domingo, 5 de diciembre de 2010

Palabras desde la Oscuridad

Tras pasear unas horas por los jardines con su mente plagada de preocupaciones y dudas, ya sean por el cansancio o por los nervios, Eândros se encamino hacia los aposentos de la reina donde encontró a Lomion frente a la puerta montando guardia como si se tratase e otro guardia de la casa real.

-Maese Lomion, ¿cómo se encuentra la señora?

-Se encuentra bien, está descansando. No es fácil enfrentarse contra el.

-¿Cree que ya se encontrara en recuperada como para hablar conmigo?

-Aguarde un momento, dijo entrando en la habitación.

Tras unos momentos de espera Lomion salió y dejando paso dijo -Ya está despierta, dice que puede pasar

Eândros entro despacio, con paso seguro, como si cargara todo el peso del mundo sobre sus hombros.

-Señora Luniel, dijo tras cerrar la puerta detrás de el. Luniel se encontraba sentada de frente a él, contemplando los campos desde la ventana de la habitación.

-Maestro Eândros, saludo la jefa de los elfos volviendo su rostro hacia el unos momentos.

-¿ya se encuentra mejor?, inquirió el viejo capitán tomando asiento.

-Estoy bien, solo tuve que descansar un poco más de lo habitual, contesto Luniel con tranquilidad.

-¿Puede contarme que sucedió después de que los deje solos?. Pregunto el capitán con cierta preocupación en la voz.

-Aldariel se quedó con él

-me refiero a cuando le pedí que lo acompañe... luego de que le di la noticia, replico el consejero revelando con cada palabra sus preocupaciones.

-No estaba mal al principio, solo algo molesto. Pero era más tristeza que enojo, quise quedarme con él pero me echó de su cuarto. Escuché ruidos, rompió todo lo que encontró en su habitación, le pedí a algunos guardias que lo frenaran pero los hirió, están ahora en las casas de curación. Luego, cayó en la oscuridad

-Espere que lo tomara mejor, Comento Eândros frotándose las manos.

-Él me contó sobre su conexión con el oscuro, puede sentirlo, por eso sabe exactamente donde está. Le habla siempre, una mínima duda en su cabeza y le volverá a ocurrir. Gracias a los Valar que pudimos volver a traerlo

-Me temo que el señor oscuro ahora sepa lo que el sabia, creo que nuestra aventura hacia el sur está en peligro

-No lo sé, contesto simplemente Luniel. -Debería hablar con él. Él sabe lo que puede ver y lo que no

-¿Crees que podrá viajar?

-Solo tiene que descansar, podrá viajar sin problemas. Pero cuanto más se acerque a él más difícil será- y con tono de advertencia agrego -No deben alejarlo de Aldariel ahora, Ella es la única que puede ayudarlo.

-No entiendo a ese muchacho, ¿por qué no fue con ella en un primer lugar?

-No entiendo a qué se refiere, ustedes se llevaron a Aldariel para que no lo viera así ¿no?

-no, el tenia la llave de la habitación de ella, y sabia que el guardia en la puerta estaba bajo juramento.

-Y seguramente lo haya hecho, eso no quita que luego haya caído bajo el dominio del Oscuro. No sabemos que poder tiene Morgoth sobre él o como es que lo atormenta.- pensó por unos instantes volviendo la vista al viejo capitán y agrego - Èl no quiere hablar sobre el asunto. ya intenté que me lo dijera, quizás debería usted hablar con él. Es muy difícil para él todo esto, y no tiene a su padre, y Faramir está muy ocupado organizando la defensa.

-Temo que lo pueda lastimar, yo no soy conocido por mi suavidad y ternura… contesto con pesar Eândros.

-Supongo que entonces está en las manos correctas

-pero puedo hacer algo por el al menos, con su permiso. Eândros se levanto enérgicamente ya se le había ocurrido algo.

-Nos veremos antes de que marchen maestro Eândros.

Eândros se apresuro a bajar del castillo a los primeros niveles en busca del Faramir, quizá el sea mejor consuelo para la pareja del que él había sido durante todo este tiempo.

-Mi señor, saludo por fin encontrándolo junto a las murallas del primer nivel, Eândros sentía como ya sus fuerzas comenzaban a flaquearle, Faramir se encontraba reforzando las puertas y organizando la guardia de la ciudad para que evacuen a los civiles a niveles superiores.

-Maestro Eândros, saludo el rey alejándolo de las tareas. -Pensé que ya no estarían aquí...

-Volvimos por una emergencia, lo necesito en otro sitio mi señor.

-¿Qué sucedió?

-Eldarion no se encuentra bien, y quizá su consejo le sea de utilidad

-Soldado, continúen con las tareas, volveré enseguida

-Descuide yo me encargare con los capitanes

-¿Dónde está?

-Primero hable con la reina, ella le informara de todo

-Está bien

Eândros llamo a los capitanes que estaban en los alrededores y continuo con el trabajo de Faramir mientras en su cabeza se preguntaba por el futuro de esta bella fortaleza que ya tantas veces había defendido, sea con la palabra, la espada o el conocimiento. Mirando las puertas, hace tanto destruidas durante aquel desastroso asedio, creía poder reconocer los rostros de los antiguos reyes y su mirada des-aprobadora sobre el y su conducta. Ya hacía bastante tiempo que con cada Maestro con el que lo llamaban o saludaban hundían una daga en su corazón. Luego contemplo por un momento la explanada del palacio, donde una falsa reina se sentaba al trono. Haciendo de tripa corazón volvió la vista hacia las puertas y continuo con su tara, con rostro de piedra aunque sin corazón ni voluntad.

Al cabo de lo que pareció una eternidad Faramir volvió bajando por la calle principal, y Eândros salió al encuentro.

-¿Cómo se encuentran?

-Están bien, tienen un peso demasiado grande sobre sus hombros y el dolor que sienten no los ayuda.

Eândros volvió a sentir como la esperanza se le escurría entre los dedos como el agua.

-¿Cómo se encuentra él?, pregunto débilmente y pronto agrego -¿cree que pueda hablar con él?

-Ya está bien, contesto Faramir antes de volver a sus tareas.

-Muchas gracias, se despidió Eândros volviendo cuesta arriba al palacio.

El viejo capitán camino con ímpetu hasta la puerta de la habitación de Eldarion, pero allí dudo, se quedo parado ante la puerta como si na pared invisible lo separara de ella, se quedo allí unos momentos, que para e fueron una eternidad, ordenando sus pensamientos. En un momento, casi sin darse cuenta, llamo a la puerta.

Casi de inmediato apareció la cabeza de Aldariel por la puerta -Maestro Eândros, supongo que vino a hablar con Eldarion, hoy está muy solicitado.

Eândros sonrió, con una expresión que delataba la preocupación e intentaba ocultar su sentimiento de culpa.

-Los dejaré a solas, concluyo Aldariel saliendo y dejando la puerta abierta -Y no se preocupe, ya está bien

El capitán intento detenerla, pero no la alcanzo con la mano y la se le ahogo en la garganta. Tras verla alejarse, tomo coraje y entro en la habitación donde Eldarion lo recibió parado junto a una de las ventanas.

-Maestro, saludo volviendo la vista hacia fuera.

Eândros busco con la mirada y encontró una silla junto a la ventana a la que se dirigió con paso lento, con la mirada algo perdida cada tanto miraba al príncipe, o la lejanía por la ventana. Así pasaron varios minutos, la suave brisa los acariciaba, y los delicados hilos de plata y oro ondeaban bailando en la quietud. El sol brillaba con quietud, pareciera que ese instante duraría por siempre.

-No fue su culpa maestro,
-Sí claro, claro que fue tu culpa. Sino le hubieras dicho nada no hubiera pasado. Aunque si quieres puedes volver a intentarlo, no voy a quejarme… será mío tarde o temprano

Eândros volvió sus mirada y sus pensamientos por la ventana, mas allá de las planicies y el rió, mas allá de las montañas, y con desprecio le contesto a la sombra de su corazón

-Claro que no es mi culpa sombra cobarde, es tuya y te devolveré golpe a golpe todo lo que nos has hecho, pudimos con tu dragón, con tus generales, y podremos contigo. Ensañarte conmigo si es que te animas cobarde.

-¿Le pasa algo maestro?

-Solo tuve una muy corta charla, tampoco es tu culpa, le contesto al príncipe dándole unas palmadas en la espalda.

-Cuando toqué esa espada por primera vez era muy joven, no sabía lo que estaba haciendo. No me importaban las consecuencias de llevármela, solo quería tenerla para mí. Si la hubiera encontrado ahora, no la hubiera tocado, y quizás no hubiera sido el que tuviera que marchar con ustedes ahora... Quizás no me hubiera enamorado de ella- a lo que hizo una pausa para volver a ver al viejo capitán - Pero ¿sabes algo? Si me dieran la opción de volver atrás y elegir de nuevo, elegiría otra vez lo mismo

Divagar en lo que pudiera haber sido solo nos distrae de lo que realmente es, no creo que exista compañero mejor para este viaje, y para acabar con esa escoria que usted joven príncipe

-Gracias maestro, hay algo que le preocupa

-Tantas cosas... No te lo quería preguntar... pero... ¿te saco algo?

