domingo, 5 de diciembre de 2010

Dagor Nienor

Belegnor no se dejaba engañar por los cánticos de victoria, seguramente emprendidos por los hombres para darse coraje, pese a la difícil situación. Tampoco por la retirada ordenada y con paso firme con la que las tropas de Gondor estaban abandonando lo que fuera Ossgiliath. Aún cuando el único paso por el Anduin estuviese anegado, y el Ejercito de las Sombras se viera obligado ahora a cruzar por el norte, aún cuando el enemigo hubiera perdido una o dos docenas de guerreros por cada uno de los Gondorianos que había caído, aún cuando el mismo Ulmo se hubiera sacudido el toque de Morgoth, matando con sus aguas a tantos enemigos como el ejército había hecho en un solo día, aún cuando las bestias de Morgoth, los horrores voladores y los nuevos engendros, que la gente bautizó “Goristros”, hubieran sido derribados en buena cantidad, Belegnor sabía que el campo y la jornada estaban perdidos. Siete mil hombres, irreemplazables, muchos veteranos de la Guerra del Anillo, habían perecido en la batalla, el paso no se había podido sostener y ahora, en unos días, Minas Tirith debería defenderse de un sitio quizá más terrible que aquel al que la sometiera Sauron, con fuerzas muy menguadas.

No era una derrota completa, porque habían demostrado la fuerza de las armas de los hombres, y qué difícil seria doblegarlos, pero tantas muertes, y la ciudad más grande jamás construida en la tierra media convertida en el lecho de un río, eran un triste resultado. Aunque derruíada, dos días antes Osgiliath se alzaba orgullosa, prometiendo siempre que un día volvería a vivir. Una promesa ahora imposible.

Pero la tristeza de aquel día se oscureció aún más junto con el día mismo, pues era el atardecer cuando llegaron a Gondor. La ciudad estaba en silencio. Las guardias listas y las armas preparadas. No había miedo en la gente, y recibieron a los soldados con honor, pero no había alegría en sus rostros, ni felicidad tampoco. Hasta Belegnor, acostumbrado en sus siglos en la biblioteca a ser ajeno a los sentimientos de los demás, podía notar la tristeza y la pesadumbre en el aire. La razón? Pensó primero en la batalla que se avecinaba, pero el pueblo de Gondor siempre había sido valiente, y no parecía que fuera éste el momento de que ese valor se quebrara, al contrario, la firmeza frente a lo que venía aún estaba intacta. Quizá que los niños raptados hayan vuelto como comandantes del enemigo? Aquello era algo terrible, y mucho se avergonzó Belegnor de sus acciones contra los cadáveres de los Hijos de Morgoth, inocentes convertidos en asesinos de muchos por la maldad de aquel que todo lo transforma en horrible. Pero Belegnor habló con la gente, aquí y allá, con soldados que se habían quedado en sus puestos. Con madres que esperaba a sus hijos, y con hijos e hijas que esperaban a sus padres, algunos más afortunados que otros muchos.Y con la gente que se había quedado trabajando y haciendo todo lo necesario para que los que tenían que pelear no se preocupen por nada mas.

Y al fin, vio que no era el sino de los niños perdidos lo que echaba sombra en los corazones de Gondor: La noticia de los príncipes y su amor maldito había llegado a la Ciudad, y se contaba como una tragedia por aquellos pocos que tenían el valor de nombrarla, porque la mayoría prefería callarlo, aunque estaba en los rostros de todos. Y había sido en esa batalla que la verdad se había revelado, y pese a las precauciones había acabado en oído de todos y había llegado a Gondor, como el anuncio de una desgracia. Y la lucha en la que Narsil de reveló, que debía ser la luz de la esperanza para los hijos de Numenor, venia teñida de amargura, y de desesperanza por el futuro, porque muchos ya habían oído de Aldariel, la alegre prometida del príncipe, y todo se ennegreció cuando se enteraro que ella y Luthien, la hermana desaparecida, eran la misma persona.

