domingo, 5 de diciembre de 2010

Risas que pueden alejar las Sombras

Aldariel fue a buscar a su maestro Baranor y a Belegnor a la ciudad, no tardó mucho en dar con ellos y les contó que Eândros ya había vuelto con Léod, ya estaban todos así que sería tiempo de partir... pero ya se estaba haciendo de noche...

-Ya llegó el maestro Eândros- informó Aldariel alegremente.
Baranor miró el río, ¿por dónde se suponía que había llegado Eândros? no habían encontrado huellas, solo la caña y la botella de vino, como si el Capitán de la Guardia Real se hubiera esfumado en el aire.
A Baranor se le ocurrió una idea de repente, quizás Eândros se hubiera arrojado al río y hubiera muerto allí... Miró al río con la boca abierta.
-¿Es un fantasma?
Aldariel comenzó a reírse a más no poder.
Baranor cruzó su brazo frente a ella y la puso detrás como protegiéndola de algo inexistente.
-¿Qué sucedió?- preguntó Belegnor al ver su reacción.
-Maestro, no llegó por el río, y tampoco es un fantasma- le dijo Aldariel a Baranor aún riéndose de la ocurrencia.
-¿Entonces no se tiró al río?
-No, llegó volando
-¡¿Qué?!
Baranor se tomó la frente.
-¿Cuándo dedujimos que se había tirado al rio, señor Baranor?- le dijo Belegnor.
Aldariel no podía parar de reírse, hacía mucho tiempo que no la veían reírse así.
-Que no lo hayamos encontrado no significaba que se hubiera suicidado ni nada peor- afirmó Belegnor.
-Llegó volando en un Águila- le informó su alumna.
-¡¿Una qué?!
-Ah, bien, ahora que recuerdo, lo vi hablando con una gaviota, justo antes de verlo desaparecer...
-Ya veo... pero lo primero que pensé fue que Morgoth lo había corrompido y lo obligó a que lo hiciera... pero ¿volando? ¿él es un águila?
-No maestro, vino montando el águila- le dijo Aldariel que todavía se seguía riendo- Y trajo también a Léod.
Baranor volvió a tomarse la cabeza.
-No no, volando EN un aguila. ARRIBA del AGUILA- dijo Belegnor como explicándole a un niño, y Aldariel seguía riéndose a carcajadas.
-Pero las águilas son así...
Hizo un gesto con las manos mostrando el tamaño de las águilas que él conocía.
Ahora el que empezó a reírse fue Belegnor.
-En las montañas viven las grandes águilas maestro, ellas ayudaron a Frodo cuando destruyó el anillo en Mordor.
-Hay algunas mas grandes, y si, todavia estan por aquí- aclaró Belegnor, el maestro explicó como si se tratara de un aprendiz- Son como los Ents, la voluntad encarnada de un Valar, pero ellas son de Manwe, mientras que ellos son de Yavanna.
-¿El puede volar con ellas?
-NO- hizo un gesto como montando un caballo- ¡vino montado en el águila!
Aldariel seguía riéndose de la situación, seguramente así era la risa de Tulkas que le había nombrado Belegnor aquella vez.
-Maestro, debería aprender más sobre animales- le dijo su alumna, mientras Belegnor seguía riéndose de las ocurrencias del capitán. Se preguntó si había estado tomando de la botella que había olvidado Eândros.
-Creo que si, yo solo monté un caballo, y el maestro un águila, y valla saber que otros animales, QUIERO MONTAR UN PEZ
Ahora los tres se estaban riendo a la par.
-Me gusta el agua ¿hay peces gigantes que se monten?
Otra vez Belegnor se preguntó si el capitán había tomado de más, pero había estado con él y no lo había visto beber...
-¿Y cómo va a respirar abajo del agua maestro?- le preguntó Aldariel.
-Es verdad, no lo pensé...
-Ulmo tiene cisnes, creo que es lo mas cercano a un pez, cisnes gigantes.
Baranor no podía dejar de pensar en como sería montar un pez y volvió a reírse.
-Bueno, entonces no es un fantasma- le dijo a Aldariel al oído.
-No, no es un fantasma...
Belegnor que podía escuchar perfectamente debido a su oído agudizado comenzó a reírse otra vez.
Baranor suspiró, calmándose al escucharla.
-¿Le tiene miedo a los fantasmas maestro?
-No miedo pero sé lo que pueden hacer, Fhilamir me comentó de la guerra en que los fantasmas participaron y fueron de gran ayuda...
-Si lo fueron, pero de todos modos, no es algo que se vea seguido. Y no sé como Balrogs terminamos hablando de fantasmas...
-No hay fantasmas en esta ciudad, al menos no vi uno- dijo inocentemnte Aldariel.
-Menos mal que el maestro no pudo oír nada de esto... por favor, no le cuenten a él que lo llamé águila ni fantasma.
-No le contaré- le sonrió Aldariel.
-Sino no dormiré por varias noches.
-En fin, ¿entonces Eandros volvió con Leod?- quiso reafirmar Belegnor.
-Sí- afirmó Aldariel, aún con la sonrisa en su rostro.
-O sea que ya no esperamos a nadie más.
-No, ya podemos partir, pero ya se está haciendo de noche...
-Y una pregunta ¿vino Fëagûl?
-No, Fëagûl no estaba- respondió Aldariel pensando dónde estaría ahora el mago, pero el maestro Belegnor y Baranor se miraron pensando que era mejor que no estuviera- Ya están en la posada, deberíamos volver.

