lunes, 1 de noviembre de 2010

La Negra y Afilada Venganza de los Malditos


PARTE 1

Belegnor recorría los jardines de Rivendell, como tratando de empaparse de la paz del lugar. Sabía que quizás no tendría muchas chances como ésta en los díaas que venían. Tras una sesión de práctica con el arco, se encaminó a las forjas; allí, los poderosos hornos que otrora usaran Celebrindor y sus herreros, produciendo maravillas como los Anillos de Poder, estaban en marcha de nuevo a toda máquina, y Dormin el Enano, responsable de reactivarlas, estaba en ellas trabajando en una espada. Belegnor entró en el lugar, saludando

-Maestro Dormin
-Maestro Belegnor...
-Es reconfortante ver estas fraguas trabajando de nuevo
Al decir esto el Elfo, Dormin se limitó a contestar –Sí,- mientras seguía forjando. Pero luego de unos instantes dejó un poco la tarea y preguntó
-Ya que está usted aquí...¿Qué es lo que le ha pasado a la niña?
Belegnor se puso muy sombrío al tener que responder aquello
-Alguna indiscrecion la hizo enterarse de nuestras sospechas…..Y ahora cree en su corazon que son ciertas....
-Que sospechas?- Preguntó el Enano, visiblemente molesto
-Que ella sea la hija perdida de Aragorn y Arawen Undoniel
Con pésima expresión en el rostro dijo esto último Belegnor. Dormin se quedó mudo un rato, y, como contenido, preguntó:
-¿Y por qué creen eso?
Belegnor titubeó un segundo, la verdad es que no había bases sólidas para su sospecha:
-Porque la espada que ella tiene en Fangorn y que vamos a buscar podria ser Narsil, algunas pistas lo indican.- Dijo, tratando de sonar seguro -De todos modos, era algo que no debia trascender.
-¿Están locos? ¿Cómo le van a decir algo así a la chica sin estar seguros?-El Enano ya no disimulaba su enojo en lo más mínimo. Con la tranquilidad y firmeza de quien está seguro de no haber sido el que cometíó el error, Belegnor respondió
-No se quien se lo dijo
Pero el enano lo miró con desconfianza y le dijo -No somos muchos por aquí...en fin... no importa eso ahora
-Por qué se lo diria antes de estar seguro, maestro Dormin?- recalcó Belegnor, pero admitió -Pero es cierto, no importa-
Dormin se quedó pensativo un rato.
-Esa niña significa mucho para mí...- En Enano hablaba entrecortado -No me gustaría verla triste…- agregó -Por nada de este mundo...- y terminó diciendo -No sé si me entiende maestro Belegnor
-Si lo entiendo, y nada me gustaría mas que se recuperara su sonrisa.- Respondió convencido el Elfo, para luego decir, derrotado y bajando la mirada al piso -Pero no tengo idea de como hacerlo ahora- Y tras una pausa agregó -Lo único que se me ocurrió es que aclaremos esa sospecha cuanto antes. Si resulta ser cierta, poco daño se habrá hecho, porque eventualmente podía salir a la luz en peores condiciones….Si nos equivocamos, supongo que tiene permiso para darnos unos mazazos en la cabeza.
En Enano había vuelto al trabajo, aunque sin ánimos.
-mmmmmmm eso haré...- Dijo, y no se sabía si hablaba en broma o en serio. Pero agregó -Trabajaré lo más rápido posible.
Pero Belegnor dijo -No era para apurarlo Maestro, de todos modos todo el mundo necesita descansar aquí- y luego preguntó con curiosidad -Por cierto, que es esa espada?
Dormin contestó, como despreocupado -¿Esta? –Dijo mientras seguía forjando -La encontré rota entre las cosas de los Elfos, supongo que me gustó y no pude dejarla así...
Belegnor miró el arma, por si era alguna hoja famosa de tiempos antiguos, ya que tuvo esa corazonada. El Enano la dejó enfriarse un poco, y allí se pudo ver que la hoja tenía un temple muy oscuro. –Me dejaría ver el mango?-preguntó el Elfo, con la esperanza de reconocer la firma del herrero o de la Casa que la usaba.

El sello era muy antiguo, tanto que Belegnor no pudo reconocerlo, pero al mismo tiempo sintió más profunda la necesidad de hacerlo, asique se propuso ir a consultar la biblioteca de Rivendell. Memorizó tanto el sello de la Casa como el del herrero, y dijo:
-Esto es muy, muy antiguo, Maestro Dormin
Y el Enano dijo como si nada
-Aquí todo es muy muy antiguo...
Belegnor agregó –Esto puede ser más viejo que el mismo Elrond, quizá incluso de la primera Edad del Sol, 4000 años antes de que yo naciera…..
Sí recordaba que las espadas negras eran un producto de un antigua cofradía de herreros de la Primera Edad, que trabaja el hierro meteórico profundamente transformado a través de la alquimia.
-Tenga presente que el mero hecho repararlas podria reactivar sus encantamientos, sobre todo si se las trabaja con una habilidad tan grande como la suya...- Dijo el Elfo sinceramente.
-¿Encantamientos? -Yo solo la volveré a forjar, está rota.-Pero si dice que es mejor no tocarla la dejaré así
Pero el Elfo sintió que no debía detener a Dormin sólo por temor, y negó con la cabeza que eso fuera necesario, para luego decir:
-Déjeme ver si puedo ver a quien perteneció. Algunas de estas hojas tienen grandes poderes, otras están malditas….-y termino diciendo -algunas, ambas cosas
-¿Malditas? no creo en esas cosas- Dijo el Enano, que había vuelto, lentamente, al trabajo, al ver que lo que el Elfo decía no sonaba tremendamente grave.
- Crei que estaba familiarizado con la manufactura Noldor, ellos son nuestros mejores herreros, y suelen poner improntas mágicas a sus creaciones- Dijo Belegnor, y luego razonó -Aunque he oído que ustedes también lo hacen y sencillamente lo ven como parte de la habilidad del artesano. La Forja de los más grandes maestros dan a las hojas cualidades extraordinarias-
-Yo no lo veo como maldiciones...o bendiciones. Para mí solo es forja- El enano hacia una pausa y volvía a martillar -Y ya.
-Lo comprendo- Dijo el elfo, y sin mucha intención de detener a Dormin ya, se encaminó a la biblioteca -Tratare de ver que es esa espada, con permiso.