Por eso y por todo lo que antes pensó Belegnor la llamaría la Dagor Nienor, la Batalla Triste, porque en ella pareció morir la esperanza, aunque quizá renaciera después, y esa tristeza le hizo entender muchas cosas, de lo que estaba pasando y de lo que él estaba haciendo, pero aunque había fuerza, no había alegría en aquel entendimiento. Y en medio de aquel mar de tristeza, visible en cada rostro que miraba, el invierno de los hombres lo tocó por un momento, como les sucede a los Primeros Nacidos cuando los abruma la aflicción, y un mechón de pelo cano manchó la cabellera que caía sobre su frente, negra como el ala de un cuervo. Y como muchos hombres cuando están en ese estado, se encaminó hacia una taberna, en un vano intento de olvidar aquella bruma que pesaba sobre todo.

No recordaba cuantas copas se había tomado. Los Elfos no llegaban al estado de ebriedad, solo se exaltaban o se intoxicaban totalmente con el alcohol, y esto último requería mucho, mucho alcohol, pero el Bibliotecario había hecho un esfuerzo extra. En ese momento oyó una voz a su lado.

-Quiero lo mismo que él- Dijo, y dirigiéndose a Belegnor -En 1800 años creo que pocas veces te vi tomando así

-Lo dejo para....ocasiones especiales....- respondió Belegnor, que sin mirar ya sabia que se trataba de Lomion

-Sabes que no lo necesitamos para llamar a la alegría, pero ahogar la pena es algo universal, supongo.- Dijo Lomion entonces.

-Igual, sabia que me iba a aburrir antes de terminar- repuso Belegnor, y luego le preguntó al Noldor -Estas mejor?-

Aquella pregunta resumía muchas cosas. Y era más un anuncio que un interrogante. Lomion, de la controvertida Casa de Fanor. Aquel que había sido su amigo más cercano desde que tenía memoria. Aquel que había caído en la Dagor Lithui, la batalla de las cenizas, cuando el Bosque Negro dejó de existir. Él, el único Elfo perdido en la guerra. Belegnor y Luiniel habían hablado poco y nada de eso. Él había creído que Lomion había muerto. O quiso creerlo. Porque la opción era aún mas horripilante. Los Quendi no morían para siempre, y por el contrario, si estaba vivo estaría en manos de Morgoth Bauglir. Ahora, Belegnor se arrepentía de haber pensado aquello, porque tener a su amigo de vuelta y a Luiniel de nuevo con luz en el rostro lo dejaba tranquilo para lo que venía.

Pero cuando lo vio al frente de las tropas enemigas, llegó a desesperarse. No creía poder derrotar a Lomion, ni por habilidad ni por lo mucho que le pesaría pelear con él, sobre todo por la culpa que sentía por haberlo dejado atrás. Y así, sin pensarlo, se propuso traerlo de vuelta. Y se lo contó a Aldariel, y ella estuvo dispuesta a intentarlo, de la misma manera que enfrentaba todo. Sin embargo, Belegnor, en su interior, estaba casi seguro que sus esfuerzos fallarían, que la tortura de Morgoth y sus promesas habrían sido demasiado, y que no tenían ni una oportunidad de arrancarlo de sus garras. Se obligó a creer que era posible aunque estaba convencido de lo contrario. Y de esa manera fue que pidió ayuda, porque sabía que la Princesa Pródiga de Gondor era capaz de hacer posible lo imposible. Y a ambos se les ocurrió traer a Luiniel para que Lomion la viera, y de esa manera, y con palabras de fuerza y amistad, habían dado vuelta el trabajo del Maligno. Aún no podía creer que tenía a su amigo que creyó perdido para siempre, frente a él.

Ajeno a estos pensamientos, Lomion fue directo al tema que le preocupaba -Estoy bien, pero tú no pareces estarlo, el capitán Eândros estaba preocupado

-Creo que ya pasó la tormenta, y ahora solo estoy observando las cosas que destruyó.- Dijo el Elfo Oscuro, sabiendo que su amigo se refería a su pérdida de control.

-Estuve un poco alterado.- confesó el Elfo -Irónicamente, llegar aquí debió ponerme peor....la esperanza parece haber muerto mucho antes de que la maten, y mi ira era de impotencia, de ver las cosas arruinarse y no poder hacer nada. Pero supongo que ver a todos con esos rostros me hizo comprender que mi ira era algo pequeño y egoísta.-

Y así era. La intranquilidad feroz, la rabia porque Morgoth los había puesto en una situación donde no había opción que la tristeza, casi se habían llevado lo mejor de él. Pero al ver a toda la gente destruida por dentro, pero trabajando para el día siguiente, sin sosiego pero con esperanzas de ganar aún, se dio cuenta de que no tenía derecho a mezquinos arranques de ira que lo podían perjudicar.

