martes, 21 de septiembre de 2010

El camino de un futuro rey (Capítulo 1)

Faragond


Ese día que había comenzado igual que todos los demás en realidad no poseía nada de igual a los días anteriores.

Leod, ahora convertido en hombre disfrutaba de una charla con sus tres fieles hombres como era habitual. Lo que no esperaba era que al retornar al castillo de Edoras se encontraría con un visitante inesperado. En el salón principal se encontraba la Reina, su madre hablando con alguien que parecía ser un elfo del Bosque negro o al menos eso creía el Príncipe debido a los rasgos y ropas que vestía el visitante.

Mas al sentir a alguien ingresar al salón la reina y el elfo prosiguieron la charla en el estudio. Al llamar a la puerta el Príncipe fue invitado a pasar y ser presentado con quien los visitaba. Su nombre era Néndil y efectivamente provenía del Bosque Negro, sin embargo la razón que lo traía a Rohan era triste y desesperante.

El Príncipe escucho atentamente las noticias que el mensajero traía, en su mente se formaban preguntas y dudas a medida que el elfo avanzaba en su relato. Escuchar que el Bosque Negro había sido arrasado por un ejército oscuro de fuerzas incontables no era fácil. Del avance enemigo solo los separaba el río y lo único que podían hacer es esperar que dicho ejército avanzara hacia el sur sin atacar Rohan, de momento.

Luego de que el elfo terminara su relato y fuera acompañado a un aposento, Leod procedió a abrazar a su madre y tranquilizarla frente a la situación que se avecinaba. Tantas enseñanzas para convertirse en Rey, en líder de su pueblo y ahora el momento de asumir esa posición. Según el mensajero hacia tres días que el había partido de la fortaleza ubicada en el Bosque Negro, veinte horas habían resistido el ataque. Leod se preguntaba que poderosa fuerza podía ser la que realizara un ataque de esa magnitud y lo más importante es que sucedería ahora.

Luego de la reunión, el príncipe mando a llamar a sus fieles hombres. Deor, Gram y Aldor se encontraban frente a él tratando de entender a que se debía la urgencia. Quien recibió mas sorprendido la noticia fue Gram quien por un momento perdió el clásico tono jovial que lo caracterizaba.

Leod los observo a cada uno, sabia que debía llamar a los capitanes de Rohan para una reunión en Edoras. Gram hombre ágil de sentidos agudos fue encargado con dos tareas. Primero tomaría un puñado de centinelas y los distribuiría a lo largo de la costa del río para vigilar que nade cruzada hacia Rohan. La segunda tarea que realizaría era la de comunicar de la reunión a los capitanes de esa zona.

A Aldor se le asignaría la zona del Norte y Deor partiría junto al Príncipe hacia el este con destino el Paso de Rohan. Leod había decidido ir personalmente a comunicar la noticia al Abismo de Helm.

Al retorno de su corto viaje Leod fue recibido con la noticia de que los hombres de Gondor se acercaban, entre los cuales se encontraba su viejo amigo Eldarion. Apresuro los preparativos de un campamento y de provisiones para los hombres de Gondor, sabia que amigo estaba marchando y en este momento esa era la ayuda que podía brindarle.

Tomo su caballo nuevamente y partió junto a sus tres hombres a recibir a Eldarion y sus hombres. Al llegar el abrazo entre Leod y Eldarion no se hizo esperar, de ambos lados se preguntaban quien era la persona con la cual su Príncipe fraternizaba tanto. Dos amigos que hace años no se veían tenían mucho para contarse, pero para tristeza no había tiempo de charlar sobre asuntos triviales. Leod ofreció el campamento que había preparado para los hombres de Gondor y a su vez Eldarion realizo la pregunta que Leod sabia llegaría tarde o temprano.

-Me acompañaras al Norte, Amigo mío?

-Es lo que mas anhelo amigo mío. Pero en estos momentos Rohan me necesita. Cuando haya pasado la reunión con los capitanes partiré inmediatamente y te alcanzare en el camino.

-Entonces nos encontraremos en Ostiras

Leod había respondido sin detenerse a pensar en la situación, fue un reflejo propio de su corazón. No había comentado esta idea con sus hombres, ni con su madre, ni con Sumayya. Sin embargo ahí se encontraba dando su palabra de que en unos días marcharía junto a Eldarion hacia el Norte.

Durante el trayecto hacia Edoras no se emitieron demasiadas palabras, cada hombre en ese pequeño grupo iba sumido en sus pensamientos. Leod iba al frente sintiéndose alegre por el reencuentro con su amigo y a su vez preocupado por el futuro de su pueblo.

Al llegar al castillo de Edoras, Leod iba al frente llevando a Eldarion y los hombres que lo acompañaban a ver a la Reina, su madre. En el trono junto a la Reina se encontraban del lado derecho el consejero real y del lado izquierdo Sumayaa, quien observaba con interés a los hombres que acompañaban a su prometido.

