martes, 21 de septiembre de 2010

Charlas en Arnor

Eärwen


*****

-¡¡Hermano!!
Eärwen fue corriendo hacia él y lo abrazó. Él la abrazó con fuerza, hacía tantos años que se habían separado, ella era una mujer ahora, y era muy hermosa, tanto como su madre.
-Eärwen, que hermosa estás.
-Gracias hermano- le sonrió- ¿pero qué te ocurrió? Estás empapado.
-Fue Eandros, supongo que me lo merecía…
-¿Eandros te bañó en agua?- se río- Seguramente lo hiciste enfadar bastante.
-Creo que me gritó varias veces y no lo escuché…
-Pero ¿qué pasó? Cuéntame hermano…
Luego de relatarle la historia Eärwen se rió con ganas.
-Veo que has encontrado algo más interesante que espadas en el campo de entrenamiento.
-Jamás me había sentido así antes…
-¡Sos tan tierno! Como cuando eras un niño, no cambiaste nada.
-¿Qué sabes de ella?
-¿De Macilwen? Así la llaman aquí.
-No me parece nada extraño.
-Dice venir de Farngorn, aunque muchos no le creen, yo creo que es cierto. No sé mucho más, pero es muy buena chica, Fhilamir se encariñó mucho con ella.
-Eso me pareció…
-Deberás hablar con ella si quieres saber más cosas ¿o sigues siendo igual de tímido que antes?
-Supongo que lo soy…
Ella le sonrió y le dijo:
-No te preocupes, ella no lo es. Si tú no le hablas, te hablará ella.

*****

Cuando Léod salió de la reunión acompañó a Sumayyaa a su habitación y luego decidió ir a recorrer el castillo, quizás encontrara a Eldarion que seguramente ya había hablado con su padre… en uno de los pasillos lo estaba esperando la princesa Eärwen.
-Buenas noches príncipe Léod. Mi hermano lo está buscando.
-Buenas noches princesa Eärwen. Curioso tanta formalidad, estoy más acostumbrado al trato de su hermano.
Ella le sonrió.
-Supongo que es lógico, ustedes se conocen desde pequeños.
-Así es.
-Dijo que lo estaría esperando en el campo de entrenamiento.
Léod se rió al escucharlo, eso no me parecía nada novedoso.
-Algunas cosas nunca cambian, por más que pasen los años- dijo sonriendo.
-Igualmente parece que encontró algo más que espadas allí…
-Eso es toda una novedad- dijo sorprendido- Creo que le hará bien olvidarse un poco del entrenamiento.
-En sus cartas jamás me hablaba de otra cosa que no fueran sus avances en el combate o sus batallas en Mordor…
-Tiene sus razones. Me alegra saber que ha encontrado algo con que despejar su mente. Si no comenzaría a sentirme culpable.
-¿Y por qué deberías sentirte culpable?
-Porque yo estoy comprometido y Eldarion no- sonrió y ella sonrió con él.
-Espero esté cómodo en su habitación, cualquier cosa que necesite estoy a su disposición. Si me disculpaas tengo algunas cosas que hacer y ya cumplí lo que mi hermano me había pedido.
-Por favor, ha sido un honor conocer a la Princesa de Arnor
-El honor es mío


(roleado on line con Max)

*****

Léod se dirigió al campo de entrenamiento, ya era bastante de noche. Allí solo estaba Eldarion sentado esperándolo, no estaba entrenando pero se notaba que lo había estado haciendo.
Léod tomó una espada de práctica, y moviéndola sobre su mano le dijo:
-Deberías ahorrar fuerzas para el momento necesario, viejo amigo
-¿Vas a entrenar conmigo? ¿Estás seguro?
Eldarion se levantó, tenía una espada de madera en la mano.
-No sería correcto, te ves agotado y no quiero hacerte lucir mal frente a tus hombres
Era obvio que estaba bromeando porque no había nadie allí.
-¿Qué hombres? estamos solos amigo- le sonrió Eldarion y le hizo una reverencia para comenzar el combate.
Léod golpeó primero.
-Ha pasado tiempo desde la última vez.
Eldarion bloqueó el ataque.
-Prefiero que nuestros hombres no nos vean pelear aunque sea un entrenamiento
Y esta vez fue Eldarion el que atacó.
-Lo sé no sería agradable que el príncipe de Rohan derrote al príncipe de Gondor- se rió a la vez que volvió a golpear.
-O al revés- sonrió su amigo, que esta vez no volvió a atacar y le dijo:- Hablé con mi padre. Fue muy extraño volver a verlo... Pero él está igual que siempre, como lo recordaba de niño, aunque algo más canoso- sonrió.
-Un padre siempre será un padre y un hijo siempre será hijo. Los años pueden pasar pero ese afecto jamás pasa. Entiendo a que te refieres si a mí se me hizo un mar de sensaciones al ver a mi padre a ti ni quiero imaginarlo- sonrió.
-Sí, pero pude hablar con él, de padre a hijo, y de hombre a hombre... Le dije que iba a asistirlo en todo lo que me pidiera, y me dijo que estaba orgulloso de mí... Me vio pelear hoy aquí mismo, aunque yo no sabía que me estaba observando.
-Efectivamente, conozco esa situación y esas palabras- sonrío como asintiendo el sentimiento.
-Seguramente no hubiera peleado así de haberlo sabido... Mi maestro estaba muy enfadado... Pero dejame contarte todo.
Eldarion volvió a sentarse y Léod lo siguió.
-Cuando todos entraron a la fortaleza yo entré último, mi idea era acompañarlos pero cuando me dirigí hacia el castillo escuché ruido de aceros chocando entre sí. Me pareció raro que fuera un entrenamiento así que me dirigí hacia donde escuché el sonido. Cuando llegué aquí vi como uno de los capitanes estaba entrenando a una muchacha… Con armas de metal, y con filo. Me pareció muy peligroso hasta que vi como combatía... era muy buena. Me quedé observando el combate hasta que el maestro finalizó y luego de eso me acerqué a él. Le pregunté si podía entrenar con ella. Al principio no pareció muy convencido... pero ella le insistió. Le dijo "Por favor maestro, aún puedo continuar " y su maestro respondió "Está bien, pero tengan cuidado". Creo que él supo quien era al instante en que me vio. Nos dirigimos al centro del campo y le pregunté: “¿Lista?” “Lista” me respondió sonriendo.
“Debiste haberla visto. Realmente es muy buena. Estuve peleando con ella, ni siquiera sé por cuanto tiempo, hasta que mi maestro me arrojó un balde de agua. Supongo que debe haberme llamado pero no lo escuché...
-¿Tú estás tratando de decirme que estuviste peleando con armas de filo con una joven?
-Sí, no iba a hacerle daño. Pero mi maestro se enfadó mucho, conmigo y con el capitán. Nos sacó las espadas y nos dio otras de madera. Nos dejó seguir, y estuvimos practicando bastante más tiempo, hasta que ella se cansó, pero puedo asegurarte que estuvimos entrenando varias horas.
Era evidente que la chica lo había fascinado y Léod se rió.
-El valiente Eldarion, fascinado por una joven. Quién lo diría… Por tu bien espero no tenga el espíritu de una Rohirrim o la obstinación de una Haradrim- sonrió.
-¿Recuerdas lo que te dije cuando nos reencontramos? ¿que sabía que tenía que llegar lo antes posible al norte pero no sabía por qué? Creo que ella es la razón…
Léod se rió aún más pero Eldarion lo estaba mirando muy serio y no se reía.
-¿No te has golpeado en los entrenamientos verdad?
-No, no me golpeé amigo. Lo que te digo es lo que siento.
-Eso es una muy alegre noticia, sorpresiva, pero muy alegre. Ya me preocupaba que te olvidaras de encontrar una mujer para ti. Igualmente hazme caso, si pelea y es obstinada, tendrás problemas- sonrió.
-No lo dudo, pero realmente no creo que ella sea como Sumayyaa. De hecho no se parece a ninguna mujer que haya conocido.
-Eso mismo dije de Sumayyaa al conocerla- le dijo y le puso una mano en el hombro- Así que confía en la palabra de tu amigo.
-Ni siquiera sé su nombre aún...
-Curioso lo primero que nos conecto a mí y a Sumayyaa fue una cabalgata y a ti parece que fueron las espadas.
-Creo que se asustó cuando lo escuchó a mi maestro llamarme "príncipe heredero al trono de Gondor"... Quería preguntarle como se llamaba pero se fue antes. Prácticamente escapó.
-No te preocupes imagino volverás a verla, muy lejos no pudo haber ido
En ese momento vio a una niña que tendría como mucho 18 años de edad que se acercaba al campo de entrenamiento, tenía un vestido color verde bastante maltratado y traía dos espadas a la cintura, una de metal y otra de madera.
-Supongo que sí...- le dijo Eldarion que aún no la había visto porque ella se estaba acercando por el otro lado.
-¿Por curiosidad tu dama misteriosa viste ropas color verde?
-¿Cómo sabes?
-Pues lo leo en tus ojos, y en que está pasando por allí en estos momentos- y le señaló a la chica-Ves, confía en las palabras de tu amigo.
Ella parecía venir distraída y cuando se dio cuenta de que había dos personas más allí ya era tarde para escaparse.
-Lo siento... no quería interrumpir- dijo entrecortando las palabras.
-Por favor señorita, no interrumpe nada particular. Pero ¿qué hace una dama por aquí a estas horas?
-¿Yo? Vengo a entrenar
-¿Y su nombre? Yo soy Leod, y quien me acompaña es mi gran amigo Eldarion
-Yo soy Aldariel, mucho gusto. ¿Vinieron a entrenar?
-Entrenábamos más el corazón que el cuerpo. Sin embargo mi amigo siempre está dispuesto a un buen combate.
-Por favor sigan, no los molestaré.
-No es ninguna molestia. Y disculpe la pregunta. ¿Con qué guarnición ha venido?
-¿Guarnición? ¿qué es eso?
Eldarion se río al escuchar la pregunta, pero ella no pareció molestarse, al contrario, esperaba la respuesta.
-Grupo de hombres armados. Por ejemplo yo vengo de Rohan junto con los hombres de Rohan. Eldarion ha venido con los hombres de Gondor.
-¡Ah! ¡Me dijo Belegnor que ustedes saben cabalgar muy bien!
-Eso dicen- sonrió Léod.
-Yo he venido sola
-¿Sola? ¿Desde dónde?- le preguntó Eldarion
-Desde mi casa.
Eldarion se volvió a reír, pero su risa no era de burla.
-¿Y su casa queda en dónde?- preguntó Léod.
-En Farngorn
-¿Farngorn? ¿Estás segura?
-Sí, ahí es mi casa, ahí vivo. Rohan queda cerca de mi casa, pero nunca fui.
-Mis disculpas pero conozco muy bien la zonas de Rohan y jamás he visto casas alrededor de Farngorn
-¿Alrededor? No, yo vivo en el centro del bosque. Junto a mi padre.
Eldarion cada vez entendía menos y le preguntó:
-¿Conoces a los Ents?
-¿Centro? Pero creía que los humanos no podían ingresar en ese bosque- se sorprendió Léod.
-¿Por qué no? Yo vivo ahí.
-Yo conozco de ellos pero solo por historias. Es un bosque muy conocido en Rohan
-Y claro que conozco a los Ents, a todos- dijo satisfecha de sí misma- conozco todos sus nombres.
-Nunca supe muy bien porque no podía ingresar allí. Imagino será por respeto a los Ents…
-mmmmm no sé... Yo nunca había visto humanos antes de salir del bosque...
-Justamente porque los humanos no ingresan al bosque. No es sorpresa que no haya visto a alguno más allá de tu padre
-¿A mi padre Bárbol?- le preguntó sin comprender.
-Bárbol es un Ent- le dijo Eldarion a Léod que parecía no saberlo.
-Sí claro- dijo Aldariel
-¿Entonces tú te criaste con los Ents?- le preguntó Léod.
-Sí, los quiero mucho, ellos son mi familia
-¿Familia adoptiva correcto?
-No soy un Ent, eso es lógico, no tengo ramas- le respondió simplemente.
Eldarion lanzó una carcajada.
-Claro que no eres un Ent, eres una mujer- dijo Eldarion y ella le sonrió.
-Podría ser un Ent, yo nunca vi uno- se rió también Léod- Pero confiaremos en que es una mujer.
-No soy un Ent, hace mucho que las Ent-mujeres se fueron y no regresaron nunca más. Los Ents todavía las esperan.
-La vida de un hombre puede ser solitaria sin una dama a su lado. Sea hombre o Ent claro está.
-Debe ser muy triste para los Ents...- dijo Eldarion.
-Ellos creen que algún día volverán a verlas, no están tristes
-Y quizás algún día ocurra. Pero volviendo a ti. ¿Qué te ha traído hasta tan lejos? Debiste haber viajado prácticamente un mes
-Supongo que fue un mes... no sabría decirlo... Vine a entrenar
-Podrías haber entrenado en Rohan estaba más cerca.
-Es que mi padre siempre me habló de los Dúnadan del Norte, y quise venir hasta aquí. No sabía que existía esta ciudad... solo me dirigí hacia el norte.
-¿Hace cuánto que llegaste?- Eldarion
-Mmmmm no lo sé con exactitud... creo que pasaron seis lunas
-¿Y nunca habías entrenado antes?
-No
Eldarion cada vez estaba más sorprendido.
-¿Quién te enseñó?
-Mi maestro Fhilamir
Léod notó que Aldariel se había quedado mirando fijamente a Eldarion y sonrió.
-Si no les molesta, debería ver cómo están mis hombres. Espero no les afecte el estar lejos de su hogar.
-No te preocupes, disculpa por interrumpir tu entrenamiento.
-Y viejo amigo, confía en mis palabras. Tú tienes la fuerza de conquistar cualquier batalla.
-Ya peleé con él, y seguramente puede hacerlo.
Eldarion sonrió.
-Lo sé Aldariel, he peleado con él durante muchos años. Créeme que lo conozco.
-Hace muchos años que somos amigos- le dijo Eldarion
-¿Amigos? No tengo muchos amigos aquí... salvo la princesa que a veces viene a visitarme. Y mi maestro y quizás pueda también ser amiga de Belegnor…
-¿No? Yo creo que has hecho un buen compañero en Eldarion, eso es un buen comienzo. Y tu sinceridad creo que te harán ser muy apreciada.
-Gracias- le sonrió y luego lo miró a Eldarion- ¿Tú crees que podamos ser amigos?
-Estoy seguro que sí- le respondió.
Cuando Léod se fue Aldariel le preguntó:
-¿Gondor es muy lejos?
-De aquí es lejos, queda más allá de Farngorn y Rohan.
-Perdón por lo de hoy, si hubiera sabido que eras el hijo del Rey no me hubiera comportado así… Lo siento.
-No tienes que disculparte, si hay algo que no me gusta es que me traten diferente porque soy “el hijo del Rey”
Ella se sentó a su lado.
-Entonces solo te llamaré Eldarion.
Él le sonríe.
-Trato hecho.
-¿Podremos seguir entrenando juntos entonces? ¿No se enfadará tu maestro?
-No se enfadará si combatimos con espadas de madera- sonrió.
-Debe ser difícil ser el hijo de un Rey, Eärwen siempre está muy ocupada.
-No es difícil, nos preparamos desde pequeños para eso.
-¿Leód también es hijo de un Rey?
-Sí, él es el hijo del Rey de Rohan.
-Belegnor dijo que arrasaron el Bosque Negro, debí haber salido antes de Farngorn…
-¿Y por qué decidiste hacerlo ahora?
-No lo sé… solo sentí que era el momento… aunque me hubiera gustado llegar antes, entrené muy poco tiempo, pero creo que Fhilamir me dejará ir.
-¿A dónde?
-A la batalla
-No deberías hacerlo, una batalla no es igual que un entrenamiento, es muy peligroso.
-Lo sé… pero quiero ayudar, para eso estoy aquí. No voy a dejar que arrasen nuestros hogares sin hacer nada. Si no los detenemos llegarán a Farngorn, o a Rohan, o a Gondor, es mejor detenerlos aquí.
-En eso estoy de acuerdo contigo…
-¿Léod y tu vinieron para eso no?
-Sí, vinimos a ayudar a mi padre.
-Yo también quiero ayudar.
-Y seguramente lo harás. Deberías ir a descansar ahora.
-No estoy cansada. Además había venido aquí a entrenar… Pero tú sí te ves cansado, seguramente no habrás descansado nada desde que llegaste.
-Eso es cierto… pero no estoy cansado.
-Entonces… ¿quieres entrenar conmigo?
-No hay nada que me gustaría más.