PARTE 2

Belegnor entró en la biblioteca. Sólo había estado allí en contadas ocasiones, asi que le hechó un vistazo general primero. Por curiosidad, buscó las cosas que se habían perdido en el Bosque Negro: Luego de unos momentos, sin embargo, se puso a buscar lo que había ido a buscar allí, un tratado de heráldica de la Primera Edad del Sol

Encontró el sector de heráldica después de buscar un poco. Había muchísimos libros, pero ninguno de la Primera Edad, pues habían sido inventados por los hombres de Númenor en la Segunda Edad, pero había pergaminos antiguos. Con mucho cuidado, el Elfo buscó y seleccionó algunos para revisarlos.

Esto le llevó un tiempo. Empezó a buscar, pero los pergaminos estaban viejos, y había que tratarlos con cuidado para que no se rompan. Empezó a caer la noche, y entonces Belegnor buscó una lámpara élfica, de esas que nos necesitaban cera ni combustible, pero iluminaban como un buen farol.

Sobre las nueve de la noche, Belegnor encontró el escudo familiar. Éste se hallaba en la cruz de la espada, y había sido, aparentemente, cambiado. Eso sucedía generalmente cuando una espada era reforjada para un nuevo portador. El Elfo se sintió incvadido por un ligero terror cuando vio que el sello visible, el último que había sido impreso en la espada y que aún se veía, era el de la Casa de Haleth, una de las tres casas originales de los Edain, a la cual había pertenecido Hurin Thalion, el mas poderoso de los guerreros mortales, y también su hijo, Turin Turambar, la Espada Negra de Nargothrond, portador de Gurthang la Maldita, y matador de Glaurung el Rojo.

En este punto, Belegnor se fijó si habría alguien más en la biblioteca. Esto mientras buscaba, ya mas específicamente, información sobre Gurthang y también sobre
Eöl, el herrero que la creo, y la cofradía que formaron sus discípulos.

La Cofradía de los Elfos Oscuros, nombre que se daban porque su Maestro Fundador Eöl, un Elfo Avari, rehuía de la luz del sol, era la única que había logrado combinar las artes de los Elfos Noldor con la de los Naugrim, los Enanos.

Igual que el Maestro Dormin.

Belegnor estaba con miedo, porque no quería que esa fuera Gurthang. No quería que el destino los alcance. Porque Gurthang estaba destinada a matar a Morgoth, darle su muerte final, pero esa muerte marcaría el fin del mundo, el fin de Arda. Así estaba profetizado en los cantaras de la Dagor Dagorlath, la batalla que tendría lugar al final de las Eras. Buscó información sobre Gurthang, rogando que no fuera ella la que el enano estaba re-forjando. Parecía como poseído, y al pasar vio al Maestro Eândros que estaba también en la biblioteca. Lo saludó y continuó su tarea.

Al ver la atareada actitud de Belegnor, el Capitán Gondoriano se interesó y observó de que se trataba la investigación, sin que al Elfo pareciera importarle demasiado la intromisión, asique al ver esto preguntó: -Conoce, señor Belegnor, espadas élficas de hoja negra?

Lo oportuno de la pregunta sorprendió a Belegnor. Quizá Eândros también había visto trabajar al herrero. Sin levantar la vista de los papeles, respondió:

-Eöl fue un herrero de mi tribu, los Elfos Avari, el primero en ser llamado Elfo Oscuro, que....

Belegnor había levantado la vista y hablaba visiblemente preocupado, pero el Gondoriano parecía ansioso, y preguntó

-Conoce alguna palabra en qunya de 20 silabas que signfique "enemigo interior"?
-Una pregunta a la vez, maese Eândros, por favor

-disculpe, continue

- Eöl aprendio las artes de los Elfos Noldor exiliados de Valinor, y por ser gran amigo de los enanos, recibió también de ellos las lecciones del arte. De esa manera, llegó a ser considerado el más grande herrero de este lado del mar.-Viendo que tenía la atención del Capitán, Belegnor continuó -Lamentablemente, su corazon, sin ser malvado, estaba lleno de malicia y arrogancia. E imprimía este carácter en sus obras.

El Elfo hizo una pausa y continuó diciendo

-Él creo, por medio de poderosas fórmulas alquímicas, un nuevo metal, hecho de hierro meteórico y otros componentes combinados de manera especial. Este metal, llamado Glavorn, era tan resistente como el Mithril, y aún más duro y liviano. Desagradable a la vista y al tacto, oscuro y áspero, y proclive de oxidarse por lo que requería cuidados especiales, este metal era muy oscuro, casi negro, opaco, pero con un brillo particular desde algunos ángulos

-No es totalmente imposible volver a fabricarlo y menos aún forjarlo de nuevo, si se conoce el método correcto. Eöl tuvo discipulos, tanto Elfos como Enanos, que formaron una cofradía de herreros que fue famosa en la Primer Edad del Sol.

-Este metal que crearon tenía la particularidad de que no admitía ningún tipo de encantamientos, pero, a la vez, era capaz de cortar a otros objetos encantados como si fueran cosas mundanas, lo cual convertía a las piezas hechas de galvong en las mejores armas y armaduras hechas a este lado del mar

Eândros quiso ir al grano -y usted sospecha que el arma que lleva el maese enano es de esas?