-La ira no es un sentimiento que haya ido con Belegnor, a menos no el Belegnor que yo solía conocer...- Dijo Lomion, casi leyendo sus pensamientos, como podían hacer los Quendi con la superficie de lo que pasaba por la mente de sus interlocutores -Pero supongo que no ha sido fácil para ti-

-Supongo que justamente porque nunca fue conmigo es que no soy muy experto en controlarla.- dijo sencillamente el Bibliotecario

-Ningún sentimiento que haya creado el Oscuro es fácil de controlar- Dijo Lomion gravemente --En especial ese

Y el Elfo Oscuro reflexionó entonces, recordando -Mientras las todos parecían quebrarse, por lo que pasaba o por dudas propias, yo me sostuve. Pero supongo que al ver que podían solos, me permití dejarlo salir.-

Y terminó diciendo
-Es bueno tenerte de vuelta, Lomion. De verdad. Y es bueno que Luiniel tenga esperanzas de nuevo.-

-Debo agradecerte a ti por eso amigo- Se apuró a decir Lomion -Estaría todavía allí si no fuera por ti-

-No lo hice solo.- Aclaró Belegnor -Y lo que me destroza de esto, es que la persona que esta trayendo la esperanza, la felicidad, la que me hace pensar que ganaremos esta batalla, esta pagando esa felicidad con la suya propia.- se descargó el Avari –Ella nos devuelve el mundo que Morgoth nos quiere quitar, y yo no puedo hacer nada para devolverle el favor.-
Y viendo que Lomion quería saber, continuó -Y para peor, al llegar aqui....- dijo -Me di cuenta de que fragil que es la esperanza de los Hermanos Menores. Y me estaba preguntando......-

Hizo una pausa y se cuestionó
-Si ganamos.....no será una victoria vacía? -No habra destruido Morgoth la ultima luz que quedaba de este lado de la mar? –Acaso no ha completado ya su obra, aunque ahora acabemos con el ?

-Supongo que te refieres a la niña- Dijo el Noldor, siempre mirando hacia adelante -Toda la ciudad cayó en la desesperanza cuando se enteró quien era...- dijo, repitiendo lo evidente -Pero no podemos hacer nada por eso- y tras una pausa agregó -Salvo acompañar a nuestros hermanos…..Sea en la batalla o en la tristeza...

Lomion hizo una larga pausa, tras lo cual dijo
-Sé que el capitán Eândros hablará con el pueblo, solo podemos esperar que lo escuchen- comentó -Después de todo, hay un solo culpable de que todo esto haya pasado, y creo que la gente lo entenderá, y luchará-

Belegnor pidió ahora un vino añejo y dulce, en lugar de los tragos fuertes que venía tomando
-Quiza luchen, pero no es la batalla de las espadas la que me preocupa Lomion- dijo -
-La que quiero que ganen es la de la desesperanza. Y es en esa en la que no sé cómo ayudarlos.-

Y luego también el hizo una pausa y siguió de decir -Se que suena idiota decir esto siendo Morgoth Bauglir el enemigo. Pero el dia que me preocupa no es el que tengamos que enfrentarlo cara a cara, que mi corazon siente que esta cerca....

-el dia que me preocupa es el siguiente.- termino de decir, gravemente.

Lomion ablandó el tono y dijo -No debes ocuparte de eso ahora amigo- y luego -Tu misión es otra- y por fin -El día que vendrá nadie puede predecirlo, ni siquiera nosotros-

Y siguió hablando el Noldor -Solo podemos ver atisbos, y ni eso siquiera a veces- y luego, mas serio -Tú eres el portador de Aeglos, nuestra herencia- para terminar -Y solo de eso debes preocuparte ahora-
-Si, tienes razón.- repondio Belegnor, aunque luego dijo
-Pero sabes por que peleaba esta pelea, hasta ayer?- y aclaró -Porque al final de esta noche veia el dia mas claro de todos.- Y a Belegnor por un momento le volvió la luz a los ojos como antes de perder el Bosque Negro -Un dia puro sin sombra alguna, o con sombras tan pequeñas que podrian ser rapidamente atendidas.-