(roleado on line con Max)


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Tras finalizar la reunión Eândros le pidió a Faragond que se quedara un momento más.
-Sí maestro Eândros
-La situación es peor de lo que esperaba... Sabíamos que veníamos a enfrentar a un gran ejército, pero no a uno que se mueve invisible.
-No creo que sea invisible, no lo deben haber visto. Deben haberse ocultado en algún lado, el bosque de los trolls quizás…
-Puede ser, de cualquier forma no quería hablarle de eso, es también sobre el plan del amigo elfo. Su idea de usar caballería y no presentar un frente de batalla nos ayuda en muchos más aspectos que el defender la Comarca.
-Eso si llegamos a tiempo, los medianos van a tener que evacuar. Si son tantos orcos como dicen, no podremos hacer mucho…
-Mas allá de eso, seguramente notaste la falta de entrenamiento y disciplina entre los hombres que trajimos, en el viaje no se les podía pedir mucho. Pero ahora la situación cambió, ya que los tendremos acantonados aquí mientras utilizamos la caballería, necesitamos que vuelvan a ganar disciplina.
-¿Quieres que me quede entrenándolos?
-Así es, y preparando las defensas, me temo que Fhilamir no tiene la paciencia necesaria para acantonarse de esa forma, y no quiero perder hombres en los entrenamientos tampoco…
-Está bien, yo también noté que nos falta más entrenamiento luego de ver a las tropas de Arnor... ¿Ha visto a los soldados de Fhilamir?
-Aun no tuve el gusto, solo espero que no entrenen con espadas de verdad.
-Están muy bien entrenados, y sí, algunos entrenan con armas con filo, pero son los más experimentados y Fhilamir siempre está con ellos cuando lo hacen.
-Ay ese muchacho, nunca terminó de entender lo que es la prudencia, el calor de su sangre siempre le ciega el pensamiento. Pero bueno, capitán, ¿podría llamar a su hermano?, necesito ponerme al día con la situación aquí- dijo Eândros dejándose caer pesadamente en una silla.
-¿A Fhilamir? No hay problema, iré a buscarlo y le avisaré.
-Muchas gracias, que los Valar lo protejan capitán

