jueves, 21 de octubre de 2010

El camino de un futuro Rey (Capítulo 3)



El sol se elevaba sobre el lago, un nuevo día y nadie sospechaba que tras ese hermoso amanecer acontecería un día muchas noticias inesperadas.
Leod despertó junto a Sumayyaa, para ellos parecía seguir siendo su vida normal pero solo en apariencia la realidad era muy distinta. En cuanto la princesa de Harad abrió los ojos lo primero que hizo, como habitualmente hacia, fue besar al príncipe de Rohan. Leod la beso y entendía lo que Sumayyaa deseaba pero para decepción de ambos hoy debían levantarse de la cama. Eso si, con la promesa de que mas tarde terminarían lo que comenzaron.

Una vez que se alistaron y bajaron al comedor del castillo, compartieron desayuno con quienes se encontraban allí. Los primeros que habían llegado parecían ser Baranor, Faragond, Galinor y otros capitanes que aun no podía identificarlos por nombre. El príncipe y su prometida se sentaron en la mesa a desayunar y minutos después llegaron Eandros junto a Eldarion. Curiosamente Eandros se notaba vigoroso y feliz en el día de hoy, no así Eldarion que venia con la cabeza baja.
Leod imaginaba que había sucedido lo cual le causaba gracia. Durante el desayuno todos se sentían muy animados, Eandros desplego sus mapas y las tácticas que había estado pensando durante la noche. El desayuno transcurrió entre debates, suposiciones, variaciones una y otra vez sobre lo que sucedería. Incluso contó con la presencia de la princesa Earwen y de Aldariel, quienes también se alistaban a las unidades que partirían. Todo esto derivo en una nueva táctica, obligarían al ejercito enemigo a avanzar a través del bosque o en su defecto rodearlo, pero en cualquiera de los casos ganarían mas tiempo para la evacuación. Los príncipes tenían dos importantes misiones diferentes: Eldarion partiría inmediatamente para ayudar en la evacuación hobbit y Leod lideraría el ataque desde el norte para desviar al enemigo. Ninguno en esa mesa dudaba, pese a lo joven que era Leod, que el pudiera liderar el ataque. Habían hablado con el, lo habían visto hablando con sus hombres y se notaba que era digno heredero al trono de Rohan, si había algo que destacara en Leod era la seguridad de sus palabras al hablar.

Eandros mando a llamar a dos hobbies que hubiera en la ciudad para poder averiguar sobre pasos ocultos que no aparecieran en el mapa, mientras llegaran los presentes pasaron a la reunión con el Rey Aragorn.
Por primera vez el príncipe de Rohan estaba frente a frente con el rey Aragorn. Había escuchado mucho sobre el y sin embargo todo lo que había escuchado no parecía compararse a estar frente a ese hombre ya convertido en prácticamente una leyenda.
Sin embargo en esa habitación había algo que contrastaba con la presencia del Rey y era la inocencia y sencillez de Aldariel, Eandros la había invitado a la reunión y ahora la presentaba con el Rey, luego a ese contraste se sumaria la presencia de dos hobbies que eran los que había enviado a buscar Eandros
La reunión no presento novedades al respecto sobre el plan que tenían, aunque hubo palabras alentadoras al saber que el Rey de Rohan marchaba desde Harad con 50.000
Hombres. Al finalizar la reunión cada uno marcho a sus preparativos correspondientes.
El campamento de Rohan se encontraba bastante activo, todos entrenaban con arco y les iba bien a primera vista. Leod se reunió con sus hombres y les comento las novedades preocupados por el número del enemigo y reconfortados por la noticia del Rey de Rohan. Desgraciadamente el entrenamiento no pudo continuar ya que a las dos horas aproximadamente de finalizar la reunión llego un mensajero que traía noticias. A Leod le informaron que el enemigo estaba adelantado y llegaría mas pronto a La Comarca de lo que esperaban, así que el príncipe de Rohan se apresuro a ordenar a los hombres que se preparan que partirían inmediatamente. Los rohirrims, hombres guerreros no tardaron mucho en alistarse y subirse a los caballos para iniciar la marcha sin embargo los hombres de Arnor y Gondor no se quedaban atrás y con velocidad se unieron a la marcha.

La única unidad que no marchaba era la del príncipe Eldarion, quien había partido temprano para ayudar en la evacuación de La Comarca. Muchos se sorprendían que las princesas de Harad y Arnor también marcharan a la batalla, pero teniendo en cuenta sus ascendencias y vidas era difícil creer que no lo harían. A unos kilómetros de la ciudad las columnas de hombres se dividieron. Eandros tomo el rumbo del sur con unos trescientos hombres y Leod iba al frente de un poco más de mil hombres quienes tomaron el camino del norte.

Era el momento del Príncipe de Rohan, su primer batalla y todos habían confiado en que el liderada esta columna. Algunos podrían pensar que estaría nervioso por la situación pero no era así, era su ambiente natural había nacido para esto y lo estaba demostrando y su corazones disfrutando.

El grupo de hombres estaba formado sobre la loma del terreno, desde allí tenían una vista y un Angulo perfecto para atacar al enemigo. Pero aun no lo veían y debían esperar a dar un golpe bastante preciso, de ellos dependía lograr herir al enemigo lo suficiente para que cambien su marcha. El príncipe de Rohan que se encontraba al frente de todo la formación junto a Sumayyaa y Galinor, capitán de Arnor, observo a los hombres que dependían de el. Muchos no sabían a que se enfrentarían pero sabían según los informes que eran superados en número. De su interior nació el impulso de hablarles, de darles confianza, no solo a los hombres de Rohan si no también a los de Gondor y Arnor. Las palabras salían naturalmente, la fuerza de su voz transmitía seguridad a los hombres. No parecía su primer batalla por el contrario parecía seguro de sus palabras como si no fuera la primera vez y eso reconfortaba a los hombres.