Y luego comentó -Los Avari, no te ofendas, nunca tuvimos la ambicion de grandeza de los Altos Elfos.- y confesó -Pero creo que, despues de que las cartas se mostraron en esta partida, mi ambicion fue la mas grande de todas.-
Pero Lomion no veía razón para dudar de aquello -¿y por qué ahora crees que no será así?- y respondió -No es la primera vez que Minas Tirith soportará un dolor como este…-Ha soportado uno mucho más grande hace 18 años- dijo y sentenció -Y lo ha superado-
Entonces Belegnor dijo -No se por que lo creo, quiza mi rabia dejo entrar a la sombra de la desesperanza, quiza el enemigo se dio cuenta de por que yo peleaba- y contó -No me puede comprar, yo no quiero poder, ni riquezas, ni gloria....- y después -Lo único que quiero es vivir en un mundo sin él.-

-Y creo que con esto me quiso recordar que su sombra ya no se irá, aunque el desaparezca. Esto yo lo sabía......- Dijo el Bibliotecario luego de una pausa -Pero me quiso mostrar que esa sombra sería suficiente- teminó

Hubo un nuevo silencio, y de nuevo lo rompió el Elfo Oscuro diciendo -Quisiera ver a Arien, abrazarla ahora, sus ojos me devolverían la esperanza.- y agregó con una risa cansina e irónica -Por cierto, me podías haber avisado no? seguramente bromeaban mucho sobre mi...- comentó -No me di cuenta de que mis dos mejores amigos se amaban, y no me di cuenta de que mi hermosa aprendiz me quería.- recordó -Suerte que no confundí Aeglos con un hacha orco.-

Aquello sacó una risa a Lomion -Lo siento- dijo -No nos burlábamos de ti, y nadie lo sabía- se disculpó -Ni siquiera la reina- y luego, dejando el tono serio y riéndose un poco, dijo -En cuanto a tu aprendiz, era demasiado obvio, pero preferí que te dieras cuenta tu- y volvió a reir
-Lomion, hay algo que nunca te pregunté. Luiniel se quedó por ti, pero ella es joven......- Y dijo Belegnor -Por que te quedaste tu?- Los dos elfos hablaban para ese momento una versión muy clásica del Quenya, que nadie más allí entendía, excepto los pedidos al tabernero.

-Porque no tengo nada allí, y aquí sin embargo tengo todo- Dijo el nieto de Fëanor -No tenía razones para irme- Belegnor lo dejaba hablar sin interrumpirlo -Es simple, me quedé por ella, pero no es la única razón, amo esta tierra, desde hace mucho tiempo- prosiguió Lomion-Y bueno, alguien iba a tener que venir a tomar contigo cuando la ira se apoderara de ti- y termino diciendo en un tono más suave -No voy a dejar que al Oscuro se le haga tan fácil dominar tu mente-

-Gracias.- Dijo al fin Belegnor, y se atrevió a preguntar -Como fue aquello? Debe haber sido terrible estar en sus manos.-
-Al principio pude soportarlo, pero con el correr de los días cada vez era peor...- narró Lomion -Solo un pensamiento logré mantener con vida de mi mente, el único que podía mantenerme vivo, pensar en volver a verla...- recordó con dolor -Hasta que me dijo que la había matado-

Hubo una pausa. Y comprendió Belegnor cuan acertado había sido llevar a la Capitana de los Elfos a la batalla. Sólo con eso, todas las mentiras de Morgoth se habían desmoronado en un instante, y solo restaba volver a encender en Lomion el fuego del odio que la Casa de Fëanor sentía por Morgoth.

-Ya no me quedaba nada de voluntad cuando me dijo eso- confesó el Noldor -No sé todavía como no morí de tristeza... quizás fue él el que me mantuvo con vida, una vida artificial...- continuó -Me dijo que todo sería muy fácil, que él podía devolvermela si yo comandaba su ejército- y dijo apenado -Y le creí…..No tenía más nada que creer- y terminó -Y me aferré a eso

-Entiendo.- dijo Belegnor -Y entiendo por que su engaño se cayó tan rápido.-

-Si ella no hubiera estado allí, no sé que hubiera pasado, y realmente prefiero ignorarlo- Declaró Lómion

-Bueno, pero sí, estaba, fin. ya bastantes cosas han salido mal como para pensar en que mas pudo salir mal- Dijo Belegnor alejando el pensamiento, y agregó -Hay cosas que me intrigan de sus ofertas. He hablado con los otros, ofrece cosas que está claro que no puede cumplir…..El no puede acelerar nuestra espera en Mandos, y claramente no puede traer a los hijos de Iluvatar de la muerte.- terminó diciendo.