******

No pasó mucho tiempo hasta que Fhilamir hizo su aparición nuevamente en la sala de reuniones. Sobre la mesa todavía estaban desplegados los mapas, uno era de los alrededores del castillo, el que actualmente estaba observando.
-Maestro Eândros
Eândros se acercó a su alumno y lo abrazó.
-Tanto tiempo maestro
-Muchacho, no sabes cómo me alegra verte- le palmeó la espalda y se acercó de nuevo al mapa.
-Tu hermano seguro te comentó por qué te mande llamar, necesito más información sobre qué está pasando y en que está pensando el rey.
Fhilamir se sentó a la mesa y miró el mapa.
-Ya les he dicho lo que sabemos. El rey se quedará aquí, teme un ataque del norte a la ciudad.
-Ya veo, este será su punto fuerte, ¿sabes si su plan es que nosotros nos encarguemos del oeste? ¿o quiere que nos fortifiquemos aquí en caso de un ataque?
-La fortaleza resistirá un tiempo, nosotros tendremos que encargarnos de ayudar a la Comarca.
-Entiendo, por lo que veo la situación es complicada, tenemos esta fortaleza que cierra el paso a lo que creo es el grueso de la oscuridad, Rohan se está replegando y evacuando a su gente a Helm, y más al sur el rey de Rohan debería, y no sé qué tan cierto sea o que tiempos se manejan, estar trayendo ayuda de Harad. Por otro lado el oeste esta arrasado y en manos de la oscuridad… Si la situación es esa estamos en dificultades, somos una poca de manteca sobre demasiado pan, como dirían nuestros amigos medianos.
-Es imposible cruzar al oeste. Belegnor dijo que el bosque fue arrasado en poco tiempo y que la fortaleza élfica cayó en veinte horas.
-Exactamente.
-No creo que nuestra muralla sea mejor, pero eso espero si queremos resistir aquí.
-Hablando de eso, con nosotros vinieron cien ingenieros, sería de prioridad ponerlos a trabajar, trampas, armas de asedio, esas cosas…
-La ciudad está lista para eso maestro, yo me encargué, de hecho hace mucho esperamos un ataque del norte, solo que se está demorando.
-Bueno, ponlos a buen uso en lo que creas conveniente, trampas en el camino y frente al lago suenan como una buena idea
-Sí, igualmente les tomará tiempo llegar, como verá la ciudad está en un punto muy difícil de tomar.
-Difícil, pero no imposible mi muchacho…
-Dejando de lado la ciudad, confío en que la tienes bien defendida, ¿hay noticias de los pasos al oeste? ¿Moria? ¿el paso de la montaña?
-De Moria no sabemos nada, según Belegnor estaba libre cuándo él pasó hace un mes. El paso del norte ya no es más nuestro. Lo que más me preocupa, es que no los hayamos visto, confío cien por ciento en mis hombres exploradores, y no los vieron venir hasta que estuvieron ya sobre Bree…
-¿Moria libre? ¿y a donde fueron todos los orcos, goblins y ogros que la habitaban? ¿y cuando se fueron? ¿Podría ser que el ejército que avanza por el oeste sean las huestes de Moria? Tiene más sentido usar un ejército que está en la montaña a mover uno por encima de esta...
-No lo sabemos. Aparentemente los que están llegando por las montañas son parte del ejército que destruyó el bosque. Más al sur no tenemos noticias, quizás se hayan movido a Mordor
-Si pasaron el ejército por el paso de la montaña es aun más alarmante que si usaron a Moria… Rivendel está abandonado, ¿no es asi?
-Desde que los elfos abandonaron Rivendel nadie más vivió allí, supongo que quedarán las ruinas. Los elfos habitaban todos en el Bosque Negro, y ahora parece que se movieron hacia Lórien.
-Quizá sea buena idea utilizar Rivendel como punto fuerte hacia el oeste, esto es algo que debería hablar con Belegnor... Sería un buen punto de partida para la caballería.
-Pero ya pasaron Rivendel, ahora están a cinco días de Bree
-Exactamente. Fhilamir, no puedes pensar solo lo que tienes 5 días delante de ti. Si no tomamos la iniciativa, nos arrollarán.
-Ese es el comienzo maestro, cinco días, en poco más y estarán en la Comarca y luego llegarán aquí. Si el ejército del oeste se une al del norte, estamos perdidos. Deberemos evacuar no solo la Comarca sino también Arnor. Si perdemos Arnor, la batalla continuará más cerca de Gondor. No creo que Rivendel pueda servir de punto fuerte, ni siquiera hay murallas allí, salvo que intentemos detenerlos en el valle, si es que todavía está libre de orcos.
-Si evacuamos Arnor solo nos queda el sur, y al sur no hay ni siquiera ruinas. Al este tenemos los puertos grises, sería la mejor opción para evacuar a la gente, y que de allí viajen por barco a Gondor.
-No tenemos tantos barcos. Si evacuamos tendrá que ser a pie, o tendremos que enviar un mensaje ahora mismo a Gondor para que vengan con una flota, por lo que dejaríamos libre las costas del sur.
-La comarca se puede empezar a mover hacia el sur, y los civiles de Arnor al puerto, debe haber suficientes para la gente de aquí.
-No, no tenemos flota, no fue nunca la idea moverse de aquí... pero tenemos un paso por debajo de las montañas para escapar si toman la ciudad.
-Si empezamos a mover la gente al sur, es un riesgo por el ejército enemigo, la única opción es al este, a los puertos, por más que no tengamos una flota de Gondor tiene que haber barcos.
-No serán suficientes, tendremos que pedir asistencia a Gondor
-¿El príncipe aún está con el rey?
-Eso creo ¿Quiere que vaya a buscarlo?
-Por favor, si es que no está con el rey
-¿Le digo que lo espera aquí?
-Sí

Al poco tiempo Eândros escuchó que tocaban la puerta.
-Pase
El joven príncipe entró a la sala de reuniones, vestía otras ropas ahora más formales.
-Joven príncipe, veo que se vistió para impresionar a la jovencita. A decir verdad alegra mi viejo corazón ver tal cosa en estos tiempos…
Eldarion le sonrió.
-No creo que eso le moleste maestro, y en realidad me vestí así para ir a hablar con mi padre.
-Espero que fuera una cálida reunión
-Así fue... Mi padre es igual que cuando se fue de Minas Tirith, aunque está más canoso ¿Me mandó a llamar por algo en especial maestro?
-¿Ya te comentaron la situación y el plan hasta ahora?
-No sé qué habrán hablado en la reunión... mi padre me contó cómo están las cosas, y no parece alentador.
-Pues, tenemos un ejército avanzando por el oeste
Eândros marcó en el mapa una línea que cruzaba las montañas hasta el valle de Rivendel.
-A cinco días de Bree. Moria está desierta según nos informo el amigo elfo y al parecer... el enemigo utiliza los cuerpos de la gente secuestrada durante “El Día de las Lágrimas”…
-¿Qué?
El joven príncipe se puso pálido al instante.
-¿Quién te dijo eso?- le preguntó.
-El elfo, ¿recuerdas en el entrenamiento?
-¿Están... usando hombres para el ataque? ¿Qué fue lo que vio? Por favor maestro, es muy importante para mí saberlo.
-No para el ataque, el enemigo los corrompió, los está usando… Morgoth vive en cada uno de ellos.
Eldarion se sentó en una silla, se lo veía bastante deprimido. Su maestro le puso su mano en el hombro y le dijo:
-Sé que es difícil, pero ya no son ellos, quizá nunca lo fueron
-Lo sé... Pero será difícil saber que tenemos que combatir con ellos, contra nuestra propia sangre. Estoy listo hace tiempo para eso, pero aún así...
-Mi joven príncipe, nada es más duro que pelear contra un hermano, pero la oscuridad hace mucho borró ese vínculo, yo aún no los he visto, pero si lo que nos dicen es verdad... su humanidad hace mucho fue borrada con torturas y encantamientos. Ya no son lo que alguna vez pudieron haber sido, se han convertido en esclavos como no hace mucho fueron los Nazgul.
-Sí, pero uno de esos esclavos es mi hermana
-Joven príncipe, no hay palabras que yo pueda decir que le ayuden en su desdicha, solo le puedo dar estas palabras y esperar que su corazón las entienda. Eldarion, no deje que sus sentimientos lo pierdan en los caminos de lo que pudo haber sido pues estos son infinitos y todos dolorosos, y viva en lo que es. Viva la alegría del presente y disfrute de la luz que le brindan Eärwen y la joven aprendiz de Filhamir, si su mente se extravía alguna vez, pues es del corazón humano el vagar por la incertidumbre, busque en su corazón la luz para recordar lo que es en realidad y espantar las sombras de la duda.
-Gracias por tus palabras Eândros, y créame que todo lo que hago lo hago por mi pueblo, por mi madre, por mi hermana, por mi padre, por mis aliados, por mis amigos... y ahora también por esa persona que acabo de conocer... Si hay alguien que va a luchar contra esos hombres, voy a ser yo, y los voy a destruir, aunque sea mi misma sangre la que corre por sus venas. Y luego voy a destruir al que hizo de ellos eso que son ahora.
-Joven príncipe, no piense en que destruirá a esos hombres, ya que está lejos de la verdad, los estará liberando. Pero bien, las lecciones de filosofia pueden esperar un poco, tengo aquí el plan de batalla.
-Por favor, quiero escucharlo, ya que iré con ustedes cuando decidan marchar.
-No esperaba otra cosa
-Primero lo más alarmante, el enemigo se encuentra a 5 días de Bree, y avanzando hacia Hobbiton
-Sí, mi padre me lo ha informado. Fhilamir se encontraba ahora con él hablándole de esto que me contarás ahora supongo.
-Lo que brinda dos noticias aun más alarmantes, una es que han pasado tropas por los pasos, lo que quiere decir que en algún momento cruzaron el río, lo que puede indicarnos que Lórien y Rohan pueden estar en un peligro mayor del que originalmente creíamos.
-Quizás solo hayan cruzado por este paso, y no por el de Moria... aunque de eso no sabemos nada
-Es lo más probable, aunque no sabemos qué pasó con los habitantes de Moria, ya que nos informaron que está vacía. Creemos que la columna del oeste está bajando hacia Moria, pero no estamos seguros. Pero en cuanto a lo que nos compete en esta situación, Bree es insalvable
-Pero no estaban cruzando el río cuando salimos de Gondor, ¿qué dicen los mensajeros?
-No tengo noticias de ningún mensajero
-Deberíamos preguntarle a mi padre cuándo fue la última vez que tuvo noticias de Gondor
-Sí, sería lo más prudente
-No creo que estén atacando o nos habríamos enterado ya
-Pero preste atención que aún no le comente el plan de batalla, ni siquiera termine con la situación. Deben estar reuniéndose en Mordor.
-Perdón maestro
-Entiendo sus ansias, pero no podemos mirar a toda la Tierra Media, ahora tenemos esta batalla. Bien, el avance orco sobre Bree es inevitable a estas alturas, pero aún podemos evacuar lo que podamos de los hobbits. El plan es enviarlos al este, a los puertos de los elfos, y al sur lo más lejos posible de los orcos. Mientras con caballería atacamos los flancos por aquí, y por aquí- dijo señalando los puntos en el mapa- manteniéndonos siempre a distancia.
-Léod podría liderar uno de los flancos y yo el otro. Fhilamir podría asistir a la Comarca en caso de que no podamos frenarlos y se escapen.
-En total tenemos 1300 tropas de caballería, no tengo el número exacto de arqueros. Con su autorización mandaré un mensajero a la Comarca para que Pippin comience la evacuación. En cuanto a Fhilamir podría ir con su aprendiz, es el que tiene las tropas en mejor forma. Aunque no creo que a los hobbits les guste mucho mudarse.
-Creo que lo mejor será que vaya yo a avisarles eso a los hobbits. Me adelantaré con mi tropa y les informaré cuanto antes de la situación. Me reuniré contigo cuando todos estén listos en algún punto entre Bree y la Comarca. ¿Crees que lleguemos antes que ellos?
-¡Rezo a los valar por eso!
-Entonces voy a partir mañana mismo. Ayudaré en la evacuación y esperaré noticias de los últimos planes
-Muy bien, yo marchare con la columna que irá por el sur, llévate a la guardia real contigo.tos
-Está bien, los esperaré allí, partiré mañana. Ahora si me disculpas me iré a entrenar.
-¿Con quién?- preguntó suspicaz- ¿con Fhilamir?, creí que estaba con tu padre…
-Le diré a Léod, pero tengo la esperanza de que vuelva a aparecer la muchacha- le sonrió.
-Ah ah ah... bien ve, no te retengo más...- y murmuró- ¿dónde habré dejado el balde?
-No usaré armas de verdad. Lo prometo.
-No es por eso, vamos ve a entrenar que quizá tienes suerte.