-No lo se con certeza.- dijo el Elfo -En general fueron dadas a grandes guerreros en la primera edad; Hurin Thalion usaba una de ésas, pero fue otra, que usó su hijo, Turin Turamba, la que se hizo más famosa.

-La espada de Turin habia sido forjada personalmente por Eöl para el rey Thingol, padre de la célebre Luthien Tinuviel. A cambio, Thingol le dio refugio y posicion y eventualmente la mano de una de las mujeres de su Casa. Ambos se fueron a Gondolin, donde tuvieron una historia…complicada.

El elfo continuaba su relato.

-Pero la espada quedó en la armeria de Thingol hasta que fue elegida por Beleg, heroe de los Elfos Grises, que necesitaba un arma que pudiera contra las mejores armaduras del ejército de Morgoth, y le fue entregada, aunque se le advirtió que poseía la malicia de su forjador
-Beleg y Turin fueron camaradas de armas, pero en una ocasion, por una confusion, Turin mató a Beleg con la espada de éste, sin saber de quién se trataba. Desde ese momento la espada, antes llamada “Enemigo Interior”, quedo maldita, y se la llamó Gurthang, "Negro Hierro de la Muerte".

- lo sabia!, una tragedia y una maldicion...-exclamó Eândros

-Turin heredó la espada de su amigo muerto por error, y fué reforjada por los herreros de Nargothrond, quienes le colocaron el sello de la casa de Hurin, padre de Turin- Siguió Belegnor -Turin a su vez tenía una maldición, impuesta por Morgoth, de que todos sus esfuerzos terminarían trágicamente. El Enemigo se la puso porque estaba frustrado porque decadas de tortura no habían podido quebrar a Hurin, el mas bravo de los guerreros de los hombres de todos los tiempos.-

M ientras el Gondoriano se puso a seguir buscando lo que lo había traído allí, es decir encontrar un mapa de Rivendell, el Elfo finalizó su relato diciendo:

-Asi que maldijo a sus hijos. Turin después de matar a Beleg por accidente hizo muchas hazañas con Gurthang, como matar al Dragon Glaurung, pero la consecuencia de ellas fue siempre nefasta, y una de las calamidades que sucedió como consecuencia de su maldición fue que, sin saberlo, tomó por esposa a su hermana y concibió en ella un hijo. Ella, grávida aún, se suicidó al enterarse, y cuando Turin lo supo se quitó la vida.

El Gondoriano ya había encontrado el mapa que buscaba, aunque no habia dejado de prestar atención al relato. y dijo -mmmnmhnm si espera encontrar algun sello o algo en la espada, deberia pedirle a Durmin que deje de martillarla

Eândros seguia buscando mapas, ahora sobre todo planos. Belegnor lo miraba algo extrañado.

-Que es lo que quiere saber, Maestro Eândros?

-nada, tenia curiosidad pro una hoja negra elfica, nunca las había visto. Y por otro lado quiero ver si encuentro algo en los mapas de rivendel, alguna habitación secreta, o algo, ya que vi un pequeño brillo en las forjas - respondió el antiguo Capitán -pero viendo que usted ya esta en tema sobre la hoja, yo me limitare a investigar los mapas

-Dudo que si es secreta este en los mapas.- Razonó Belegnor

-Otra posibilidad es que no sea secreta per se, sino olvidada, antigua...o una puerta que yo, por mi naturaleza humana, no puedo discernir....

Al Elfo no le sonó muy lógico todo esto. Eândros buscó un rato, luego se exasperó, y luego pareció resignarse. Belegnor le dijo, tratando de sonar paciente pero en realidad sonando irónico -Si no queriamos que se vea, no lo poniamos en los mapas, señor mio, solo lo memorizabamos xD

-Algo como las despensas ocultas de los Hobbit o las puertas de las fortalezas enanas- Continuaba diciendo Eândros -Bueno, de todos modos un mapa de Rivendel me vendría bien. Asi no me perdere.- al final parecia tratar de justificarse.

Belegnor continuó con lo que le interesaba -No sabemos con certeza si esa espada es Gurthang, podria ser otra espada de la casa de Hurin. Quiza la espada del mismo Hurin, que habia sido hecha por el mismo herrero- "Sí, pensó tardíamente el Elfo, pero la espada de Hurin no estaba rota" -Pero coincide con el hecho de que Gurthang quebro su alma al matar a Turin- dijo al fin en voz alta. -Estas son las forjas del reino de Eregion, las mas importantes de todos los reinos Noldor. Es posible que la mayoria de las reliquias de los tiempos antiguos esten aqui.

Aún no sabía si decirle a Dormin que no la termine de forjar. Quizá ya se habia encariñado con ella.
-Me acompaña a la forja, maese Eândros?
-Claro- Dijo Eândros
-Hay algo mas que deberia saber sobre Gurthang
-si?
-Esa espada esta destinada a matar a Morgoth en la Dagor Dagorath, la Batalla de las Batallas-Decia Belegnor -El fin del mundo.

Eândros respondio con una mirada. El Pensaba que esta era la Dagor Dagorlath hace mucho.

-Un famoso hijo de los hombres dijo una vez "aquel que huye de su destino, termina sumergido en él hasta el cuello.- continuó Belegnor -Morgoth intentó escapar de su destino al final de las Edades, adelantándose a su escape final de alguna manera. Sin embargo, yo creo, que como lo hizo, pagóun precio, y ahora es mucho mas debil.

Eândros respondió -otro gran hombre dijo "no existen las casualidades, solo el destino"

Belegnor quería, sin embargo, marcar las diferencias con la profecía -Pero, por el contrario, como aú no es tiempo del Dagor Dagorath, el paso entre el Reino de los Valar y el mundo NO esta abierto. La profecia dice que los Valar y los elfos que con ellos viven conduciran las huestes que derrotaran a Morgoth. Pero si sucede antes de tiempo, el mundo no tendra sus pasos abiertos

Eândros capto el pesimismo del elfo y dijo: -Quiza sea muy optimista de mi parte, pero esta no es la era del hombre?

