el tiempo que pude compartir con ella, y aún así... estoy seguro que la amo
Ella será la futura reina de Gondor.
+Ya tendré tiempo de conocerla. Por lo pronto sigo creyendo que es una chica especial
-Créeme que lo es
+No dudo que así sea, si ha logrado poner tu mente en las nubes.
-No fue solo eso amigo, me dio una razón para seguir adelante, para enfrentarme a lo que sea... supongo que a ti te sucede lo mismo con Sumayyaa
+ Tú conociste a Aldariel, cuando mas lo necesitabas, eso me alegra.
Con Sumayyaa fue algo distinto, ahora que lo pienso jamás te conté esa historia.
-Me gustaría escucharla
+ Larga historia, así que tratare de hacerla breve.
Cuando era joven y aun no había vuelto mi padre. Conocí una chica que con una sonrisa en su rostro me dejo mudo.
Esta chica trabajaba en los establos del castillo y era muy buena con los caballos. Imaginaras que para mi eso es algo más que significativo.
Así que por las noches me escapaba a charlar con ella.
Esto fue así durante un par de días.
Era mi primer deslumbramiento por una chica.
Como por esa epoca había un baile por las cosechas. Decidí invitarla hostigado por Gram, uno de mis hombres lo debes conocer ya. Ágil siempre vivaracho.
Ahora que lo pienso no te los he presentado correctamente pero ya los habrás visto. Son los tres chicos, ahora hombres, que te comentaba en mis cartas
Son ellos con quienes iré a Farngorn también. Bueno retorno al relato
La chica acepto encantada que el príncipe de Rohan la invitara a un baile del pueblo.
Lo que yo no esperaba es que mi padre volviera de su campaña por el sur al día siguiente.
Un bello momento hasta que mi padre menciono que había vuelto acompañado por el Rey de Harad y su hija, mi futura esposa.
Aun recuerdo esa noche, años sin hablar como padre e hijo y la primera charla que tuvimos fue una discusión sobre lo que debía hacer y lo que quería hacer
En ese momento estaba enojado con mi padre ya que no solo me había comprometido, si no que para peor el baile real era el mismo día que el baile del pueblo.
- Eso debe haber sido muy difícil...
+ No te imaginas cuanto. Entonces me encontraba frente a la decisión que marcaría a fuego mi forma de ser. Por un lado le había prometido a la muchacha ir al baile con ella.
Pero por otro lado estaba la alianza con Harad, la cual dependía de mí accionar.
-Y como siempre debe ser, nosotros siempre debemos pensar siempre primero en los demás, y luego en nosotros...
+Eso mismo pensé. Y mas aun me di cuenta que si rechazaba a la princesa de Harad echaría a perder lo que a mi padre le tomo diez años conseguir. Lo cual significaría que estuvo diez años lejos de su hogar por nada.
-Entiendo... no fue una fácil decisión Como ahora no fue la mía ¿Y cómo fue que te terminaste enamorando de ella?
Leod no pudo evitar esbozar una sonrisa frente a esta pregunta, al recordar lo que lo había cautivado en primera instancia
+ Eso ni te lo imaginas
Resulta que al haber decidido aceptar el compromiso me quedaba lo mas difícil, aceptar a quien seria mi futura esposa.
Aprovechando que esa semana tendría libre de mis estudios y entrenamiento me propuse conocerla mejor.
Aun recuerdo el primer día en que verdaderamente la vi.
Apoyada sobre las murallas del castillo, observando hacia el horizonte y con sus cabellos y ropas siendo suavemente movidas por el viento.
Debo confesar que se veía verdaderamente hermosa.
-Y Aldariel será especial, pero Sumayyaa no debe quedarse atrás
+ Créeme no he conocido mujer mas obstinada que ella.
- Seguramente por eso está aquí, porque no has podido hacer que se quedara en Edoras
+ No te equivocas ha sido así.
Como decía la vi allí parada en el mismo lugar que tu te paraste.
Parece ser una bella vista esa, y sin embargo debo ser el que menos la ha apreciado
Prefiero recorrer las planicies más que observarlas desde arriba
Recuerdo que la primera actividad a la cual la invite fue a recorrer la Marca. Algo que pareció agradarle
Supongo que así como tu encontraste algo en lo cual sentirte cómodo con Aldariel sucedió lo mismo con Sumayya y yo
Pero por lo que he visto de Aldariel, no corres tanto riesgos como yo con Sumayyaa
Otra sonrisa escapaba de su rostro aun en esta situación
- Me alegro de que esa historia haya terminado bien, se ven muy felices juntos
+ Como dije Aldariel tiene una mirada inocente y dulce. Sumayyaa en cambio tiene fuego en sus ojos, es de esas personas que sabe lo que quiere y va decidida a tomarlo. Como dije es de las personas mas obstinadas que he visto.
- Eso es porque no hablaste con Aldariel recién cuando me decía que iba a ir sola al bosque de Farngorn. Sí, sola. Tuve que convencerla de que no era lo mejor
+ Amigo, si ella llego hasta aquí sola. ¿Que te hace pensar que no iba a volver sola?
- No estamos en la misma situación, diez mil orcos se desbandaron anoche
Y no sabemos hacia donde. No voy a dejarla ir sola. Es muy peligroso
+ No te preocupes, estará a salvo
Te lo prometo
- Gracias amigo. Cuento contigo. Deberías ir a descansar
+ Tengo que hacer una última cosa antes de descansar.
- ¿Puedo ayudarte?
+ Ya me has ayudado bastante amigo.

Luego de esto Leod abandono la sala de atención para buscar a dos personas con las cuales tenia que hablar

(roleado on line con Max)

*****

Eândros -
Léod +
Belegnor ¬
Galinor º

EL príncipe de Rohan salio de la tienda donde fue atendido con intenciones de hablar con Eandros y Belegnor. Para su suerte no fue difícil hallarlos, ambos se encontraban en otra improvisada sala de atención médica
- ¿Príncipe, quiere que vea esa herida?"
+ Ya ha sido atendida, gracias igualmente
¬ Me contaba que ha soñado con el hogar de los Pastores de Árboles...
+ ¿Hogar de los pastores?
Leod no entendía sobre que hablaban, al parecer los encontró en medio de una charla.
¬ En estos tiempos difíciles, a veces los sueños tienen mensajes importantes.
Pastores de Árboles, los Ents...
Eandros se limpio las manos y continúo hablando con Belegnor
- No fue un sueño, lamentablemente, es una condición que me pasa cada tanto
¬ Un oráculo....
+ ¿Y que ha soñado con ese lugar? ¿Habla de Farngorn no es así?
Eandros continúo hablando en Quenya, pero al ver que el príncipe no entendía el idioma decidió que lo mejor era hablar en otro sitio.
- "mejor vamos a un lugar mas privado"
Belegnor simplemente asintio con su rostro
El grupo se acerco a una cabaña hobbit que no había sido arrasada por la destrucción que habían traído los orcos y el dragón.
Belegnor se encontraba a disgusto con la situación pero no lo demostraba a sus acompañantes
+-Les agradezco la contemplación, ya que no soy muy dado con las lenguas
- Pues, no se si llamarme oráculo, pero tengo ese don
¬ En fin, que has visto en Fangorn?"
- Una choza, una vieja choza, y en ella un brillo muy especial
+ En Farngorn? ¿Significa algo para usted?
Belegnor al oír lo que decía Eandros se concentro en mirarlo como lo hacia su gente cuando querían ver mas allá de lo que a simple vista se ve.
¬ ¿A que te refieres? ¿Viste algo más?
- No, solo Farngorn y la choza, o cabaña. Se que los elfos conocen mas ese bosque que nosotros, y no reconozco que es esa casa, o cabaña, solo el gran brillo que había dentro
¬ Deberíamos ir a Fangorn. Yo, por empezar, debo ir, espero que mi gente ya este allí, y si no llegaron aun, debo hablar con los Ents para pedirles asilo"
+ Creo que alguien se les adelanto, si me permiten hablar
¬ ¿Quien?
Por la cara de asombro de Belegnor se noto que lo había tomado por sorpresa la noticia, así que Leod continuo hablando para relajarlo.
+ Eldarion, hoy me ha pedido que escolte a Aldariel hasta Farngorn. Ella le ha dicho que necesitaba ir hacia allí
- Tiene sentido, es su casa"
+ Acepte acompañarla, no solo por el pedido de mi amigo. Si no también porque ha dicho que despertaría a los Ents. Imagino que también será bueno para la gente de Belegnor.
¬ Si, pero debemos tener cuidado.
Lo siguiente que dijo Belegnor fue pronunciado con bastante énfasis
¬ NADIE debe saber que Fangorn es importante. Los Ents deben sobrevivir a esto, si ha de vivir de nuevo la Tierra Media. Solo ellos pueden reconstruir los bosques. No podemos arriesgarnos a que el Enemigo se juegue todo y de un golpe allí, o aun si ganáramos habríamos ganado un desierto
+ No lo había visto así, Pero por el momento solo ustedes dos saben del encargo del Príncipe Eldarion. Incluso cuando parta lo haré con un par de hombres.
- Creo que deberían partir con toda prisa
¬ ¿Deberían? ¿No vienes?
+Seguramente partamos mañana, hoy lo provechoso será descansar. Aun siendo pocos y a caballo tardaremos un buen mes y medio.
- Mi lugar es con la casa real de Gondor, pero puedo enviar a Baranor con algunos hombres si los necesitan"
¬ Si vamos por el sur, si
+ ¿Hay otro camino?
- Es mi humilde opinión que quizás visitar Rivendel pueda ser de provecho"
Belegnor miro a Leod y con rostro serio afirmo su idea
¬ A través de las montañas. Además, opino lo mismo que el Señor Eandros
- Y yo llevaría al enano de la armería también, si no me equivoco tiene un destino importante junto a Aldariel
Leod llevo su mano a su mentón, como gesto de desaprobación
+ ¿Considera prudente ese camino? Deberíamos ir sobre el camino que realizo el enemigo prácticamente
Belegnor observo con extrañeza a Eandros, no comprendía su última frase, luego observo a Leod y dijo con la mayor seriedad del mundo.
¬ No, no es prudente
Eandros saco su pipa y la preparo como habitualmente hacia al dejarse llevar por sus pensamientos
- Fangorn no fue mi primera visión.
Lo último fue pronunciado en Quenya pero el príncipe de Rohan no presto atención a ello.
+ Entonces, disculpe si pregunto porque prefiere ese camino que el que lleva por el sur
- Por un lado, aunque es más peligroso, es más interesante, ya que podrá ver que fue del Bosque negro y de Lorien antes de llegar a Fangorn, información que puede ser muy útil. También a usted príncipe le debería interesar saber con que fuerzas cuenta el enemigo de este lado del río, ya que es el camino más rápido a Rohan
+ La última vez el enemigo seguía avanzando al sur. ¿Cree usted que se asentaron en el Bosque negro?
- Me preocupa mas que tengan tropas apostadas en la rivera este del río, a decir verdad"
¬ No, además no les era necesario, el Bosque negro ya estaba lleno de cosas malignas desde la época de Sauron, no lo habíamos limpiado por completo, supongo que eso ayudo a que lo tomaran tan rápido. No sabemos como están las cosas al otro lado de las montañas, ambos caminos podrían ser igual de peligrosos. Yo creo que siguieron hacia Mordor, esa tierra estaba maldita, en 30 años de trabajo no se pudo volverla fértil. Y yo, debería pasar por Rivendel, o por lo que queda de el. Supongo que Elrond antes de irse movió la mayor parte de las cosas a los Puertos Grises, porque no quedaban suficientes elfos para velar por ambas regiones, al menos todo lo que se podía mover...
- Mas allá de la ruta que escojan, sigo pensando que el enano podría llegar a resultar útil, de alguna forma
¬ Esta claro que vendrá con nosotros. Nadie podría impedírselo, además
+ Farngorn será entonces. Espero que allí haya alguna esperanza si es tan importante ir
¬ Todo indica que al menos, por ahora, es donde el destino guía nuestros pies"
Aun no se nos ha revelado que hemos de hacer para enfrentar al mal, y aun temo que estemos perdidos. Aunque es verdad, que la esperanza a vuelto a mi hace unos días.....cuando llegaron todos ustedes a la fortaleza.....nuevas luces se vieron en la oscuridad....que es un poco, mínimamente pero al fin y al cabo menos oscura ahora..."
- Solo cuando caiga el ultimo hombre libre será cuando la esperanza desaparezca
En ese momento Eandros se quedo concentrado profundamente en sus pensamientos
Dentro de su mente veía el Bosque de Farngorn y a Barbol dándole "lo que tenía brillo" a Aldariel. Pero no se ve así mismo en el bosque si no que el forma parte de ese sueño.
El objeto que tenia brillo ahora era visto mejor, claramente se notaba la forma de una espada. Pero no estaba solo en la visión, también están Belegnor, Baranor, Léod y Dormin.
Cuando termina su “sueño”, Eandros enciende su pipa y mira por la ventana
¬ ¿Nos perdimos de algo?
- Los valar me han dado un pequeño golpe para corregir mi camino.
Otra vez usando la lengua de los elfos, pero su rostro se notaba preocupado
+ ¿Ha sucedido algo?
- ¿Cuando partimos entonces?
+ Lo ideal seria mañana
- Hare los arreglos necesarios... Baranor vendrá con nosotros.
+ Hay otro tema que me gustaría consultarles, pero no se si es el momento adecuado
¬ Habla, quizás no haya otro momento
+ ¿Eandros, usted estuvo en Minas Tirith el día de las Lagrimas no es así?
- Si
Se notaba la seriedad de Leod al hablar, el tema del que haría mención no era muy agradable, pero necesario de tratar en estos momentos.
+ Eldarion me contó que los orcos atacaron y ese día se llevaron a los niños. Mismo día que su hermana desapareció. Pero el me dijo que fue un hechicero. Lo que me genera la duda de que cosas aun no hemos visto de todo lo que sucede. ¿Usted ha sabido algo de esto?
¬ Un hechicero se robó a los niños
Se notaba la preocupación y asombro en la voz de Belegnor
+ No se si ustedes sabían. Pero Eldarion y yo hemos sido criados durante muchos años por Faramir. Una tarde, Eldarion me contó sobre el día de las lágrimas
Y lo que sucedió con su hermana. Y en mi mente siempre quedó marcada la diferencia entre hechicero y orcos.
- Durante ese día estaba luchando cuando la princesa desapareció, la reina solo me dijo que había sido un hechicero, efectivamente
+ ¿Ahora pienso que quizás los demás niños hayan sido una distracción y quizás el verdadero objetivo era la princesa, si no porque otra razón fue un hechicero?
¬ Los niños no fueron una distracción, y puede que ese hechicero, fuera el enemigo mismo, en la forma que pudo venir aquí. Les recuerdo que los Valar me han revelado que la forma que usó Morgoth para entrar al mundo fue destruida por fuerzas enviadas por los Señores de Occidente, como un día fueron enviados los Cinco Istari.
+ Hay un detalle más que quizás nos sirve para comprender al enemigo que nos enfrentamos
¬ Y nadie mas volvió a ver a ese hechicero, así que es posible que haya sido el.
+ Lo que les diré a continuación solo es sabido por cinco personas.
El mismo día que desapareció la princesa de Gondor, también desapareció un niño en Rohan. Según los testigos fue raptado por una sombra. Ese niño era mi hermano. El segundo hijo del Rey de Rohan. En Rohan no hubo ataque ni señales, simplemente una sombra fue por el y lo tomo.
Belegnor cerró los ojos con pesar y trato de agregar un poco de luz sobre este triste relato
¬ Sé que esos niños contuvieron la esencia de Morgoth cuando su cuerpo fue destruido poco después del Día de las Lágrimas. Quizás hasta planeo su propia destrucción en ese momento. Ahora esta dividido, pero nosotros no sabemos cuantos son, y esos Seres parecen más poderosos que un Nazgul.
+ Hoy he visto a uno a los ojos, frente a frente. Luego de eso pregunte a Belegnor si quedaba en ellos rastro de humanidad, me inclino por la opción negativa.
- Como le dije Eldarion, nadie sabe a que fueron sometidos, ni que es lo que fue de ellos, salvo que ahora contienen la mayor oscuridad que Tierra Media jamás conoció.
¬ Incluso sus almas podrían ya estar muertas, el poder del Enemigo seria suficiente para darles una ilusión de vida"
+ Lo comprendo, no guardaba esperanzas de lo opuesto. Pero incluso en estos momentos podemos hallar esperanzas en las pequeñas cosas.
¬ No digo que estén perdidos, mis conocimientos no llegan para afirmar eso solo digo que pueden estarlo.
+ En estos momentos no creo que debamos enfocarnos en ello. Si podemos salvarlos será agradecido, si no deberemos permitirles descansar en paz
¬ Por cierto, debería señalar que los príncipes herederos de Rohan y el Reino Unido anden juntos en una compañía de tan poca gente, es un poco arriesgado. No espero que no lo hagan, solo que lo tengan en cuenta
+ Eldarion no ira. Simplemente iré yo
Belegnor se vio tranquilizado por esta noticia
¬ Bien
+ El me ha encargado que escoltara a Aldariel hasta Farngorn como dije anteriormente, ya que el no podía hacerlo
¬ Bien, entendí que te había pedido que lo acompañes a escoltarla
+ Como le he dicho a el, mi unidad quedara a cargo del Capitán de los Jinetes. No me exprese bien entonces.
¬ O yo entendí mal, no soy el más perceptivo de mi raza.
+ No he tenido el honor de conocer muchos de los suyos para poder juzgar lo cierto de esa sentencia
Por un momento hubo una sonrisa en el rostro de Belegnor después de una charla tan angustiante y seria.
¬ En fin, deberíamos ponernos en camino antes de que el enemigo se reagrupe tras el golpe de hoy. Derrotamos solo a una avanzadilla. Aunque fue una buena batalla.
-Un triunfo es un triunfo. Los hombres necesitan es confianza. Anque haya sido un triunfo lleno de tristeza.
Galinor el capitán de Arnor se acerco al grupo.
º Ha llegado un mensajero de Arnor con una carta para el señor Belegnor
Se veía que también había recibido heridas y su brazo estaba vendado
Eandros fumaba tranquilamente mientras tomo asiento
-Capitán, déjeme ver ese brazo
º Ya lo ha atendido la princesa, gracias
Puso más tabaco a la pipa y dijo
- Ni a ti ni a Leod les ofreceré nunca mas que los cure, y ya van a ver como les va a ir
º Debería ir a reemplazarla maestro, se la nota cansada
+ No lo tome a mal señor Eandros
- Ya van a ver, ya van a ver"
El comentario volvió a causar una sonrisa en el rostro de Belegnor
º Bueno, como les dije, vengo a traer una carta para el señor Belegnor. Dijeron que era importante
+ No es que no apreciemos sus habilidades. Y al menos el capitán ha tenido mejores manos que las que me atendieron a mí.
¬ ¿Para mi?
Galinor entrego la carta a Belegnor quien se sentó a leer, más aun cuando noto que era de Borina.
La carta era en realizada el dibujo de una espada la cual no era Narsil, la espada perdida.
- Bueno señores, los dejo, iré a reemplazar a la princesa y a ordenar las cosas.
Diciendo esto ultimo, Eandros apago su pipa y se retiro, Por lo cual no pudo escuchar la ultima revelación de Belegnor.
La carta llevaba un mensaje encriptada pero Belegnor pudo comprenderlo a la perfección.
"Hablé con el señor que cuidaba los establos. Hay otra espada. Voy a viajar a la ciudad blanca para buscar información pero me va a llevar tiempo"
Belegnor tendrás que ir tú por la flama del oeste"
Belegnor repitió esta última línea en voz alta.
¬ "La flama del oeste. Me lo temía
+ ¿La espada perdida?
¬ Al parecer, Borina cree que voy por ella, y ella sabe que yo voy a Fangorn
+ ¿Borina?
¬ La enana, que buscaba la espada del Rey para devolvérsela, esta obsesionada con darle la espada al rey para cumplir una profecía. Y ahora parece que hay otra espada, una que esta en la Ciudad Blanca. No, disculpas. Estoy un poco nervioso, Borina va a Tirith a encontrar datos de esta otra espada
+ Una espada en Minas Tirith? ¿Y nadie sabía de ella?
¬ No, no esta allí, allí fue Borina a averiguar de ella, no se que fuentes desea consultar"
+ Y porque cree que vas por Anduril? ¿Acaso tienes idea de donde puede hallarse?
¬ Creo que Anduril es la espada de la que habla Aldariel
La seriedad de estas palabras se reflejaban en su rostro
+ ¿Su espada? Eldarion me dijo que ella decía que debía ir a Farngorn a buscar su espada
¬ Sospecho que hablamos de la misma espada"
- ¿Quien es esta chica? Todo parece girar en torno a ella
¬ ¿Aldariel? ¿Tengo cara de vidente? los Elfos no lo sabemos todo. Solo se que hay que protegerla hasta el final. Algo me dice que en ella esta la clave de nuestra victoria
+ Empiezo a creer lo mismo según lo que me han contado.