(roleado on line con Gonza)


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Después de la reunión Baranor se dirigió al campamento a cenar con sus hombres. Algunas mujeres del pueblo habían ido a ayudar y estaban cocinando para los soldados recién llegados del largo viaje. Algunos soldados de Gondor comenzaron a informarse de la situación charlando con los soldados de Arnor. Se acercó a las mujeres y le sirvieron un guiso en un plato de madera.
Le había quedado pendiente una charla con su maestro, pero él salió de prisa a informarle al Rey las novedades. Descansó un poco del trajín del primer día en la ciudad y esperó a que se hiciera más tarde para buscarlo.
Fue a caminar por la ciudad, no había mucha gente afuera, ya era bastante entrada la noche, y llegó al lago, la luna arrojaba sus rayos plateados sobre el agua, el cielo estaba despejado y las estrellas titilaban en lo alto, la vista era una hermosura.
Se quedó allí admirando esa belleza de la naturaleza hasta que decidió volver al castillo y buscar a Fhilamir. Los guardias le informaron que la última vez que lo habían visto había sido antes de la reunión de capitanes. Les preguntó a los guardias dónde estaba su habitación y le dijeron que se encontraba en el ala este.
Cruzó los pasillos del castillo bañados por la luz de la luna y llegó a un patio interno bastante amplio con una gran fuente en el centro. La luz de la luna se reflejaba en sus aguas. Baranor se quedó maravillado contemplando su brillo, casi al instante notó que no estaba solo.
A los pies de la fuente estaba sentada una muchacha. Tan hermosa parecía que se quedó pensando si pertenecía a la raza de los elfos o de los hombres…
Se acercó con tranquilidad a la fuente y cuando estuvo lo suficientemente cerca notó que era la princesa de Arnor.
Le hizo una reverencia y bajó una rodilla a tierra.
-No tiene por qué hacer eso soldado, por favor levántese- le dijo ella.
-Gracias
Baranor se incorporó y le dijo:
-Hermosa noche ¿no es así?
-Sí...
Él la miró, tenía el pelo largo, negro y ondulado, estaba vestida con un traje blanco de mangas muy anchas y todo bordado con flores, pero ella estaba mirando hacia las estrellas. Nada de lo que había visto esa noche se comparaba a su belleza.
-Con su permiso me retiro- le dijo respetuosamente e hizo una reverencia.
Se dispuso a seguir buscando a su maestro, pero justo en ese momento notó que ella estaba llorando y se secó las lágrimas.
-Las lagrimas derramadas en soledad solo significan que tu corazón esta triste. Si me permite, ¿podría ayudarla?
Ella lo miró con los ojos sus hermosos ojos azules, llenos de lágrimas.
-Solo esas palabras me han ayudado, gracias.
-A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas, y entonces hay que saberse decidir por las más hermosas.
-Me siento tan inútil aquí... Mi hermano, mi padre, todos hacen lo posible para ayudar en esta guerra... Y yo... no puedo hacer nada- y la voz se le quebró por el llanto.
Él volvió a arrodillarse frente a ella y le dijo:
-Creo que tú eres el alma de este castillo, tu padre y tu hermano son hombres de gran valor, pero como todo hombre temen a lo desconocido, ellos también necesitan de sus seres queridos para no perder esperanza en la victoria, grandes hombres han caído al primer tropezón y las mujeres de ellos los han ayudado a levantarse y continuar adelante, y no solo yo sino todos los capitanes de Gondor estamos aquí para defenderlos.
-No es fácil estar todo el día con una sonrisa mientras sabes que afuera el enemigo está acercándose, mientras sabes que la Sombra caerá sobre la ciudad, y quizás nadie pueda hacer nada por defenderla, mientras sabes que tus seres queridos pueden morir allí afuera mientras estás atrapada aquí dentro…
-Cada lágrima enseña a los mortales una verdad.
-Discúlpame, no debí importunarte con esto. Sigue tu camino.
-Me disculpo yo princesa no soy hombre de grandes palabras como lo es mi maestro- le sonrió- pero sé que al verla llorar por culpa de la tristeza en su corazón me da valor para enfrentar a todo mal con tal de no volverla a ver llorar. Si de algo le sirve mi princesa yo luchare al lado de grandes hombre como lo son mi Rey, el Príncipe, Eândros, Fhilamir y los demás capitanes y mi corazón cree que si no me esfuerzo no lograré estar a su nivel, pero sé que cada vez que pelee veré tu hermoso rostro y tus grandes ojos, y luchare por ellos para que ya no llores y verte sonreír todos los días.
Baranor la tomó de las manos y ella lo miró fijo, tanto que él se puso bastante nervioso.
-La sabiduría consiste en saber cuál es el siguiente paso; la virtud, en llevarlo a cabo y tú eres la virtud del castillo y de todos nosotros. No estés triste hora más que nunca. Tu Padre y tu hermano te necesitan fuerte para que ellos puedan apoyarse en ti y poder seguir adelante.
-Gracias Baranor, esas palabras no me son ajenas, pero es difícil a veces ponerlas en práctica. Sé que yo soy aquí una gran ayuda para mi padre y no lo quiero defraudar
-Nada es fácil princesa, no es fácil para mí estar viendo tanta belleza reunida en un solo lugar- le sonrió, y la emoción hizo que una lágrima rodara por su mejilla.
Ella lo sonrió y él supo que no quería ver más nada que esa sonrisa en su rostro.
-Ahora me siento culpable por haberte hecho llorar… Creí que los hombres no lloraban.
-No es tu culpa princesa, es verdad los hombre que no tiene corazón no lloran, pero los recuerdos me llenan el pecho de alegría y esta lágrima es por saber que te preocupas por todos y todo y me llena de alegría y me fortalece el sentir que alguien a parte de mí se preocupa por todo.
-No es fácil esperar a los soldados, es la parte más difícil de ser princesa, cuando regresan heridos me ocupo de ayudarlos, pero a veces no regresan, y esa es la peor parte. Me he reunido hoy con mi hermano después de tantos años, y mañana partirá una vez más, y tengo miedo de no volverlo a ver nunca más…
-Nadie tiene la verdad, y nadie sabe lo que sucederá en un campo de batalla, pero lo que yo te puedo asegurar es que tu hermano vivirá y te doy mi palabra de que él volverá. Yo me encargaré de que a él no le suceda nada, no soportaría volver a ver tristeza en tu rostro.
Le soltó la mano y le seco las lágrimas con sus dedos, luego se dispuso a marcharse.
-Hice una promesa a tu madre y la cumpliré con mi vida, de eso no lo dudes princesa- en su mano estaba el amuleto que le habían entregado sus padres.
-¿Qué promesa le hiciste a mi madre?
-Cuando vuelva de la batalla te lo contaré princesa, así tengo una escusa para volver a ver su belleza, con su permiso.
-Buenas noches Baranor, que los Valar te acompañen
Y en voz muy baja Baranor se dijo “ellos ya me han acompañado” y sonrió al recordar la belleza de la princesa.
No le costó mucho encontrar la habitación de su maestro. Golpeó la puerta como él solía hacerlo cuando iba a su casa.
-Baranor, qué haces aquí a estas horas...
-Te has puesto viejo amigo, vamos a charlar, hace tiempo que no nos vemos
-Quizás... debe ser esa muchacha... Pasa
-¿Eh?
-Mi aprendiz, todo el tiempo quiere entrenar
Baranor se rió.
-No hace otra cosa...
-Creo que es muy buena con la espada, ¿aprende rápido verdad?
-Demasiado...
-Pero te gusta, tú querrías que entrenase todo el día- se rió de nuevo.
-¿Eh? ¿estás loco? Es como una hija para mí
-No me refería a eso- dijo golpeando su hombro- ya está viejo para el amor
-Nunca se está viejo para eso niño
-Me refería a que es lindo cuando tu aprendiz avanza ¿o no?
-Claro que sí... Además tuve buenos aprendices- dijo palmeándole el hombro -Ahora, dime por qué has interrumpido mi sueño, y espero que sea importante
-Creo que el enemigo culta algo, no sé qué es pero lo presiento
-El enemigo oculta muchas cosas hijo
-Lo sé
-Pero esta vez esconde algo y no sé que es, me tiene preocupado
-Ya has escuchado, no es un enemigo como cualquier otro ¿O no has escuchado que es el amo de Sauron? Claramente ocultará muchas cosas
-¿Recuerdas los escritos en élfico que me hacías leer? Creo que en uno de ellos habla de él… pero no recuerdo cual era…
-Es el enemigo más poderoso, el Valar caído, el asesino de los dos árboles... El que se creía dueño de los sillmarils, el destructor de lo creado. Ama la destrucción. Comprenderás que esta información no podemos divulgarla tan a la ligera… el elfo confirmó nuestros peores temores, que EL está detrás de todo.
-Creo que el no está solo
-¡Claramente no muchacho! tiene un ejército enorme a sus órdenes. Ahora, sino vas a decirme más nada que cosas que ya sé, puedes dejarme dormir.
-Perdona es que el viaje y las ganas de verte me jugaron en contra y te agradezco todo lo que me diste, gracias.
-No tienes que ser tan formal, muchacho. Distiéndete un poco, ve a charlar con tus hombres, ve a buscar mujeres, ¡no a un viejo como yo! Disfruta los momentos que tengas antes de la batalla.
Baranor sonrió y se dirigió a la puerta.
-Saludos
-Adiós hijo, mañana nos volveremos a reunir
-Está bien
Cruzó el patio interno, la princesa ya no estaba junto a la fuente. Decidió ir hacia el campo de entrenamiento, quizás eso despejara su mente, pero cuando se acercó vio al príncipe entrenando con la aprendiz de tu maestro. No había más nadie, solo ellos dos.
Intentó llamarles la atención tosiendo, pero ninguno de ellos lo escuchó, así que se dirigió hacia otro lugar a entrenar.