Él no puede leer mi mente directamente, pero si alguien mencionó el lugar a donde íbamos él lo sabe, además... yo puedo sentir donde está, pero no sé si él puede hacer lo mismo. Creo que no, pero no estoy seguro... es difícil de explicar, es como si estuviera siempre ahí, pero si yo no lo dejo entrar no puede hacerlo

-No me preocupa tanto nuestra suerte en nuestro viaje, nuestra suerte fue dictada hace mucho, pero me preocupa que haya descubierto algo sobre la misión de tu hermana...

-No lo creo, si nadie lo dijo abiertamente no lo sabrá

-La verdad que eres un cabeza dura, eso seguramente lo sacaste de tu padre

-Siempre lo fui

-Te di la llave, te deje un guardia de confianza, le dije que irías, y no fuiste!

-¿De qué me serviría una noche si no puedo tenerla durante el resto de mi vida?

-¿Podrías haber hablado con ella sobre la decisión que tomo? Noches de por si hubieran tenido unas cuantas durante el viaje. Se nota que nunca tuviste otra amada, la comunicación es clave en la pareja, y en la suya más que en la de nadie al parecer.

-Ella no quiere que la siga

Eândros suspirando se levanto a la puerta

-dame un momento

Eândros asomo la cabeza y llamo a uno de los guardias -Por favor, llamen a Luthien

Mientras esperaban Eândros volvió a sentarse y frotarse las manos, pero al cabo de un rato tocaron a la puerta, era Aldariel.

-Maestro Eândros, me dijeron que quería hablar conmigo

-Joven princesa, pase

La joven paso, Eândros cerró la puerta y Aldariel se sentó en la cama, mientras Eldarion seguía parado junto a la ventana.

-Bueno, decidí que vamos a hablar, sea por la inocencia de la princesa o por la inexperiencia de Eldarion, a ustedes dos les falta comunicación.

-¿por qué lo dice maestro?, inquirió Aldariel.

-¿Porque ayer a la noche no fuiste a hablar con ella cuando tuviste dudas, o problemas, o te hablaron a la cabeza? Pregunto Eândros a Eldarion.

- Lo dice porque ayer no fui a hablar contigo después de que él me dijo que te irías

-Teniendo en cuenta... agrego el capitán con un movimiento de la mano para que continúe.

-Que él me habla todo el tiempo y que iba a aprovechar la situación

-Fue mi culpa, no tendría que haber dicho nada... repuso Aldariel al instante.

-ya va a ser tu turno de hablar, deja que se exprese el. Bien, sabias que iba a ser, ¿qué te había dado y de que habíamos hablado mas temprano ese día?

-Maestro, eso ya lo sé, y no sé qué idea tiene usted sobre este asunto... Pero si cree que esto es algo pasajero se equivoca

-No es nada pasajero ni mucho menos, a ti te digo que cada oportunidad que te damos para hablar y estar con ella, te escondes y en lugar de ir. Ninguno de todos los que viajamos con ustedes jamás les dijimos algo contra su amor, y por lo menos deberías aceptar el concejo de un viejo cuando te dice que vayas a hablar con la persona que amas cuando ella va a tomar una decisión que va a cambiar vidas, incluyendo la tuya. Y por amor a los Valar e Iluvatar y todo lo que es bueno en este mundo, príncipe, si lo que estuvieran haciendo fuera algo malo, no cree que yo sería el primero en oponerme en lugar de pedir al pueblo que pelee por ustedes?, de ahora en mas quiero que hables con Lu... maldicen, con Aldariel cuando te asalten las dudas, o cuando tengas miedo, o cuando creas que estas mal peinado, Por algo la amas.

A lo que aldariel comenzó a reírse de golpe.

-y tu Aldariel, habla con él, tienes buen juicio, sabes qué cosas le afectan y que no, sabes cómo hablar con él y hacerlo pensar. Sabes que los secretos y las habladurías duelen más que mil espadas. Confías en el en el campo de batalla con tu vida, confía también con la palabra!. He sido conejero de Arwen por más tiempo del que muchos han vivido, y ella nunca me pidió que le diga al rey algo al rey sobre lo que ella siente. Para algo lo amas, Carajo!

-No es que no hayamos hablado, es que... yo creo que él no tiene que seguirme, pero él ya ha decidido que abdicará al trono de Gondor, y no puedo hacer que cambie de opinión

En ese momento Eândros sintió como todo por dentro de él se desmoronaba, como de a poco la alegría que tenia se iba consumiendo, pero pese a todo continuo con la poca fuerza que aun le quedaba.

-Es que no hablan cuando tienen que hablar, cuando tienen que ser pacientes se arrojan al campo de batalla, cuando tienen que lanzarse a los brazos del otro se quedan a una milla de distancia!.

-Sí que hablamos maestro, salvo ayer que no lo hice, y ese fue mi error... Gracias a mi tía y a Aldariel, todavía sigo aquí. Pero si hubiera caído en la Sombra, no hubiera sido más que culpa mía

A lo que Aldariel se levanto y lo cubrió con sus brazos cariñosamente.

-Ahora, en cuanto tu abdicación- dijo Eândros tomando aire, y dando un paso al frente -te mato, te mato yo mismo. Como vas a abdicar!! Yo le dije a tu madre que no te mande con Faramir, es muy blando!

-Maestro las dos cosas que intenta conciliar no son conciliables. Si Aldariel se va, yo me voy, por lo tanto, no puedo aspirar al trono de Gondor, Y aunque Aldariel se quedara aquí tampoco lo haría

-Yo no estoy de acuerdo con eso maestro, ya se lo dije pero no quiere escucharme, acoto aldariel.

-A ver,. tu te quieres ir porque no lo quieres ver con otra, y tu porque no puedes vivir sin ella, ahora bien, porque simplemente no te casas, ambos viven aquí en el palacio que es suyo, juntos, y listo, cuando llegue la hora de sucederte, lo hará el hijo de Eärwen y Baranor, por mucho que me disguste la idea. En ningún lugar está escrito que el rey tenga que casarse. Y créanme que nadie objetara dado que si llegamos a ese punto significa que salvamos a la tierra media!, y nadie discute con alguien que lo salvo de ser esclavo de la oscuridad. Maldita sea mi suerte por perder mi pipa!

- Usted sabe que eso no sería sostenible a futuro maestro. No podemos dejar que el poder de Gondor se vea menoscabado por algo así, quizás en Minas Tirith algunos lo entiendan, pero no lo entenderá todo Gondor, y no lo entenderán tampoco nuestros aliados. Eso es imposible, no podemos pretender que todo está bien, que nadie dirá nada si dos hermanos se casan y viven juntos, porque eso es una irrealidad. Sé que usted quiere lo mejor para nosotros, jamás lo puse en duda. Pero lo mejor es que no regresemos a Gondor

-Sabes que tiene razón. Susurro la sombra.

-Estoy de acuerdo con aldariel, y con faramir

-Faramir no piensa lo mismo que Aldariel. Él nos dijo que nos marcháramos si queríamos hacerlo

-Ah, eso no lo sabía, concordaba con que sacarte una idea de la cabeza es imposible, replico Eândros, tras lo cual contemplo volvió a mirar por la misma ventana que Eldarion, pensando en lo que le deparara el futuro a el y su reino así se mantuvieron unos minutos, hasta que Aldariel se separo de Eldarion.

Eldarion, al que el silencio lo irritaba estallo en un exabrupto -¿Quieres que me case con una mujer que será infeliz, que tenga hijos infelices y que vivan en un reino infeliz? Bien, entonces me quedaré

- No digas eso Eldarion, él solo quiere lo mejor para vos, y para toda su gente, intento apaciguarlo Aldariel.

-Creo que esta claro que no quiero eso- Se limito a contestar el viejo apoyando sus manos en la roca de la base de la ventana.

-Entonces ¿qué es lo que quiere maestro? y no proponga cosas que no son políticamente aplicables, exigió Eldarion

-No es en ustedes que estoy pensando ahora, pueden ir a donde les plazca, contra eso no puedo decir nada, la decisión de abdicar o no es cosa que solo tú puedes decidir. Si me dices que tuviste en cuenta a tu gente y los deseos de Aldariel me doy por satisfecho. Ahora solo pienso en el futuro, en lo que será de Gondor, y de que no pienso enseñarle etiqueta a Baranor.

Aldariel estalla en risas ante el chiste, y Eldarion afloja un poco su postura finalmente.

- Lo único que quiero es que Aldariel sea feliz, y si tengo que dejar el trono de Gondor para eso no me parece un precio muy alto

-Es un sentimiento noble, no puedo oponerme a él, como lo he hecho hasta ahora. Pero dime,¿ es tu creer como príncipe, que irte será lo mejor para Gondor?