(roleado on line con Max, Gonza y Patán)

martes, 21 de septiembre de 2010

Paseo por el lago


Arnor (Lago del Crepúsculo)


Eldarion despertó muy temprano al día siguiente. Todo estaba aún en silencio en el castillo. Se vistió y salió de su habitación. El cielo aún estaba medio a oscuras, a lo lejos el débil resplandor de los rayos del sol anunciaban un temprano amanecer.
Salió del castillo y se dirigió hacia el campo de entrenamiento, estaba seguro que la encontraría allí.
Aldariel se había levantado temprano como todos los días. No había todavía suficiente luz pero aún así decidió practicar con el arco. Se dirigió al campo de entrenamiento y se dispuso a la distancia que había entrenado el día anterior con Belegnor. Tensó el arco y disparó una flecha hacia el blanco. El tiro había sido bueno, iba a tomar otra flecha cuando escuchó unos pasos y volteó a ver.
-Buenos días Eldarion.
-Buenos días Aldariel.
-Veo que no soy la única que se levanta temprano para entrenar.
Él le sonrió.
-¿Pudiste descansar bien?
-Así es, el sueño vino enseguida a mí, no me percaté de lo cansado que estaba hasta que me acosté.
Ella se rió.
-A mí me pasa también ¿vas a entrenar?- le preguntó viendo que sus ropas no parecían de entrenamiento.
-No, tenía pensado recorrer los alrededores del castillo.
-El lago es muy hermoso cuando amanece ¿irás solo? ¿quieres que te acompañe?
-Justamente vine aquí para pedirte que vengas conmigo.
Había estado pensando bastante cómo pedirle que lo acompañe, pero todo había sido inútil porque ella lo resolvió en un segundo.
-Espera un momento, no tardaré.
A los pocos minutos Aldariel regresó. Se había cambiado el vestido, éste también era verde, muy parecido al color de sus ojos, pero no tan hermoso, y tenía bordadas hojas de árboles en la pollera.
-Fhilamir me lo regaló hace tiempo, pero jamás lo uso para entrenar porque no quiero dañarlo.
-Estás preciosa con él, parece como si el bosque se hubiera posado en tu vestido.
Aldariel se ruborizó al instante, jamás le habían dicho algo así.
-¿Iremos a caballo o a pie?
-Tú eres la experta, no conozco este lugar.
-Entonces iremos a caballo. Ven- le dijo y lo tomó de la mano. Eldarion notó que era suave al tacto pero tenía los callos que evidenciaban su manejo de la espada.
Se dirigieron hacia los establos, aún no había nadie allí, todo parecía dormido a esa hora. Cuando Aldariel se acercó a su caballo él relinchó alegremente.
-Él es Crosswind, me acompañó en mi viaje hasta aquí.
-Es un mearas de Rohan, un hermoso ejemplar.
-No es mío, es de Faragond, él me lo prestó para el viaje.
-¿Faragond? No sabía que lo conocías…
-Conozco también a Galinor, me los crucé en el camino cuando iban hacia el sur, y Faragond me prestó su caballo, fueron muy amables conmigo… así pude llegar más rápido. Me dijo que podía quedarme con Crosswind porque ahora él tiene otro caballo ¿y el tuyo?
Eldarion se acercó al caballo negro y lo acarició.
-Se llama Wildstorm- “¿Listo para cabalgar amigo?” le dijo en la lengua antigua que le había enseñado su madre.
-“Eres hermoso Wildstorm”- le dijo ella en la lengua antigua de los elfos y Eldarion se sorprendió.
-No creí que pudieras hablar la lengua de los elfos.
-Todos se sorprenden cuando lo digo- sonrió mientras montaba a Crosswind- ¿vamos?
Eldarion montó a Wildstorm y ambos salieron a caballo de la ciudad.
Aldariel lo condujo hacia el paso del río y de allí hacia las montañas, todavía faltaba algún tiempo para que amaneciera y creía llegar a tiempo al lugar donde se dirigía. La mejor vista desde el lago la había encontrado Crosswind un día que se dirigieron hacia las montañas, y hacia allí estaba llevando a Eldarion. Llegaron al borde de un pequeño bosque que se internaba en la ladera, habían bordeado el lago hacia el este. Aldariel se detuvo y le dijo a Crosswind que la esperara allí.
-Tenemos que ir a pie ahora.
Eldarion desmontó, le ordenó a Wildstorm que esperara y la siguió. Se internaron por un camino en el bosque que ascendía hacia las montañas. El lugar era increíble, un bosque de árboles muy altos los rodeaba y el suelo estaba cubierto de flores amarillas que descendían hacia el valle y ascendían por la ladera de la montaña verde. Ascendieron un tiempo hasta que Aldariel le dijo:
-Ya casi llegamos, ahora cierra los ojos.
Eldarion la obedeció. Ella le tomó la mano y lo condujo hacia el final del camino que hacía un pequeño rodeo hacia el sur.
-Llegamos justo a tiempo- dijo- puedes abrir los ojos.
Eldarion abrió los ojos y vio el castillo a lo lejos, los primeros rayos del sol lo iluminaron y pareció como si estuviera recubierto en mithril. El lago a sus pies y las montañas alrededor hacían que la vista fuera única. Los rayos del sol se posaron en el lago y las pequeñas olas parecieron iluminarse, las montañas imponentes detrás del castillo y el río que se dirigía hacia sur, desde allí se podía ver toda la región.
Aldariel sonrió al ver su expresión.
-Dijiste que querías ver los alrededores, desde aquí puedes ver todo.
-Es hermoso… aunque creo que esa palabra no sea suficiente para describirlo…
-Es la mejor vista, y si llegas antes del amanecer puedes ver como los primeros rayos del sol se posan sobre el castillo, es muy lindo.
Él la miró a los ojos con dulzura. Aldariel se sintió cohibida y enseguida se ruborizó y miró hacia el suelo. Ese sentimiento era muy extraño… Él le tomó la mano y le dijo:
-Podrá ser la mejor vista, pero no sería nada sino estuvieras aquí- dijo y le acarició su pelo lacio.
Por primera vez Aldariel no sabía que decir, su ser era una mezcla de emociones que no entendía del todo…
-¿Te ocurre algo?- le preguntó.
-No…- dijo y lo miró a los ojos- es extraño… nunca me había sentido así antes…
-Yo tampoco…- le dijo Eldarion y se acercó más a ella sin dejar de mirarla.
Ella le apoyó la otra mano en su mejilla y lo acarició, no lo había pensado, cuando se quiso dar cuenta ya lo había hecho. Eldarion se acercó más a ella y la besó en los labios, muy dulcemente. Cuando se separaron ella le preguntó:
-¿Qué fue eso?
-Se llama beso- le respondió con una sonrisa.
Ella parecía desconcertada, pero luego dijo:
-Creo que ya sé por qué me siento así… creo que me enamoré de ti, si eso es posible en tan poco tiempo.
-Yo creo que sí es posible- dijo mientras le acariciaba su rostro de niña.
Ella lo abrazó y él la rodeó con sus brazos, acariciándole el pelo. No sabía que decir, pero también se dio cuenta de que las palabras estaban de más allí.