(roleado on line con Dio)


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Al salir de la reunión Belegnor tenía un solo pensamiento en su mente, quería enviar un mensajero a Lórien. Para eso habló con Fhilamir que le dijo que enviarían a alguien al día siguiente con todas las novedades, tanto a Lórien como a Rohan y Gondor.
Estaba bastante deprimido con la situación y subió a la terraza del castillo. Su intensión era saludar a Eärendil y pedirle su protección. El cielo estaba despejado, miró a las estrellas, quizás esa fuera la última vez que las viera…
Saludó a Eärendil como a un Rey, a un rey que era su amigo.
-Eärendil, ilumínanos y guíanos en estos momentos tan difíciles, estamos peleando contra un enemigo que tú derrotaste, que no pensábamos que volvería, espero tener la fuerza que tú has tenido para enfrentarlo.
-Eärendil nos ayudará, su luz resplandecerá sobre los guerreros que se enfrentan a la Sombra.
Se dio vuelta y vio a la niña que había encontrado en el campo de entrenamiento, Aldariel. Había utilizado su propia lengua.
Sonrió y le dijo:
-No sabía que hablabas la lengua antigua.
-Mi padre me enseñó- le sonrió y continuó hablando en su idioma.
No estaba diferente, era la misma niña con el mismo vestido verde gastado. Le hizo una señal para que se sentara.
-Ya tendremos ocasión de estar parados.
Ella se sentó a su orden.
-Estaba pensando en mi padre. Ojalá no hayan llegado a Farngorn.
-Tu gente es realmente lo último que queda de los primeros tiempos, cuando fueron soñados por Yavanna y cobraron forma. En la guerra del anillo, tu pueblo peleó con valor y poder y aunque los orcos de Saruman no eran tantos, estaban muy bien armados y tenían máquinas de guerra muy poderosas, y aun así los aniquilaron en un abrir y cerrar de ojos.
-Los Ents no son inmortales, no es difícil dañarlos. Así como mataron a tu bosque también podrían matar a los Ents. Sé que si le pido a mi padre que se involucre en la guerra lo hará... pero no quiero hacerlo. Por eso vine aquí a aprender a combatir, porque quiero protegerlos, a ellos y a las criaturas que viven en el bosque.
-Quiero proteger a todos, pero llegué muy tarde, tendría que haber salido antes de Farngorn, podría haber aprendido más cosas. Aún así, acompañaré a Fhilamir cuando vayan a ayudar a los hobbits
-Bueno, no creo que les resultara tan sencillo. Sí, se puede dañar a los Ents, pero no son gente que deba ser subestimada..... Lucharás hasta donde te den tus fuerzas, querer hacer más de lo que uno puede hacer ha perdido a mucha gente en el pasado, pequeña.... Y no solo ante las armas del enemigo.
-Pero no quiero quedarme aquí mientras todos se van a pelear... Quiero ayudar.
-Tampoco dije que hagas eso, claro que ayudarás. Pero debemos ser conscientes de lo que podemos y no podemos hacer, actuar con cautela. Nuestros recursos, nuestra gente, son demasiado preciosos en estos momentos para tirarlos en actos de valor. Un sacrificio hoy es una espada menos para pelear mañana. No importa cuán noble haya sido. No hablo de esconderse, o de huir, hablo de pelear con sabiduría y entendimiento. Hoy puedes hacer mucho, pero si vives para mañana, mañana podrás hacer aún más. Sé que es una situación desesperada pero no debemos dejar que la desesperación se lleve lo mejor de nosotros. Temo que muchos jóvenes, queriendo emular las hazañas de sus padres y abuelos, ante esta guerra...... se porten torpemente y arriesguen sus vidas más de lo necesario, lisiando así a nuestras fuerzas.
-Entiendo, pelear con sabiduría antes que con la espada... Pero no creo que eso pase, los jóvenes que he visto entrenar pelean por muchas cosas, no hablo mucho con ellos pero escucho, muchos solo quieren proteger a sus familias. A muchos no les interesa ser héroes, solo quieren vivir en paz.
-Eso espero. No conozco a los hombres mucho más que tú, me guío por lo que los libros me dicen de ellos.
-No es muy difícil comprenderlos, una vez que te acostumbras a ellos son muy agradables- dijo sonriendo.
-Sí, lo son.
Belegnor miró hacia el cielo y le dijo:
-Parece ser que has encontrado un excelente compañero de prácticas- dijo con una sonrisa en su rostro.
-No debí comportarme así... no sabía quién era...- dijo entrecortando las palabras y mirando hacia el suelo.
-No fue tu culpa- le dijo en tono comprensivo- fue culpa de Fhilamir- agregó en tono imperativo y luego se rió.
-Fhilamir no tuvo la culpa, yo le insistí… Y cuando le pido algo le cuesta decirme que no.
-¿Para qué querías pelear con espadas de metal? ¿y si a alguien se le escapa un golpe? No hablo solo del príncipe hablo en general.
-Estaba practicando con Fhilamir, él no me lastimaría nunca. Con respecto al príncipe... le pidió a Fhilamir pelear conmigo y yo... digamos que no pude rehusar el desafío- dijo mirando al suelo una vez más.
-Eso lo comprendo... hasta cierto punto, pero es el tipo de cosas que hace un rato te dije que es mejor no hacer. El orgullo no tiene lugar en el corazón del auténtico guerrero, eso se deja a los bravucones
-Lo siento...- dijo sin levantar la cabeza aún- Me disculparé con él.
-No es necesario, mi maestro de esgrima me dijo que nunca se piden disculpas por lo que sucede en el campo de prácticas. Solo fíjate para la próxima... a menos claro, que quieras pedirle disculpas- sonrió.
Ella lo miró confundida y él notó el rubor en sus mejillas.
-No volveré a practicar así con armas de verdad, lo prometo.
-Así me gusta, deja el acero para los Orcos. De todos modos, me parece que el príncipe quedó muy conforme con la práctica.
-Me comporté como una tonta... Y frente a todos...
-Fue un gran espectáculo sí, hacía tiempo que no veía esgrima de esa calidad..... Hermoso, realmente…
-¿En serio crees eso? Él no estaba peleando en serio... Pero me divertí mucho- dijo sonriendo.
-No estaba peleando con todo, pero tampoco estaba jugando con vos, sudaba- sonrió.
-Eso ya lo sé, por lo general no pelean en serio conmigo, salvo mi maestro.
-Yo estaba peleando en serio eh? No me estaba frenando, aunque no soy un maestro de la espada.
-Quizás soy mejor de lo que creo- sonríe- Pero fue diferente con él...
Le dijo y se quedó pensando en eso.
-Seguro, muy diferente- dijo con tono entre filosófico y sarcástico.
-Pero no sabría decir por qué...
-Se miraban mucho a los ojos. Eso está bien, a un rival digno no hay que perderle de vista la mirada, porque ella te avisa donde va el próximo golpe ¿no?- preguntó irónicamente.
-Mmmmmm sí... tiene ojos muy lindos...
Belegnor miro a las estrellas y dijo:
-Sí pero él tampoco quitaba la mirada, seguramente piensa lo mismo de vos.
Ella se ruborizó otra vez y Belegnor sonrió.
-¿Sabes? yo acabo de encontrar a alguien especial. Después de muchos años de estar encerrado en una biblioteca...- y casi pensando en voz alta agregó:- Espero que esta maldita guerra me deje estar con ella....
-¿Alguien especial? ¿y quién es? ¿Es bonita? ¿Dónde está ahora?
Él sonrió.
-Quizás en Lórien, quizás en tu hogar, no lo sé.
-Si está en Farngorn seguramente mi padre la cuidará. Pero es peligroso ir allí sin ayuda de los Ents, en el bosque hay árboles que son malos, espero que no vaya sola ¿Cómo se llama?
-Se llama Arien, como la Dama del Sol....sus cabellos son del color de las hojas del otoño, pero sus ojos tienen el color de las hojas de un árbol joven recién florecido… Y es más hermosa de lo que mis torpes palabras pueden describir. Pero eso no es todo... es... mi compañera, en casi todo lo que hago. Si fueron a Fangorn, no fueron de a uno, saben que no es fácil entrar ni mucho menos salir, pero espero que tu padre los reciba. Juntos, se defenderían mejor.
-Que lindas palabras, seguramente es muy hermosa... Además te brillan los ojos cuando hablas de ella. Si mi padre los encontró seguramente los ayudará. Él es muy bueno.
-Pero tiene razones para desconfiar, aunque nuestros pueblos siempre fueron amigos, y los nuestros siempre respetaron a los árboles, incluso a la hora de construir fortalezas, ¡por suerte, los enanos se vinieron conmigo!- dijo riéndose.
-¿El enano vino contigo? ¿y hay más de uno?
-Sí, hay tres. Comprendo lo que debes saber de ellos: gente del hacha y del fuego, de piedra, metal y mentiras. Para el Ent, no son mucho mejores que los Orcos.
-Me dio un poco de miedo... Espero no se haya ofendido...
-Son un pueblo muy noble, a su manera.... solo que su senda difiere un poco de la nuestra
-¿Ellos también irán a la batalla?
-Prácticamente ellos me convencieron a mí de venir. No tan así, pero se han tomado esto muy personal. Quieren encontrar la espada del Rey, un viejo cántico dice que tu amigo el príncipe podrá vencer a Morgoth con esa espada… O quizás hable de Aragorn mismo, no lo sé…
-¿Una espada?... ¿y es del rey? Yo tengo que ir a buscar mi espada... está en Farngorn. No la traje porque no la sabía usar.
Él la miró sorprendido.
-Quizás deberías ser tú el mensajero que vaya, o quizás tú y yo, para pedir a tu padre asilo para mi gente, si no lo hicieron aún.
-Yo no puedo ir ahora... hay que ayudar a los hobbits. Luego si quieres podremos ir a Farngorn.
Belegnor se quedó mirándola y pensaba en esperar que se durmiera para marcharse pero ella parecía muy despierta.
-Estuviste practicando todo el día... ¿no estás cansada?
-No, siempre entreno hasta tarde, de hecho iba a ir en un rato.
-Podemos ir si querés, así de día entrenás con Eldarion- sonrió- Yo no necesito dormir mucho tampoco.
-¿Eldarion? ¿Ese es su nombre?
Belegnor rió de nuevo.
-Significa “amigo de los elfos”- continuó Aldariel.
-Lo sé, su madre es una princesa de los nuestros, aunque él haya elegido el camino del hombre
-¿Y qué más sabes de él?
-Sé que es muy valiente, como su padre, que estuvo peleando contra los restos del ejército de Sauron desde muy joven, ayudando a los hombres lejos de Gondor que querían verse libres de los seguidores de la oscuridad. Incluso fueron a pelear a Harad y a Khand, más allá de Mordor, donde quedaban cultos al Señor de los Anillos incluso cuando los reyes de los hombres oscuros habían hecho la paz con Gondor.
-No conozco esos lugares, deben ser muy lejos... No parece ser mucho mayor que yo... ¿Y ya hizo todas esas cosas?
-No sé cuántos años tienes tú- dijo riéndose- Él no cuenta más de 25 primaveras, si no me equivoco.
-Yo no sé cuántos años tengo, mi padre me encontró hace 18 inviernos.
-¿Y eras una niña pequeña entonces?
Belegnor quiso aprovechar esa situación para utilizar su vista de elfo y averiguar algo más sobre la muchacha pero seguía pareciendo de lo más normal.
-Supongo que sí, según mi padre hacía poco que había aprendido a caminar... ¿Qué estás mirando?
-Nada, disculpa, ¿te molesté?
-No
-A veces se nos escapa mirar así, es cuando vemos realmente
-Me dio curiosidad
-Pocas cosas se nos ocultan, aunque, yo no soy el mejor ejemplo…- dijo riéndose, miró las estrellas una vez más y le dijo- Te dejaré por ahora, iré a dormir mi hora diaria.
-¿Solo dormís una hora?
-Sí, eso es lo que dormimos los elfos, estamos hechos para aprovechar el tiempo, aunque muchos de nosotros no sepamos hacerlo como lo hacen las razas jóvenes
-Yo duermo mínimo seis horas- sonríe.
-Y está bien, con lo que entrenas por día. Pero bueno, seguro tendrás cosas que hacer, yo dormiré aquí, a la luz de Eärendil.
-¿Querés que te cante una canción? Mi padre me cantaba a veces…
A Belegnor se le iluminaron los ojos.
-Nadie canta por aquí, es lo que más extraño de mi bosque, adelante, por favor.
Aldariel comenzó a cantar una canción que hablaba sobre los Ents y las Ents-mujeres, su voz era muy bella. Era una canción muy vieja como los Ents mismos, y él la conocía… hablaba de otros tiempos, muy lejanos ya… Dejó a su mente seguir la melodía hasta el final y luego se durmió plácidamente.