Aldariel miraba con expectativa al joven príncipe.

-Tengo que admitir que tienes fuertes argumentos a tu favor

- Desde pequeño me enseñaron como debía reinar, aprendí sobre política, etiqueta, negociación. Aprendí todo lo que era necesario, y sé que hubiera podido hacerlo. Pero todo eso no va a servir de nada sino puedo amar a mi pueblo y liderarlo como un rey debe hacerlo, junto a su esposa y teniendo hijos que continúen con su tarea... yo no puedo hacer eso último que es fundamental para la continuación de la familia real. Como consecuencia de eso, prefiero dejarle ese lugar a mi hermana, porque ella sí puede hacerlo, y creo que lo hará incluso mejor que yo.

-Entonces los ayudare en lo que pueda, sin embargo fue bastante cruel remarcar la vida amorosa de su hermana, sabe que su amado no es ni de me aprecio ni de mi confianza.

-¿Por qué? Baranor es muy bueno, y quiere mucho a Eärwen, dijo volviéndose al capitán.

-¿El motivo mas reciente?, quiso sobornar a uno de los capitanes del palacio


Ante la mirada de sorpresa de Aldariel el príncipe acoto - La sutileza nunca caracterizó a Baranor, y tras ello rió alegremente.

-¿Por qué lo hizo?

-Para que no esparciera el rumor de que se ve a escondidas, en la sala del trono, con la princesa

A lo que Aldariel se sumo a la risa del príncipe.

-Como dije, la sutileza nunca fue lo suyo. Seguramente aprendió una valiosa lección cuando usted se enteró

-tenemos un nuevo caballero gracias a eso, acoto secamente el capitán. -el muchacho que tu nombraste Aldariel

-Ah sí! lo crucé hace un momento, estaba yendo hacia la escuela a dejar unas monedas. Bueno, sino me necesitan para nada más, voy a seguir con lo que estaba haciendo

A lo que el capitán sujetando la puerta contesto -¿por que no te quedas?, yo me retirare

-Creo que Eldarion debería descansar un poco, y yo tengo muchas cosas que hacer, no hay tiempo...

-¿en que estas tan ocupada?

-Una señora que trabaja en el castillo me dijo que hacía mucho tiempo que aquí no se organizaba ningún baile, así que estoy organizando uno para hoy. Pero esta ciudad es muy grande, hay que avisarle a mucha gente...

-¿vas tu en persona? Pregunto el capitán sorprendido.
-Sí… Quizás usted podría ayudarme maestro Eândros… Yo no sé mucho de estas cosas...

-claro mi señora, solo dígame que desea

-¿Me ayudará maestro?

-Claro mi señora, ¿que necesita?

-Ese es justamente el problema, no sé que necesito, contesto con una risa

-hablo con los cocineros?, preparo los músicos?, que hizo hasta ahora?

-Hablé con las señoras de la cocina… Y nada más
-que invitaciones llevo?... Eldarion, por que no la ayudas a encontrar un vestido?, eso por lo menos te distraerá un momento

-Supongo que Eärwen tendrá algo que pueda usar. Contesto el príncipe poniéndose de mejor humor.-Ya estoy bien maestro, deje de preocuparse por eso, tenemos un baile que organizar, la gente lo esperará.

-que rápido te sumas, vamos ve a ayudar a Aldariel con el vestido, no valla a ser que se aparezca con el vestidito ese verde. Yo iré a preparar el castillo y las invitaciones

-¿Pero qué tiene de malo mi vestido verde? Es muy lindo y me lo regaló mi maestro...

-Si tu no le enseñarás etiqueta a Baranor, yo no le enseñaré a ella, aporto Eldarion al pasar frente al capitán.

-Eso no es justo, me dices que no trabajaras con un diamante en bruto si yo no trabajo con un olifante, contesto este totalmente serio.

-Son muy malos con Baranor, acoto Aldariel

-Vamos, vamos, dejemos al maestro rezongar, dijo el príncipe llevándose a Aldariel

-Si, es mi actividad favorita del día, incluso la tengo agendada y vengo llegando tarde.

El viejo capitán contemplo el cuarto, miro la cama y tras unos instantes tomo valor y salio, se dirijo a su estudio, donde llamo a los sirvientes y mando llamar al recién nombrado caballero. Este llego mientras el capitán daba ordenes de preparar toda la explanada para el baile y recibía papel y tinta en gran cantidad, el humor del capitán no había cambiado, seguía muy molesto y daba ordenes de mala manera, no ocultaba su enojo.

-Capitán Eândros, a sus órdenes, se dispuso el muchacho.

-en descanso, ¿sabes leer y escribir?

-Sí señor

-toma asiento, me ayudaras... ve escribiendo "En nombre de Aldariel de Gondor os invito al baile que se realizara esta noche en la explanada del séptimo nivel"- dijo mientras le pasaba papel y tinta- y ve poniéndomelas, yo les pondré nombre y las firmare, hazlo lento y con esmero. Mientras el joven escribía eso el capitán preparaba los sobres y seleccionaba los nombres que podrían ofenderse de no recibir una invitación por escrito.

Cuando hubieron terminado por fin, el capitán sello las cartas y se las entrego al caballero para que las distribuyera mientras el se encargaba de pegar unos carteles con la siguiente inscripción

"Baile en la Explanada del castillo en Honor a los príncipes y al recientemente nombrado caballero Damrod a la puesta del sol"

Para cuando hubo terminado, miro desde la explanada la ciudad, creía poder distinguir a Damrod llevando las cartas aun... Pero estaba cansado, ya no veía un futuro para el... deicidio ir en busca de consejo... ¿pero a quien?, ya todos tenían bastantes problemas... su señora no estaba, pero estaba su hermana, quizá ella pudiera arrojarle alguna luz. Y así, con esperanza de volver a encontrar una esperanza, se dirigió a la sala del trono, allí encontró a Eldarion y Luniel como el esperaba.

-Mi príncipe, mi señora. Saludo el viejo consejero

-Mi señora, ¿podría hablar con usted en privado?

-Claro maestro Eândros

-Los dejo a solas, comento Eldarion dirijámonos a una de las puertas.

-No mi príncipe, tengo que hablar de asunto personales con la señora

-Está bien, vamos a mi habitación, respondió Luniel haciéndole un gesto a Eldarion para que espere.

Caminaron en silencio por el palacio hasta llegar a la habitación, el capitán contaba cada paso, no quería flaquear.

Al cerrar la puerta tras de si Eândros se dirijo a Luniel

-Necesito concejo

-Supongo que al no estar la reina eso me corresponde, contesto sonriente.

-Bueno, las alternativas no son muy alentadoras, ademas mi señora siempre hablo muy bien de su criterio

-¿Qué lo aqueja maestro?

-No sé que hacer

-Supongo que se refiere a los príncipes, contesto la jefa de los elfos apoyándose en la ventana y mirando la a la distancia.

-A todo en realidad, no tengo ganas de seguir luchando

Sorprendida, la elfa giro sus brillantes ojos sobre Eândros que ya no la miraba.

-quizá alguien mas pueda portar glamdring, termino por decir el capitán

-Glamdring ya ha hecho su elección. Y creo que fue la indicada -hizo una pausa y al ver que sus palabras no surtían efecto alguno continuo -Mi hermana guarda hace mucho tiempo esa espada, y hace mucho tiempo que la vio en sus manos – volvió a hacer una pausa, que tampoco tuvo respuesta -Seguramente no se lo había dicho... pero ella lo vio con Glamdring.

Pasaron bastante antes de que el caballero volviera a hablar, aun sin dirigirse a Luniel.

-pues es una cruel broma, porque ya en el futuro no queda nada que me llame a esperarlo... puede haber 7 brillos, mas yo no veo ninguno en el futuro

-Quizás esa es la prueba que le ponen los Valar maestro Eândros, o quizás el mismo enemigo lo esté haciendo dudar en estos momentos- Hizo una pausa... una vez mas sin recibir respuesta- La misión que tienen ustedes es muy importante, cualquier duda la puede hacer fracasar

-Es irónico, luchar por defender algo que terminara destruyendo por el mismo hecho de estar luchando por protegerlo

-¿Por qué piensa así maestro? Si ustedes tienen éxito en su misión... por fin el oscuro desaparecerá de la existencia

-Si, y ademas Eldarion y Aldariel se irán, y Baranor sera rey. y no me diga que eso es bueno, porque ningún pueblo se merece un rey que soborne o desobedezca en el campo de batalla.

-Baranor es un soldado, nadie le enseñó a ser noble, y si cometió un error es necesario hacérselo ver. Es un buen chico, solo que tienen que mostrarle el buen camino

-El camino a Mordor esta empedrado de buenas intenciones. ¡Sabe que canto como una victoria la destrucción de Osgiliath?