El Elfo se apuró a decir, interrumpiendo -Si es la Dagor Dagorath, eso no importa, por definicion, la Ultima Batalla está afuera de las Eras

-Quiza me equivoque, pero en mi mas honesta opinion...-Eândros siguió -Piénselo de esta forma...
Morgoth es mas debil por eludir su destino, y como usted dice, cada vez que se busca eludir su destino éste se apresura a golpearlo de forma mas inesperada.

-A todos, no solo a él.

-Morgoth se libero sacrificando su cuerpo para no luchar el Dagor Dagorath, para eludir la furia de los Valar y las huestes de los elfos

-Eso creo, si- digo Belegnor y sonrió irónicamente -No crea todo lo que yo digo-

-sin ofenderle maese Belegnor, hace mucho que pienso dos veces lo que me comenta- Continuó Eândros, y agregó -Sin embargo, en mi opinión, él encontrará su destino a manos del hombre

-Comparto esa opinion, señor Eândros, mas de lo que usted parece creer.- respondió el Elfo -Pero por eso
mismo, creo yo que no tenemos que precipitar la Dagor Dagorath, y que deberiamos luchar contra Morgoth con los recursos que tenemos, sin recurrir a la profecia. De ese modo, su malicia se volveria contra él, y la Dagor Dagorath nunca sucederia- Y terminó aventurando -Yo creo que es posible vencerlo sin usar a Gurthang, una espada que esta maldita. El mismo Morgoth nos dió esa chance.

Eândros se mostraba mas cauto -Si busca que el Dagor Dagorath nunca suceda, solo causara que ésta ocurra antes mi buen Belegnor, por los mismos puntos ya mencionados sobre la fatalidad de eludir el destino.- y encendiendo su pipa agregó -una verdadera paradoja, no cree?

Belegnor se defendió -No es asi, no soy yo el que busca eso, fue Morgoth el que lo hizo, yo solo digo que aprovechemos su error y arrogancia- pero agregó - -Y si, es totalmente paradojico. Por otro lado, no sabemos, y Morgoth tampoco, en qué consiste el "Fin de los Tiempos"...... -Ninguna profecia se ha narrado al respecto. Sabemos que Illuvatar revelara el destino de sus dos linajes, pero no sabemos que implicara esta revelacion- Dijo el Elfo, agregando -Algunos creen que sera el fin de todo, otros creen que los Valar resusitaran los Arboles de la Luz y todo volvera a ser como si Morgoth nunca hubiera interrumpido la Musica de los Ainur

-Tiempo al tiempo, esto aun esta comenzando- Dijo Eândros con cautela.

-Aunque los elfos estemos atados al destino, eso no significa que debamos seguir ciegamente sus designios. Los hombres pueden torcer el destino, y aun los elfos pueden cumplir el suyo mucho mejor o mucho peor de lo que lo que los Valar pensaron para ellos.-Decía Belegnor -La misma existencia de los Medio Elfos es un reto a esos designios, ya que no estaban en la canción original

Y Belegnor terminó la frase, recordando a Earendil, Elrond, Elros, Eldarion....y Aldariel?

-Y el destino de Arda parece ser guiado por ellos. Morgoth sacrificó mucho para esquivar la Dagor Dagorath, y nosotros no tenemos los recursos para lucharla ahora.- y el Elfo exponía finalmente su idea -Yo digo que lo derrotemos sin acudir a las profecias

Eândros dudaba -Es posible, el sueño, en esta ocacion, fue mas vago que de costumbre.....pero en todo caso, Dormin parece decidido a llevar esa espada

y agregó Belegnor a eso.

-Y Aldariel parece decidida a matar a Morgoth. Y a entregar su espada natal a sus "verdaderos dueños", ya no la quiere, aunque la recogerá. Y sobre su amor pesa la misma maldicion que pesaba sobre Turin Turambar.

Y Belegnor expresó su temor -Asique no le dire que no me percato de la situacion, y de que esa espada puede acabar en sus manos.

Eândros sin embargo dijo -yo no quiero adelantarme, esperare, pues albergo aun esperanzas con la niña

Belegnor entonces razonó -Quizá la malicia de Gurthang haya acabado cuando bebio la sangre de Turin. La leyenda dice que estuvo satisfecha. Quiza esa hoja ya no este maldita, y lo que desea esa espada es redimirse.- Pero agregó -Pero si la dejaramos aqui, yo estaria mas tranquilo.

Y creía que sabía como hacer que el Dormin acceda a dejarla.

Eândros respondió -haga lo que su corazón dicte maese Belegnor, no creo que sus dudas sean en vano, pues hay un gran vinculo entre Dormin y Aldariel, pero aun desconozco su naturaleza.-

El Elfo dijo -Le diré, no temo a la muerte, porque no puedo sufrirla realmente, y no temo por este mundo, porque la voluntad de Illuvatar lo quiere bien, y no dejará que su obra se esfume en vano.....Pero temo por la niña...El portador de Gurthang siempre ha tenido un final tragico

-Para mi es mucho asumir en este punto- Dijo Eândros con cautela.

En ese punto llegaron a la Forja, y ambos se separaron. El Elfo entó a hablar con el Herrero.


PARTE 3

Pero Belegnor no fue inmediatamente a hablar con Dormin. Antes, buscó a Aldariel. La encontró en su habitación. La puerta estaba abierta. Seguía leyendo el diario de Arwen.

-Puedo pasar?- preguntó, y como la chica le dijo que sí con la cabeza, entró. -Como estas?- preguntó.

Se la veía mejor. Hasta Sonreía. No era la misma sonrisa de antes, pero algo es algo. Seguía sin poder hablar. El elfo respondió con una sonrisa también - Se te ve algo mejor....(sonrio tambien). La chica asintió.