Esta fue la canción que cantó Aldariel a Belegnor:

Cuando la primavera despliega la hoja del haya y hay savia en las ramas;
cuando la luz se apoya en el río del bosque y el viento toca la cima;
cuando el paso es largo, la respiración profunda
y el aire se anima en la montaña,
¡regresa a mí! ¡Regresa a mí y di que mi tierra es hermosa!

Cuando la primavera llega a los regadíos y los campos,
y aparece la espiga;
cuando en las huertas florecen los capullos como una nieve brillante;
cuando la llovizna y el sol sobre la tierra perfuman el aire,
me demoraré aquí y no me iré, pues mi tierra es hermosa.

Cuando el verano se extiende sobre el mundo, en un mediodía de oro,
bajo la bóveda de las hojas dormidas
se despliegan los sueños de los árboles;
cuando las salas del bosque son verdes y frescas,
y el viento sopla del oeste,
¡regresa a mí! ¡Regresa a mí y di que mi tierra es la mejor!

Cuando el verano calienta los frutos que cuelgan y oscurece las bayas;
cuando la paja es de oro y la espiga blanca y es tiempo de cosechar;
cuando la miel se derrama y el manzano crece,
aunque el viento sople del oeste,
me demoraré aquí a la luz del sol, porque mi tierra es la mejor.

Cuando llegue el invierno, cuando caigan los árboles
y la noche sin estrellas devore al día sin sol;
cuando el viento sople mortalmente del Este,
entonces en la lluvia que golpea
te buscaré y te llamaré, ¡y regresaré otra vez contigo!

Cuando llegue el invierno y terminen los cantos;
cuando las tinieblas caigan al fin;
cuando la rama estéril se rompa y la luz y el trabajo hayan pasado;
te buscaré y te esperaré, hasta que volvamos a encontrarnos:
¡juntos tomaremos el camino bajo la lluvia que golpea!

Juntos tomaremos el camino que lleva al oeste y juntos encontraremos una tierra en donde los corazones tengan descanso.




(roleado on line con Patán)

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Les puse una referencia para que sea mas facil seguir la charla.

Los hombres de Rohan se encontraban en su campamento, se los veía animados. Algunos charlaban con las doncellas otros con soldados de Gondor o Arnor. El príncipe busco a sus amigos, pero solo encontró a Aldor y Gram al parecer Deor no estaba.
Leod los invito a que lo acompañaran a pasear por el pueblo en búsqueda de un lugar tranquilo como solían hacer en Rohan. Tenía cosas que decirles y prefería que fuera en un buen ambiente

[+Gram / ¬ Aldor / - Leod]

-Bien, cuéntenme. ¿Como se encuentran los hombres?
¬ Hay bastante incertidumbre, pero están animados
-Deor? Me gustaría que estuviera presente
+No lo vi desde la mañana, me pregunto dónde estará...
¬ Yo tampoco lo vi.
-No importa, luego lo buscare. Recién acaba de finalizar una reunión con los capitanes de Arnor y Gondor
+Seguro está correteando alguna chica
¬ ¿Qué dijeron los capitanes?
-En un día partiremos. Hay un frente enemigo avanzando rumbo a la Comarca. A estas alturas estarán llegando a Bree
Nosotros los cortaremos luego de Bree. Se notaba en el tono de voz de Leod, que lamentaba decir esas palabras pero recordaba lo que había dicho Belegnor sobre ese tema
¬ ¿Ya están sobre Bree?
+ ¿Y cómo no los vieron?
+ ¿Quieres que vaya a hacer reconocimiento?
-Los exploradores de gondor dijeron lo mismo. Por el momento debemos descansar Gram.
Sin embargo tu iras un paso adelante nuestro, necesitare saber hacia donde debemos golpear
-Aldor. ¿Cuantos hombres de los nuestros pueden tensar un arco?
¬ Todos pueden, algunos mejor que otros
-Me agrada escuchar eso. Será provechoso para nuestra movida
¬ ¿Cuál es el plan?
-Aprovechar nuestra movilidad y atacar a distancia.
-Los capitanes confían en que nosotros podamos guiar el ataque. Se alegran de tener el apoyo de Rohan en estos momentos
+Y así será
+ ¿De cuántos estamos hablando?
+De ambos bandos
-Según lo que me dijo uno de los capitanes de Arnor. Mil soldados son caballería
Y creo que de Gondor son trescientos. Efectivamente, tendremos 1500 hombres a caballo.
Lo cuales se dividirán en dos columnas y trataran de provocar la mayor cantidad de bajas en el ejercito enemigo.
Sin embargo la idea no es presentar batalla, si no demorarlos hasta que los Hobbits estén a resguardo
¬ ¿No piensan detenerlos?
¿Tan grande es el número enemigo?
- Presentar batalla con 1500 hombres, no seria prudente.
¬ Entonces asumo que son demasiados
-Pero si podemos demorarlos y provocar una buena cantidad de bajas. Podremos presentar batalla en otro punto
¬ Supongo que aquí
Tienen una buena muralla y por lo que vi la zona es bastante difícil de acceder
-Muchos confían en eso.
Pero en estos momentos la prioridad son los hobbits
¬ Es lo lógico. Tendrán que marcharse. Seguramente el rey no esperaba esta intromisión desde el oeste
-No se esperaba. Fue una sorpresa lo del avance sobre Bree, sucedió como en el Bosque Negro
Quiero que preparen a los hombres, que estén totalmente concentrados.
Un gran ejercito oscuro marcha y deberemos enfrentarlo
Y quiero que estén listos para ello
Aldor. ¿Es posible usar el día de mañana para prácticas con arco?
¬ Sí, podríamos hacer un entrenamiento liviano
-Muy bien, enfoquemos en eso. Prepararnos de la mejor manera posible
Eso es todo. ¿Algo que quieran agregar?
+Sí, solo que vamos a seguirte a donde sea
¬ Así que vamos a preparar todo para cuando tengamos que marcharnos
-En un día
¬ Estaremos listos
-Muy bien, no esperaba otra respuesta. Ahora descansen, mañana deberemos prepararnos
¬ Tú qué harás
-Ahora volver al castillo. Mañana practicar junto con ustedes. Si ven a Deor díganle que me gustaría hablar con el.
+Voy a ver si puedo encontrarlo
¬ Yo tengo una pregunta
¿Vas a llevar a Sumayyaa?
-No es mi intención llevarla. Pero ella ya sabe del plan, así que cuando vuelva al castillo me dirá lo que piensa hacer
+Entonces no hay nada que preguntar, vendrá
-Es lo que creo. Sumayyaa no es una persona que se le pueda decir que no. Y menos con la historia de Rohan
Acaso le diré, las mujeres no pueden luchar Cuando uno de nuestros héroes es una mujer
Si puedo convencerla de que no vaya lo haré, pero si sigue obstinada no puedo objetarle mucho más
¬ No te preocupes, nos encargaremos de protegerla
-Se los agradezco
+Vos solo encárgate de liderar a las tropas que nosotros nos encargamos de la princesa
-De eso me encargare. Nací para eso y se que los hombres dependen de su líder para salir adelante
Y no los defraudare
¬ Sabemos que no lo harás
+Y tampoco tienes que ser tan solemne.
- Últimamente he estado en muchas reuniones
+Deberías distenderte un poco
Podríamos ir a tomar unas cervezas a la taberna
-Eso me parece una buena idea
Deberíamos encontrar a Déor
Seria bueno encontrarlo
+Yo me encargo
+Les aviso cuando lo encuentre
-Aldor, recordas a Miriel?
¬ No la recuerdo, la conozco, entreno bastante con ella
-¿Soy el único que no sabia que ahora es Jinete?
¬ Es jinete y arquera
Es un soldado más del ejército. ¿Harías diferencia con ella?
-No, solo me sorprendió verla. Hacia tiempo no sabia de ella. Desde que bueno, conocí a Sumayyaa
¬ Y es lo lógico...
-Era lo correcto. Recuerdas las vueltas que daba en aquellos días.
¬ Eras muy joven
Pero actuaste como un adulto
Eres feliz con Sumayyaa ¿o no?
-A todo momento. Han pasado años desde que la conocí y aun sigue sorprendiéndome
Y ahora henos aquí. Aldor.
El príncipe hizo una pausa y tomo aire, necesitaba compartir con Aldor lo que sabia.
-Si te dijera que el enemigo es Morgoth. ¿Tu que me dirías?
¬ ¿y quién es Morgoth?
Te diría que un enemigo es un enemigo sea cual sea su nombre
-Siéntate debo contarte algunas cosas
Por donde comenzar
Lo que te diré es delicado, y requiere tu opinión
Si te dijera que estamos posiblemente frente a un enemigo más poderoso que Sauron y cuyo ejército es aun más numeroso y oscuro. ¿Que me responderías?
¬ ¿Más poderoso que Sauron? ¿Un ejército más numeroso? ¿Tan mal está la situación?
Pensé que todo el ejército, o la gran parte estarían en el sur luego de destruir el Bosque
No aquí
-Todos están desconcertados por este asunto.
Por esa razón no vieron al ejercito acercarse a Bree. Dicen que algún tipo de magia los ocultaba a la vista de los exploradores
¬ Parece que la situación es más difícil de lo que parecía...
Pero aún así te diría lo mismo que siempre, no importa quién es el enemigo, los rohirrim cabalgarán junto a Gondor para detenerlo
¿Recuerdas la arenga del Rey Theoden en los campos del Pelennor? Desde pequeño mi vida se rige por ese discurso
Si hay que morir, moriremos pero que sea para proteger a los que queremos
-¿Te olvidas con quien estas hablando? ¿A quien has seguido hasta aquí? Claro que conozco ese discurso, cada palabra y se lo que representa.
-Entonces no entiendo por qué me preguntas esto
-Porque debes saber a que nos enfrentamos. Nuestra voluntad puede ser inquebrantable pero aun no ha sido puesta a prueba no a este punto.
Y te diré algo de vital importancia. Quizás no para nosotros pero si para Gondor. Recuerdas lo que oímos sobre el Día de las Lágrimas
¬ Sí...
¿Qué ocurre con eso?
-Según lo que nos han dicho, los ejércitos oscuros son comandados por humanos corrompidos
¬ ¿Qué? ¿Humanos?
¿Cómo puede ser eso posible?
-La sensación general es que estos humanos, sean los niños que perdió Minas Tirith en el día de las lágrimas. Como he dicho Aldor, la fe de los hombres será puesta a prueba.
¬ Eso sí que no me lo esperaba...
¿Quién sabe esto?
¿Lo dirán abiertamente?
-No se que resolución tomaran los capitanes o Eldarion. Por eso nosotros debemos estar preparados, por eso te digo esto.
Yo tengo fe en nuestros hombres. Debemos prepararlos para ese momento. Un enemigo poderoso nos acecha, nos arrincona y en unos días. Nosotros lo haremos sangrar
Para eso hemos venido hasta aquí. Para brindarle ayuda a Gondor, para proteger a los nuestros. Se podía ver el fuego en los ojos de Leod al decir estas palabras
¬ Lo sé, lo sé... aunque el enemigo sea más poderoso que Sauron lo haremos
Para eso entrenamos tanto tiempo
-Así es, amigo. Así es.