-No creo que lo haya cantado como una victoria, sino para darle ánimo a sus hombres. Pero está seguro que esas no son solo excusas maestro? ¿a qué le teme? - Hizo otra breve pausa -A pasado por cosas mucho peores que esas, ha sido usted el que ha informado a mi hermana lo que estaba pasando, ha sido usted el que habló con los príncipes,

-También he hablado con fealdad el ultimo responsable de todo, si quiere mas, le he pedido que ocupe el trono en ausencia de mi reina pese a que debería haber muerto antes de siquiera sugerirlo, si, y que puedo esperar del futuro, que de una forma u otra sea todo inútil?

- Usted ahora no solo está cumpliendo el rol de maestro, sino de padre

-Lo sé. y me deprime aun mas, se me escapan entre mis dedos los 3, y dos de ellos se me escapan sin volver nunca a ver a sus padres y vivir malditos. Como le dije, si pierdo, pierdo, y si gano, pierdo

El sol aun brillaba, y una fresca briza entro y salio... pasaron muchos minutos antes de que Luniel pudiera volver a hablar.

-Creo que si logramos derrotar al Oscuro, no hay opción para que usted pierda nada. Tarde o temprano, los hijos abandonan a sus padres para seguir su vida -Y agrego con un dejo de tristeza - Creo que eso es lo que usted está sufriendo ahora

-Disculpe me mi señora, pero no creo que todos los hijos abandonen a sus padres para amarse entre ellos entre culpa y amor, malditos por la misma oscuridad. Y ya sabe que opino del otro caso. y lo que me dice solo me da la certeza de que así sera.

Otro silencio prolongado colmo la habitación, solo quebrantado por algún que otro ruido de los niveles inferiores, hasta que el capitán volvió a hablar.

-Pero, suponiendo que soporte eso, no tendré a donde ir, no volveré a Gondor a contemplar algo que repugno, y no tendré con quien estar. Creo que mi mayor esperanza en este momento es morir en combate, y ya ni fuerzas para eso me queda

-Es hora de que tome una decisión entonces maestro Eândros. Porque si va con esas dudas al combate, el oscuro lo aprovechará ¿Qué lo haría feliz maestro? solo piense en qué y luche por eso

El capitán comenzó a quitarse a Glamdring mientras miraba el contenido de la habitación, cuando la tuvo entre sus dos manos dijo – No puedo luchar por un Gondor que veo en pesadillas. Si antes de que partan encuentro algún motivo para volver a sostenerla volveré por ella. - y al terminar la deposito en una mesa.


Cansado, sin dormir en mas de 48 horas, deprimido, sin esperanzas, mas deprimido aun por lo que hablo con Luniel que le confirmo que haga lo que haga para el no habría diferencia, de una forma u otra lo que el vivió para defender no existiría mas. Sintiendo su juramento quebrantado, su alma misma rasgada por fallar a sus creencias y palabras, el viejo capitán se encamino a su estudio, a continuar con lo único que aun lo mantenía en pie, el ultimo pedido de una de las princesas.

Escribiendo las ultimas gratas, finalmente, el capitán se durmió. Por primera vez soñó con la oscuridad absoluta.
-Me dijiste cobarde, que bueno saber que no soy el único, sonó una voz entre risas.
(se está muriendo de risa)

-Ríete cuanto quieras, yo no tengo miedo de combatirte. pero prefiero morir protegiendo lo que siempre defendí


-Estás defendiendo inútiles y lo sabes. Ya ni siquiera está tu reina para que la defiendas, Se fue en el peor momento

Otra carcajada y la voz volvió a retumbar

-Y te dejó solo a cargo de un desastre. La princesa, y me refiero a la que es una princesa, se fue al sur, a una misión suicida. Mientras la otra princesa, que raramente pueda ser llamada así, está organizando un baile cuando todos los soldados deberían prepararse para enfrentar al ejército que voy a enviar a sus puertas. A todo esto, tu futuro "rey" ¿dónde está? Seguramente emborrachándose con sus hombres en alguna taberna... ¿Y tu príncipe? Ni siquiera puede ser llamado así si va a abdicar al trono no? Creo que estás presenciando la caída de Gondor y yo todavía no hice nada al respecto... me están ahorrando bastante trabajo

Otra carcajada y la voz volvió a retumbar, pero antes de que termine el capitán por fin contesto.

-Los humanos, incluso los dunedan, somo una flama, en algún momento nos consumimos y solo quedan cenizas.

-Las cenizas pueden levantarse, solo necesitan un poco de ayuda... Bien, ¿entonces qué harás? Sino combatirás contra mí quizás ahora sí quieras aceptar mi oferta, todavía sigue en pie Yo podría levantar de nuevo Gondor, con el príncipe a la cabeza, no te gustaría?

Mientras el Eândros guardaba silencio, imágenes comenzaron a formarse en la oscuridad, imágenes de un poderoso Gondor liderado por Eldarion con Anarien como esposa y Leod con Sumayya brindando con ellos.

-La unión de Gondor, Rohan, Ithilien y Harad ¿no te parece perfecto?

El capitán no respondió, prefería el silencio a mentir.

-Yo puedo hacer todo eso y más ¿Qué quieres para ti? Supongo que con eso te alcanzaría. Aunque si quieres más puedo dártelo también.

El capitán entendió que era todo una mentira, sabia que si Melkor ganaba nada quedaría, solo oscuridad. Pero era verdad que que no quería ver el gondor que el tanto defendió sucumbido, no quería ver lo que el futuro “feliz” le deparaba, sabia que en ese futuro no podría ser nunca feliz, ¿quizá el sufrimiento eterno pagaría su pecado de egoísmo?, era la primera vez que el pensaba en lo que el quería para si, no quería el Gondor que se dejaba ver, el sabia que los espectros del anillo fueron sombras, sombras que solo sabían sufrir y codiciar. El quería ese sufrimiento para si, quería sufrir por su egoísmo, y la imagen del rey brujo a quien vio en la ultima batalla de Minas Tirith vino a su mente. Y finalmente contesto.

-Angmar

-Ah sí, te dejaré Angmar, todo el norte será tuyo

La sombra era mas idiota de lo que el creía, ni ella entendía sus sentimientos, quizá, así seria mejor.

-Entonces tenemos un trato

Eândros siguió durmiendo, tranquilo, sabiendo que solo debía esperar su castigo, pero tres horas mas tarde llamaron a la puerta, despertandolo, el capitán, cansado abrió la puerta ya sin siquiera preguntar quien era.

-Maestro Eândros ¿se encuentra bien?, la cara sonriente de Aldariel se asomo por la puerta.
-¿Estaba durmiendo? perdón por despertarlo

-Si mi niña, ¿necesitabas algo?, contesto evitando verla a la cara.

Aldariel se inclino buscando el rostro de Eândros, a lo que el capitán miro en otra dirección, esto se repitió hasta que Eândros finalmente fue a sentarse en su escritorio para seguir escribiendo.


-¿Está enfadado conmigo no?, pregunto Aldariel con toda la inocencia, sentándose en la silla frente al capitán.

El capitán, con el corazón roto no quería mirar a Aldariel, simplemente escribía boberias en los papeles hasta que una lagrima le surco el rostro que aun escondía de la princesa.

-no, no estoy enojado contigo. No estoy enojado con nadie mas que conmigo mismo

-¿Por qué? Sino hizo nada malo?

-No hice nada, justamente... o lo que hice no basto, de cualquiera de las dos formas el resultado es el mismo

-Eso no es verdad, usted me enseñó muchas cosas, desde que empezamos a viajar aprendí mucho.

-es lo que mejor se hacer, mas no logre salvar lo único que ame en mi vida

-¿Qué? ¿qué no logró salvar?

-A gondor mi niña, a gondor.

-¿A Gondor? Pero Gondor está a salvo, yo salvaré Gondor. Si destruimos a Morgoth, Gondor sobrevivirá

Una carcajada mezclada con tristeza surgió del pecho del capitán.

-Salvaras el nombre, quizá, pero no lo que fue y lo que es- Hizo una breve pausa para ordenar sus pensamientos - Gondor no es un nombre, no son príncipes y caballeros, Gondor siempre fue un ideal, del que no quedara ni rastro.

-Por qué, si sobreviven los que creen en ese ideal, el ideal nunca morirá y yo salvaré a los que viven aquí. Por lo tanto, el ideal no morirá

-El ideal ya murió. Curio cunado la soldadesca canto alegre tras la destrucción de la ciudad mas bella e importante del reino. -Hizo una breve pausa y continuo - Murió cuando un príncipe piensa que lo mas importante de un rey es que tenga hijos, murió cuando un princesa se enamoro de un plebeyo insensato, cuando el capitán de la guardia real deja sentarse en el trono a quien no es rey ni reina y yo morí cuando le pedí a un enano que mienta por mi a una princesa.

Aldariel se levanto y camino lentamente hasta arrodillarse junto a Eândros, luego le tomo las manos.