Charlas en Arnor

Eärwen


*****

-¡¡Hermano!!
Eärwen fue corriendo hacia él y lo abrazó. Él la abrazó con fuerza, hacía tantos años que se habían separado, ella era una mujer ahora, y era muy hermosa, tanto como su madre.
-Eärwen, que hermosa estás.
-Gracias hermano- le sonrió- ¿pero qué te ocurrió? Estás empapado.
-Fue Eandros, supongo que me lo merecía…
-¿Eandros te bañó en agua?- se río- Seguramente lo hiciste enfadar bastante.
-Creo que me gritó varias veces y no lo escuché…
-Pero ¿qué pasó? Cuéntame hermano…
Luego de relatarle la historia Eärwen se rió con ganas.
-Veo que has encontrado algo más interesante que espadas en el campo de entrenamiento.
-Jamás me había sentido así antes…
-¡Sos tan tierno! Como cuando eras un niño, no cambiaste nada.
-¿Qué sabes de ella?
-¿De Macilwen? Así la llaman aquí.
-No me parece nada extraño.
-Dice venir de Farngorn, aunque muchos no le creen, yo creo que es cierto. No sé mucho más, pero es muy buena chica, Fhilamir se encariñó mucho con ella.
-Eso me pareció…
-Deberás hablar con ella si quieres saber más cosas ¿o sigues siendo igual de tímido que antes?
-Supongo que lo soy…
Ella le sonrió y le dijo:
-No te preocupes, ella no lo es. Si tú no le hablas, te hablará ella.

*****

Cuando Léod salió de la reunión acompañó a Sumayyaa a su habitación y luego decidió ir a recorrer el castillo, quizás encontrara a Eldarion que seguramente ya había hablado con su padre… en uno de los pasillos lo estaba esperando la princesa Eärwen.
-Buenas noches príncipe Léod. Mi hermano lo está buscando.
-Buenas noches princesa Eärwen. Curioso tanta formalidad, estoy más acostumbrado al trato de su hermano.
Ella le sonrió.
-Supongo que es lógico, ustedes se conocen desde pequeños.
-Así es.
-Dijo que lo estaría esperando en el campo de entrenamiento.
Léod se rió al escucharlo, eso no me parecía nada novedoso.
-Algunas cosas nunca cambian, por más que pasen los años- dijo sonriendo.
-Igualmente parece que encontró algo más que espadas allí…
-Eso es toda una novedad- dijo sorprendido- Creo que le hará bien olvidarse un poco del entrenamiento.
-En sus cartas jamás me hablaba de otra cosa que no fueran sus avances en el combate o sus batallas en Mordor…
-Tiene sus razones. Me alegra saber que ha encontrado algo con que despejar su mente. Si no comenzaría a sentirme culpable.
-¿Y por qué deberías sentirte culpable?
-Porque yo estoy comprometido y Eldarion no- sonrió y ella sonrió con él.
-Espero esté cómodo en su habitación, cualquier cosa que necesite estoy a su disposición. Si me disculpaas tengo algunas cosas que hacer y ya cumplí lo que mi hermano me había pedido.
-Por favor, ha sido un honor conocer a la Princesa de Arnor
-El honor es mío


(roleado on line con Max)

*****

Léod se dirigió al campo de entrenamiento, ya era bastante de noche. Allí solo estaba Eldarion sentado esperándolo, no estaba entrenando pero se notaba que lo había estado haciendo.
Léod tomó una espada de práctica, y moviéndola sobre su mano le dijo:
-Deberías ahorrar fuerzas para el momento necesario, viejo amigo
-¿Vas a entrenar conmigo? ¿Estás seguro?
Eldarion se levantó, tenía una espada de madera en la mano.
-No sería correcto, te ves agotado y no quiero hacerte lucir mal frente a tus hombres
Era obvio que estaba bromeando porque no había nadie allí.
-¿Qué hombres? estamos solos amigo- le sonrió Eldarion y le hizo una reverencia para comenzar el combate.
Léod golpeó primero.
-Ha pasado tiempo desde la última vez.
Eldarion bloqueó el ataque.
-Prefiero que nuestros hombres no nos vean pelear aunque sea un entrenamiento
Y esta vez fue Eldarion el que atacó.
-Lo sé no sería agradable que el príncipe de Rohan derrote al príncipe de Gondor- se rió a la vez que volvió a golpear.
-O al revés- sonrió su amigo, que esta vez no volvió a atacar y le dijo:- Hablé con mi padre. Fue muy extraño volver a verlo... Pero él está igual que siempre, como lo recordaba de niño, aunque algo más canoso- sonrió.
-Un padre siempre será un padre y un hijo siempre será hijo. Los años pueden pasar pero ese afecto jamás pasa. Entiendo a que te refieres si a mí se me hizo un mar de sensaciones al ver a mi padre a ti ni quiero imaginarlo- sonrió.
-Sí, pero pude hablar con él, de padre a hijo, y de hombre a hombre... Le dije que iba a asistirlo en todo lo que me pidiera, y me dijo que estaba orgulloso de mí... Me vio pelear hoy aquí mismo, aunque yo no sabía que me estaba observando.
-Efectivamente, conozco esa situación y esas palabras- sonrío como asintiendo el sentimiento.
-Seguramente no hubiera peleado así de haberlo sabido... Mi maestro estaba muy enfadado... Pero dejame contarte todo.
Eldarion volvió a sentarse y Léod lo siguió.
-Cuando todos entraron a la fortaleza yo entré último, mi idea era acompañarlos pero cuando me dirigí hacia el castillo escuché ruido de aceros chocando entre sí. Me pareció raro que fuera un entrenamiento así que me dirigí hacia donde escuché el sonido. Cuando llegué aquí vi como uno de los capitanes estaba entrenando a una muchacha… Con armas de metal, y con filo. Me pareció muy peligroso hasta que vi como combatía... era muy buena. Me quedé observando el combate hasta que el maestro finalizó y luego de eso me acerqué a él. Le pregunté si podía entrenar con ella. Al principio no pareció muy convencido... pero ella le insistió. Le dijo "Por favor maestro, aún puedo continuar " y su maestro respondió "Está bien, pero tengan cuidado". Creo que él supo quien era al instante en que me vio. Nos dirigimos al centro del campo y le pregunté: “¿Lista?” “Lista” me respondió sonriendo.
“Debiste haberla visto. Realmente es muy buena. Estuve peleando con ella, ni siquiera sé por cuanto tiempo, hasta que mi maestro me arrojó un balde de agua. Supongo que debe haberme llamado pero no lo escuché...
-¿Tú estás tratando de decirme que estuviste peleando con armas de filo con una joven?
-Sí, no iba a hacerle daño. Pero mi maestro se enfadó mucho, conmigo y con el capitán. Nos sacó las espadas y nos dio otras de madera. Nos dejó seguir, y estuvimos practicando bastante más tiempo, hasta que ella se cansó, pero puedo asegurarte que estuvimos entrenando varias horas.
Era evidente que la chica lo había fascinado y Léod se rió.
-El valiente Eldarion, fascinado por una joven. Quién lo diría… Por tu bien espero no tenga el espíritu de una Rohirrim o la obstinación de una Haradrim- sonrió.
-¿Recuerdas lo que te dije cuando nos reencontramos? ¿que sabía que tenía que llegar lo antes posible al norte pero no sabía por qué? Creo que ella es la razón…
Léod se rió aún más pero Eldarion lo estaba mirando muy serio y no se reía.
-¿No te has golpeado en los entrenamientos verdad?
-No, no me golpeé amigo. Lo que te digo es lo que siento.
-Eso es una muy alegre noticia, sorpresiva, pero muy alegre. Ya me preocupaba que te olvidaras de encontrar una mujer para ti. Igualmente hazme caso, si pelea y es obstinada, tendrás problemas- sonrió.
-No lo dudo, pero realmente no creo que ella sea como Sumayyaa. De hecho no se parece a ninguna mujer que haya conocido.
-Eso mismo dije de Sumayyaa al conocerla- le dijo y le puso una mano en el hombro- Así que confía en la palabra de tu amigo.
-Ni siquiera sé su nombre aún...
-Curioso lo primero que nos conecto a mí y a Sumayyaa fue una cabalgata y a ti parece que fueron las espadas.
-Creo que se asustó cuando lo escuchó a mi maestro llamarme "príncipe heredero al trono de Gondor"... Quería preguntarle como se llamaba pero se fue antes. Prácticamente escapó.
-No te preocupes imagino volverás a verla, muy lejos no pudo haber ido
En ese momento vio a una niña que tendría como mucho 18 años de edad que se acercaba al campo de entrenamiento, tenía un vestido color verde bastante maltratado y traía dos espadas a la cintura, una de metal y otra de madera.
-Supongo que sí...- le dijo Eldarion que aún no la había visto porque ella se estaba acercando por el otro lado.
-¿Por curiosidad tu dama misteriosa viste ropas color verde?
-¿Cómo sabes?
-Pues lo leo en tus ojos, y en que está pasando por allí en estos momentos- y le señaló a la chica-Ves, confía en las palabras de tu amigo.
Ella parecía venir distraída y cuando se dio cuenta de que había dos personas más allí ya era tarde para escaparse.
-Lo siento... no quería interrumpir- dijo entrecortando las palabras.
-Por favor señorita, no interrumpe nada particular. Pero ¿qué hace una dama por aquí a estas horas?
-¿Yo? Vengo a entrenar
-¿Y su nombre? Yo soy Leod, y quien me acompaña es mi gran amigo Eldarion
-Yo soy Aldariel, mucho gusto. ¿Vinieron a entrenar?
-Entrenábamos más el corazón que el cuerpo. Sin embargo mi amigo siempre está dispuesto a un buen combate.
-Por favor sigan, no los molestaré.
-No es ninguna molestia. Y disculpe la pregunta. ¿Con qué guarnición ha venido?
-¿Guarnición? ¿qué es eso?
Eldarion se río al escuchar la pregunta, pero ella no pareció molestarse, al contrario, esperaba la respuesta.
-Grupo de hombres armados. Por ejemplo yo vengo de Rohan junto con los hombres de Rohan. Eldarion ha venido con los hombres de Gondor.
-¡Ah! ¡Me dijo Belegnor que ustedes saben cabalgar muy bien!
-Eso dicen- sonrió Léod.
-Yo he venido sola
-¿Sola? ¿Desde dónde?- le preguntó Eldarion
-Desde mi casa.
Eldarion se volvió a reír, pero su risa no era de burla.
-¿Y su casa queda en dónde?- preguntó Léod.
-En Farngorn
-¿Farngorn? ¿Estás segura?
-Sí, ahí es mi casa, ahí vivo. Rohan queda cerca de mi casa, pero nunca fui.
-Mis disculpas pero conozco muy bien la zonas de Rohan y jamás he visto casas alrededor de Farngorn
-¿Alrededor? No, yo vivo en el centro del bosque. Junto a mi padre.
Eldarion cada vez entendía menos y le preguntó:
-¿Conoces a los Ents?
-¿Centro? Pero creía que los humanos no podían ingresar en ese bosque- se sorprendió Léod.
-¿Por qué no? Yo vivo ahí.
-Yo conozco de ellos pero solo por historias. Es un bosque muy conocido en Rohan
-Y claro que conozco a los Ents, a todos- dijo satisfecha de sí misma- conozco todos sus nombres.
-Nunca supe muy bien porque no podía ingresar allí. Imagino será por respeto a los Ents…
-mmmmm no sé... Yo nunca había visto humanos antes de salir del bosque...
-Justamente porque los humanos no ingresan al bosque. No es sorpresa que no haya visto a alguno más allá de tu padre
-¿A mi padre Bárbol?- le preguntó sin comprender.
-Bárbol es un Ent- le dijo Eldarion a Léod que parecía no saberlo.
-Sí claro- dijo Aldariel
-¿Entonces tú te criaste con los Ents?- le preguntó Léod.
-Sí, los quiero mucho, ellos son mi familia
-¿Familia adoptiva correcto?
-No soy un Ent, eso es lógico, no tengo ramas- le respondió simplemente.
Eldarion lanzó una carcajada.
-Claro que no eres un Ent, eres una mujer- dijo Eldarion y ella le sonrió.
-Podría ser un Ent, yo nunca vi uno- se rió también Léod- Pero confiaremos en que es una mujer.
-No soy un Ent, hace mucho que las Ent-mujeres se fueron y no regresaron nunca más. Los Ents todavía las esperan.
-La vida de un hombre puede ser solitaria sin una dama a su lado. Sea hombre o Ent claro está.
-Debe ser muy triste para los Ents...- dijo Eldarion.
-Ellos creen que algún día volverán a verlas, no están tristes
-Y quizás algún día ocurra. Pero volviendo a ti. ¿Qué te ha traído hasta tan lejos? Debiste haber viajado prácticamente un mes
-Supongo que fue un mes... no sabría decirlo... Vine a entrenar
-Podrías haber entrenado en Rohan estaba más cerca.
-Es que mi padre siempre me habló de los Dúnadan del Norte, y quise venir hasta aquí. No sabía que existía esta ciudad... solo me dirigí hacia el norte.
-¿Hace cuánto que llegaste?- Eldarion
-Mmmmm no lo sé con exactitud... creo que pasaron seis lunas
-¿Y nunca habías entrenado antes?
-No
Eldarion cada vez estaba más sorprendido.
-¿Quién te enseñó?
-Mi maestro Fhilamir
Léod notó que Aldariel se había quedado mirando fijamente a Eldarion y sonrió.
-Si no les molesta, debería ver cómo están mis hombres. Espero no les afecte el estar lejos de su hogar.
-No te preocupes, disculpa por interrumpir tu entrenamiento.
-Y viejo amigo, confía en mis palabras. Tú tienes la fuerza de conquistar cualquier batalla.
-Ya peleé con él, y seguramente puede hacerlo.
Eldarion sonrió.
-Lo sé Aldariel, he peleado con él durante muchos años. Créeme que lo conozco.
-Hace muchos años que somos amigos- le dijo Eldarion
-¿Amigos? No tengo muchos amigos aquí... salvo la princesa que a veces viene a visitarme. Y mi maestro y quizás pueda también ser amiga de Belegnor…
-¿No? Yo creo que has hecho un buen compañero en Eldarion, eso es un buen comienzo. Y tu sinceridad creo que te harán ser muy apreciada.
-Gracias- le sonrió y luego lo miró a Eldarion- ¿Tú crees que podamos ser amigos?
-Estoy seguro que sí- le respondió.
Cuando Léod se fue Aldariel le preguntó:
-¿Gondor es muy lejos?
-De aquí es lejos, queda más allá de Farngorn y Rohan.
-Perdón por lo de hoy, si hubiera sabido que eras el hijo del Rey no me hubiera comportado así… Lo siento.
-No tienes que disculparte, si hay algo que no me gusta es que me traten diferente porque soy “el hijo del Rey”
Ella se sentó a su lado.
-Entonces solo te llamaré Eldarion.
Él le sonríe.
-Trato hecho.
-¿Podremos seguir entrenando juntos entonces? ¿No se enfadará tu maestro?
-No se enfadará si combatimos con espadas de madera- sonrió.
-Debe ser difícil ser el hijo de un Rey, Eärwen siempre está muy ocupada.
-No es difícil, nos preparamos desde pequeños para eso.
-¿Leód también es hijo de un Rey?
-Sí, él es el hijo del Rey de Rohan.
-Belegnor dijo que arrasaron el Bosque Negro, debí haber salido antes de Farngorn…
-¿Y por qué decidiste hacerlo ahora?
-No lo sé… solo sentí que era el momento… aunque me hubiera gustado llegar antes, entrené muy poco tiempo, pero creo que Fhilamir me dejará ir.
-¿A dónde?
-A la batalla
-No deberías hacerlo, una batalla no es igual que un entrenamiento, es muy peligroso.
-Lo sé… pero quiero ayudar, para eso estoy aquí. No voy a dejar que arrasen nuestros hogares sin hacer nada. Si no los detenemos llegarán a Farngorn, o a Rohan, o a Gondor, es mejor detenerlos aquí.
-En eso estoy de acuerdo contigo…
-¿Léod y tu vinieron para eso no?
-Sí, vinimos a ayudar a mi padre.
-Yo también quiero ayudar.
-Y seguramente lo harás. Deberías ir a descansar ahora.
-No estoy cansada. Además había venido aquí a entrenar… Pero tú sí te ves cansado, seguramente no habrás descansado nada desde que llegaste.
-Eso es cierto… pero no estoy cansado.
-Entonces… ¿quieres entrenar conmigo?
-No hay nada que me gustaría más.