Y luego razonó
-Creo que no espera que nadie se pase. Hace esto para horadar nuestra fé, nada más

Lómion estuvo de acuerdo
-Eso es lo que hace, los quiebra poco a poco, hasta que el último sentimiento se borra y en ese momento es cuando la mente se corrompe- replicó -Igualmente no deberías subestimarte, ni a ti ni a los que lo escuchan- declarando -A corrompido a varios por mucho menos-

Y entonces confesó Belegnor -En este momento me subestimo a mí más que a nadie. Tenia miedo por Baranor, sus convicciones estaban pegadas con alfireres…..Pero es demasiado bondadoso de corazón, y la vida le ha dado más de lo que él nunca había esperado, las ofertas de Morgoth le son ajenas.

-A veces los que parecen más débiles, terminan siendo los más fuertes- Reflexionó el Noldor -Y los que no esperamos que tengan un papel importante lo tienen- y terminó diciendo -Eso fue lo que nos enseñaron los hobbits-

Una amarga sonrisa acompaño cierto pensamiento que se hizo presente en la mente de Belegnor al recordar a los Medianos -Si, los hobbits parecen hacerlo mejor que ciertos Maiar.....

El Noldor se vió sorprendido -No creí que hubiera Maiar en esta época...- dijo -Pensé que todos se habían ido-

Y el Avari dijo entonces lo que sabía -Un Maia fue enviado a combatir con Morgoth, y de hecho venció y destruyó su forma fisica, pero el Oscuro amenazo con corromper a la princesa de Gondor, asique él la rapto, se la llevo a los Ents, la criaron sin que nadie, ni ella, sepan, y hace unos meses fue a Arnor- resumió el Elfo Oscuro

-Y como no sabía quien era, se enamoro del hermano.- aclaró Belegnor

Y continuó declarando, mientras Lómion estaba pensativo
–No nos aviso, tampoco le aviso al padre, ni a la madre-

Y al fin el Noldor dijo -Habrá tenido sus razones... aunque eso no quita que se haya equivocado- y agregó -Pero no creo que haya sido con intención...- para luego reflexionar –Y, si no. estamos en serios problemas- agregando, preocupado -Lo único que nos falta es que Morgoth tenga otro Sauron de su lado…o quizás otro Saruman-
Una nueva perspectiva era esta, pensó Belegnor, y dijo -Los Ainur menores son más vulnerables que nosotros a las palabras de Morgoth, eso es cierto. Muchos más de ellos se corrompieron del todo que de nosotros.-

Aquello le había hecho darse cuenta de lo peligroso que podía ser presionar a un Maia, aún cuando su error fuera grave y se hubiera comportado de manera inútil -No lo habia visto desde ese lugar, gracias, no me llevas 2000 años por nada.....- dijo, reflexivo -Supongo que callaré mis opiniones hasta que el trabajo este terminado.-

Y respondió Lómion, percatándose del asunto -Creo que la ira está nublando tu juicio amigo Belegnor, aunque quizás ya te haya afectado el alcohol-

Pero el Bibliotecario se reprochó -Debería hablar con él, preguntarle por que quiso venir, cómo consiguió destruir el cuerpo de Morgoth la primera vez…..debería ir a ver si mis compañeros me necesitan, debería haber ido yo a hablar contigo en lugar de que tengas que venir a buscarme a una taberna, eras tú el que se estaba recuperando....

Pero el Noldor replicó -No te presiones tanto amigo, yo ya estoy bien, y tus amigos están ahora ocupados en otras cosas o descansando-

Y más tranquilo, Belegnor preguntó -En fin, como está Luiniel? ha de estar cansada, pero es joven, y ahora que has vuelto creo que podrá ayudar mucho más que antes. Había perdido por completo la luz del rostro.-

Lómion aplacó la tensión diciendo mientras sonreía -Creo que se divierte suplantando al a reina, me va a costar llevármela de aquí...-

Más tranquilo, el Elfo Oscuro comentó, como al pasar -Parece que al fin se unirán la Casa de Fëanor con la de Fingolfin- pues Lómion era hijo de Maglor, hijo de Fëanor, y Luiniel era hija de Elrond, hijo de Eärendil, hijo de Idris, hija de Turgon, hijo de Fingolfin, y ambas casas, que eran adversarias desde el exilio, pues se disputaban la corona, y todos los intentos de alianza habían fracasado en la primera Edad, y no había habido oportunidades después.