-Su trabajo es muy duro maestro Eândros, y nosotros no hacemos más que hacerlo más difícil... Pero yo no creo que esté muerto, y si mintió tiene que haber sido por una buena razón

-mi niña, en este viaje quebrante mi vida mas de una vez, rompí mi palabra mas que nunca

-Pero fue porque era necesario, no fue porque usted quería hacerlo. Y no creo que haya roto su palabra, simplemente que usted es un humano y tiene derecho a dudar. Yo también dudé, muchas veces... y hasta hace poco, solo quería ir a Mordor para morirme, pensaba que si yo moría muchas cosas se iban a solucionar

Eândros acaricio el rostro de Aldariel con el corazón hecho pedazos, si el fuera a Mordor, también seria con el deseo de morir.

-mi niña no gastes palabras en este viejo caballero que ya no tiene ni palabra ni espada, ve con Eldarion que te necesita y deja a esta cascara vaciá hacer lo único que pudo cumplir a cabalidad desde hace mucho tiempo


-Eldarion no me necesita ahora, usted sí- Contesto abrazándolo.

-Aldariel, ya puse precio a mi alma y ya la compraron

-¿Su alma tiene un precio? ¿Y cuánto vale?

-El sufrimiento eterno, espero

Aldariel sorprendida lo soltó y lo observo largo rato.

-No voy a dejar que sufra eternamente, así que ¿por qué no me vende su alma a mí? Yo no dejaría que sufra toda la eternidad... -No tengo mucho para ofrecer... -¿Por cuánto vendió su alma?

-Mi niña, nadie me puede ofrecer lo que yo quiero, ya paso y ni yo puedo oponerme. Lo que yo te pediría seria una injusticia para ti, para Eldarion y para Eärwen

-¿Qué es?

-Puedes ofrecerme que Eldarion reine, que tu te quedes y que Eärwen no se despose con Baranor?- Dijo finalmente el capitán levantando el rostro en dirección a Aldariel.

-Quizás pueda prometerla lo primero, pero no lo segundo. No puedo pedirle a Eärwen y a Baranor que dejen de amarse. Lo primero será difícil... pero no imposible

-Y aunque tu puedas prometerme todo eso, yo no te lo pediré jamas- Hizo una pausa y concluyo -¿ahora entiendes por que pido el sufrimiento?

-No, no entiendo

-No puedo pedirle a Eldarion que te deje de amar, ni a ti a el, ni a Eärwen a Baranor, pero tampoco puedo luchar por eso

-¿Por qué? El amor es el sentimiento más lindo por el que luchar

-Hasta ahora me la fuerza me llego de vengarlos a ti y a tu hermano, pero ¿y después?

-Todos en el fondo luchan por amor

-Aldariel.. soy un caballero, si luchara por amor en lo que soy debería luchar contra tu amor y el de Eldarion, y ya de por si no puedo. si lucho por su amor seria feliz hasta ganar y miserable de allí en adelante. Lo mismo con Eärwen y Baranor. Es irónico, pero tu también me estas ofreciendo el sufrimiento por el resto de mi vida, de cierta manera. Entonces, mi princesa, ¿por que amor debo luchar?, por el que me trae el sufrimiento antes de la batalla?, ¿o los que me lo ofrecen después?


Aldariel se quedo para allí, dudando, sin saber que decir hasta que finalmente replico:

-El amor nunca puede llevar al sufrimiento, si usted lucha por el amor, jamás puede pasar que al final solo haya sufrimiento. Sea de una forma o de otra, las cosas se arreglarán pero solo si está dispuesto a luchar por ese amor... Si usted lucha creyendo que al final solo habrá sufrimiento... Entonces Morgoth ya venció esta guerra

-Dime Aldariel, ¿que crees que pasara si le ganamos al enemigo?

-No lo sé, no puedo ver el futuro

-no te pido una certeza, solo lo que imaginas

-Imaginar es fácil- contesto poniéndose un dedo en el mentón.

-No lo es, solo veo 3 soluciones, y salvo una, por el resto no quiero ni siquiera tocar una espada

-Veo un mundo lleno de luz, donde los hijos de Belegnor y mi tía Luiniel puedan correr y jugar- hizo una breve pausa- Veo un mundo sin dolor y sin tristeza, donde todos puedan vivir en paz. Veo un mundo donde los que perdieron a sus hijos puedan criar a sus nietos, los que perdieron a sus padres formen una familia y los que perdieron a sus amados puedan volver a encontrar el amor, veo un mundo en donde los Ents por fin encuentren a las Ents mujeres y puedan tener entandos que cuiden los bosques, veo un mundo en donde nadie tenga miedo de perder a sus seres queridos, salvo el miedo que puedan tener por el destino de la muerte misma. Es fácil imaginar, pero para todo eso lucho, por eso no entiendo como eso puede traer sufrimiento al final. Además, no quiero que a nadie le pase lo que le pasó a Eldarion, a mí...

El capitán no pudo mas que empezar a reír, la visión tan inocente le causaba tal gracia que le surgía del alma.

-Si Morgoth se muere, ya nadie lo va a volver a hacer -Concluyo sonriendo.

-Aldariel, ¿no ves que en eso no existe lugar para mi?

-¿Por qué?

-Ese mundo que imaginas implica cualquiera de las siguientes variables. Eldarion reina, y te perdería por siempre luego de haberte encontrado, y el seria infeliz por tu ausencia – Hizo una breve pausa y continuo – Otra opción es que Eldarion y tu se van para nunca regresar, lo que significa que los perdería a los dos por siempre – Eândros hablaba despacio, con calma, asegurándose de que Aldariel le entendiese - Si Eldarion no reina, Baranor lo haría y yo si vivo, viviría para resentirlo o querer destruirlo. Entonces, para que tu mundo se haga realidad yo debo morir, en otras palabras

A lo que el viejo capitán volvió a reírse de su propio destino infeliz, del chiste que era ante sus ojos su vida entera.


-No, hay una solución a todo eso a la vez – Contesto aldariel sonriente


-Entonces, como dije, o sufro ahora, o sufro después, muero con lo que siempre defendí, o creo lo que no quiero crear en definitiva

-¿Puedo seguir imaginando? - pregunto inocentemente Aldariel

-¿Puedo?- Volvió a insistir.

-Claro mi princesa, estamos recuperando el tiempo que no te tuve de niña. - contesto Eândros acariciarle la cabeza y despeinandola en el proceso.


-Mi hermana se queda aquí con mamá y papá, y reina junto a Baranor que aprendió mucho de etiqueta y ahora no solo sabe golpear sino también reinar. Eldarion y yo nos vamos a un lugar muy lejos, y como Eldarion sí sabe reinar la gente le pide que la guíe, como Eldarion y yo no tenemos consejero, usted viene con nosotros

-Aldariel, ¿te das cuenta lo que pides de mi? - dijo el viejo capitán con las lagrimas asomándose en su rostro. Aldariel sorprendida lo abrazo.

-Perdón, dije algo malo?

-¿por que el mundo pide tanto de mi?, ¿por que soy el único sin nada?- una lagrima volvió a surcar el rostro del veterano guerrero -Aldariel, si ese llega a ser lo que a mi me espera significa morir en vida, abandonaría todo lo que protegí por mas de 70 años!, todos los valores, la ciudades, las gentes, que les deje un rey que yo sé que no puede gobernar, pides que valla contra todo lo que construí en mi vida y lo tire abajo. ¿Es que nadie me entiende?. Soy un caballero de gondor maldita sea!, y para salvar al mundo tengo que traicionar mi vida entera! tengo que abandonar lo que cree, lo que defendí, lo que ame, tengo que dejarlo todo atrás. ¿por que en tu mundo de felicidad yo tengo que ser yo el único infeliz?

-Lo siento, no quise hacerlo sentir mal maestro perdóneme

-No aldariel, no tienes nada de que disculparte, ¿pero entiendes porque digo que para mi es solo una cuestión de cuando he de sufrir? Dime princesa Luthien, ¿ese es el camino que quieres para este viejo caballero?

-Yo solo quiero que usted sea feliz, igual que todos los demás, pero no sé como puedo hacerlo, porque ni siquiera imaginando puedo hacerlo sentir bien- contesto entre lagrimas la princesa, que se empezó a llorar en el regazo del capitán.

El capitán le acaricio el cabello como un abuelo a su nieta. -no es tu culpa aldariel, es mía puramente, por eso pido la penitencia y la única penitencia que puedo pedir es el de ser un espectro por siempre, porque en mi culpa también esta el fin de todo

-No es su culpa maestro, la culpa es de Morgoth. Él fue el que maldijo la espada, el que atacó Minas Tirith y me separó de ustedes. Usted no tiene la culpa maestro.

-no mi niña, a mi no me trae ningún sufrimiento tu amor y el de Eldarion. Con gusto seria su consejero en otras circunstancias, te haré una alegoría que quizá puedas entender mejor – hizo una pausa aun peinandola -tu quieres mucho a Barbol y los ents no?