(roleado on line con Max)


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Tras finalizar la reunión Eândros le pidió a Faragond que se quedara un momento más.
-Sí maestro Eândros
-La situación es peor de lo que esperaba... Sabíamos que veníamos a enfrentar a un gran ejército, pero no a uno que se mueve invisible.
-No creo que sea invisible, no lo deben haber visto. Deben haberse ocultado en algún lado, el bosque de los trolls quizás…
-Puede ser, de cualquier forma no quería hablarle de eso, es también sobre el plan del amigo elfo. Su idea de usar caballería y no presentar un frente de batalla nos ayuda en muchos más aspectos que el defender la Comarca.
-Eso si llegamos a tiempo, los medianos van a tener que evacuar. Si son tantos orcos como dicen, no podremos hacer mucho…
-Mas allá de eso, seguramente notaste la falta de entrenamiento y disciplina entre los hombres que trajimos, en el viaje no se les podía pedir mucho. Pero ahora la situación cambió, ya que los tendremos acantonados aquí mientras utilizamos la caballería, necesitamos que vuelvan a ganar disciplina.
-¿Quieres que me quede entrenándolos?
-Así es, y preparando las defensas, me temo que Fhilamir no tiene la paciencia necesaria para acantonarse de esa forma, y no quiero perder hombres en los entrenamientos tampoco…
-Está bien, yo también noté que nos falta más entrenamiento luego de ver a las tropas de Arnor... ¿Ha visto a los soldados de Fhilamir?
-Aun no tuve el gusto, solo espero que no entrenen con espadas de verdad.
-Están muy bien entrenados, y sí, algunos entrenan con armas con filo, pero son los más experimentados y Fhilamir siempre está con ellos cuando lo hacen.
-Ay ese muchacho, nunca terminó de entender lo que es la prudencia, el calor de su sangre siempre le ciega el pensamiento. Pero bueno, capitán, ¿podría llamar a su hermano?, necesito ponerme al día con la situación aquí- dijo Eândros dejándose caer pesadamente en una silla.
-¿A Fhilamir? No hay problema, iré a buscarlo y le avisaré.
-Muchas gracias, que los Valar lo protejan capitán

******

No pasó mucho tiempo hasta que Fhilamir hizo su aparición nuevamente en la sala de reuniones. Sobre la mesa todavía estaban desplegados los mapas, uno era de los alrededores del castillo, el que actualmente estaba observando.
-Maestro Eândros
Eândros se acercó a su alumno y lo abrazó.
-Tanto tiempo maestro
-Muchacho, no sabes cómo me alegra verte- le palmeó la espalda y se acercó de nuevo al mapa.
-Tu hermano seguro te comentó por qué te mande llamar, necesito más información sobre qué está pasando y en que está pensando el rey.
Fhilamir se sentó a la mesa y miró el mapa.
-Ya les he dicho lo que sabemos. El rey se quedará aquí, teme un ataque del norte a la ciudad.
-Ya veo, este será su punto fuerte, ¿sabes si su plan es que nosotros nos encarguemos del oeste? ¿o quiere que nos fortifiquemos aquí en caso de un ataque?
-La fortaleza resistirá un tiempo, nosotros tendremos que encargarnos de ayudar a la Comarca.
-Entiendo, por lo que veo la situación es complicada, tenemos esta fortaleza que cierra el paso a lo que creo es el grueso de la oscuridad, Rohan se está replegando y evacuando a su gente a Helm, y más al sur el rey de Rohan debería, y no sé qué tan cierto sea o que tiempos se manejan, estar trayendo ayuda de Harad. Por otro lado el oeste esta arrasado y en manos de la oscuridad… Si la situación es esa estamos en dificultades, somos una poca de manteca sobre demasiado pan, como dirían nuestros amigos medianos.
-Es imposible cruzar al oeste. Belegnor dijo que el bosque fue arrasado en poco tiempo y que la fortaleza élfica cayó en veinte horas.
-Exactamente.
-No creo que nuestra muralla sea mejor, pero eso espero si queremos resistir aquí.
-Hablando de eso, con nosotros vinieron cien ingenieros, sería de prioridad ponerlos a trabajar, trampas, armas de asedio, esas cosas…
-La ciudad está lista para eso maestro, yo me encargué, de hecho hace mucho esperamos un ataque del norte, solo que se está demorando.
-Bueno, ponlos a buen uso en lo que creas conveniente, trampas en el camino y frente al lago suenan como una buena idea
-Sí, igualmente les tomará tiempo llegar, como verá la ciudad está en un punto muy difícil de tomar.
-Difícil, pero no imposible mi muchacho…
-Dejando de lado la ciudad, confío en que la tienes bien defendida, ¿hay noticias de los pasos al oeste? ¿Moria? ¿el paso de la montaña?
-De Moria no sabemos nada, según Belegnor estaba libre cuándo él pasó hace un mes. El paso del norte ya no es más nuestro. Lo que más me preocupa, es que no los hayamos visto, confío cien por ciento en mis hombres exploradores, y no los vieron venir hasta que estuvieron ya sobre Bree…
-¿Moria libre? ¿y a donde fueron todos los orcos, goblins y ogros que la habitaban? ¿y cuando se fueron? ¿Podría ser que el ejército que avanza por el oeste sean las huestes de Moria? Tiene más sentido usar un ejército que está en la montaña a mover uno por encima de esta...
-No lo sabemos. Aparentemente los que están llegando por las montañas son parte del ejército que destruyó el bosque. Más al sur no tenemos noticias, quizás se hayan movido a Mordor
-Si pasaron el ejército por el paso de la montaña es aun más alarmante que si usaron a Moria… Rivendel está abandonado, ¿no es asi?
-Desde que los elfos abandonaron Rivendel nadie más vivió allí, supongo que quedarán las ruinas. Los elfos habitaban todos en el Bosque Negro, y ahora parece que se movieron hacia Lórien.
-Quizá sea buena idea utilizar Rivendel como punto fuerte hacia el oeste, esto es algo que debería hablar con Belegnor... Sería un buen punto de partida para la caballería.
-Pero ya pasaron Rivendel, ahora están a cinco días de Bree
-Exactamente. Fhilamir, no puedes pensar solo lo que tienes 5 días delante de ti. Si no tomamos la iniciativa, nos arrollarán.
-Ese es el comienzo maestro, cinco días, en poco más y estarán en la Comarca y luego llegarán aquí. Si el ejército del oeste se une al del norte, estamos perdidos. Deberemos evacuar no solo la Comarca sino también Arnor. Si perdemos Arnor, la batalla continuará más cerca de Gondor. No creo que Rivendel pueda servir de punto fuerte, ni siquiera hay murallas allí, salvo que intentemos detenerlos en el valle, si es que todavía está libre de orcos.
-Si evacuamos Arnor solo nos queda el sur, y al sur no hay ni siquiera ruinas. Al este tenemos los puertos grises, sería la mejor opción para evacuar a la gente, y que de allí viajen por barco a Gondor.
-No tenemos tantos barcos. Si evacuamos tendrá que ser a pie, o tendremos que enviar un mensaje ahora mismo a Gondor para que vengan con una flota, por lo que dejaríamos libre las costas del sur.
-La comarca se puede empezar a mover hacia el sur, y los civiles de Arnor al puerto, debe haber suficientes para la gente de aquí.
-No, no tenemos flota, no fue nunca la idea moverse de aquí... pero tenemos un paso por debajo de las montañas para escapar si toman la ciudad.
-Si empezamos a mover la gente al sur, es un riesgo por el ejército enemigo, la única opción es al este, a los puertos, por más que no tengamos una flota de Gondor tiene que haber barcos.
-No serán suficientes, tendremos que pedir asistencia a Gondor
-¿El príncipe aún está con el rey?
-Eso creo ¿Quiere que vaya a buscarlo?
-Por favor, si es que no está con el rey
-¿Le digo que lo espera aquí?
-Sí

Al poco tiempo Eândros escuchó que tocaban la puerta.
-Pase
El joven príncipe entró a la sala de reuniones, vestía otras ropas ahora más formales.
-Joven príncipe, veo que se vistió para impresionar a la jovencita. A decir verdad alegra mi viejo corazón ver tal cosa en estos tiempos…
Eldarion le sonrió.
-No creo que eso le moleste maestro, y en realidad me vestí así para ir a hablar con mi padre.
-Espero que fuera una cálida reunión
-Así fue... Mi padre es igual que cuando se fue de Minas Tirith, aunque está más canoso ¿Me mandó a llamar por algo en especial maestro?
-¿Ya te comentaron la situación y el plan hasta ahora?
-No sé qué habrán hablado en la reunión... mi padre me contó cómo están las cosas, y no parece alentador.
-Pues, tenemos un ejército avanzando por el oeste
Eândros marcó en el mapa una línea que cruzaba las montañas hasta el valle de Rivendel.
-A cinco días de Bree. Moria está desierta según nos informo el amigo elfo y al parecer... el enemigo utiliza los cuerpos de la gente secuestrada durante “El Día de las Lágrimas”…
-¿Qué?
El joven príncipe se puso pálido al instante.
-¿Quién te dijo eso?- le preguntó.
-El elfo, ¿recuerdas en el entrenamiento?
-¿Están... usando hombres para el ataque? ¿Qué fue lo que vio? Por favor maestro, es muy importante para mí saberlo.
-No para el ataque, el enemigo los corrompió, los está usando… Morgoth vive en cada uno de ellos.
Eldarion se sentó en una silla, se lo veía bastante deprimido. Su maestro le puso su mano en el hombro y le dijo:
-Sé que es difícil, pero ya no son ellos, quizá nunca lo fueron
-Lo sé... Pero será difícil saber que tenemos que combatir con ellos, contra nuestra propia sangre. Estoy listo hace tiempo para eso, pero aún así...
-Mi joven príncipe, nada es más duro que pelear contra un hermano, pero la oscuridad hace mucho borró ese vínculo, yo aún no los he visto, pero si lo que nos dicen es verdad... su humanidad hace mucho fue borrada con torturas y encantamientos. Ya no son lo que alguna vez pudieron haber sido, se han convertido en esclavos como no hace mucho fueron los Nazgul.
-Sí, pero uno de esos esclavos es mi hermana
-Joven príncipe, no hay palabras que yo pueda decir que le ayuden en su desdicha, solo le puedo dar estas palabras y esperar que su corazón las entienda. Eldarion, no deje que sus sentimientos lo pierdan en los caminos de lo que pudo haber sido pues estos son infinitos y todos dolorosos, y viva en lo que es. Viva la alegría del presente y disfrute de la luz que le brindan Eärwen y la joven aprendiz de Filhamir, si su mente se extravía alguna vez, pues es del corazón humano el vagar por la incertidumbre, busque en su corazón la luz para recordar lo que es en realidad y espantar las sombras de la duda.
-Gracias por tus palabras Eândros, y créame que todo lo que hago lo hago por mi pueblo, por mi madre, por mi hermana, por mi padre, por mis aliados, por mis amigos... y ahora también por esa persona que acabo de conocer... Si hay alguien que va a luchar contra esos hombres, voy a ser yo, y los voy a destruir, aunque sea mi misma sangre la que corre por sus venas. Y luego voy a destruir al que hizo de ellos eso que son ahora.
-Joven príncipe, no piense en que destruirá a esos hombres, ya que está lejos de la verdad, los estará liberando. Pero bien, las lecciones de filosofia pueden esperar un poco, tengo aquí el plan de batalla.
-Por favor, quiero escucharlo, ya que iré con ustedes cuando decidan marchar.
-No esperaba otra cosa
-Primero lo más alarmante, el enemigo se encuentra a 5 días de Bree, y avanzando hacia Hobbiton
-Sí, mi padre me lo ha informado. Fhilamir se encontraba ahora con él hablándole de esto que me contarás ahora supongo.
-Lo que brinda dos noticias aun más alarmantes, una es que han pasado tropas por los pasos, lo que quiere decir que en algún momento cruzaron el río, lo que puede indicarnos que Lórien y Rohan pueden estar en un peligro mayor del que originalmente creíamos.
-Quizás solo hayan cruzado por este paso, y no por el de Moria... aunque de eso no sabemos nada
-Es lo más probable, aunque no sabemos qué pasó con los habitantes de Moria, ya que nos informaron que está vacía. Creemos que la columna del oeste está bajando hacia Moria, pero no estamos seguros. Pero en cuanto a lo que nos compete en esta situación, Bree es insalvable
-Pero no estaban cruzando el río cuando salimos de Gondor, ¿qué dicen los mensajeros?
-No tengo noticias de ningún mensajero
-Deberíamos preguntarle a mi padre cuándo fue la última vez que tuvo noticias de Gondor
-Sí, sería lo más prudente
-No creo que estén atacando o nos habríamos enterado ya
-Pero preste atención que aún no le comente el plan de batalla, ni siquiera termine con la situación. Deben estar reuniéndose en Mordor.
-Perdón maestro
-Entiendo sus ansias, pero no podemos mirar a toda la Tierra Media, ahora tenemos esta batalla. Bien, el avance orco sobre Bree es inevitable a estas alturas, pero aún podemos evacuar lo que podamos de los hobbits. El plan es enviarlos al este, a los puertos de los elfos, y al sur lo más lejos posible de los orcos. Mientras con caballería atacamos los flancos por aquí, y por aquí- dijo señalando los puntos en el mapa- manteniéndonos siempre a distancia.
-Léod podría liderar uno de los flancos y yo el otro. Fhilamir podría asistir a la Comarca en caso de que no podamos frenarlos y se escapen.
-En total tenemos 1300 tropas de caballería, no tengo el número exacto de arqueros. Con su autorización mandaré un mensajero a la Comarca para que Pippin comience la evacuación. En cuanto a Fhilamir podría ir con su aprendiz, es el que tiene las tropas en mejor forma. Aunque no creo que a los hobbits les guste mucho mudarse.
-Creo que lo mejor será que vaya yo a avisarles eso a los hobbits. Me adelantaré con mi tropa y les informaré cuanto antes de la situación. Me reuniré contigo cuando todos estén listos en algún punto entre Bree y la Comarca. ¿Crees que lleguemos antes que ellos?
-¡Rezo a los valar por eso!
-Entonces voy a partir mañana mismo. Ayudaré en la evacuación y esperaré noticias de los últimos planes
-Muy bien, yo marchare con la columna que irá por el sur, llévate a la guardia real contigo.tos
-Está bien, los esperaré allí, partiré mañana. Ahora si me disculpas me iré a entrenar.
-¿Con quién?- preguntó suspicaz- ¿con Fhilamir?, creí que estaba con tu padre…
-Le diré a Léod, pero tengo la esperanza de que vuelva a aparecer la muchacha- le sonrió.
-Ah ah ah... bien ve, no te retengo más...- y murmuró- ¿dónde habré dejado el balde?
-No usaré armas de verdad. Lo prometo.
-No es por eso, vamos ve a entrenar que quizá tienes suerte.