Luego de finalizar su charla con Aldor, Leod busco a Deor pero no pudo hallarlo. En su mente se preguntaba si era posible que Deor estuviera con Miriel, rezaba porque así fuera ambos merecían ser felices.

El príncipe ingreso al castillo y grande fue su sorpresa a ver a la princesa de Arnor, hermana de su amigo Eldarion. Quien le informo que su amigo lo buscaba en el campo de entrenamiento.

Al finalizar la charla con Eldarion, feliz por la noticia que había encontrado a alguien en quien pensar retorno al castillo.
Al entrar en su habitación Sumayyaa lo sorprendió tirandose a su cuello y besándolo.
[-Leod / +Sumayyaa]
+ ¿Dónde estuviste? te extrañé
-Hablando con los chicos y con Eldarion
Como puedes extrañarme si has pasado casi todo el día conmigo. Ver el afecto que le profesaba Sumayyaa y esa pasión sin limite lo alegraba siempre no importara que sucediera afuera.
+Siempre te extraño cuando no estás conmigo
-Adoro cuando eres así.
+ ¿Has estado con los muchachos?
-Así es. Estuve hablando sobre los preparativos para partir.
+ ¿Cuándo partimos?
-En un día. Partiremos. Preferiría que te quedes aquí.
+ ¿Me estás diciendo que viajé un mes y medio para quedarme encerrada en una fortaleza?
Jamás
Iré contigo
-Sabía que no lo aceptarías, pero debía intentarlo.
+Lo se, sino lo hubieras intentado me hubiera enfadado
Porque significaría que no te preocupas por mí
-Siempre me preocupo por ti.
Bueno, estuviste junto conmigo en la reunión. ¿Tu que opinas?
+La estrategia de Belegnor es buena
Nos dará tiempo
Pero no sé cuánto
-Pienso lo mismo. Espero que nos de el suficiente tiempo para que se pueda preparar un frente de batalla
Tengo curiosidad de algo. ¿Cuantos hombres crees que podrá reunir mi padre en el Sur?
+No lo sé, hace mucho que no estoy allí...
El ejército de mi padre contaba con 100.000 hombres pero no creo que movilicen a todo el ejército...
-Tampoco seria lo más prudente pero es un buen número el que me dices. Has visto el camino hasta aquí y conoces el camino a Rohan. ¿Cuanto le tomaría llegar?
+Depende la cantidad de hombres que movilice
-¿Tres meses?
+Diez mil hombres, dos meses
-Bien, habrá que conseguirle dos meses a nuestros padres.
+Dos meses... no hay problema
-En estos momentos es cuando reafirmo que nuestros padres no se equivocaron
+Jamás creí que se hubieran equivocado
-Bueno volvamos a los asuntos militares, no me hagas distraerme
+Escucho
-¿Has practicado tiro montado?
+ ¿Bromeas?
Claro que sí
-No recuerdo que hayamos entrenado juntos. Deberíamos solucionar eso.
Ordene que mañana realicen práctica con arcos
En un día no se aprenderá todo pero les dará confianza
+Porque tú siempre entrenas con los muchachos y yo con las chicas
Me parece bien
-¿Por casualidad no habrás hablado con mi tía verdad?
+ ¿Con Éowyn?
Las veces que vino al castillo
Sí, he hablado con ella
-¿Y te ha contado su historia?
+La he leído de los libros
¿No te la ha contado ella en sus palabras?
Porque me recuerdas a ella.
-Le he preguntado sí... pero yo era así de antes...
+Debe ser algún tipo de destino familiar
Princesas guerreras de Rohan, bueno Rohan y Harad.
-¿y eso te molesta?
-No, me preocupaba el arriesgarte. Pero confío en que estarás bien.
+Créeme, no soy tan débil
-No creo que seas débil.
Jamás creí eso.
Simplemente no quiero que peligres
+No me va a pasar nada. Mientras decía esto rodeaba a Leod con sus brazos
-No voy a dejar que nada malo te pase.
+Yo tampoco
Apenas termino la frase beso al príncipe y lo llevo hacia la cama que aun no habían compartido.
-Todavía no termino la reunión. Bromeo Leod
+Podemos seguirla después
-¿Estas segura de lo que me estas proponiendo?
+ ¿Qué cosa?
-Dejar la reunión para mas tarde
+Sí

(roleado on line con Max)