-Sí, contesto aun entre lagrimas.

y harías lo que fuera por protegerlos a ellos y fangorn, ¿no?

-Sí

-pues ponte en mi lugar, ¿irías a combatir sabiendo que si ganas los ents no existirán mas, y lo que alguna vez fue el hermoso bosque de Fangron se convertirán en un desierto sin arboles?

-Pero eso no pasará si destruimos a Morgoth. Si Morgoth gana, ellos y todos nosotros no seremos más que cenizas, como pasó en el Bosque Negro. ¿Qué futuro podemos esperar si Morgoth gana esta batalla? - La lagrimas caían cada vez mas rápido - ¿Qué futuro tendrán todas las criaturas libres? Yo no voy a permitir que eso pase, aunque tenga que morirme

En ese momento sonaron golpes en al puerta, interrumpiendo el discurso de la joven, a la que Eândros le sonreía, la inocencia de la niña le causaba mucha gracia.


-Atiende la puerta por favor, le pidió Eândros

Aldariel se levanto aun llorando y abrió la puerta, era Belegnor, luego de abrirle volvió a sentarse a los pies de Eândros quien al volvió a acariciar como a una nieta inocente. Belegnor contemplo la escena y entro cerrando la puerta tras de si. Luego con pasos duros camino hasta el frente del viejo capitán y con voz y rostro severo inquirió:

-Cual es el problema, capitán?

-Parece que no tengo lugar en un mundo feliz, bibliotecario – contesto Eândros con ironía.

-Entonces ese no es un mundo feliz. Veamos que lo sea. ¿Por que se ha quebrado su esperanza?

-Porque Eldarion dijo que abdicará al trono de Gondor - acoto entre sollozos Aldariel.

-Eso es simplificar mucho las cosas Aldariel, la regaño Eândros. -y, ademas, no es por eso

-Lo demás son consecuencias de eso maestro

-Que Eldarion gobierne contra su voluntad es peor a que no gobierne Aldariel

Belegnor cerro los ojos tomando fuerzas -Eldarion abdicará, no abdicó. Dígame la versión sin simplificar entonces, Maestro Eandros.

-En pocas palabras, no tengo un futuro el cual anhelar - concreto el maestro -Si Eldarion no abdica gobernará, como dije, contra su voluntad y Aldariel estará condenada al sufrimiento. Si Eldarion abdica, ya sabe lo que pienso del futuro rey, aunque no gobierne, entonces pues, no tengo lugar en el mundo feliz que todos desean y no es por culpa ni de morgoth, ni de los valar, ni de aldariel, sino miá.

-Ni usted ni yo conocemos futuro, Maestro. No voy a mentirle, no sé como podrá solucionarse todas estas cosas, pero le digo algo, si no hacemos lo que tenemos que hacer, no habrá futuro para nadie, ni bueno ni malo. Mientras estemos aquí, mientras luchemos y prevalezcamos, podremos cambiar el futuro, y hacer que el mundo sea un poco mas feliz cada día. Y los hombres tienen el don de Iluvatar de hacer eso aún más allá de su grandeza personal, por eso se dice que no están atados a su destino. Y aún los Eldar han sido capaces de torcer el destino en el pasado, estando atados a el Usted no falló, usted es el más fiel servidor que la corona de Gondor tuvo en muchos siglos. No termine su carrera fallando ahora, Maestro. Esta dando muchas cosas por supuestas, como si el futuro estuviera escrito, y ni para los Quendi es así, ni siquiera los Valar conoce el futuro en toda su extensión. Quizá Gondor no tenga esperanza, quizá haya que construir una nueva, desde cero, ¿No fue así como nació su reino? ¿una nueva esperanza de la Oscuridad que había caído sobre Numenor? ¿Tengo que recordarle sus propias palabras? ¿cuantas veces Gondor peleo batallas imposibles mas allá de toda esperanza? ¿Va a ser usted menos que todos esos héroes anónimos que dieron su vida sin garantías de que el mundo que dejaban iba a ser mejor?

-Pero maese belegnor, no veo la luz en ese futuro, ¿que derecho tengo a portar entonces una de las esperanzas?, moriré o no, en las murallas defendiendo lo que amo, antes que anda soy un caballero de Gondor, y no ya no soporto mas doblegar todo lo que soy por algo que en definitiva destruirá todo lo que soy

Aldariel que por un momento había acallado sus sollozos, volvió a perder el control que mantenía sobre si misma, y rompió en lagrimas -Si Morgoth gana, todos morirán... no habrá esperanzas para nadie, no puede permitir eso maestro, todos aquí morirán

-No es ese su lugar....y no es esa la forma en que cumplirá su juramento. Usted tiene el deber de dar lo mejor de usted, y hacer todo lo que tiene a su alcance, hasta la ultima gota de sangre, para servir a su Corona. Pelear como un soldado mas, este día, es faltar a su deber

La mente de Eândros se dejo llevar por un momento, ¿por que pelearía el por algo en lo que no cree pudiendo pelear hasta el mismo final en las murallas de lo que cree y ama?, este pensamiento lo inundo, junto con su deseo de ser castigado por el mismo.


-Su pueblo, y los pueblos vecinos, y toda la Tierra Media será cenizas

“y yo pagare por ello” pensó el viejo caballero.


-¿Pondrá sus pensamientos por encima de su deber, señor Eandros? ¿por encima de ese deber por el cual sacrificó todo hasta ahora? Dice que Gondor no tiene esperanzas, y yo le digo, ¿quien es usted para decirlo? ¿quien soy yo, quienes son el Rey y la Reina y sus hijos, para determinar cuando un pueblo debe dejar de pelear y abandonarse a la fatalidad?

Eândros no pudo sentir mas que asco por si mismo ante las acusaciones de Belegnor, todo lo que había roto con tal de mantener una esperanza falsa, todo lo que había roto y no podía ser arreglado, su honor sin mancha lo sacrifico y no sirvió de nada, su ciudad la sacrifico y entre su tristeza solo escucho el cantar alegre de un ser que ahora despreciaba.

-¿Servir a mi corona? ¿sabe quien se sienta en el trono de la reina con mi consentimiento?, ¿no falte al deber entonces?, ¿no falte a mi deber cuando el pedí a un enano que le mienta a una princesa de gondor?, ¿no falte ya tantas veces a mi deber, a mi juramento, no me traicione ya bastante por un futuro que le traerá la ruina a todo lo que creo, fui, soy y defendí?

-en el reino del príncipe Eldarion no deberá temer esas cosas maese Eândros

-callate tu, y dame mi penitencia incompetente, es lo único que quiero, prorrumpió en un grito el viejo caballero buscando espiar sus culpas.

-En el trono de la reina se sienta en este momento la persona en la que la reina confiá mas, y fue por orden de la Reina misma que lo hace. Las veces que que falto a la letra de su deber, fue porque el espíritu de su deber se lo exigía,no porque usted haya fallado

-Sufrimiento y dolor es mi especialidad, tendrás tu recompensa, Dijo con gracia el señor oscuro hasta empezar a reír en carcajadas.

-ah, ya comprendo – grito al aire Belegnor - Bauglir, con estas cosas solo demuestras el terror que nos tienes a los hijos de Iluvatar

-Reinarás en Angmar, como es tu deseo, y sufrirás por toda la eternidad

Belegnor comenzaba a enojarse, y se tomo la frente con rabia. Mientras Aldariel desesperada y sin saber que hacer solo atino a tomarle las manos.

-Que le esta ofreciendo, Maestro? cuénteme

-Echalo de aquí, no te sirve su presencia, te aparte del camino que has elegido

-A mi jamas me ofreció nada, solo se regodeaba en mi ira, y casi me toma. Comento Belegnor con su usual frustración.

-Yo le pedí que me convierta en un espectro, y el idiota me esta ofreciendo reinar!

-Reinar? - pregunto Belegnor algo sorprendido.

-Serás un espectro, eso es fácil para mí

-¿Eso es lo que quiere, maestro? ¿Tener un reino en donde las cosas sean como usted cree que deben ser? ¿donde "corregir" los errores que tiene Gondor? ¿no le importa que ese sea un reino de ruina, miedo y muerte con tal de que las cosas salgan como dice el manual?

Eândros contemplo con una tenue sonrisa a su compañero en armas, ni el entendía que el solo quería morir y sufrir.

-Nadie me había pedido algo tan tonto, pero si lo quieres así será

-Uno a la vez!- Grito Eândros perdiendo los estribos -no, no quiero reinar Belegnor, quiero sufrir toda la eternidad por lo que estoy haciendo

-Sufrirás, te lo garantizo

-Y dígame, ¿porque no lo entiendo, que es lo que esta haciendo? y no morgoth, quizá el tonto eres tu y no sabes negociar – Interrumpió Belegnor.

-No necesito negociar, has venido a mí por propia voluntad

-en este momento me estoy desesperando

Aldariel al escuchar eso solo atino a abrazarlo y al hacerlo sintió como todos los músculos de Eândros se encontraban tensados, prestos a batallar.