(roleado on line con Gonza)


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Después de la reunión Baranor se dirigió al campamento a cenar con sus hombres. Algunas mujeres del pueblo habían ido a ayudar y estaban cocinando para los soldados recién llegados del largo viaje. Algunos soldados de Gondor comenzaron a informarse de la situación charlando con los soldados de Arnor. Se acercó a las mujeres y le sirvieron un guiso en un plato de madera.
Le había quedado pendiente una charla con su maestro, pero él salió de prisa a informarle al Rey las novedades. Descansó un poco del trajín del primer día en la ciudad y esperó a que se hiciera más tarde para buscarlo.
Fue a caminar por la ciudad, no había mucha gente afuera, ya era bastante entrada la noche, y llegó al lago, la luna arrojaba sus rayos plateados sobre el agua, el cielo estaba despejado y las estrellas titilaban en lo alto, la vista era una hermosura.
Se quedó allí admirando esa belleza de la naturaleza hasta que decidió volver al castillo y buscar a Fhilamir. Los guardias le informaron que la última vez que lo habían visto había sido antes de la reunión de capitanes. Les preguntó a los guardias dónde estaba su habitación y le dijeron que se encontraba en el ala este.
Cruzó los pasillos del castillo bañados por la luz de la luna y llegó a un patio interno bastante amplio con una gran fuente en el centro. La luz de la luna se reflejaba en sus aguas. Baranor se quedó maravillado contemplando su brillo, casi al instante notó que no estaba solo.
A los pies de la fuente estaba sentada una muchacha. Tan hermosa parecía que se quedó pensando si pertenecía a la raza de los elfos o de los hombres…
Se acercó con tranquilidad a la fuente y cuando estuvo lo suficientemente cerca notó que era la princesa de Arnor.
Le hizo una reverencia y bajó una rodilla a tierra.
-No tiene por qué hacer eso soldado, por favor levántese- le dijo ella.
-Gracias
Baranor se incorporó y le dijo:
-Hermosa noche ¿no es así?
-Sí...
Él la miró, tenía el pelo largo, negro y ondulado, estaba vestida con un traje blanco de mangas muy anchas y todo bordado con flores, pero ella estaba mirando hacia las estrellas. Nada de lo que había visto esa noche se comparaba a su belleza.
-Con su permiso me retiro- le dijo respetuosamente e hizo una reverencia.
Se dispuso a seguir buscando a su maestro, pero justo en ese momento notó que ella estaba llorando y se secó las lágrimas.
-Las lagrimas derramadas en soledad solo significan que tu corazón esta triste. Si me permite, ¿podría ayudarla?
Ella lo miró con los ojos sus hermosos ojos azules, llenos de lágrimas.
-Solo esas palabras me han ayudado, gracias.
-A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas, y entonces hay que saberse decidir por las más hermosas.
-Me siento tan inútil aquí... Mi hermano, mi padre, todos hacen lo posible para ayudar en esta guerra... Y yo... no puedo hacer nada- y la voz se le quebró por el llanto.
Él volvió a arrodillarse frente a ella y le dijo:
-Creo que tú eres el alma de este castillo, tu padre y tu hermano son hombres de gran valor, pero como todo hombre temen a lo desconocido, ellos también necesitan de sus seres queridos para no perder esperanza en la victoria, grandes hombres han caído al primer tropezón y las mujeres de ellos los han ayudado a levantarse y continuar adelante, y no solo yo sino todos los capitanes de Gondor estamos aquí para defenderlos.
-No es fácil estar todo el día con una sonrisa mientras sabes que afuera el enemigo está acercándose, mientras sabes que la Sombra caerá sobre la ciudad, y quizás nadie pueda hacer nada por defenderla, mientras sabes que tus seres queridos pueden morir allí afuera mientras estás atrapada aquí dentro…
-Cada lágrima enseña a los mortales una verdad.
-Discúlpame, no debí importunarte con esto. Sigue tu camino.
-Me disculpo yo princesa no soy hombre de grandes palabras como lo es mi maestro- le sonrió- pero sé que al verla llorar por culpa de la tristeza en su corazón me da valor para enfrentar a todo mal con tal de no volverla a ver llorar. Si de algo le sirve mi princesa yo luchare al lado de grandes hombre como lo son mi Rey, el Príncipe, Eândros, Fhilamir y los demás capitanes y mi corazón cree que si no me esfuerzo no lograré estar a su nivel, pero sé que cada vez que pelee veré tu hermoso rostro y tus grandes ojos, y luchare por ellos para que ya no llores y verte sonreír todos los días.
Baranor la tomó de las manos y ella lo miró fijo, tanto que él se puso bastante nervioso.
-La sabiduría consiste en saber cuál es el siguiente paso; la virtud, en llevarlo a cabo y tú eres la virtud del castillo y de todos nosotros. No estés triste hora más que nunca. Tu Padre y tu hermano te necesitan fuerte para que ellos puedan apoyarse en ti y poder seguir adelante.
-Gracias Baranor, esas palabras no me son ajenas, pero es difícil a veces ponerlas en práctica. Sé que yo soy aquí una gran ayuda para mi padre y no lo quiero defraudar
-Nada es fácil princesa, no es fácil para mí estar viendo tanta belleza reunida en un solo lugar- le sonrió, y la emoción hizo que una lágrima rodara por su mejilla.
Ella lo sonrió y él supo que no quería ver más nada que esa sonrisa en su rostro.
-Ahora me siento culpable por haberte hecho llorar… Creí que los hombres no lloraban.
-No es tu culpa princesa, es verdad los hombre que no tiene corazón no lloran, pero los recuerdos me llenan el pecho de alegría y esta lágrima es por saber que te preocupas por todos y todo y me llena de alegría y me fortalece el sentir que alguien a parte de mí se preocupa por todo.
-No es fácil esperar a los soldados, es la parte más difícil de ser princesa, cuando regresan heridos me ocupo de ayudarlos, pero a veces no regresan, y esa es la peor parte. Me he reunido hoy con mi hermano después de tantos años, y mañana partirá una vez más, y tengo miedo de no volverlo a ver nunca más…
-Nadie tiene la verdad, y nadie sabe lo que sucederá en un campo de batalla, pero lo que yo te puedo asegurar es que tu hermano vivirá y te doy mi palabra de que él volverá. Yo me encargaré de que a él no le suceda nada, no soportaría volver a ver tristeza en tu rostro.
Le soltó la mano y le seco las lágrimas con sus dedos, luego se dispuso a marcharse.
-Hice una promesa a tu madre y la cumpliré con mi vida, de eso no lo dudes princesa- en su mano estaba el amuleto que le habían entregado sus padres.
-¿Qué promesa le hiciste a mi madre?
-Cuando vuelva de la batalla te lo contaré princesa, así tengo una escusa para volver a ver su belleza, con su permiso.
-Buenas noches Baranor, que los Valar te acompañen
Y en voz muy baja Baranor se dijo “ellos ya me han acompañado” y sonrió al recordar la belleza de la princesa.
No le costó mucho encontrar la habitación de su maestro. Golpeó la puerta como él solía hacerlo cuando iba a su casa.
-Baranor, qué haces aquí a estas horas...
-Te has puesto viejo amigo, vamos a charlar, hace tiempo que no nos vemos
-Quizás... debe ser esa muchacha... Pasa
-¿Eh?
-Mi aprendiz, todo el tiempo quiere entrenar
Baranor se rió.
-No hace otra cosa...
-Creo que es muy buena con la espada, ¿aprende rápido verdad?
-Demasiado...
-Pero te gusta, tú querrías que entrenase todo el día- se rió de nuevo.
-¿Eh? ¿estás loco? Es como una hija para mí
-No me refería a eso- dijo golpeando su hombro- ya está viejo para el amor
-Nunca se está viejo para eso niño
-Me refería a que es lindo cuando tu aprendiz avanza ¿o no?
-Claro que sí... Además tuve buenos aprendices- dijo palmeándole el hombro -Ahora, dime por qué has interrumpido mi sueño, y espero que sea importante
-Creo que el enemigo culta algo, no sé qué es pero lo presiento
-El enemigo oculta muchas cosas hijo
-Lo sé
-Pero esta vez esconde algo y no sé que es, me tiene preocupado
-Ya has escuchado, no es un enemigo como cualquier otro ¿O no has escuchado que es el amo de Sauron? Claramente ocultará muchas cosas
-¿Recuerdas los escritos en élfico que me hacías leer? Creo que en uno de ellos habla de él… pero no recuerdo cual era…
-Es el enemigo más poderoso, el Valar caído, el asesino de los dos árboles... El que se creía dueño de los sillmarils, el destructor de lo creado. Ama la destrucción. Comprenderás que esta información no podemos divulgarla tan a la ligera… el elfo confirmó nuestros peores temores, que EL está detrás de todo.
-Creo que el no está solo
-¡Claramente no muchacho! tiene un ejército enorme a sus órdenes. Ahora, sino vas a decirme más nada que cosas que ya sé, puedes dejarme dormir.
-Perdona es que el viaje y las ganas de verte me jugaron en contra y te agradezco todo lo que me diste, gracias.
-No tienes que ser tan formal, muchacho. Distiéndete un poco, ve a charlar con tus hombres, ve a buscar mujeres, ¡no a un viejo como yo! Disfruta los momentos que tengas antes de la batalla.
Baranor sonrió y se dirigió a la puerta.
-Saludos
-Adiós hijo, mañana nos volveremos a reunir
-Está bien
Cruzó el patio interno, la princesa ya no estaba junto a la fuente. Decidió ir hacia el campo de entrenamiento, quizás eso despejara su mente, pero cuando se acercó vio al príncipe entrenando con la aprendiz de tu maestro. No había más nadie, solo ellos dos.
Intentó llamarles la atención tosiendo, pero ninguno de ellos lo escuchó, así que se dirigió hacia otro lugar a entrenar.