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Eândros se levantó ese día con el plan zumbándole todavía en la cabeza, quería ultimar detalles pero antes de eso pensó en ir a hablar con la princesa. Cuando fue a desayunar la encontró en el comedor principal.
-Princesa.
-Maestro Eândros, por favor siéntese- lo invitó.
Él se sentó frente a ella.
-¿Cómo a despertado hoy?- le preguntó.
-Muy bien- le sonrió- ¿y usted maestro? ¿Ha podido descansar?
-Es difícil con el corazón tan inquieto.... pero por lo menos me recuperé del viaje. Pero cuenta, ayer no tuvimos tiempo de ponernos al día ¿qué noticias hay por aquí? ¿de qué te estás encargando?
-Me encargo de algunos asuntos de estado, como ayudar a mi padre a redactar las cartas de los mensajeros, además ayudo en varias cosas en el castillo... en especial a los que llegan heridos del Norte. Cuando se aventuran demasiado a veces hay batallas… No olvido lo que he aprendido contigo maestro, soy buena en el arte de la curación.
-Lamentablemente, con la práctica se mejora... y en los tiempos que pasan abundan los heridos… Dime, ¿sabes algo de lo que pasa en el norte y en el oeste? ¿qué dicen los heridos?, si es que alguno puede hablar…
-No sé mucho más que tú maestro, el norte es inaccesible. Con respecto al oeste no sabía que había problemas... ¿qué ocurre? Eldarion me dijo que marchará pero no pensé que era tan grave... no me asustes
Eândros suspiró y luego de un momento dijo:
-Tu hermano es demasiado bueno a veces, es mejor que lo sepas ya que estarás aquí, hay una columna que avanza desde el oeste hacia la Comarca, pronto partiremos con la caballería para intentar retrasarla.
-Supongo que no habrá querido preocuparme, aunque confieso que algo de eso imaginaba... ¿Qué pasará con los hobbits?
-Los estaremos evacuando, tu hermano se está ocupando de eso, estimo que estaremos enviando un grupo a los puertos grises y otros al sur.
-¿Evacuar la Comarca entera? Eso es imposible, son demasiados... Deberé ir con Eldarion entonces, le pediré permiso a mi padre. Llevaré gente que pueda ayudar.
-No, tienes que quedarte aquí, se aproxima una batalla y necesitaremos un lugar donde llevar los heridos.
Eärwen suspiró y Eândros notó la tristeza en sus ojos ante ese comentario.
-Eso es verdad... pero son muchos... la Comarca es muy grande, Eldarion no podrá solo…
-Joven princesa, no se deprima, Eldarion no estará solo, recuerde que Pippin está en la Comarca, además pronto estarán saliendo las tropas hacia el norte y el sur para retrasar al enemigo, y le aseguro que los retrasaremos, nada menos que los capitanes de Gondor y el príncipe de Rohan irán a la cabeza.
-Está bien, me quedaré aquí...
-Joven Eärwen, no se deprima por cumplir con su deber, estos son tiempos oscuros que nos apartan de lo que queremos, pero recuerde joven princesa, por más oscura que fuera la noche, ésta nunca venció al amanecer. A su hermano le queda una tarea difícil por delante, ¡convencer a los medianos de que solo tomen un desayuno!, algunos dicen que es aún más difícil que vencer a Morgoth, pero confió en sus habilidades como líder y como hombre, y tú también deberías.
Eärwen sonrió cuando Eândros llegó a la parte del desayuno.
-Confío en él maestro, así como confío en usted y en todos los caballeros de Gondor
-Entonces no te deprimas, una sonrisa tuya puede más que mil arengas del rey.
-No sería fácil convencer a Pippin de eso
-Difiero mi joven princesa, Pippin ya está acostumbrado a los rigores del viaje, creo que será más difícil convencer al resto de la Comarca.
-Dígame princesa, ¿conoce a una joven llamada Aldariel?
-Sí, es la aprendiz de Fhilamir y la chica que ahora le quita el sueño a mi hermano- sonrió.
-Ahh ya se enteró... ese chico es un libro abierto de par en par...- su cara de abuelito no se hizo esperar- ¡ese muchacho me hará aun mas canoso!, tantas princesas en esta nuestra tierra, y míralo...- dijo tomándose la cabeza.
Eärwen sonrió y le dijo:
-El corazón no se guía por esas cosas. El corazón no elige si la otra persona es noble o no.
-Su padre es muy bueno con ustedes dos...- dijo casi gruñendo, como un abuelo molesto con la respuesta- ¡pero no me distraigas!, te quería preguntar de donde vino, como es, todas esas cosas... hasta ahora solo sé que vino del bosque de los Ents- miró alrededor buscándola con la mirada, pero no la vio, y notó que tampoco estaba el príncipe.
-Viene de Farngorn, y créeme que eso es verdad, al principio le costó mucho acostumbrarse a vivir entre nosotros. Fhilamir la ayudó mucho y la tomó bajo su tutela. Aquí la llaman "Macilwen" ¿sabes que hace solo seis meses que entrena y ya puede combatir con los soldados de Fhilamir?
-¿Dónde está tu hermano?- dijo interrogándola con la mirada. Si había alguien que sabía dónde estaba sería ella.
-No lo sé, pero si quieres que suponga te diré lo que pienso. Se levantó temprano y fue a buscar a la muchacha al campo de entrenamiento, y ahora debe estar con ella en algún lado, probablemente a los pies del lago, hoy es un hermoso día...
-Ahá... eso es lo que piensas…
-Yo le dije que la lleve allí- sonrió.
Eândros empezó a mordisquear de mala manera un trozo de pan con de la comida, y la miró como a una nieta traviesa a la que no podía castigar.
-¿Qué pasa maestro? ¿No está contento de que Eldarion por fin haya encontrado a la mujer de su vida?
-¿He dicho algo en contra? solo espero que no cometa ninguna locura...
-¿Qué locura puede cometer?
-La de un joven enamorado, claro está. Me imagino que lo entenderás cuando te suceda a ti.
-¿Usted se ha enamorado alguna vez maestro?
A Eândros le sorprendió la pregunta.
-Luché en muchos campos de batalla, y no solo en guerras mi joven princesa- se rió un poco y tomó un trago de su bebida- aunque sin tanto éxito como en la guerra.
-¿Cómo era ella? Cuénteme maestro.
-Era tan gentil como una suave brisa de primavera, con unos ojos que recordaban a esa primera estrella al anochecer, tenía por cabellera un hermoso manto negro largo como la vida. Sus sonrisas iluminaban el alma como el sol a las flores en primavera- tanteó buscando su pipa, la sacó, pero recordó que estaban comiendo y la dejó en la mesa.
-No conocía ese lado poético suyo maestro, seguramente era muy hermosa ¿y qué fue lo que pasó?
Él la miró algo intrigado.
-¿Qué pasó?, el tiempo, y la distancia… quizás no era un sentimiento tan puro, nadie sabe de verdad, pero hablo de una época en la que tú ni siquiera habías nacido jovenzuela, una época en la que todas las cosas eran a todo y nada, y nadie aseguraba el día de mañana. Algo que lamentablemente esta nueva era está empezando a imitar.
-¿Y por qué te separaste de ella? Justamente no había nacido así que no lo sé, cuéntamelo- le sonrió.
-Como te dije, era una época de todo o nada, y fue nada. Nos conocimos años antes de la batalla de la Puerta Negra, cuando aún vivía en Osgiliath con mi familia, era un muchacho muy educado a diferencia de todos este niñatos irrespetuosos... en esa época nos educaban con rigor, pues bien, ¿a ti te interesa saber por qué nos separamos, no?- masticó su comida con los ojos cerrados, haciendo memoria.
-Quiero saber, sí, pero no si te lastima recordarlo.
-Pues todo empezó cuando aún estábamos en Osgiliath y dieron la orden de evacuar la ciudad, en ese tiempo era yo un gallardo caballero de Gondor, evacuamos la mayor parte de la gente que aún quedaba hacia Minas Tirith mientras un grupo, entre ellos mi padre, se quedaban a defender cuanto podían los puentes o demolerlos si era necesario.
Eärwen lo estaba escuchando con mucha atención.
-Por aquel momento todo parecía perdido, con Mordor avanzando hacia nuestras tierras, ella era tan gentil.... le molestaba los riesgos que tomaba, aunque entendía que era un caballero, nunca se hacía a la idea de verme partir a la batalla. Soportó estoicamente mis patrullas y combates en la frontera, la guerra, todo, pero le dolía en el corazón el que me arriesgara tanto, joven e idiota yo no me daba por aludido. Pero, todo tiene su límite, y el de ella fue la batalla de las Puertas de Mordor...- y volvió a tantear su pipa- Verme partir voluntariamente a lo que parecía la muerte fue mucho más de lo que podía soportar, antes de partir me besó, un beso que llevaba cargado una tristeza que me partió el alma, al volver ya no estaba.
A Eärwen se le llanaron los ojos de lágrimas.
-Eso... es muy triste... Sabes maestro, ayer estuve muy triste, porque a mí también me duele verlos partir y no poder ir con ustedes... A veces envidio a Aldariel porque ella podrá ir con Fhilamir... Pero yo... tendré que esperar como tu doncella... a que vuelvan de una empresa imposible. A veces creo que no podré hacerlo…
Eândros notó que estaba aguantando el llanto y le dijo:
-¿Porque no me acompaña?, necesito fumar un poco…- se levantó y le ofreció su mano. Ella la tomó y luego lo agarró del brazo y juntos caminaron hasta el jardín interno.
Ella lo abrazó llorando. Él le palmeó la espalda y la dejó llorar hasta que se cansó.
-Cuéntame niña bien que es lo que te pasa.
-Es todo tan triste... pero no me gusta llorar frente a papá, no me gusta llorar frente a nadie. Yo tengo que ser su fuerza. Pero ahora... que todo es tan difícil y está tan claro... que el enemigo por fin decidió salir de su escondite... eso es mucho más difícil que antes. Tengo miedo maestro, miedo de que no regresen, miedo de no poder hacer nada por ayudarlos.
Eândros miró al cielo.
-Algo me dice que no quieres ser una doncella que espera el regreso de su caballero, ¿pero estas segura que quieres conocer las atrocidades de la guerra, el abandono de la intemperie y conocer la pobreza de un campamento?
-Conozco lo que deja la guerra maestro, yo veo a los heridos cuando vuelven del campo de batalla. No es esperar lo que me molesta, lo que me molesta es no poder hacer más...
Eândros sonrió y le secó las lágrimas, y luego la ayudó a sentarse.
-La verdadera atrocidad no es ver a un herido y curarlo, mi joven princesa, es ver el metal atravesar a un hombre, ver a un orco regodearse en el sufrimiento... esa es la visión más horrible de la guerra, y es por lo que todos luchamos, porque nadie tenga que ver eso en seres que uno ama- le dijo y empezó a preparar su pipa con tabaco.
-No culpo a su doncella maestro... no soy quien para hacerlo, pero si yo hubiera sido ella lo hubiera esperado. El día que pueda sentir algo tan hermoso por alguien, lo voy a esperar siempre. Mamá seguramente sigue esperando a papá... Y yo voy a hacer lo mismo por el hombre que ame
-Pero ahora quieres viajar con nosotros en campaña, ¿no es así princesa?
-Eso me gustaría... ¿crees que papá me dejará?
-Dime, ¿has aprendido a manejar una espada? ¿Sabes montar?
-No soy buena con la espada pero sí se montar a caballo y manejar el arco, practico todos los días. Igualmente creo que mis mayores habilidades son las de curación, podría asistir en el campo de batalla.
Eândros encendió su pipa y dio un par de bocanadas. La miró y negó lentamente con la cabeza.
-Si tu padre es como yo, no te podrá decir que no.
Ella le sonrió.
-Tu madre me matará, si es que no lo hace ahora mismo tu padre- ¿tienes una armadura o algo?
-Puede pedirle una a mi padre.
Se tomó la cabeza, poniendo el pulgar en el pómulo derecho y tres dedos en la frente. Eärwen lo observaba expectante.
-Vamos a hablar con tu padre.... no creo que te deje si vas sola.
Ella se levantó y lo abrazó.
-Gracias maestro.
Así ambos se dirigieron hasta el despacho del Rey.
Eândros golpeó a la puerta y esperó, pero antes Eärwen habló:
-Papá soy yo ¿puedo pasar?
-Pasa, hija- se escuchó desde adentro.
Eândros le abrió la puerta y entró detrás de ella. El rey estaba revisando unos mapas y parecía bastante concentrado. Miró hacia arriba y los vio.
-Mi rey.
-Eândros, tanto tiempo sin verte amigo.
Aragorn se levantó de su asiento y lo saludó con un abrazo.
-Mi rey, ha sido mucho tiempo, la última vez que los vi la joven princesa no era más que una niña, y ya es toda una doncella.
-Así es Eândros, han pasado muchos años... discúlpame por no haberte saludado antes. No pude asistir a la reunión, estaba hablando con mi hijo.
-Lo entiendo mi señor, yo también he estado ocupado con varios menesteres, dándole una ducha a su hijo entre otras cosas. Estoy seguro que la princesa ya le habrá contado el incidente. Es realmente impresionante como los niños crecen de rápido, un día lo acompañan a uno a construir una fortaleza en tierras lejanas, le ayudan a administrar y escribir cartas... luego crecen, se hacen fuertes, aprenden a usar el arco y a curar... y salen con un ejército a salvar la Tierra Media.....
-Mi hijo se encargó de contarme todo de esa muchacha, aunque yo ya la conocía... los vi entrenar hoy pero ellos no me vieron a mí. Ha sido imprudente pero no vas a negarme que fuera un espectáculo de espadas pocas veces visto.
-Si... alguno podría pensar que la imprudencia corre en la sangre real...- miró de soslayo y disimuladamente a la princesa- pero no es por eso por lo que he venido a hablarle mi señor, vengo a hablarle de su hija...
-¿Pasó algo Eärwen?
-Papá, quiero ir con ellos. Quiero ayudar a los hobbits y asistir en el campo de batalla… Pero quiero tu permiso para hacerlo.
Aragorn se sentó otra vez en su silla, derrotado.
-Como dije, creo que es de familia- dijo Eândros.
-Y creo que no te equivocas, yo era igual- afirmó- ¿Estás segura hija mía?
-Muy segura papá, quiero ir con Eldarion, con el maestro Eândros y con Fhilamir... No quiero quedarme aquí mientras ellos luchan por nosotros.
-No puedes ir con tu hermano, él partirá hoy.
-Mi rey, preferiría llevarla conmigo- le dijo Eândros- no me gusta la idea de tener a los dos lejos
-Sé que Eândros te protegerá... además, hoy ningún lugar es seguro... Sea aquí o en la Comarca.
Aragorn parecía bastante cansado.
-Entonces la llevare conmigo mi señor ¿le sucede algo?
-No, solo estoy un poco cansado, quería analizar todo antes de que mi hijo se fuera hoy...
-No hay mucho más que analizar mi señor, y lo necesitamos en condiciones
-Nos reuniremos en algunas horas antes de que él marche, para ultimar los detalles. No me preocupa el oeste Eândros me preocupa el norte- y agregó- en realidad me preocupan ambos.
-Muy bien mi señor, ya que Filhamir partirá con nosotros le estaré dejando uno de los capitanes. Lo entiendo, por eso estamos dejando aquí la infantería que hemos traído.
-Si aunque sea supiéramos donde está uno de los capitanes de Morgoth podríamos realizar un ataque rápido e intentar eliminarlo. ¿Quiere que deje aquí los mensajeros que traje de Rohan? son rápidos a caballo.
-Eso podría ser muy útil, deberemos enviar mensajeros al sur cuando tengamos los detalles de los movimientos que haremos.
-Así lo hare, por cierto... un detalle mas... la princesa necesita una armadura...
-Le diré a Fhilamir que le busque una. Gracias Eândros, puedes seguir con tus tareas. Y tu hija quédate un rato más.
-Sí papá.

(roleado on line con Gonza)

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