Belegnor, lleno de ira observo a los ojos al capitán y dijo: Bauglir, en nombre de Tulkas y Elbereth, te irás de aquí hasta que termine de hablar con el Maestro Eândros

La risa de Morgoth ocupaba todos los pensamientos del viejo guerrero.

De entre las risas poco podía escuchar Eândros pero aldariel le decía tranquila mientras lo abrazaba -Melkor, dejalo ya, estás haciendo esto porque sabes que no tienes oportunidad si vamos a donde estás, no lo tortures más, ya fue suficiente – pero la risa no le dejaba escuchar nada.

-Ya gané esta batalla, y fue muy fácil, le susurro la oscuridad a Belegnor.

Belegnor se dirijo a Eândros - Regrese aquí, soldado, quiere ser el primer Alto Capitán en rendirse a un mezquino Soborno? Que derecho tiene a juzgar a Baranor si usted se vende por menos? - mientras le contestaba a Melkor en sus pensamiento - Si hubieras ganado cada vez que creíste que habías ganado, Bauglir, hace tiempo que no habría Mundo

-Sabe que fue lo que me trajo de vuelta, señor Eandros?, continuo Belegnor

Eândros, fatigado ya por tanto sucumbió y cayo redondo en su asiento, solo podía escuchar esa detesto za risa. Belegnor se le acerco y estirando la mano le toco y se metió en la cabeza como hizo Luiniel con Eldarion.

-Se que me escucha, Maese Eandros, hablo Belegnor a la Oscuridad.

-Él no te escucha, ya es mío

-No te hablaba a ti, ya no tengo nada mas que hablar contigo. Conozco esta oscuridad muy bien, Maestro, ella casi se apodera de mi

-Es inútil, puedes hablar pero ya no te escucha


-La única cosa inútil aquí es cierto ex-Valar que jamas fue capaz de crear nada, solo arruinar lo que otros hicieron. Le decía, Maestro Eandros, yo estudie siglos, mas de un milenio las cosas de la Tierra Media, pero nada me había preparado para la desesperanza que tuve que enfrentar en esta travesía. Por eso, no puedo negarle que existe.

Las palabras Eândros surgieron de la oscuridad, pesadas como lapidas que eran para el -Belegnor, te diré lo mismo que les dije a Aldariel y Luniel y no me respondieron, ¿sufrir antes o después?, ¿sufrir por lo que se destruye por mi culpa, o sufrir por lo que destruyo en pos de defenderlo?, ¿Qué sentido tiene para mi levanta Glamdring?

-Para mi, la salida fue la ira, no la rendición, pero casi no me doy cuenta de que ese era un camino todavía mas rápido a servir al oscuro. ¿Sabe que fue lo que me trajo de vuelta? Llegar a Gondor, ver a su gente, ver su dolor, ver como vivían día a día a pesar de el, y ver como, escuchando a sus capitanes, a su princesa, a la gente que aprendieron a respetar, se aferraban a la mas mínima esperanza, por remota que fuera, sabiendo que la noche no es eterna, sólo oscura, y que siempre vuelve a amanecer. A veces, la gente simple entiende estas cosas mejor que los grandes. Porque lidian con ellas día a día, su mundo es muy fácil de hacerse pedazos, asique no pueden darse el lujo de caer, solo por perder la esperanza. Y cuando vi todo eso, comprendí que mi ira era sólo un pequeño capricho, egoísta e infantil. Sentí una ira indescriptible por el destino de los príncipes de Gondor, porque los Elfos no soportamos ver como las cosas hermosas son tan fáciles de destruir e imposibles de traer de nuevo cuando perecen. Pero comprendí que esa ira era algo superficial y egoísta, y que yo no tenia derecho a dejarme llevar por ella.
Eândros escuchaba atentamente cada palabra de Belegnor era cierta, era culpa de el, el le dio falsas esperanzas a la gente, les dijo palabras que no sentía. Otra vez les había fallado y el no se había dado cuenta.

Las risas de melkor volvieron a doblegar el ambiente.

-Habla todo lo que quieras, él ya me pertenece

-Gondor no tiene futuro, dice usted, y yo le digo, ¿quien es usted para decirlo? ¿Va a faltar a su deber ahora, cuando falta tan poco? ¿Cree que ese Desterrado estaría haciendo todo esto si no temiera que su destrucción se acerca?

-No temo mi destrucción está claro que son muy débiles para lograrlo, y eso me fortalece stedes no son nada comparado a lo que tuve que enfrentarme anteriormente, no salí del vacío para perder contra unos inútiles- Dijo Melkor a la mente de Belegnor - Puedes salir, o puedes continuar hablando en vano, todos morirán. Destruiré la Tierra Media y no habrá nadie que pueda defendela

-Pero las heridas de esas batallas aun están ahí Bauglir, nosotros no haremos mas que terminar el trabajo que nuestros padres iniciaron, el justo castigo que recibiste por tus actos

La risa de Bauglir resonos en la mente de ambos.

-No te enfrentas solo a unos inútiles, te enfrentas a todos los hijos de Iluvatar, que te harán pagar por lo que les hiciste en Cuatro Edades. Y no te gastes, no me asusta tu risa como a ti te asustó la de Tulkas.

Y de entre la oscuridad se escucho -Maestro Eândros, no dejaré que el se lo lleve, no lo permitiré

-Escuchas? Soldado! ¿Abandonará su deber, abandonará a su princesa solo porque usted cree que no hay esperanza? No le garantizo que no sufrira, yo también sufriré porque las cosas no pueden ser como debieron haber sido. Pero no podemos anteponer nuestros sufrimientos al destino de todos. Sea valiente y haga lo que tiene que hacer, y sufra lo que deba sufrir, juró hacerlo, Capitán, o sera usted menos que el mas humilde de los Gondorianos, que en dos días estarán peleando una batalla casi sin esperanzas, y aun así darán hasta la ultima gota de su sangre. Si usted se rinde, si se va con el, si esto fracasa, usted sera el responsable de la caída de Gondor, y de todo lo que usted cree. No Morgoth, no el imbécil de Feagul, no nadie mas que usted. Quizá no haya esperanza en esta lucha mas allá de la victoria, como usted dice..... pero si no compramos esa victoria, ese "quizá" será una seguridad. Usted le devolvió a su gente la esperanza con unas pocas palabras. ¿Mintió usted entonces cuando les hablo? Yo se que no, pero el que debe saberlo es usted

Es verdad, pensó el capitán, el enemigo estará enfrente de las puertas, su deber es con su ciudad, su pueblo... no con un futuro que lo destruye ¿que mejor que morir en la muralla cumpliendo con su deber?.

-¿Que me responde entonces, Maestro?
De entre la oscuridad la y de los labios del capitán surgió una respuesta - sigo esperando una respuesta

-Solo le respondo que está anteponiendo sus deseos y sufrimientos al destino de un pueblo entero. Que es muy triste que alguien de su edad y sabiduría no entienda que hay cosas que son mas importantes que nosotros mismos. Que se esta dejando llevar por las cosas que cree a traicionar la razón por la cual esas cosas existen en primer lugar. De que vale el honor, la pureza, la gloria de Gondor......sin el pueblo de Gondor? Y el pueblo de Gondor sabe todo lo que usted sabe, y aún así pelearan, ¿sabe por que? porque confían en usted, en sus reyes, en sus héroes, y porque no tienen opción, no hay un ex-Valar ofreciéndoles un reino y el sufrimiento eterno, a ellos solo les queda vivir o morir, y usted les esta sacando la primera opción, después de jurar defenderos por encima de cualquier deseo personal

Y de la oscuridad volvió a surgir la voz del capitán ¿que es Gondor sin su gloria, su honor y su orgullo entonces?, pero aun nadie me responde mi pregunta

-Su pregunta no tiene respuesta, porque no es la pregunta correcta. Usted no ganara la felicidad luchando esta batalla, y tampoco lo harán sus príncipes, ellos pelearan porque es su deber, y ese es el sentido de levantar Glamdril, quizá no tenga sentido para usted, pero tiene mucho sentido para las madres que podrán criar a sus hijos con dignidad cuando esto se acabe, con o sin Reyes. Y usted va a abandonarlos solo porque las cosas no son como a usted le gustaría que fueran. hermosa forma de cumplir su juramento. De verdad cree que estos problemas son mas difíciles de solucionar que el que tenemos enfrente? que una vez terminada esta tarea, no podremos encontrar soluciones a lo que sucede? Yo me comprometo a ayudarlo en esa tarea si así lo desea. Nada es más difícil que enfrentar a Morgoth Bauglir, y eso es exactamente lo que vamos a hacer ese es el sentido, comprar una nueva esperanza para su pueblo, comprar la oportunidad de rehacerse, quizá usted tenga razón y no puedan hacerlo, pero si no hacemos eso por ellos, nunca tendrán la oportunidad y es usted, y no Morgoth, el que se las está quitando

Y de la oscuridad surgió otra voz -Maestro Eândros, por favor escúcheme, quizás yo no sea tan sabia como Belegnor pero tengo algo que decir. Cuando me enteré que Eldarion era mi hermano, quise morirme, no lo voy a negar, y mucho tiempo después de eso solo iba a Mordor con la intención de morirme, pero ahora sé que eso no es lo que quiero, quiero que mi luz alumbre el camino de todos, incluso el de usted maestro. Lo que usted está preguntando no es lo que debe preguntarse, la pregunta a formular es ¿usted quiere que esto que le está pasando a usted ahora le pase a alguien más? Yo no quiero que a nadie más le vuelva a pasar lo mismo que a Eldarion y a mí, y por eso levanto a Narsil, para luchar por eso, para que nadie vuelva a sufrir lo mismo que yo. Maestro Eândros ¿le gustaría que alguien más sufriera esto como usted lo está sufriendo ahora? Yo creo que no, así que por favor maestro, luche para que a nadie más le vuelva a pasar esto.