(roleado on line con Dio)


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Al salir de la reunión Belegnor tenía un solo pensamiento en su mente, quería enviar un mensajero a Lórien. Para eso habló con Fhilamir que le dijo que enviarían a alguien al día siguiente con todas las novedades, tanto a Lórien como a Rohan y Gondor.
Estaba bastante deprimido con la situación y subió a la terraza del castillo. Su intensión era saludar a Eärendil y pedirle su protección. El cielo estaba despejado, miró a las estrellas, quizás esa fuera la última vez que las viera…
Saludó a Eärendil como a un Rey, a un rey que era su amigo.
-Eärendil, ilumínanos y guíanos en estos momentos tan difíciles, estamos peleando contra un enemigo que tú derrotaste, que no pensábamos que volvería, espero tener la fuerza que tú has tenido para enfrentarlo.
-Eärendil nos ayudará, su luz resplandecerá sobre los guerreros que se enfrentan a la Sombra.
Se dio vuelta y vio a la niña que había encontrado en el campo de entrenamiento, Aldariel. Había utilizado su propia lengua.
Sonrió y le dijo:
-No sabía que hablabas la lengua antigua.
-Mi padre me enseñó- le sonrió y continuó hablando en su idioma.
No estaba diferente, era la misma niña con el mismo vestido verde gastado. Le hizo una señal para que se sentara.
-Ya tendremos ocasión de estar parados.
Ella se sentó a su orden.
-Estaba pensando en mi padre. Ojalá no hayan llegado a Farngorn.
-Tu gente es realmente lo último que queda de los primeros tiempos, cuando fueron soñados por Yavanna y cobraron forma. En la guerra del anillo, tu pueblo peleó con valor y poder y aunque los orcos de Saruman no eran tantos, estaban muy bien armados y tenían máquinas de guerra muy poderosas, y aun así los aniquilaron en un abrir y cerrar de ojos.
-Los Ents no son inmortales, no es difícil dañarlos. Así como mataron a tu bosque también podrían matar a los Ents. Sé que si le pido a mi padre que se involucre en la guerra lo hará... pero no quiero hacerlo. Por eso vine aquí a aprender a combatir, porque quiero protegerlos, a ellos y a las criaturas que viven en el bosque.
-Quiero proteger a todos, pero llegué muy tarde, tendría que haber salido antes de Farngorn, podría haber aprendido más cosas. Aún así, acompañaré a Fhilamir cuando vayan a ayudar a los hobbits
-Bueno, no creo que les resultara tan sencillo. Sí, se puede dañar a los Ents, pero no son gente que deba ser subestimada..... Lucharás hasta donde te den tus fuerzas, querer hacer más de lo que uno puede hacer ha perdido a mucha gente en el pasado, pequeña.... Y no solo ante las armas del enemigo.
-Pero no quiero quedarme aquí mientras todos se van a pelear... Quiero ayudar.
-Tampoco dije que hagas eso, claro que ayudarás. Pero debemos ser conscientes de lo que podemos y no podemos hacer, actuar con cautela. Nuestros recursos, nuestra gente, son demasiado preciosos en estos momentos para tirarlos en actos de valor. Un sacrificio hoy es una espada menos para pelear mañana. No importa cuán noble haya sido. No hablo de esconderse, o de huir, hablo de pelear con sabiduría y entendimiento. Hoy puedes hacer mucho, pero si vives para mañana, mañana podrás hacer aún más. Sé que es una situación desesperada pero no debemos dejar que la desesperación se lleve lo mejor de nosotros. Temo que muchos jóvenes, queriendo emular las hazañas de sus padres y abuelos, ante esta guerra...... se porten torpemente y arriesguen sus vidas más de lo necesario, lisiando así a nuestras fuerzas.
-Entiendo, pelear con sabiduría antes que con la espada... Pero no creo que eso pase, los jóvenes que he visto entrenar pelean por muchas cosas, no hablo mucho con ellos pero escucho, muchos solo quieren proteger a sus familias. A muchos no les interesa ser héroes, solo quieren vivir en paz.
-Eso espero. No conozco a los hombres mucho más que tú, me guío por lo que los libros me dicen de ellos.
-No es muy difícil comprenderlos, una vez que te acostumbras a ellos son muy agradables- dijo sonriendo.
-Sí, lo son.
Belegnor miró hacia el cielo y le dijo:
-Parece ser que has encontrado un excelente compañero de prácticas- dijo con una sonrisa en su rostro.
-No debí comportarme así... no sabía quién era...- dijo entrecortando las palabras y mirando hacia el suelo.
-No fue tu culpa- le dijo en tono comprensivo- fue culpa de Fhilamir- agregó en tono imperativo y luego se rió.
-Fhilamir no tuvo la culpa, yo le insistí… Y cuando le pido algo le cuesta decirme que no.
-¿Para qué querías pelear con espadas de metal? ¿y si a alguien se le escapa un golpe? No hablo solo del príncipe hablo en general.
-Estaba practicando con Fhilamir, él no me lastimaría nunca. Con respecto al príncipe... le pidió a Fhilamir pelear conmigo y yo... digamos que no pude rehusar el desafío- dijo mirando al suelo una vez más.
-Eso lo comprendo... hasta cierto punto, pero es el tipo de cosas que hace un rato te dije que es mejor no hacer. El orgullo no tiene lugar en el corazón del auténtico guerrero, eso se deja a los bravucones
-Lo siento...- dijo sin levantar la cabeza aún- Me disculparé con él.
-No es necesario, mi maestro de esgrima me dijo que nunca se piden disculpas por lo que sucede en el campo de prácticas. Solo fíjate para la próxima... a menos claro, que quieras pedirle disculpas- sonrió.
Ella lo miró confundida y él notó el rubor en sus mejillas.
-No volveré a practicar así con armas de verdad, lo prometo.
-Así me gusta, deja el acero para los Orcos. De todos modos, me parece que el príncipe quedó muy conforme con la práctica.
-Me comporté como una tonta... Y frente a todos...
-Fue un gran espectáculo sí, hacía tiempo que no veía esgrima de esa calidad..... Hermoso, realmente…
-¿En serio crees eso? Él no estaba peleando en serio... Pero me divertí mucho- dijo sonriendo.
-No estaba peleando con todo, pero tampoco estaba jugando con vos, sudaba- sonrió.
-Eso ya lo sé, por lo general no pelean en serio conmigo, salvo mi maestro.
-Yo estaba peleando en serio eh? No me estaba frenando, aunque no soy un maestro de la espada.
-Quizás soy mejor de lo que creo- sonríe- Pero fue diferente con él...
Le dijo y se quedó pensando en eso.
-Seguro, muy diferente- dijo con tono entre filosófico y sarcástico.
-Pero no sabría decir por qué...
-Se miraban mucho a los ojos. Eso está bien, a un rival digno no hay que perderle de vista la mirada, porque ella te avisa donde va el próximo golpe ¿no?- preguntó irónicamente.
-Mmmmmm sí... tiene ojos muy lindos...
Belegnor miro a las estrellas y dijo:
-Sí pero él tampoco quitaba la mirada, seguramente piensa lo mismo de vos.
Ella se ruborizó otra vez y Belegnor sonrió.
-¿Sabes? yo acabo de encontrar a alguien especial. Después de muchos años de estar encerrado en una biblioteca...- y casi pensando en voz alta agregó:- Espero que esta maldita guerra me deje estar con ella....
-¿Alguien especial? ¿y quién es? ¿Es bonita? ¿Dónde está ahora?
Él sonrió.
-Quizás en Lórien, quizás en tu hogar, no lo sé.
-Si está en Farngorn seguramente mi padre la cuidará. Pero es peligroso ir allí sin ayuda de los Ents, en el bosque hay árboles que son malos, espero que no vaya sola ¿Cómo se llama?
-Se llama Arien, como la Dama del Sol....sus cabellos son del color de las hojas del otoño, pero sus ojos tienen el color de las hojas de un árbol joven recién florecido… Y es más hermosa de lo que mis torpes palabras pueden describir. Pero eso no es todo... es... mi compañera, en casi todo lo que hago. Si fueron a Fangorn, no fueron de a uno, saben que no es fácil entrar ni mucho menos salir, pero espero que tu padre los reciba. Juntos, se defenderían mejor.
-Que lindas palabras, seguramente es muy hermosa... Además te brillan los ojos cuando hablas de ella. Si mi padre los encontró seguramente los ayudará. Él es muy bueno.
-Pero tiene razones para desconfiar, aunque nuestros pueblos siempre fueron amigos, y los nuestros siempre respetaron a los árboles, incluso a la hora de construir fortalezas, ¡por suerte, los enanos se vinieron conmigo!- dijo riéndose.
-¿El enano vino contigo? ¿y hay más de uno?
-Sí, hay tres. Comprendo lo que debes saber de ellos: gente del hacha y del fuego, de piedra, metal y mentiras. Para el Ent, no son mucho mejores que los Orcos.
-Me dio un poco de miedo... Espero no se haya ofendido...
-Son un pueblo muy noble, a su manera.... solo que su senda difiere un poco de la nuestra
-¿Ellos también irán a la batalla?
-Prácticamente ellos me convencieron a mí de venir. No tan así, pero se han tomado esto muy personal. Quieren encontrar la espada del Rey, un viejo cántico dice que tu amigo el príncipe podrá vencer a Morgoth con esa espada… O quizás hable de Aragorn mismo, no lo sé…
-¿Una espada?... ¿y es del rey? Yo tengo que ir a buscar mi espada... está en Farngorn. No la traje porque no la sabía usar.
Él la miró sorprendido.
-Quizás deberías ser tú el mensajero que vaya, o quizás tú y yo, para pedir a tu padre asilo para mi gente, si no lo hicieron aún.
-Yo no puedo ir ahora... hay que ayudar a los hobbits. Luego si quieres podremos ir a Farngorn.
Belegnor se quedó mirándola y pensaba en esperar que se durmiera para marcharse pero ella parecía muy despierta.
-Estuviste practicando todo el día... ¿no estás cansada?
-No, siempre entreno hasta tarde, de hecho iba a ir en un rato.
-Podemos ir si querés, así de día entrenás con Eldarion- sonrió- Yo no necesito dormir mucho tampoco.
-¿Eldarion? ¿Ese es su nombre?
Belegnor rió de nuevo.
-Significa “amigo de los elfos”- continuó Aldariel.
-Lo sé, su madre es una princesa de los nuestros, aunque él haya elegido el camino del hombre
-¿Y qué más sabes de él?
-Sé que es muy valiente, como su padre, que estuvo peleando contra los restos del ejército de Sauron desde muy joven, ayudando a los hombres lejos de Gondor que querían verse libres de los seguidores de la oscuridad. Incluso fueron a pelear a Harad y a Khand, más allá de Mordor, donde quedaban cultos al Señor de los Anillos incluso cuando los reyes de los hombres oscuros habían hecho la paz con Gondor.
-No conozco esos lugares, deben ser muy lejos... No parece ser mucho mayor que yo... ¿Y ya hizo todas esas cosas?
-No sé cuántos años tienes tú- dijo riéndose- Él no cuenta más de 25 primaveras, si no me equivoco.
-Yo no sé cuántos años tengo, mi padre me encontró hace 18 inviernos.
-¿Y eras una niña pequeña entonces?
Belegnor quiso aprovechar esa situación para utilizar su vista de elfo y averiguar algo más sobre la muchacha pero seguía pareciendo de lo más normal.
-Supongo que sí, según mi padre hacía poco que había aprendido a caminar... ¿Qué estás mirando?
-Nada, disculpa, ¿te molesté?
-No
-A veces se nos escapa mirar así, es cuando vemos realmente
-Me dio curiosidad
-Pocas cosas se nos ocultan, aunque, yo no soy el mejor ejemplo…- dijo riéndose, miró las estrellas una vez más y le dijo- Te dejaré por ahora, iré a dormir mi hora diaria.
-¿Solo dormís una hora?
-Sí, eso es lo que dormimos los elfos, estamos hechos para aprovechar el tiempo, aunque muchos de nosotros no sepamos hacerlo como lo hacen las razas jóvenes
-Yo duermo mínimo seis horas- sonríe.
-Y está bien, con lo que entrenas por día. Pero bueno, seguro tendrás cosas que hacer, yo dormiré aquí, a la luz de Eärendil.
-¿Querés que te cante una canción? Mi padre me cantaba a veces…
A Belegnor se le iluminaron los ojos.
-Nadie canta por aquí, es lo que más extraño de mi bosque, adelante, por favor.
Aldariel comenzó a cantar una canción que hablaba sobre los Ents y las Ents-mujeres, su voz era muy bella. Era una canción muy vieja como los Ents mismos, y él la conocía… hablaba de otros tiempos, muy lejanos ya… Dejó a su mente seguir la melodía hasta el final y luego se durmió plácidamente.

Esta fue la canción que cantó Aldariel a Belegnor:

Cuando la primavera despliega la hoja del haya y hay savia en las ramas;
cuando la luz se apoya en el río del bosque y el viento toca la cima;
cuando el paso es largo, la respiración profunda
y el aire se anima en la montaña,
¡regresa a mí! ¡Regresa a mí y di que mi tierra es hermosa!

Cuando la primavera llega a los regadíos y los campos,
y aparece la espiga;
cuando en las huertas florecen los capullos como una nieve brillante;
cuando la llovizna y el sol sobre la tierra perfuman el aire,
me demoraré aquí y no me iré, pues mi tierra es hermosa.

Cuando el verano se extiende sobre el mundo, en un mediodía de oro,
bajo la bóveda de las hojas dormidas
se despliegan los sueños de los árboles;
cuando las salas del bosque son verdes y frescas,
y el viento sopla del oeste,
¡regresa a mí! ¡Regresa a mí y di que mi tierra es la mejor!

Cuando el verano calienta los frutos que cuelgan y oscurece las bayas;
cuando la paja es de oro y la espiga blanca y es tiempo de cosechar;
cuando la miel se derrama y el manzano crece,
aunque el viento sople del oeste,
me demoraré aquí a la luz del sol, porque mi tierra es la mejor.

Cuando llegue el invierno, cuando caigan los árboles
y la noche sin estrellas devore al día sin sol;
cuando el viento sople mortalmente del Este,
entonces en la lluvia que golpea
te buscaré y te llamaré, ¡y regresaré otra vez contigo!

Cuando llegue el invierno y terminen los cantos;
cuando las tinieblas caigan al fin;
cuando la rama estéril se rompa y la luz y el trabajo hayan pasado;
te buscaré y te esperaré, hasta que volvamos a encontrarnos:
¡juntos tomaremos el camino bajo la lluvia que golpea!

Juntos tomaremos el camino que lleva al oeste y juntos encontraremos una tierra en donde los corazones tengan descanso.




(roleado on line con Patán)

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Les puse una referencia para que sea mas facil seguir la charla.