-Que has encontrado en ese diario?- Inquirió el antiguo bibliotecario

“Una historia muy linda" escribió ella en su cuaderno, como siempre, para suplir su falta de voz

-La vida entera de la Reina? Su romance?

"Hasta que dejó Rivendell para irse a casar con el Rey"
“Tenía muchos miedos, pero no le importaba porque su amor por él era más grande"

-Me pregunto por qué dejó su diario personal aquí....

“No lo sé... pero supuse que si lo dejó era porque quería que el que lo encontrara lo leyera"

-Asi lo pienso también- Dijo Belegnor. Quizá él o Arien luego deberían leer ese diario, en pos de la historia. Pero cambió rápidamente de tema -Aldariel, me temo que tomare tu consejo, y me adelantaré. Saldre mañana mismo y los alcanzaré en Fangorn, luego los alcanzaré en Fangorn

Aldariel no se inmutó, se esperaba aquello de alguna manera. Pero escribió:

"¿Irás solo?”

Y después de un instante ante la falta de respuesta anotó.

“.Porque no llevas a Eradan?”

-Alguien tiene que guiarlos a ustedes. De todos modos le preguntaré que quiere hacer. En principio esta gente vino para acompañarte a ti, no a mi.

"Creo que Dormin sabe el camino a partir de aquí"
"No me quedaría tranquila si vas solo"
“Entre dos pueden ayudarse en el camino, y se ocultan tan bien como uno solo”

-Te agradezco tu preocupacion, pero ustedes pueden necesitar una mano mas en el camino, en cambio una persona sola se las arregla......en fin, le diré….no quiero preocuparte más de lo que ya estas…

De todos modos Belegnor se sentía en la obligación de explicar la partida

-Sucede debo hablar con mi Capitán, y quiero ver si los míos están bien, y donde están también. Y sospecho que cuando ustedes lleguen, tendré muy poco tiempo.


Pero había algo mas, además de dar esa noticia, que Belegnor quería hacer en aquella habitación. Queria asegurarse de que la chica estuviera dormida en el momento en que fuera a hablar con Dormin. Tenía un pensamiento funesto, y quería sacárselo de la cabeza como fuera. Algo le decía que esta niña no sobreviviría al combate con Morgoth, y aunque todos estaban en un riesgo mortal, temió por el destino de ella particularmente. Como si estuviera escrito de antemano el final. Y la presencia de la Hoja Negra activaba más esos miedos, ya que temía que terminaría siendo ella quien la empuñara, aún cuando su primer portador fuera otro. Aldariel sentía rechazo por su herencia ahora, porque tomarla significaba renunciar a Eldarion, y que mejor que la Hoja Negra destinada a matar a Morgoth, para reemplazarla? Y ella le permitiría morir matando a su verdugo, Y esto aterrorizaba a Belegnor. Quería dejar aquí a Gurthang, como fuera. Eran casi las 10 de la noche en ese momento, pronto estaría lista la cena. Continuó hablando de cosas que quería compartir, de cualquier forma.

-Entre otras cosas, después de estar aquí, quiero preguntarle a mi Capitán por qué nadie estaba ocupando estas estancias, que eran bastante más amplias que las del Bosque Negro, y estaban más a salvo.

"Supongo que les daba tristeza recordar a los que vivían aquí..."

-Es posible, y la verdad nadie esperaba una guerra, se suponia que no habria mas amenazas hasta mucho después de que........terminara el reinado de Aragorn, al cual le habian augurado muchas, muchas decadas... Pero los augurios se equivocan a veces....


Y Pensó el elfo sin decirlo (Dagor Dagorlath. Se suponía que en ella lucharíamos todos, pero también que volverían Tulkas, Eonwé, El Rey Fingolfin y Turambar,,,,se suponía…..también se suponía que no iba a ser tan rápido….)

"Quizás la Sombra cambió los augurios"

(O sea sí es el regreso de Morgoth, pero no el anunciado, por eso prefiero dejar la Hoja Negra durmiendo aquí)-Pensó Belegnor-(aunque Eândros haya visto el famoso brillo,
, lo que sea, yo se lo que hace esa espada)

Se hizo un silencio, y entonces Belegnor fue hasta el cuarto de Eradan, el Ranger Dunédain. Golpeo la puerta y lo invitaron a pasar.

-Señor Eradan, me permite un momento?

-Sí...

El Elfo fue directo al grano -Tengo que pedirle un favor, necesito separarme del grupo. Ellos van a estar aqui cuatro día más, pero yo debo partir...tengo que ver a mi gente antes de que nos reunamos todos en Fangorn.

-Entiendo, dígame, que necesita?

-Sinceramente pensaba ir solo, pero la Dama Aldariel me dijo que no se quedaría tranquila si uno de nosotros se separaba solo. Asique pensé pedirle que me acompañe usted

-Bueno, supongo que no seré muy útil en Moria, no conozco ese lugar….Así que creo que podría ayudarlo a usted.- Dijo el explorador, rápidamente. -Por dónde piensa cruzar?

-Pensaba cruzar por el Caradhras, pero usted conoce mejor estos caminos, si tiene una opción mejor, lo escucho.-

-No tiene que ver con conocer los caminos- El Ranger sonrió -No hay demasiados- dijo en tono de broma, aunque era verdad. -Cruzar por el Caradhras es muy peligroso, pero es cierto que estamos llegando al verano...-

Y terminó diciendo:
-Si quiere llegar antes que ellos y conmigo como guía no habrá más opción. Ir por el sur es un camino más largo. Y por Moria no conozco más que los senderos principales….
- El Dunedáin bebió algo antes de seguir, una extraña infusión verde que se tomaba con bombilla de metal -Y no sé como estarán

El Elfo repuso -Ademas, no voy a Fangorn, voy al sur de Lorien, luego bajaré al sur, pero detrás de los montes. Asique el Gran Gigante Helado es la mejor opción, creo….