Los tres se dirigieron a la posada mientras seguían conversando alegremente, tanto que hasta se olvidaron en ese momento de la sombra que estaba tan cerca, tanto que hasta el mismo Tulkas podría haberlos escuchado.
-¿Hay más animales gigantes que se pueden montar?- dijo Baranor que iba al centro de los dos.
-Algunos no estaran muy felices de ser montados- dijo Belegnor.
-El dragón que matamos se podía montar, y esas criaturas que estaban en Osgiliath supongo que también...- dijo Aldariel.
-Creo que eso no era un animal, sino un demonio- se rió Baranor- Yo me trepé en una de esas criaturas, fue divertido, pero muy peligroso- admitió.
-Dicen los que saben que son criaturas de la Primavera de Arda, o sea del pasado remoto, pero no son demonios ni criaturas mágicas- ilustró una vez más Belegnor.
-¿Ah no? Yo creía que sí lo eran- dijo Baranor.
-Yo prefiero montar a Crosswind ¿qué pasará con nuestros caballos?- preguntó Aldariel.
-¿Nuestros caballos? Gilnaear los llevará de vuelta al barco.
-El capitán cuidará de ellos.
-Le diré a Crosswind que vuelva con su dueño.
-¿No te lo llevarás cuando te vayas?
-¿A Mordor? No. Tendré que despedirme de él...- y un dejo de nostalgia brilló en sus ojos verdes.
-Después...
-No, porque no es mío.
-Creo que sería un honor para el dueño que te lo lleves- dijo Baranor.
-Es un Mearas, el decidirá con quien quiere quedarse, a quién quiere más ahora- agregó Belegnor.
-Creo que todos hacen eso, no solo ellos, ellos son los que deciden con quien quieren estar, creo que los ama a los dos por igual, pero por alguno tendrá más confianza.
-¿A quién quiere más?- preguntó a Aldariel, pero se lo estaba preguntando más a sí misma que a ellos- No lo sé... nunca se lo pregunté. Pero no voy a dejar que venga a Mordor, y luego me iré al Este, así que supongo que tendrá que quedarse aquí, es su hogar después de todo.
-El hogar de un caballo es junto a su amo, donde su amo va tiene que ir su fiel corcel. Eso si, depende de dónde estes por ir...
-Me iré al Este maestro, ¿está sordo?- se rió Aldariel.
-No solo disperso por el problema que me trae que te marches- se rió también él.
-Los voy a extrañar a todos- le dijo y lo abrazó.
Baranor la abrazó fuerte y la levantó del suelo para después hacerla girar. Aldariel se reía.

Belegnor fue a hablar con el caballo blanco de Aldariel y le preguntó:
"¿A quién pertences?"
"Ahora soy de Aldariel"
"Lo sabía" sonrió satisfecho el elfo.

-Volveré cuando encuentre a las Ents-mujeres- dijo Aldariel.
-Mas le vale venir a conocer a mi hijo- comentó al volver.
Baranor se quedó pensativo, seguramente imaginando como podría lucir una "ent-mujer"
-Seguramente lo haré- le dijo Aldariel- Pero será un largo viaje, así que supongo que me llevará varios años... Bueno, ¿entramos?
-Sí.

Los tres entraron a la posada y se sentaron a comer allí, mientras Aldariel fue a buscar a Léod y a Eldarion.

Quizás esa charla no haya sido sobre estrategias que hablaban de derrotar a Morgoth, quizás no significara nada en realidad, pero las risas de los tres se escucharon hasta muy lejos, e incluso Tulkas las envidió.

(roelado on line por Dio, Patanikus y Ashe)

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