Los hombres de Rohan se encontraban en su campamento, se los veía animados. Algunos charlaban con las doncellas otros con soldados de Gondor o Arnor. El príncipe busco a sus amigos, pero solo encontró a Aldor y Gram al parecer Deor no estaba.
Leod los invito a que lo acompañaran a pasear por el pueblo en búsqueda de un lugar tranquilo como solían hacer en Rohan. Tenía cosas que decirles y prefería que fuera en un buen ambiente

[+Gram / ¬ Aldor / - Leod]

-Bien, cuéntenme. ¿Como se encuentran los hombres?
¬ Hay bastante incertidumbre, pero están animados
-Deor? Me gustaría que estuviera presente
+No lo vi desde la mañana, me pregunto dónde estará...
¬ Yo tampoco lo vi.
-No importa, luego lo buscare. Recién acaba de finalizar una reunión con los capitanes de Arnor y Gondor
+Seguro está correteando alguna chica
¬ ¿Qué dijeron los capitanes?
-En un día partiremos. Hay un frente enemigo avanzando rumbo a la Comarca. A estas alturas estarán llegando a Bree
Nosotros los cortaremos luego de Bree. Se notaba en el tono de voz de Leod, que lamentaba decir esas palabras pero recordaba lo que había dicho Belegnor sobre ese tema
¬ ¿Ya están sobre Bree?
+ ¿Y cómo no los vieron?
+ ¿Quieres que vaya a hacer reconocimiento?
-Los exploradores de gondor dijeron lo mismo. Por el momento debemos descansar Gram.
Sin embargo tu iras un paso adelante nuestro, necesitare saber hacia donde debemos golpear
-Aldor. ¿Cuantos hombres de los nuestros pueden tensar un arco?
¬ Todos pueden, algunos mejor que otros
-Me agrada escuchar eso. Será provechoso para nuestra movida
¬ ¿Cuál es el plan?
-Aprovechar nuestra movilidad y atacar a distancia.
-Los capitanes confían en que nosotros podamos guiar el ataque. Se alegran de tener el apoyo de Rohan en estos momentos
+Y así será
+ ¿De cuántos estamos hablando?
+De ambos bandos
-Según lo que me dijo uno de los capitanes de Arnor. Mil soldados son caballería
Y creo que de Gondor son trescientos. Efectivamente, tendremos 1500 hombres a caballo.
Lo cuales se dividirán en dos columnas y trataran de provocar la mayor cantidad de bajas en el ejercito enemigo.
Sin embargo la idea no es presentar batalla, si no demorarlos hasta que los Hobbits estén a resguardo
¬ ¿No piensan detenerlos?
¿Tan grande es el número enemigo?
- Presentar batalla con 1500 hombres, no seria prudente.
¬ Entonces asumo que son demasiados
-Pero si podemos demorarlos y provocar una buena cantidad de bajas. Podremos presentar batalla en otro punto
¬ Supongo que aquí
Tienen una buena muralla y por lo que vi la zona es bastante difícil de acceder
-Muchos confían en eso.
Pero en estos momentos la prioridad son los hobbits
¬ Es lo lógico. Tendrán que marcharse. Seguramente el rey no esperaba esta intromisión desde el oeste
-No se esperaba. Fue una sorpresa lo del avance sobre Bree, sucedió como en el Bosque Negro
Quiero que preparen a los hombres, que estén totalmente concentrados.
Un gran ejercito oscuro marcha y deberemos enfrentarlo
Y quiero que estén listos para ello
Aldor. ¿Es posible usar el día de mañana para prácticas con arco?
¬ Sí, podríamos hacer un entrenamiento liviano
-Muy bien, enfoquemos en eso. Prepararnos de la mejor manera posible
Eso es todo. ¿Algo que quieran agregar?
+Sí, solo que vamos a seguirte a donde sea
¬ Así que vamos a preparar todo para cuando tengamos que marcharnos
-En un día
¬ Estaremos listos
-Muy bien, no esperaba otra respuesta. Ahora descansen, mañana deberemos prepararnos
¬ Tú qué harás
-Ahora volver al castillo. Mañana practicar junto con ustedes. Si ven a Deor díganle que me gustaría hablar con el.
+Voy a ver si puedo encontrarlo
¬ Yo tengo una pregunta
¿Vas a llevar a Sumayyaa?
-No es mi intención llevarla. Pero ella ya sabe del plan, así que cuando vuelva al castillo me dirá lo que piensa hacer
+Entonces no hay nada que preguntar, vendrá
-Es lo que creo. Sumayyaa no es una persona que se le pueda decir que no. Y menos con la historia de Rohan
Acaso le diré, las mujeres no pueden luchar Cuando uno de nuestros héroes es una mujer
Si puedo convencerla de que no vaya lo haré, pero si sigue obstinada no puedo objetarle mucho más
¬ No te preocupes, nos encargaremos de protegerla
-Se los agradezco
+Vos solo encárgate de liderar a las tropas que nosotros nos encargamos de la princesa
-De eso me encargare. Nací para eso y se que los hombres dependen de su líder para salir adelante
Y no los defraudare
¬ Sabemos que no lo harás
+Y tampoco tienes que ser tan solemne.
- Últimamente he estado en muchas reuniones
+Deberías distenderte un poco
Podríamos ir a tomar unas cervezas a la taberna
-Eso me parece una buena idea
Deberíamos encontrar a Déor
Seria bueno encontrarlo
+Yo me encargo
+Les aviso cuando lo encuentre
-Aldor, recordas a Miriel?
¬ No la recuerdo, la conozco, entreno bastante con ella
-¿Soy el único que no sabia que ahora es Jinete?
¬ Es jinete y arquera
Es un soldado más del ejército. ¿Harías diferencia con ella?
-No, solo me sorprendió verla. Hacia tiempo no sabia de ella. Desde que bueno, conocí a Sumayyaa
¬ Y es lo lógico...
-Era lo correcto. Recuerdas las vueltas que daba en aquellos días.
¬ Eras muy joven
Pero actuaste como un adulto
Eres feliz con Sumayyaa ¿o no?
-A todo momento. Han pasado años desde que la conocí y aun sigue sorprendiéndome
Y ahora henos aquí. Aldor.
El príncipe hizo una pausa y tomo aire, necesitaba compartir con Aldor lo que sabia.
-Si te dijera que el enemigo es Morgoth. ¿Tu que me dirías?
¬ ¿y quién es Morgoth?
Te diría que un enemigo es un enemigo sea cual sea su nombre
-Siéntate debo contarte algunas cosas
Por donde comenzar
Lo que te diré es delicado, y requiere tu opinión
Si te dijera que estamos posiblemente frente a un enemigo más poderoso que Sauron y cuyo ejército es aun más numeroso y oscuro. ¿Que me responderías?
¬ ¿Más poderoso que Sauron? ¿Un ejército más numeroso? ¿Tan mal está la situación?
Pensé que todo el ejército, o la gran parte estarían en el sur luego de destruir el Bosque
No aquí
-Todos están desconcertados por este asunto.
Por esa razón no vieron al ejercito acercarse a Bree. Dicen que algún tipo de magia los ocultaba a la vista de los exploradores
¬ Parece que la situación es más difícil de lo que parecía...
Pero aún así te diría lo mismo que siempre, no importa quién es el enemigo, los rohirrim cabalgarán junto a Gondor para detenerlo
¿Recuerdas la arenga del Rey Theoden en los campos del Pelennor? Desde pequeño mi vida se rige por ese discurso
Si hay que morir, moriremos pero que sea para proteger a los que queremos
-¿Te olvidas con quien estas hablando? ¿A quien has seguido hasta aquí? Claro que conozco ese discurso, cada palabra y se lo que representa.
-Entonces no entiendo por qué me preguntas esto
-Porque debes saber a que nos enfrentamos. Nuestra voluntad puede ser inquebrantable pero aun no ha sido puesta a prueba no a este punto.
Y te diré algo de vital importancia. Quizás no para nosotros pero si para Gondor. Recuerdas lo que oímos sobre el Día de las Lágrimas
¬ Sí...
¿Qué ocurre con eso?
-Según lo que nos han dicho, los ejércitos oscuros son comandados por humanos corrompidos
¬ ¿Qué? ¿Humanos?
¿Cómo puede ser eso posible?
-La sensación general es que estos humanos, sean los niños que perdió Minas Tirith en el día de las lágrimas. Como he dicho Aldor, la fe de los hombres será puesta a prueba.
¬ Eso sí que no me lo esperaba...
¿Quién sabe esto?
¿Lo dirán abiertamente?
-No se que resolución tomaran los capitanes o Eldarion. Por eso nosotros debemos estar preparados, por eso te digo esto.
Yo tengo fe en nuestros hombres. Debemos prepararlos para ese momento. Un enemigo poderoso nos acecha, nos arrincona y en unos días. Nosotros lo haremos sangrar
Para eso hemos venido hasta aquí. Para brindarle ayuda a Gondor, para proteger a los nuestros. Se podía ver el fuego en los ojos de Leod al decir estas palabras
¬ Lo sé, lo sé... aunque el enemigo sea más poderoso que Sauron lo haremos
Para eso entrenamos tanto tiempo
-Así es, amigo. Así es.

Luego de finalizar su charla con Aldor, Leod busco a Deor pero no pudo hallarlo. En su mente se preguntaba si era posible que Deor estuviera con Miriel, rezaba porque así fuera ambos merecían ser felices.

El príncipe ingreso al castillo y grande fue su sorpresa a ver a la princesa de Arnor, hermana de su amigo Eldarion. Quien le informo que su amigo lo buscaba en el campo de entrenamiento.

Al finalizar la charla con Eldarion, feliz por la noticia que había encontrado a alguien en quien pensar retorno al castillo.
Al entrar en su habitación Sumayyaa lo sorprendió tirandose a su cuello y besándolo.
[-Leod / +Sumayyaa]
+ ¿Dónde estuviste? te extrañé
-Hablando con los chicos y con Eldarion
Como puedes extrañarme si has pasado casi todo el día conmigo. Ver el afecto que le profesaba Sumayyaa y esa pasión sin limite lo alegraba siempre no importara que sucediera afuera.
+Siempre te extraño cuando no estás conmigo
-Adoro cuando eres así.
+ ¿Has estado con los muchachos?
-Así es. Estuve hablando sobre los preparativos para partir.
+ ¿Cuándo partimos?
-En un día. Partiremos. Preferiría que te quedes aquí.
+ ¿Me estás diciendo que viajé un mes y medio para quedarme encerrada en una fortaleza?
Jamás
Iré contigo
-Sabía que no lo aceptarías, pero debía intentarlo.
+Lo se, sino lo hubieras intentado me hubiera enfadado
Porque significaría que no te preocupas por mí
-Siempre me preocupo por ti.
Bueno, estuviste junto conmigo en la reunión. ¿Tu que opinas?
+La estrategia de Belegnor es buena
Nos dará tiempo
Pero no sé cuánto
-Pienso lo mismo. Espero que nos de el suficiente tiempo para que se pueda preparar un frente de batalla
Tengo curiosidad de algo. ¿Cuantos hombres crees que podrá reunir mi padre en el Sur?
+No lo sé, hace mucho que no estoy allí...
El ejército de mi padre contaba con 100.000 hombres pero no creo que movilicen a todo el ejército...
-Tampoco seria lo más prudente pero es un buen número el que me dices. Has visto el camino hasta aquí y conoces el camino a Rohan. ¿Cuanto le tomaría llegar?
+Depende la cantidad de hombres que movilice
-¿Tres meses?
+Diez mil hombres, dos meses
-Bien, habrá que conseguirle dos meses a nuestros padres.
+Dos meses... no hay problema
-En estos momentos es cuando reafirmo que nuestros padres no se equivocaron
+Jamás creí que se hubieran equivocado
-Bueno volvamos a los asuntos militares, no me hagas distraerme
+Escucho
-¿Has practicado tiro montado?
+ ¿Bromeas?
Claro que sí
-No recuerdo que hayamos entrenado juntos. Deberíamos solucionar eso.
Ordene que mañana realicen práctica con arcos
En un día no se aprenderá todo pero les dará confianza
+Porque tú siempre entrenas con los muchachos y yo con las chicas
Me parece bien
-¿Por casualidad no habrás hablado con mi tía verdad?
+ ¿Con Éowyn?
Las veces que vino al castillo
Sí, he hablado con ella
-¿Y te ha contado su historia?
+La he leído de los libros
¿No te la ha contado ella en sus palabras?
Porque me recuerdas a ella.
-Le he preguntado sí... pero yo era así de antes...
+Debe ser algún tipo de destino familiar
Princesas guerreras de Rohan, bueno Rohan y Harad.
-¿y eso te molesta?
-No, me preocupaba el arriesgarte. Pero confío en que estarás bien.
+Créeme, no soy tan débil
-No creo que seas débil.
Jamás creí eso.
Simplemente no quiero que peligres
+No me va a pasar nada. Mientras decía esto rodeaba a Leod con sus brazos
-No voy a dejar que nada malo te pase.
+Yo tampoco
Apenas termino la frase beso al príncipe y lo llevo hacia la cama que aun no habían compartido.
-Todavía no termino la reunión. Bromeo Leod
+Podemos seguirla después
-¿Estas segura de lo que me estas proponiendo?
+ ¿Qué cosa?
-Dejar la reunión para mas tarde
+Sí

(roleado on line con Max)