-No es la mejor, pero sí la más rápida- aclaró Eradan -Evitando Moria

-Bueno, si puede guiarme por los pasos altos entonces, se lo agradeceria.-Dijo Belegnor.

-Conozco los pasos, así que no hay inconveniente

-Muchas Gracias, saldriamos mañana por la mañana

-Bien, estaré listo

El Elfo se despidió con una reverencia, aunque para ese momento se anunció la cena, asique ambos fueron hacia allá. Despues de la cena, Belegnor acompañó a Aldariel a su cuarto.

-Eradan vendra conmigo- Dijo, sencillamente, y ella asintió con la cabeza. Belegnor se retiró, viendo que la chica se iba ya a dormir, encaminándose a las forjas. Y así fue, se quedó dormida una hora después, leyendo el diario de la Reina Arwen


PARTE 4

Dormin trabajaba hasta las dos o tres de la mañana, y después se iba a dormir. Tenía mucho que hacer. El elfo pidió permiso para pasar.

-Maestro Belegnor...-indicó el enano que podía entrar, mientras trabajaba en la armadura de Baranor.

-Buenas noches.

-Buenas noches

-Venía a decirle que creo que sé qué es esa espada.- Empezó el Elfo

-La espada que forjé hoy?- El Enano indicó la parte de arriba de una repisa - Ya está terminada –

Belegnor miró con ansiedad. Era Gurthang, efectivamente. Le dio un ligero escalofrío.

-Es la más célebre de las obras de un Elfo oscuro de la primera edad, un gran maestro herrero- dijo y agregó - Eöl, era su nombre-

Dormin dijo filosóficamente -Mmmmm bueno, ahora es mi obra maestra-

-Notó el metal con el que estaba hecha?- preguntó el Elfo

-Sí...es Galvong

-Probablemente nadie más que usted podia repararla, ya que no conozco otros artesanos que hoy dia combinen los saberes de los Noldor y los Khazad….- Dijo Belegnor. -Y ese metal era trabajado exclusivamente por la Cofradía de Herreros de Eöl, algunos de ellos de su raza, otros, de la mía...combinaban ambas técnicas, ya que Eöl fue entrenado por los mejores artesanos Naugrim y Noldor de su época.

El Martillo de Dormin se oía golpear con fuerza, transformando la armadura de Baranor en algo mucho más poderoso.

-Lo sé... me han hablado de él….- Dijo el enano sin retirar los ojos de su trabajo -…los herreros que me enseñaron la forja Noldor

-El mismo usaba una espada como esta, y una armadura completa de este metal. E hizo muchas obras de artesanía en aquellos tiempos.

-Es una buena espada- Comentó el Enano al respecto -No me costó demasiado traerla nuevamente-

Y Belegnor continuó -Esta es la más famosa de esas obras, la fabrico como regalo y tributo al rey Thingol. Luego fue usada por Beren, guerrero de los elfos de Thingol....
-Y luego, por Turin TUrambar, que la mandó reforjar en Nargothrond, y puso en ella el sello de su casa...- Finalizó Belegnor, y dijo casi con solemnidad.

-Esta es Gurthang, la Hoja Negra de la Muerte.



Los Martillazos continuaron al mismo ritmo. Dormin ni se inmutó al oír aquello

-¿y con eso qué?- Preguntó el Enano tras una larga pausa, viendo si el Elfo quería llegar a algún lado con todo eso.

-Esta espada tiene en ella la malicia de su creador, un elfo genial pero también arrogante y despiadado.- Dijo el Elfo, agregando – Y acumuló la desgracia de sus portadores, pues todos ellos sucumbieron de manera trágica –

-mmmmmm supongo que no será mi caso- Dijo el Enano, casi como reflexionando en voz alta.

-Piensa usarla usted?

-Claro, por qué se cree que la reforjé, para dejarla aquí?- Ahora que Belegnor parecía revelar su intención, a Dormin le parecía estúpida. -Es obvio que voy a usarla- Siguio martillando y dijo -No ahora, pero sé que sabré cuando-

Belegnor sabía que difícil era apartar a un Enano de su decisión, una vez tomada. Pero no era eso lo que lo intranquilizaba, sino algo más, y no sabía bien como decirlo. Asique siguió hablando

-En ese caso, hay algo que más que debo decirle sobre ella. Ustedes los Khazad siempre han demostrado ser refractarios a las maldiciones, asi sucedio con los famosos anillos de poder, aquellos destinados a los reyes enanos no cumplieron su cometido....-Pero si alguien más la usara, podría sufrir las consecuencias, o mejor dicho debo decir que casi con seguridad las sufriria.

-No se preocupe, nadie además de mí la tocará- El Enano sonó mucho más tranquilo, al ver a donde iba Belegnor con todo esto.

-Seguro?
-Y si Aldariel se la pide?

-No soy tan tonto, no se la daré...- El enano estaba molesto, aunque no enojado. Le parecía que el Elfo no lo había entendido del todo, pero que su preocupación era sincera. Asique decidió hablar.
-A ver... sientese maestro Belegnor -

Y tras una pausa en la que su interlocutor tomó asiento, agregó:
-Creo que ha llegado la hora de que le cuente mi historia

Belegnor calló, y el Herrerero continuó hablando

-Quizás usted la escriba en el futuro, si es que hay futuro...
-Para eso estoy yo trabajando aquí...
-Hace mucho tiempo yo cometí una atrocidad...
-Necesitaba dinero para ayudar a mi familia, y me vendí a la sombra
-Pensé que sería algo inofensivo... no sabía el mal que causaría o no lo habría hecho

El enano había hablado pausadamente hasta aquí, mientras continuaba con su labor, pero luego de esto hizo una pausa mayor, y dijo con claridad, dejando de trabajar unos instantes:

-Yo fui el causante de la caida de la ciudad más grande de mi gente

El Elfo Oscuro se sobresaltó, abriendo mucho los ojos.