-¿es ese su deseo princesa?

-Hay cosas mas importantes que nosotros mismos, Maestro. La Princesa lo entiende. Entiéndelo usted también. Y si no puede,piense esto...va a dejar que aquel que planeó la ruina de Gondor, triunfe y amarre la bandera del Árbol Blanco a su carro triunfal? La retribución de lo que Gondor fue, ¿no es razón suficiente para usted?

-Sí maestro, por eso levantaré a Narsil y por eso todos levantarán sus espadas, para que eso no vuelva a pasar nunca

-Si yo creyera que merezco la penitencia eterna, no dejaría que sea el culpable de todo el que me la administre, comento Belegnor dejándose ir.

Eândros se sumió en una gran meditación sobre si mismo, recordó cuando tiempo atrás contemplaba los campos de pallenor desde una de las tantas almenas de la ciudad de Minas Tirith, hacia poco había evacuado su ciudad natal , Osgiliath, por orden del senescal ante la inminente invasión por parte de los Orcos. Forzando la vista creía poder ver las llamas de su ciudad natal donde algunos de su hermano aun combatía junto con sus hombres, pero la oscuridad lo cubría todo con un manto de espeluznante quietud y serenidad.
La vigilia no acababa, mas su corazón le pesaba; su deber lo llamaba a defender las murallas de la capital de su reino, pero en su corazón deseaba estar junto a su hermano, luchando por Gondor. Su armadura le pesaba mas que nunca, el saber del abandono al que dejaba a su hermano y sus compañeros le pesaba en el alma, pues el deber es mas pesado que el acero.

El ya había vivido esto, y un príncipe y un senescal ardieron, matando a uno y casi matando al otro, ¿debía luchar contra lo que tanto tiempo protegió?, los príncipes así lo pensaban. ¿su deber lo llamaba a defender a Gondor, lo podría hacer perfectamente desde la muralla ¿Por que salvar una tierra que lo único que le dio fue la espalda en todo momento y solo sabia ponerle cargas en sus hombros?, la princesa lo llamaba a cumplir la única parte de su juramento que aun no había roto. Quiza cumpliendolo podría vivir solo un poco mas, ya no le quedaba esperanza, solo el deber. Lo único que siempre tuvo.

-Maestro ¿se encuentra bien?, pregunto Aldariel cuando Eândros finalmente despertó.

-Necesito dormir, fue muy duro, contesto Eândros.

-Esta de nuevo con nosotros, Maestro?, inquirió Belegnor.

-si, no puedo abandonar a los príncipes, aunque deba pagar pro mis errores, ya habrá tiempo para eso.


-Yo lo acompañaré maestro, dijo Aldariel ayudándolo a levantarse.

-Gracias Aldariel

-Primero tengo que ir a la habitación de Luniel

-Si, dejó algo allí, Maestro, comento Belegnor

-La deje a buen cuidado, pensé que estará allí mas tiempo. Aunque no se cuanto tiempo ha pasado

-No el suficiente como para que sea tarde, respondió pronto Belegnor.

Tras tomar algo de fuerzas y con ayuda de Aldariel, Eândros empezó a caminar, cuando cruzo la puerta se encontró con Lomion y su mirada escrutadora.

-Salió, le comento Belegnor al pasar -Pero yo no lo saqué, nadie lo sacó, salio solo, nadie puede sacarte de allí si tu no sales por tu cuenta, desde afuera solo se puede ayudar. Y esto es tan cierto para ti como para el Maestro Eândros, hijo de Maglor

-bueno, veremos que me toca en tu futuro Aldariel, comento Eândros volviendo a despeinar a Aldariel

-No sé, ya le dije que no puedo ver el futuro maestro

El pobre guerrero para sus adentros se alegro de eso, pues en todos los que ella imagino el hubiera deseado destruir Gondor con sus propias manos.

Al llegar a la habitación de Luniel la puerta se encontraba abierta, y ella contemplaba la inmensidad aun desde la misma ventana donde había estado cuando hablo con Eândros. Al traspasar la puerta, con Aldariel bajo su brazo el capitán se dirijo a Luniel - Gracias por cuidarla.

-Gondor no caerá mientras siga habiendo Dunedain que vivan con orgullo y honor pese a las calamidades.

-Me alegro que haya vuelto por ella maestro

-Momento!, la desaparición marco el rostro del viejo capitán, aunque sus músculos ya no le respondían lucho por ceñirse la espada y lucho en vano por liberarse de Aldariel y salir corriendo -Mi caballo! .Por todos los valar, el sol y la luna mi caballo! El infeliz sabe de la princesa!

-¿Qué pasa maestro? No entiendo, pregunto exaltada Aldariel que luchaba por sostenerlo.

-¿Que es lo que sabe?, interrumpió Belegnor

-Sabe que la Eärwen esta yendo al sur!! si sabe todo lo que yo sé, su estrategia para defenderse es inútil!

-Pero no puede ir usted maestro, no nos podemos separar, rogó Aldariel mientras luchaba por sostenerlo

-Irá Lómion, dijo finalmente Luniel - Solo que no sé quiénes están disponibles para marchar ahora

Eândros termino rindiéndose, ni fuerzas le quedaban para liberarse de Aldariel -Que marchen el caballero de Aldariel y los soldados del cuarto nivel, son lo mejor que tenemos después de la guardia - El desprecio que sentía en ese momento por la espada que llevaba llegaba a los extremos, quería partirla allí mismo, pero no podía.

-Iré a avisarle, dijo Luniel quien ya estaba saliendo por la puerta.

-Pienso que quizá, deberíamos ir nosotros, todos, a ver qué cosa envió Bauglir al sur

-No, eso es lo que él quiere, nos quiere desviar de Mordor. Pero sí es verdad que deberemos tomar otro camino, Eldarion dijo que él sabe hacia donde vamos

-Pero de todos modos, tenemos que ir hacia el sur par entrar, pasar por el norte entre todas sus filas es una locura, y la Puerta Negra y Cirith Ungol deber estar plagadas de vigías, replico Belegnor

-Bueno, hablaremos de eso con Eldarion, usted maestro debe descansar, lo reprendió Aldariel -Vamos

Guiada por Eândros, Aldariel con bastante esfuerzo por la carga, que prácticamente arrastraba, llegaron a la antigua torre donde dormía la bebe Luthien.

-¿Está durmiendo aquí maestro?, pregunto Aldariel con bastante sorpresa observando la cama con algunas sabanas encima.

-Si, dijo observando el rostro a Aldariel, para recodar todos mis errores como maestro y como caballero

-No quiero que piense en eso ahora, mejor vamos a otro cuarto, hay muchos en esta ciudad

Tras bajar al patio Aldariel se acerco a una de las sirvientas del castillo y le pregunto
-¿Habrá un cuarto de huéspedes disponible señora?

-Sí princesa, venga por aquí

La mujer los llevo a uno de los cuartos, y los dejo a la entrada. Aldariel, peleando por sostener a Eândros y abrir la puerta tuvo que tomarse un buen rato hasta poder abrirla. Al entrar dejo caer al viejo capitán sobre la cama, y se sentó a su lado.

-Cuando te mostré la habitación pensé que me preguntarías por las sabanas en la cama, comento el viejo guerrero.

Aldariel miro sin comprender al viejo consejero.

-tu habitación en la torre, yo pase allí la noche que los deje en mi habitación

-No debió hacerlo si se sentía mal. Pero lo perdono, le contesto la niña con una sonrisa.

-No me sentía mal, solo recordaba

-¿Quiere que le cuente un cuento?, pregunto Aldariel con esa inocencia que le partía el alma al viejo guerrero.

-Creo que seria una experiencia de lo mas interesante

Y entre las suaves palabras de la princesa, Eândros concilio el sueño, con sueños que no había tenido desde mucho antes de partir hacia Arnor.

(Roleado on line por Gonza, Patanikus y Ashe)

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