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Eândros se levantó ese día con el plan zumbándole todavía en la cabeza, quería ultimar detalles pero antes de eso pensó en ir a hablar con la princesa. Cuando fue a desayunar la encontró en el comedor principal.
-Princesa.
-Maestro Eândros, por favor siéntese- lo invitó.
Él se sentó frente a ella.
-¿Cómo a despertado hoy?- le preguntó.
-Muy bien- le sonrió- ¿y usted maestro? ¿Ha podido descansar?
-Es difícil con el corazón tan inquieto.... pero por lo menos me recuperé del viaje. Pero cuenta, ayer no tuvimos tiempo de ponernos al día ¿qué noticias hay por aquí? ¿de qué te estás encargando?
-Me encargo de algunos asuntos de estado, como ayudar a mi padre a redactar las cartas de los mensajeros, además ayudo en varias cosas en el castillo... en especial a los que llegan heridos del Norte. Cuando se aventuran demasiado a veces hay batallas… No olvido lo que he aprendido contigo maestro, soy buena en el arte de la curación.
-Lamentablemente, con la práctica se mejora... y en los tiempos que pasan abundan los heridos… Dime, ¿sabes algo de lo que pasa en el norte y en el oeste? ¿qué dicen los heridos?, si es que alguno puede hablar…
-No sé mucho más que tú maestro, el norte es inaccesible. Con respecto al oeste no sabía que había problemas... ¿qué ocurre? Eldarion me dijo que marchará pero no pensé que era tan grave... no me asustes
Eândros suspiró y luego de un momento dijo:
-Tu hermano es demasiado bueno a veces, es mejor que lo sepas ya que estarás aquí, hay una columna que avanza desde el oeste hacia la Comarca, pronto partiremos con la caballería para intentar retrasarla.
-Supongo que no habrá querido preocuparme, aunque confieso que algo de eso imaginaba... ¿Qué pasará con los hobbits?
-Los estaremos evacuando, tu hermano se está ocupando de eso, estimo que estaremos enviando un grupo a los puertos grises y otros al sur.
-¿Evacuar la Comarca entera? Eso es imposible, son demasiados... Deberé ir con Eldarion entonces, le pediré permiso a mi padre. Llevaré gente que pueda ayudar.
-No, tienes que quedarte aquí, se aproxima una batalla y necesitaremos un lugar donde llevar los heridos.
Eärwen suspiró y Eândros notó la tristeza en sus ojos ante ese comentario.
-Eso es verdad... pero son muchos... la Comarca es muy grande, Eldarion no podrá solo…
-Joven princesa, no se deprima, Eldarion no estará solo, recuerde que Pippin está en la Comarca, además pronto estarán saliendo las tropas hacia el norte y el sur para retrasar al enemigo, y le aseguro que los retrasaremos, nada menos que los capitanes de Gondor y el príncipe de Rohan irán a la cabeza.
-Está bien, me quedaré aquí...
-Joven Eärwen, no se deprima por cumplir con su deber, estos son tiempos oscuros que nos apartan de lo que queremos, pero recuerde joven princesa, por más oscura que fuera la noche, ésta nunca venció al amanecer. A su hermano le queda una tarea difícil por delante, ¡convencer a los medianos de que solo tomen un desayuno!, algunos dicen que es aún más difícil que vencer a Morgoth, pero confió en sus habilidades como líder y como hombre, y tú también deberías.
Eärwen sonrió cuando Eândros llegó a la parte del desayuno.
-Confío en él maestro, así como confío en usted y en todos los caballeros de Gondor
-Entonces no te deprimas, una sonrisa tuya puede más que mil arengas del rey.
-No sería fácil convencer a Pippin de eso
-Difiero mi joven princesa, Pippin ya está acostumbrado a los rigores del viaje, creo que será más difícil convencer al resto de la Comarca.
-Dígame princesa, ¿conoce a una joven llamada Aldariel?
-Sí, es la aprendiz de Fhilamir y la chica que ahora le quita el sueño a mi hermano- sonrió.
-Ahh ya se enteró... ese chico es un libro abierto de par en par...- su cara de abuelito no se hizo esperar- ¡ese muchacho me hará aun mas canoso!, tantas princesas en esta nuestra tierra, y míralo...- dijo tomándose la cabeza.
Eärwen sonrió y le dijo:
-El corazón no se guía por esas cosas. El corazón no elige si la otra persona es noble o no.
-Su padre es muy bueno con ustedes dos...- dijo casi gruñendo, como un abuelo molesto con la respuesta- ¡pero no me distraigas!, te quería preguntar de donde vino, como es, todas esas cosas... hasta ahora solo sé que vino del bosque de los Ents- miró alrededor buscándola con la mirada, pero no la vio, y notó que tampoco estaba el príncipe.
-Viene de Farngorn, y créeme que eso es verdad, al principio le costó mucho acostumbrarse a vivir entre nosotros. Fhilamir la ayudó mucho y la tomó bajo su tutela. Aquí la llaman "Macilwen" ¿sabes que hace solo seis meses que entrena y ya puede combatir con los soldados de Fhilamir?
-¿Dónde está tu hermano?- dijo interrogándola con la mirada. Si había alguien que sabía dónde estaba sería ella.
-No lo sé, pero si quieres que suponga te diré lo que pienso. Se levantó temprano y fue a buscar a la muchacha al campo de entrenamiento, y ahora debe estar con ella en algún lado, probablemente a los pies del lago, hoy es un hermoso día...
-Ahá... eso es lo que piensas…
-Yo le dije que la lleve allí- sonrió.
Eândros empezó a mordisquear de mala manera un trozo de pan con de la comida, y la miró como a una nieta traviesa a la que no podía castigar.
-¿Qué pasa maestro? ¿No está contento de que Eldarion por fin haya encontrado a la mujer de su vida?
-¿He dicho algo en contra? solo espero que no cometa ninguna locura...
-¿Qué locura puede cometer?
-La de un joven enamorado, claro está. Me imagino que lo entenderás cuando te suceda a ti.
-¿Usted se ha enamorado alguna vez maestro?
A Eândros le sorprendió la pregunta.
-Luché en muchos campos de batalla, y no solo en guerras mi joven princesa- se rió un poco y tomó un trago de su bebida- aunque sin tanto éxito como en la guerra.
-¿Cómo era ella? Cuénteme maestro.
-Era tan gentil como una suave brisa de primavera, con unos ojos que recordaban a esa primera estrella al anochecer, tenía por cabellera un hermoso manto negro largo como la vida. Sus sonrisas iluminaban el alma como el sol a las flores en primavera- tanteó buscando su pipa, la sacó, pero recordó que estaban comiendo y la dejó en la mesa.
-No conocía ese lado poético suyo maestro, seguramente era muy hermosa ¿y qué fue lo que pasó?
Él la miró algo intrigado.
-¿Qué pasó?, el tiempo, y la distancia… quizás no era un sentimiento tan puro, nadie sabe de verdad, pero hablo de una época en la que tú ni siquiera habías nacido jovenzuela, una época en la que todas las cosas eran a todo y nada, y nadie aseguraba el día de mañana. Algo que lamentablemente esta nueva era está empezando a imitar.
-¿Y por qué te separaste de ella? Justamente no había nacido así que no lo sé, cuéntamelo- le sonrió.
-Como te dije, era una época de todo o nada, y fue nada. Nos conocimos años antes de la batalla de la Puerta Negra, cuando aún vivía en Osgiliath con mi familia, era un muchacho muy educado a diferencia de todos este niñatos irrespetuosos... en esa época nos educaban con rigor, pues bien, ¿a ti te interesa saber por qué nos separamos, no?- masticó su comida con los ojos cerrados, haciendo memoria.
-Quiero saber, sí, pero no si te lastima recordarlo.
-Pues todo empezó cuando aún estábamos en Osgiliath y dieron la orden de evacuar la ciudad, en ese tiempo era yo un gallardo caballero de Gondor, evacuamos la mayor parte de la gente que aún quedaba hacia Minas Tirith mientras un grupo, entre ellos mi padre, se quedaban a defender cuanto podían los puentes o demolerlos si era necesario.
Eärwen lo estaba escuchando con mucha atención.
-Por aquel momento todo parecía perdido, con Mordor avanzando hacia nuestras tierras, ella era tan gentil.... le molestaba los riesgos que tomaba, aunque entendía que era un caballero, nunca se hacía a la idea de verme partir a la batalla. Soportó estoicamente mis patrullas y combates en la frontera, la guerra, todo, pero le dolía en el corazón el que me arriesgara tanto, joven e idiota yo no me daba por aludido. Pero, todo tiene su límite, y el de ella fue la batalla de las Puertas de Mordor...- y volvió a tantear su pipa- Verme partir voluntariamente a lo que parecía la muerte fue mucho más de lo que podía soportar, antes de partir me besó, un beso que llevaba cargado una tristeza que me partió el alma, al volver ya no estaba.
A Eärwen se le llanaron los ojos de lágrimas.
-Eso... es muy triste... Sabes maestro, ayer estuve muy triste, porque a mí también me duele verlos partir y no poder ir con ustedes... A veces envidio a Aldariel porque ella podrá ir con Fhilamir... Pero yo... tendré que esperar como tu doncella... a que vuelvan de una empresa imposible. A veces creo que no podré hacerlo…
Eândros notó que estaba aguantando el llanto y le dijo:
-¿Porque no me acompaña?, necesito fumar un poco…- se levantó y le ofreció su mano. Ella la tomó y luego lo agarró del brazo y juntos caminaron hasta el jardín interno.
Ella lo abrazó llorando. Él le palmeó la espalda y la dejó llorar hasta que se cansó.
-Cuéntame niña bien que es lo que te pasa.
-Es todo tan triste... pero no me gusta llorar frente a papá, no me gusta llorar frente a nadie. Yo tengo que ser su fuerza. Pero ahora... que todo es tan difícil y está tan claro... que el enemigo por fin decidió salir de su escondite... eso es mucho más difícil que antes. Tengo miedo maestro, miedo de que no regresen, miedo de no poder hacer nada por ayudarlos.
Eândros miró al cielo.
-Algo me dice que no quieres ser una doncella que espera el regreso de su caballero, ¿pero estas segura que quieres conocer las atrocidades de la guerra, el abandono de la intemperie y conocer la pobreza de un campamento?
-Conozco lo que deja la guerra maestro, yo veo a los heridos cuando vuelven del campo de batalla. No es esperar lo que me molesta, lo que me molesta es no poder hacer más...
Eândros sonrió y le secó las lágrimas, y luego la ayudó a sentarse.
-La verdadera atrocidad no es ver a un herido y curarlo, mi joven princesa, es ver el metal atravesar a un hombre, ver a un orco regodearse en el sufrimiento... esa es la visión más horrible de la guerra, y es por lo que todos luchamos, porque nadie tenga que ver eso en seres que uno ama- le dijo y empezó a preparar su pipa con tabaco.
-No culpo a su doncella maestro... no soy quien para hacerlo, pero si yo hubiera sido ella lo hubiera esperado. El día que pueda sentir algo tan hermoso por alguien, lo voy a esperar siempre. Mamá seguramente sigue esperando a papá... Y yo voy a hacer lo mismo por el hombre que ame
-Pero ahora quieres viajar con nosotros en campaña, ¿no es así princesa?
-Eso me gustaría... ¿crees que papá me dejará?
-Dime, ¿has aprendido a manejar una espada? ¿Sabes montar?
-No soy buena con la espada pero sí se montar a caballo y manejar el arco, practico todos los días. Igualmente creo que mis mayores habilidades son las de curación, podría asistir en el campo de batalla.
Eândros encendió su pipa y dio un par de bocanadas. La miró y negó lentamente con la cabeza.
-Si tu padre es como yo, no te podrá decir que no.
Ella le sonrió.
-Tu madre me matará, si es que no lo hace ahora mismo tu padre- ¿tienes una armadura o algo?
-Puede pedirle una a mi padre.
Se tomó la cabeza, poniendo el pulgar en el pómulo derecho y tres dedos en la frente. Eärwen lo observaba expectante.
-Vamos a hablar con tu padre.... no creo que te deje si vas sola.
Ella se levantó y lo abrazó.
-Gracias maestro.
Así ambos se dirigieron hasta el despacho del Rey.
Eândros golpeó a la puerta y esperó, pero antes Eärwen habló:
-Papá soy yo ¿puedo pasar?
-Pasa, hija- se escuchó desde adentro.
Eândros le abrió la puerta y entró detrás de ella. El rey estaba revisando unos mapas y parecía bastante concentrado. Miró hacia arriba y los vio.
-Mi rey.
-Eândros, tanto tiempo sin verte amigo.
Aragorn se levantó de su asiento y lo saludó con un abrazo.
-Mi rey, ha sido mucho tiempo, la última vez que los vi la joven princesa no era más que una niña, y ya es toda una doncella.
-Así es Eândros, han pasado muchos años... discúlpame por no haberte saludado antes. No pude asistir a la reunión, estaba hablando con mi hijo.
-Lo entiendo mi señor, yo también he estado ocupado con varios menesteres, dándole una ducha a su hijo entre otras cosas. Estoy seguro que la princesa ya le habrá contado el incidente. Es realmente impresionante como los niños crecen de rápido, un día lo acompañan a uno a construir una fortaleza en tierras lejanas, le ayudan a administrar y escribir cartas... luego crecen, se hacen fuertes, aprenden a usar el arco y a curar... y salen con un ejército a salvar la Tierra Media.....
-Mi hijo se encargó de contarme todo de esa muchacha, aunque yo ya la conocía... los vi entrenar hoy pero ellos no me vieron a mí. Ha sido imprudente pero no vas a negarme que fuera un espectáculo de espadas pocas veces visto.
-Si... alguno podría pensar que la imprudencia corre en la sangre real...- miró de soslayo y disimuladamente a la princesa- pero no es por eso por lo que he venido a hablarle mi señor, vengo a hablarle de su hija...
-¿Pasó algo Eärwen?
-Papá, quiero ir con ellos. Quiero ayudar a los hobbits y asistir en el campo de batalla… Pero quiero tu permiso para hacerlo.
Aragorn se sentó otra vez en su silla, derrotado.
-Como dije, creo que es de familia- dijo Eândros.
-Y creo que no te equivocas, yo era igual- afirmó- ¿Estás segura hija mía?
-Muy segura papá, quiero ir con Eldarion, con el maestro Eândros y con Fhilamir... No quiero quedarme aquí mientras ellos luchan por nosotros.
-No puedes ir con tu hermano, él partirá hoy.
-Mi rey, preferiría llevarla conmigo- le dijo Eândros- no me gusta la idea de tener a los dos lejos
-Sé que Eândros te protegerá... además, hoy ningún lugar es seguro... Sea aquí o en la Comarca.
Aragorn parecía bastante cansado.
-Entonces la llevare conmigo mi señor ¿le sucede algo?
-No, solo estoy un poco cansado, quería analizar todo antes de que mi hijo se fuera hoy...
-No hay mucho más que analizar mi señor, y lo necesitamos en condiciones
-Nos reuniremos en algunas horas antes de que él marche, para ultimar los detalles. No me preocupa el oeste Eândros me preocupa el norte- y agregó- en realidad me preocupan ambos.
-Muy bien mi señor, ya que Filhamir partirá con nosotros le estaré dejando uno de los capitanes. Lo entiendo, por eso estamos dejando aquí la infantería que hemos traído.
-Si aunque sea supiéramos donde está uno de los capitanes de Morgoth podríamos realizar un ataque rápido e intentar eliminarlo. ¿Quiere que deje aquí los mensajeros que traje de Rohan? son rápidos a caballo.
-Eso podría ser muy útil, deberemos enviar mensajeros al sur cuando tengamos los detalles de los movimientos que haremos.
-Así lo hare, por cierto... un detalle mas... la princesa necesita una armadura...
-Le diré a Fhilamir que le busque una. Gracias Eândros, puedes seguir con tus tareas. Y tu hija quédate un rato más.
-Sí papá.

(roleado on line con Gonza)