-Yo fui el que abrió las puertas de Moria para que el enemigo entrara por ellas.-Dijo el Enano

Y luego dejó el martillo, y dejó también la actitud resulta.

-Cuando vi lo que había causado no lo soporté
-Entré en el bosque de Lórien para que los Elfos dieran cuenta de mí

Miró a Belegnor con terribles facciones.

-Entré al bosque a que me mataran
-Ni siquiera tuve el valor de morir en las minas

Y entonces la memoria, a la que había forzado hacia afuera para recordar algo olvidado mucho tiempo, lo invadió, y se quedó como recordando algo...y al fin retomó su narración, de nuevo pausadamente.

-Pero su gente no me mató
-Me llevaron hasta su reina, la Dama del Bosque
-Y ella permitió que siguiera viviendo

El Herrero prendió su pipa

-Un exiliado enano entre los elfos...

Dormin ya no miraba al Elfo, solo recordaba, mirando en lontananza

-Quise combatir en la guerra del anillo...
-Quise combatir, para morirme- Dijo, expresivamente.

Y luego negó con la cabeza. Su voz adquirió un tono muy, muy triste.
-Pero ella no me dejó

Miró su martillo y sus labores, poniendo un poco de orden aquí y allá, mecánicamente.

-Me dijo que el tiempo de mi redención todavía no había llegado
-Que debía esperar

Hizo una pausa, y continuó hablando con más naturalidad.
-En todo ese tiempo viví con los elfos
-De ellos aprendí el arte de la forja de los noldor
-Y comencé a combinar mi técnica con la suya
-De mis manos nacieron obras que cualquier herrero envidiaría

Entonces retomo el tono triste.

-Pero a mí no me satisfacían
-Pasaron algunos años más, y fui a despedir a la Dama del Bosque, junto a muchos elfos más

Sus ojos se llenaron de lágrimas, y una profunda emoción invadió también a Belegnor. El también había estado allí. Entonces ese momento le había parecido inexplicable, una mezcla de emociones, pero ahora en el recuerdo, sólo la tristeza quedaba.

-Fue un momento tan triste... jamás vi algo tan triste como eso

El Elfo se compuso, algo le decía que debía recordar cada palabra.

-Ese día la Dama del Bosque me dijo por qué había decidido dejarme con vida...
-Me dijo "Dormin, llegará el día en que podrás redimirte de tu falta, ese día es mucho más pronto de lo que tu piensas"
-“Llegará el día en que te enamorarás perdidamente de una mujer, tu redención será morir para salvarla a ella"
-Le pregunté cómo iba a saberlo, y ella me dijo que me daría cuenta
-Y no se equivocó

El enano dispuso las cosas para seguir trabajando.

-Quizás ya haya adivinado quién es esa mujer...-dijo después de un rato

Belegnor se quedó mirando a ese hombre bajo, barbudo y corpulento, y aquella resolución, esa necesidad de redención, causaba una fuerte impresión.

Despues de unos instantes el Elfo dijo, en tono de anuncio:

-Lo que acaba de realizar, traer esa espada de vuelta, es algo que seguramente solo usted podía hacer, y que es de vital importancia para todos..........

-Porque esa espada está destinada a acabar para siempre con nuestro enemigo, Morgoth Bauglir

Y esto último lo dijo en tono de sentencia.

Las palabras de Belegnor ya no tenían fuerza, porque ya estaba convencido de que el portador de Gurthang seria aquel que tenia enfrente. Sin embargo, volvió a tratar

-Sin embargo, hay algo mas que debo advertirle, aunque lo tome por habladurías.....
-Esta predicho que sera Turin Turambar vuelto a la vida en la Dagor Dagorlath, el que la empuñará. El no esta aqui, porque esta no es la Dagor Dagorlath de la que hablan las profecias, porque los Valar no han abierto las estancias de Mandos para que salgan los muertos y vivan de nuevo, ni han venido aqui a presentar batalla a Morgoth

Y aquí por fin le revelo a Dormin la extensión de sus temores, porque no quería callarlos.

-Sin embargo, si lo que creemos es cierto, sobre Aldariel pesa la misma maldicion que pesaba sobre la Hoja Negra de Nargothrond,

-O sobre Eldarion

Razonó Belegnor

-Y lo que temo que ella tenga, en algun momento, que empuñar esa espada, si no dejamos aqui la hoja a que espere a la Batalla Final, a la verdadera.... -Y si lo hace, se condenara, mas aun de lo que está.

Y luego dijo

-Yo creo que podemos vencer a Morgoth sin Gurthang, y sin arriesgarnos a eso.

Y aquí puso el Elfo toda la decisión que le quedaba al respecto. Y de repente, aunque no estaba convencido, aunque seguía pensando que él podía fallar en el ultimo segundo, y Aldariel podía tomar la espada, acabar con Morgoth perderse para siempre, comprendió que no tenía derecho a poner en duda

-Pero si usted considera que no es asi, no voy a decirle lo que tiene que hacer.

-Solo piense que, aun cuando usted cumpla su destino y se redima, de la manera que la Dama Galadriel le dijo, Aldariel podria aún tomar el arma en sus manos, y usted no estaria ahi para impedirselo....

El Enano había retomado la labor, y dijo con una sonrisa amarga, pensando que el Elfo era más testarudo que un Enano:

-Creame que si hay una maldición sobre esos muchachos, sea el que sea, no es por culpa de esta espada

Y el Enano agregó, con suficiencia y fuerza en las palabras.

-Si usted me escucha le diré que hace muchos que mis obras no me satisfacen como solían hacerlo antaño, y sin embargo, esta espada ha logrado satisfacerme por fin...

-Quiza la obra de Eöl también tenia que redimirse, y ya no haya tal maldición-

Era verdad lo que decía el Enano. Cualquier cosa que pudiera hacer la espada, no iba a empeorar la herida en el alma que causaba la maldición de Morgoth. Y Eöl reía en Occidente junto a los suyos porque las cosas se adelantaban.

