sábado, 25 de septiembre de 2010

Un camino en el bosque


Estaba Eândros ultimando detalles antes de partir, con cara seria hablaba con soldados y capitanes cuando con timidez se le acercó Aldariel.

-¿Maestro Eândros?- Dijo la joven con un tono que tomó por sorpresa al viejo guardia.

-¿Sí mi niña? - contestó despachando a unos soldados y sacando una pipa para charlar con la que fuera la última aprendiz de su aprendiz.

-¿Usted también vendrá?- y con prontitud y agregó- ¿se lo ha pedido Eldarion?

-No, voy por unos asuntos míos, cosas de viejo....¿por qué preguntas?

-Es que... bueno...- Aldariel parecía algo nerviosa pero terminó agregando con la timidez de una niña- alguien me dijo que usted tuvo una "visión" y quisiera preguntarle sobre ella.

Eândros levantó la ceja y miró alrededor, no le gustaba hablar sobre esas cosas en público, ni mucho menos que alguien a quien él no le contó nada supiera uno de sus secretos. Al no ver a nadie en las proximidades contestó:

-No son cosas que me gusten hablar en público, pero dime, ¿quién te ha contado?

-Un amigo - contestó la joven sin mucha firmeza en su voz, pero mirando al viejo capitán, con una mirada que podría derretir las nieves de las montañas más altas, agregó - prometo que no le voy a decir a nadie.

Eândros sorprendido por tanta inocencia junta no pudo mas que terminar riéndose, después de todo era la amada del príncipe.

-Entenderás que no es un tema que hable con mucha gente, y que no me gusta que se comente.

-Entiendo... pero supongo que mi amigo me lo contó porque yo estoy en esa visión...- contestó con cierto tono de preocupación e intentando no revelar nada sobre su amigo.

-Fue Léod, ¿no es así?, ya lo voy a agarrar... - con tono que daba a entender cierto enojo.

Apresurándose la joven agregó:

-Prefiero no decirlo sino le molesta...

-Por supuesto que me molesta, pero bueno, lo hecho hecho esta. Solo intenta no decirle a nadie.

-Lo prometo

-¿Qué quieres saber?

-Quiero saber sobre la visión... lo que vio y qué estaba haciendo yo en ella...

-Tu padre te estaba devolviendo tu espada pero, no te ofendas, lo importante era la espada; por cierto, tenías una cabaña en el bosque ¿no?

-¿Por qué debería ofenderme? Es la casa éntica de mi padre, allí vivo.

-Interesante, nunca había visto una...

Dejando de lado sus sentimientos de la noche anterior, algo se despertó en la cabeza del cansado capitán.

-Ahora, ¿puedo preguntarte algo?

-Sí

-Viniste aquí a luchar por la Tierra Media, a combatir, ¿no?

-Sí, vine a aprender, porque quiero proteger a mi familia, a mis amigos, a los que quiero.

-¿Y dejaste tu espada en casa?

-Sí, no la traje porque no la sabía usar, no la necesitaba. Si hubiera sabido que era importante la hubiera traído.

Eândros, que ya había estado jugando con su pipa en la mano por algún tiempo terminó por encenderla y darle algunas bocanadas y terminó por agregar.

-Esta juventud de hoy día....

Pasaron unos instantes en silencio hasta que Aldariel volvió a impacientarse.

-Pero maestro Eândros, no me ha dicho que vio... ¿solo estamos mi padre y yo en la visión? - volvió a arremeter la joven.


-Obviamente no, sino me quedaría con el príncipe. Estábamos todos en el bosque, contemplando como tu padre te entregaba tu espada, o al menos sospecho que es tu espada... bueno, todos menos el príncipe. - contesto Eândros al ser interrumpido en sus pensamientos.

-¿Y quienes estaban? - la joven parecía no dar tregua.

-Belegnor, Baranor, Léod, el enano que no tengo gusto de conocer por nombre, Bárbol, tú y yo

-Lo que me gustaría saber... es de quién es mi espada... Quizás tenga que entregársela a alguien...

-Todos nos preguntamos de quién es tu espada, y quiénes son tus padres

-Quizás a alguno de ustedes... Siento no poder responder eso, no lo sé...

-No te lamentes mi niña, no es tu culpa - dijo palmeándole en la cabeza, sin duda toda esa rápida sucesión de preguntas y el final lo habían sorprendido, y tras un momento agregó con tono burlón - pero hay algo especial en ti, nadie sabe qué, ni por qué... eres un verdadero acertijo, solo esperemos que la respuesta no este en éntico

Aldariel, muy encerrada en si misma contestó:

-Ese no sería el problema yo puedo traducir el éntico- y agregó con un tono de tristeza y pesar que podrían haber inspirado mil poemas a los elfos - Me gustaría saber qué es lo que tengo que hacer si es como dicen ustedes que soy tan importante...

Intentando poner algo de humor a la situación y sacar a la joven de su depresión el capitán solo agregó lo siguiente: -¡El problema no es traducir la respuesta, sino esperar a que terminen de decirla!

Aldariel no pudo mas que reírse y sonreír.

-Pero dime Aldariel, ¿qué te pesa tanto en el corazón sobre tu misión?

-No es que me pese, es que... no creí que fuera tan importante mi misión... Belegnor me dijo que quizás sea la clave para derrotar a la Sombra... No tengo miedo, solo me preocupa no saber que hacer, o fracasar

Eândros escuchó estas palabras fumando un poco y contemplándola, como el mason que observa una obra en construcción y al cabo de unos momentos terminó por agregar:

-¿Sabes?, es verdad que todos nos dicen que tienes un gran destino, y que tienes un gran camino por recorrer.... ¿pero sabes que debes hacer cuando pierdas ese camino?

-¿Qué maestro Eândros?- inquirió la joven con una mirada aguda pero dócil.

Esta mirada lo sorprendió por la docilidad, y contestó: -¡Pues hacer tu propio camino!, si en tu futuro está la grandeza, siempre que tomes tu camino llegarás a tu destino. Mas recuerda estas palabras joven Aldariel, si nunca aspiras a grandes cosas, nunca las lograrás. -y tras un par más de bocanadas agregó -Ahora veo porque mi aprendiz te tenía tanto afecto.

Al recordar a su maestro Aldariel volvió a deprimirse y casi en un susurro dijo:
-Lo voy a extrañar mucho...

-Fhilamir fue siempre el más bravo de los caballeros que conocí, leal al juramento, y con un espíritu indomable. Si quieres honrarlo no debes entristecer por su partida, o él se enojaría. Debes recomponerte y mirar a los que te acompañan, pues si Fhilamir algo te debió haber enseñado es a cuidar a los tuyos sobre todas las cosas.

-Eso es verdad, Fhilamir se hubiera enojado...- contestó Aldariel conteniendo su tristeza y lágrimas.

Eândros dejando de lado toda la formalidades, dio un paso acercándose y la abrazó -Llora tranquila, nadie te pide que no lo hagas.

(roleado on line con Gonza)

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