-Lamento haberme perdido tu boda,- Dijo Lómion sin decir nada al respecto -Y espero que tu no te pierdas la mía-

A lo que Belegnor contestó, casi bromeando -Bueno, si me la pierdo tendre la mejor excusa de todas las Edades del Sol-

-No lo niego amigo mío- dijo el Noldor -Aunque prefiero que no haya escusas
-No las habrá, ademas, tengo que darle nombre a un hijo que viene.- Declaró Belegnor, y agregó -Eso es algo que te queria decir, pensaba hacerlo luego, pero no sé si habrá un "luego" para mi hasta dentro de mucho tiempo...tal vez me equivoque, pero tal vez el mio sea el primero de otros.....

-Eso espero, amigo, eso espero- Dijo Lómion, pero Belegnor iba a otra cosa, y prosigió entonces

-Estos años ha habido más semielfos que nunca antes, y algunos, como Sulien, han elegido nuestro camino.- empezó ahora a decir Belegnor -Y todavia deben quedar Avari en los bosques lejanos del este. Aunque esta sea la era del hombre, eso no quiere decir que nosotros no tengamos un lugar en ella.....-

Y luego se puso mas serio y declaró
-Y quizá….quizá necesitemos un Alto Rey otra vez.

-Esta será la era del hombre, pero está claro que entre los de tu grupo hay un elfo y hay también un enano- respondió Lómion -Aunque muchos hayan decidido ocultarse, muchos otros no lo han hecho, Dormin y Borina representan también a ese pueblo- Dijo el Alto Elfo con un dejo de acusación por la conducta del Rey Bajo la Montaña de Eregion -Y tu nos representas a nosotros- y continuó diciendo –Esta es la Era de todas las razas y criaturas de Arda, incluso los Ents, no la del hombre solamente….-

Y entonces preguntó -¿Has pensado que ese niña tiene mucho más de Ent que de hombre? – dijo el Noldor, en clara referencia a Aldariel -Al menos eso me pareció según lo que escuché de ella- y agregó -Aunque el Rey Elessar sea su padre, el que la crió fue Bárbol

Belegnor asintió -Eso es verdad. Su piedad y su valor son algo raro entre los Hijos Menores- y señaló además -Y habla como si, a pesar de todo, SIEMPRE fuera a haber una nueva primavera, no importa lo duro que sea el invierno, y eso debe haberlo aprendido allí.-

Pero Belegnor volvió diciendo abiertamente -Pero me parece que estas evadiendo mi tema,-

Sonrió Lómion y dijo -No estoy evadiendo el tema, solo lo postpongo- dijo haciéndose cargo -Por un tiempo

Y el Elfo Oscuro replicó -Bien, amigo, gracias, has vuelto en el momento oportuno...- agregando con una risa suave -Ademas, no creo que hubieramos podido derrotarte-

A lo que el Noldor contestó -Prefiero no pensar que hubiera pasado, aunque dudo que hubiera sido a mi favor el resultado- dijo -Lo cual me alegra-

-como hemos dicho, suficientes cosas malas pasaron como para ocuparnos de las que evitamos....- sentenció finalmente Belegnor mientras se ponía de pie, con todos los parroquianos de la taberna que no se habían retirado, ebrios y dormidos -acompañame, volvamos al palacio-

Lomion siguió al portador de Aeglos al Palacio de Gondor, y allí recién se le ocurrió al Elfo Oscuro que, habiendo sido capitán de Morgoth, Lómion debía saber muchas cosas del ejercito enemigo, asique le preguntó

-Cuando estuviste de aquel lado....llegaste a enterarte de qué fuerzas dispone en realidad el enemigo? Porque parecen innumerables

-No lo sé exactamente,- respondió Lómion -pero he visto cinco veces el número que acompañaba a Sauron…- dijo -Solo en Mordor-