-Todos tenemos derecho a redimirnos... si hasta yo podré hacerlo, no veo por qué no pueda hacerlo él.

Agregó Dormin, ahora con suma tranquilidad, conforme, y sin tristeza en la voz.

-Además hay algo que usted olvida, si hay algo que jamás haré será algo que pueda perjudicar a esa niña

Belegnor miró la espada, y al que la había traído de vuelta, y ya había comprendido lo que allí pasaba. Habia un pacto, “yo te traigo a la vida de nuevo, y tú me ayudas a matar al peor de todos, y no me importa morir para hacerlo” y por qué una espada asesina de negaría a eso? Qué más placer en una bebedora de sangre que beber la del ser más peligroso de la existencia?

-Ahora si usted cree realmente que esta espada ayudará a derrotar por completo al tal Morgoth, no veo la necesidad de dejarla aquí milenios hasta que venga alguien más a buscarla

El Enano ahora hablaba con suficiencia. Mientras, trabajaba, sudaba, y perfeccionaba su obra.

-Si alguien tiene que hacerlo, no veo por qué no pueda ser yo... después de todo, no se olvide que me moriré, y cuando eso pase prefiero que sea clavándole la espada a ese maldito para partirle su negro corazón-

Convencido y resignado, Belegnor aprendió al fin por qué no se puede ganar una discusión con un Naugrim, y terminó diciendo.

-Sin duda será la mejor forma de morir que haya tenido nadie jamás, Maestro Dormin, y nadie podrá reprocharle nunca nada al que tal cosa realice-

Sabia era Galadriel, pocas formas había de redimir un crimen como el de Dormin, como no fuera librar a Arda de un mal muchísimo mayor que el que el causó. Eso pensó el bibliotecario, y después de unos minutos de reflexión, preguntó

-Me permitiria empuñar la espada un momento?

-Claro- Dijo Dormin, ya totalmente concentrado de nuevo en su tarea, y sin quitar los ojos de su labor

-Belegnor tomó la espada, sintió su peso y su balance; dio un par de mandobles al aire, y al fin la detuvo frente a su mirada, como solo los Elfos saben mirar. Pero no sintió ninguna maldición. Ninguna sed de sangre que no fuera la de una espada que cobró miles de vidas. Una matadora nata, pero nada más, sin rencores, ni rabia, ni maldad. Quizá al ser reforjada con amor, de su creador original sólo le quedó el orgullo y el deseo ser servir a su cometido, y al que la portara. Igual que la lanza de Gran Rey, se sentía como un arma corriente, pero algo decía al que la empuñaba que no era así.

Y dijo en voz alta a modo de concesión: -Sin duda, fuera cual fuera la maldicion de Eöl, ya no está aquí, y si estuviera, nada tiene que ver con la que puede desatar Morgoth

Con sumo respeto, Belegnor limpió el mango del arma con un pañuelo y la dejó exactamente en el lugar de donde la había tomado.

-¿Satisfecho? Dudo que encuentre alguna maldición en ella- Dijo el Herrero

-Sin duda una excelente arma, pero no deberia probar otra sangre que no fuera la del mismo Enemigo, para no alimentar su sed, pero tiene usted razon, no he sentido la malicia de la que hablaba Melian-. Dijo el Elfo, ya totalmente convencido.

y Dormin agregó

-Y de hecho ya que todos "sospechan" cosas dejeme contarle las mías...

Detuvo el Enano un segundo sus martillazos y dijo

-Si realmente las cosas son como dicen, y esa niña resulta ser la princesa perdida de Gondor, esa espada de Fangorn, Narsil, claramente le pertenece….

Y Continuó diciendo:

-En ese caso, si hay una maldición, no está sobre ella ya que si vivió todo el tiempo con los Ents dudo que el enemigo haya podido saber siquiera quien era ella

Y terminó, antes de ponerse de nuevo a trabajar:

-Si hay una maldición está sobre el príncipe de Gondor

Y mientras trabajaba con el martillo repuso

-Y de eso deberían estar averiguando

Muy lógico sonaba el razonamiento de Dormin, y Belegnor respondió: -Elbereth parece hablar por su boca, Maestro Dormin...-En efecto, lo que dice tiene mucho sentido.......-
Y se lamentó, mirando el suelo avergonzado--Y nosotros estamos ahora, muy lejos de el para saber nada.

El Elfo se dispuso a irse, tenía un largo camino por delante

-Me retiro, muchas gracias por todo Maestro Dormin.....-
-Dejaré mi armadura con usted, si no le molesta, para que pueda terminarla, y yo tomaré una armadura ligera de las muchas que hay aqui, que para viajar por el Caradras será más practico.

Mucho mas tranquilo, desahogado seguramente, el Enano comentó: -Así que se enfrentará al gigante? es usted muy valiente

-Debo hacerlo, me urge hablar con mi gente.- Respondió el Elfo


-No se preocupe, yo la cuidaré

Dijo en Enano, refiriéndose seguramente a Aldariel, y agregando:

-Espero volvamos a vernos antes del fin

Y lo dijo como si hablara de cualquier cosa sencilla. El Elfo respondió con un poco de ironía: -No se apure tanto, nos veremos en Fangorn, no se atreveran a derrotar a Morgoth cuando yo no estoy, no?

El Enano entonces rió sonoramente.

-Está bien, lo esperaremos, pero luego no se arrepienta de lo que deseó

Belegnor durmió esa noche bajo las estrellas, en Rivendell por última vez. Quería ver a los suyos, a su amada Arien, a su valiente y joven Capitana Luiniel, y a todos los compañeros que habían peleado en el Bosque Negro.

A la mañana siguiente partió, despidiéndose de todos, y le dio a Aldariel la mitad de las lembas que le quedaban, y ella lo abrazó cuando se despedían.

(escribió Patanikus - Roleado on line con Gonza y Helcawen)

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