La reina cruzo una serie de palabras con Eandros, mientras Leod le comentaba a sus hombres sobre la situación y quienes eran las personas que estaban con ellos. Luego de finalizar la pequeña reunión improvisada cada uno prosiguió con sus asuntos. Eandros, el hombre que acompañaba a Eldarion en todo momento destino buena parte de su tiempo a la lectura de los viejos escritos Rohirrims aprovechando la paz que le ofrecía estar a buen refugio. Los hombres de Gondor se instalaron en el campamento ofrecido por Rohan y por un momento pudieron descansar sus mentes y sus cuerpos. Aldor, Gram y Deor ayudaron a los gondorianos a instalarse lo mejor posible durante la noche para luego retirarse a sus hogares, aunque ninguno lo dijo los tres intuían que Leod tomaría una decisión pronto que afectaría sus vidas.

Leod, en cambio buscaba a su amigo Eldarion tenia algo importante que hablar con el, quizás mas importante que cualquier otro tema que pudieran charlar. Recorrió el campamento y el castillo pero no podía hallarlo hasta que uno de los sirvientes indico que había visto al príncipe de Gondor subiendo a la planta superior del castillo.

Al subir a la terraza Leod encontró a su amigo concentrado mirando hacia el norte.

-Desde aquí las distancias parecen ser menores

-Pero siguen estando allí

-Esperando ser recorridas. Pronto veras a tu padre.

-Así es, y siento que debo llegar lo mas pronto a Arnor. Algo me dice que debo estar allí.

-Amigo, recuerdas aquel día en Ithilien que me contaste lo sucedido con tu hermana?

-Recuerdo

-Recuerdas que te comente que mi hermano había fallecido de una enfermedad?

-Lo recuerdo ambos perdimos a nuestros seres queridos.

-Pues sucede que mi hermano no falleció por una enfermedad, si no que fue raptado por una sombra en el “Día de las Lagrimas”

-Como? Como puede ser si no habían atacado Rohan. La expresión de asombro de Eldarion, denotaba verdadera sorpresa.

-Al parecer mi hermano fue el único en desaparecer ese día.

Luego de un breve intercambio de ideas sobre lo ocurrido y lo que estaba sucediendo, ambos quedaron en silencio. Había algo que siempre estaba en la mente de Leod y debía resolver esa duda.

-Eldarion, la razón por la que entrenas tan fervientemente es por que de esa forma podrás hallar a tu hermana?

-Amigo mío, perdí las esperanzas hace mucho tiempo, el mismo día que se la llevaron. Se que si ahora la encuentro seguramente sea una enemiga y si alguien deberá hacer justicia seré yo. ¿Has pensado en que sucedería si pasara lo mismo con tu hermano?

Leod había tenido el mismo pensamiento algunas veces, pero no se había detenido mucho en la idea. Su respuesta no se hizo esperar.

-Hare lo que sea correcto en el momento necesario.

Eldarion entendió la mirada de Leod al decir esas palabras, ambos compartían caminos muy similares. Y así mismo ahora cada uno se despedía con rumbo a su lugar, Eldarion con sus hombres y Leod con su prometida Sumayaa

Entro en la habitación y la vio, hermosa como siempre observando por la ventana de la habitación real. Hacia tiempo ya que la princesa y el príncipe compartían alcoba y que compartían muchos momentos juntos. Leod la abrazo tomándola de la cintura, a lo que Sumayaa respondió con un beso y una pregunta que el príncipe no esperaba.

-Te estaba esperando. Te vas a ir no?

La gente cercana a Leod seguramente pensaba lo mismo que Sumayaa pero solo la princesa de Harad tenia el valor y la firmeza para preguntarlo

Un poco recuperado de la pregunta, Leod logro responder

-No aun no, no dejare Rohan hasta que no este preparada. Y tampoco quiero dejarlas a ti o a mi madre. -Pero tarde o temprano deberé partir

-¿Y eso cuántos días serán?

Leod dejo salir un pequeño suspiro y respondió, no podía engañarla no a ella

-Calculo estaré cuatro o cinco días mas aquí luego partiré al Norte

La princesa de Harad clavo sus ojos en los de Leod y emitió su opinión

-Quiero ir

-Y yo desearía que vinieras. Pero no se que encontraremos en el Norte y no puedo arriesgarte.

-¿Me vas a dejar sola como tu padre dejó sola a tu madre?. No quiero sufrir como ella. Quiero acompañarte. Ni siquiera sabes cuánto tiempo te irás. No, no voy a quedarme aquí

Sumayaa era obstinada con un espíritu indomable y Leod lo sabia muy bien, conocía a la mujer que dormía con el todas las noches y sabia que por mas que tratara no podría disuadirla de su idea. De todos modos lo intentaría

-El se fue preparándose para este momento. Y parece que ese momento ha llegado. Lo que menos deseo es dejarte sola. Pero debes quedarte, estarás más segura junto a mi madre, aquí en Edoras.

-No voy a quedarme. Puedes darme permiso para acompañarte o puedo ir sin él

La última frase marcaba a fuego la decisión de Sumayaa y por más que Leod tratara de disuadirla ya no había forma de hacerla cambiar de parecer. Así que luego de intentar ganar una batalla ya perdida Leod decidió declarar la tregua con su rival, lo cual alegro a la princesa de Harad.

Y de esta manera se preparaba el Príncipe Leod para comenzar su camino para ingresar en la historia de Rohan…

(escribió Max)

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