-No me extraña.....supongo que un número similar se guardaba en el norte- Dijo el Bibliotecario –Y que hay de sus “Hijos”, los comandantes? – Pero Belegnor estaba más preocupado de lo que quería demostrar –ese que me dices es prácticamente el mismo número que tenía cuando era el Amo de Arda en la Primera Edad, solo que no tiene sus Balrogs y Dragones, aunque ha creado esas nuevas criaturas, esos trolls gigantes con cuernos....son creaciones de él, o son algo más, o diferente?
-Una pregunta a la vez amigo- dijo Lomion apabullado -Sus generales son once y tienen un líder más- contó -Son doce en total- y luego expuso -Todas las criaturas que tiene son creaciones de él- y aclaró -Tuvo veinte años para prepararlas- se refería a creaciones de su voluntad hecha espíritu y convertida en materia, como los Trolls y Dragones, como las Aguilas de Manwe y los Ents de Yavanna.

-Perdona- se disculpó Belegnor por las preguntas

-No te preocupes- Dijo Lomion –Pero no sé mucho más tampoco...-

-Con esos números nos aplastará. Aun cuando ganáramos, no quedaria nada de nuestras fuerzas al final. Solo deberia reservar un pequeño contingente para arrasar lo que quede, y asunto terminado para el....- Dijo Belegnor, visiblemente preocupado -Esta claro que enfrentar a sus huestes solo nos conduciria al desastre al final, debemos combatir con el...... en persona, sea que sean esos doce o que se haya hecho un cuerpo nuevo.-

Pero con calma agregó -Lo que nos lleva a la siguiente pregunta......él....vive en ellos? o tiene un cuerpo aparte? alguna vez te habló en persona?

-Nunca lo vi- dijo Lómion -pero no creo que solamente esté en ellos, él se presentará cuando sea el momento- dijo recordando -Así siempre fue él, con sus esbirros, pero siempre siendo él el Amo-

-Tienes razon.......- reconoció Belegnor -Pero quiza, este "lider" que has dicho....Sauron en sus primeros años de regreso se presentó como el lider de los Nazgul, el "Nigromante de Dol Gul Dur"- aventuró Belegnor -hasta que Gandalf descubrio quien era.
-Esta vez es el en persona, te lo aseguro- Dijo Lomion tristemente

Suspiró entonces Belegnor -En fin, quedan 9 de los generales, a menos que pueda reponerlos.......- agregando -Y tal parece que solo nosotros podemos herirlos....no sé si Eomer, que posee una espada legendaria, podra hacerlo....-

-Eso no lo sé- respondió Lómion -Solo sé que son doce- aclaró -Y no he visto más-

-Tú tenias el mismo rango que ellos, o debias responder a ellos?- Preguntó el Avari

-Tenía el mismo rango- respondió el interpelado -Pero no creo que pueda reponerlos, Sinceramente-

-Ya veo, es algo así como un alivio...y s tu tenias el mismo rango, es evidente que el no vive solo en ellos....vamos a tener que encontrarlo.

-El problema es que no sabemos dónde está- Dijo Lómion -Ni yo lo sé-

-Ya veremos cómo solucionamos eso. Por ahora creo que sera mejor que me tome un descanso

Un Guardia de Gondor parecía estar recorriendo el palacio en aquel momento y les dijo

-Por comunicado real se les informa que mañana con los primeros rayos del sol deben asistir al septimo nivel de la ciudad- y agregó -Se hará un comunicado
-Asi se hará- respondió Belegnor por ambos -Soldado, puedo preguntar quien envia el comunicado?
-El Comandante de la Guardia Real, el Señor Eândros Athalion
-Gracias- contestó el Bibliotecario, y el Guardia se retiró; luego le dijo a Lomion –

Mañana habra algo que hacer, asique con mas razon, tengo que dormir un poco
-Así es amigo- dijo el Noldor -Puedes usar uno de los cuartos de huéspedes- y agregó -Si quieres puedo acompañarte hasta allí-

Belegnor asintió y lo siguió. Se veía cansado, quizá un poco incómodo, no estaba acostumbrado a estar fatigado, normalmente su resistencia natural era suficiente.

-Que descanses, y pido a los valar que alejen al maligno de tu sueño, al menos por esta noche- Dijo Lómion

-Gracias amigo- Respondió Belegnor, cerrando la puerta tras de si.

(escribió Patanikus - roleado on line con Ashe)

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