[… Hace treinta años un grupo de hobbies nos demostró su valor y gracias a ellos hoy estamos aquí. Ha llegado el momento de devolverles el valor una vez mostrado por ellos.

Entonces hombres yo les pregunto. ¿Permitiremos que el enemigo arrase el hogar de estos seres inocentes o le demostraremos lo equivocado de su rumbo? ]

El grito de aprobación de los hombres fue generalizado, estaban preparados para el combate.

[Entonces tensen los arcos, cubran el cielo de flechas y derriben al enemigo…]

Las flechas silbaron por el aire impactando en varias de las unidades de orcos. Eandros tomo ese ataque inicial como la señal de ataque y su unidad también comenzó el ataque. La primera ronda de flechas logro provocar varias bajas en el ejército enemigo quien respondió liberando mil orcos montados sobre el Príncipe y sus hombres. Leod miro a Galinor y le hizo gestos de que hiciera lo mismo que el. El conjunto de hombres se dividió en dos columnas de quinientos hombres aproximadamente, uno comandado por Leod el otro por Galinor. Retrocedieron sobre sus pasos siendo seguidos por los orcos que aun estaban a distancia.
En determinado momento el príncipe le hizo señas a Galinor quien comprendió la idea. De pronto las dos columnas se cruzaron mientras disparaban hacia los desprevenidos orcos. La técnica se repitió reiteradas veces hasta lograr menguar las fuerzas orcas que los perseguían. En cuanto estuvieron debilitados las fuerzas de Leod volvieron sobre su marcha eliminando lo último que quedaba de la caballería orca.

Al regresar al campo de batalla pudieron observar que el ejercito enemigo avanzaba sobre el rio utilizando unas plataformas metálicas. Lo ultimo que veían del ejercito eran las ultimas unidades las cuales parecían ser de Trolls. Las flechas volvieron a volar una y otras vez hasta que el ejército se perdió.
La unidad de Leod y Eandros se encontraban allí. No podían seguir al ejército enemigo a través de esas plataformas, así que tomaron la determinación de rodear el rio. Al ir a caballo no fue tarea difícil rodear el rio pudiendo cruzar al ejército enemigo en un pueblo de La Comarca.
La orden fue clara cargar hasta la victoria. La lucha fue salvaje y pese a la desventaja numérica los hombres de la tierra media le hacían frente al enemigo con valor y determinación.
De pronto una sombra cruzo por los aires rugiendo feroz y lanzando fuego sobre el poblado. La bestia descendió sobre el poblado y todos pudieron verla en detalle a ella y a su jinete. Un dragón blanco cuyo jinete portaba armadura negra y observaba el campo de batalla con detenimiento. Leod estaba cerca cuando la bestia descendió, no podía moverse ni para cargar ni huir. Su cuerpo se haya congelado frente a lo que veía, algo que parecía alguna vez fue humano ahora lo miraba directamente con esos ojos rojos y profundos.
El ser oscuro se acerco al príncipe de Rohan con espada en mano y descargo un golpe sobre el caballo. Leod reacciono oportunamente tirando las riendas de su corcel pudiendo esquivar el golpe. Respondió al ataque descargando un golpe aprovechando su posición ventajosa pero pese al esfuerzo de Leod, el golpe fue bloqueado. El ser oscuro que luego seria bautizado como Hijo de Morgoth volvió a descargar su espada contra la montura de Leod, el príncipe reacciono nuevamente y logro esquivar el impacto pero ya no podía arriesgar a su compañero por lo que desmonto. Ahora era un enfrentamiento de igual a igual, el príncipe volvió a lanzar otro golpe que nuevamente fue bloqueado por su rival. El cual respondió con un golpe certero que logro penetrar la armadura y herir el cuerpo del príncipe. Por un instante el campo de batalla había desaparecido a su alrededor, Leod observaba a su enemigo esperando el golpe que no demoraba en llegar, a su vez el Hijo de Morgoth observaba a quien tenia enfrente y rehusaba rendirse al terror. En ese instante una flecha silbo por los aires e impacto en el hombro derecho del Hijo de Morgoth que por primera vez era herido. A unos metros se hallaba Belegnor aun con el arco en su mano y era el responsable de la herida en el enemigo.
Enfurecido llamo al dragón y volvió a montarlo con intenciones de levantar vuelo y regar con fuego la zona, pero algo interrumpió su plan. Cabalgando con furia y dando su último grito de batalla Fhilamir, capitán de Arnor, cargó contra el dragón quien sin inmutarse lo aplasto bajo su garra. Sin embargo Fhilamir con su último aliento clavo su espada en el ojo del dragón que lanzo un alarido de dolor y levanto vuelo. Ese día un Hijo de Morgoth y su dragón habían sido heridos y no lo olvidarían. Leod vio como Baranor y Aldariel corrían hacia el cuerpo caído de Fhilamir y se veía lágrimas en su rostro.
Si podía considerarse una victoria pero en el rostro de todos se veía el dolor de ver La Comarca destruida, a hobbies inocentes muertos por las espadas orcas y un hombre valiente como Fhilamir yacer en el suelo.
Seria una noche triste y aun Leod no sabía que peores cosas estaban por venir…

(escribió Max)

No hay comentarios:

Publicar un comentario