lunes, 1 de noviembre de 2010

El gigante de hielo y los colosos verdes


Los dos viajeros que se adelantaron llegaron hasta el Caradhras muy rápido. Era evidente que Eradan conocía el camino, muy bien. Sin embargo, el gigante los demoró tres días, pues los sorprendió con tormentas de nieve repentinas.

La charla entre ambos era esporádica, aunque afable y animada. El Elfo dormía mucho más de lo habitual, alejado momentáneamente de las amenazas que se cernían sobre ellos, aprovechó aquellos días para descansar la mente y el cuerpo. Dormía casi tanto como el Dúnedain, que dormía muy poco para ser de la raza de los hombres.

Una mañana, sin nieve pero especialmente fría, Belegnor aceptó la extraña bebida que solía preparar el dunedáin para darse calor, una infusión de una hierba reseca que se tomaba con una bombilla de metal.

-Es una planta que crece aquí en Eriador, que todo el mundo pasa por alto como si fuera una maleza- Dijo, y cebó, mientras el Elfo sacaba una porción de pan del camino para cada uno. Después probó la infusión y estuvo de acuerdo en que era sumamente energética.

Y así, mientras tomaban mate con lembas, Belegnor preguntó:

-Y dígame, donde sirvió durante la Guerra del Anillo?

-Estuve junto a Aragorn- Respondió el Ranger -Marché junto a él hasta la puerta negra.-

-En la batalla final?

-y en las batallas que vinieron después- Dijo Eradan asintiendo con la cabeza como recordando, y tomó un poco -Cuando limpiamos Mordor

-La gente se olvida un poco de eso.- Comentó el Elfo -Fue muy duro? Lo que vino despues, me refiero...

Eradan se puso a describir aquello:
-La mayoria de la gente piensa que con Sauron acabó la guerra.
-Los orcos ya no tenían un líder fuerte, pero algunos de los más poderosos comenzaron a liderar al resto

Sirvió para su compañero de viajes.
-Tenían batallas entre ellos, y eso nos favorecía
-Pero también nos llevó mucho tiempo, porque estaban desperdigados.

Y mirando al sudeste, como indicando la dirección, dijo
-El príncipe estuvo con nosotros, allí
Y volviendo a mirar a Belgenor agregó:
-El decía que era su entrenamiento matar orcos
Belegnor se sinceró en ese momento.
-Hay algo sobre el principe de los dunedain que me perturba un poco.- dijo y agregó -Habla más de matar que de vivir, pareciera-.
Eradan comentó aquello con tranquilidad
-Su vida era matar orcos, o entrenar, ni siquiera le gustaban demasiado los libros
Y el Elfo aclaró -Comprendo eso, muchos en esta tierra nos acostumbramos a matar. Pero no sé, a veces me intranquiliza cómo lo dice.-
Y luego agregó, mirando hacia la cima del Caradhras, totalmente nevada esos días….
-Sobre todo, por lo convencido y apresurado que parecía por tomar la decisión que debía tomar si su hermana aparecía como siervo de Morgoth.
Eradan cerró los ojos, como si las preguntas lo superaran un poco
-No sé tanto de él...- y dijo negando con la cabeza -Jamás hablaba de su hermana…..- y volviendo a mirar a Belegnor, que ahora lo miraba directamente, con atención -Me refiero a la que se llevaron el día de las lágrimas
-De ella hablamos....- Dijo el Elfo, y luego de una pausa, inquirió, como desentendido, pero prestando mucha atención con la mirada a la reacción del Ranger. -Y si ella apareciera, viva y bien?
El Dunedain hizo un gesto como quien escucha una ridiculez -Es acaso eso remotamente probable?
El Elfo continuó con su posición sin inmutarse -No sería el primero que escapa a las prisiones de Morgoth-
Al ver la decidida actitud del Elfo, el Ranger dijo, como si se sacara un peso de encima
-Sería una gran alegría para todos
-En especial para la reina y el rey – Dijo tras una breve pausa, y luego de otra -Y para los príncipes-
Le tocaba a él el mate, se sirvió y dijo, seco:
-Pero créame
Y tomó, para luego agregar a modo de sentencia
-No lo veo posible
Y sirviendo de nuevo para Belegnor terminó
-Y no creo en milagros
El Elfo agarró la infusión
-Yo tampoco creo en milagros, pero en mis años he visto maravillas….Esa niña es las bisnieta de Earendil el Medio Elfo, que peleo como pocos el dia que Morgotth fue derrotado. Y la hija de Aragorn, rey del reino renovado que sobrevivó al esbirro del gran enemigo.- tomó, y agregó, enfático -muchos que son afortunados dicen que una estrella los proteje….. Bueno, la estrella más brillante del cielo nocturno velaba por esa niña, tan seguro como un abuelo vela por su nieto.-y terminó el mate y la frase diciendo -no son necesariamente milagros, amigo mio.
El rostro del Dunedáin reflejaba su profunda incredulidad ante lo que oía.
-Ni siquiera había visto dos inviernos cuando se la llevaron ¿usted cree que habiendo crecido en la oscuridad eso todavía sea posible?
Y entonces empezó a recordar -El principe no volvió a ser el mismo después de ese día, al igual que la reina- agregando, mirando de nuevo en lontananza -Antes de eso era un niño muy alegre
Pero el Elfo insistía. El creía saber cómo eran las cosas -No me arriesgo a considerar nada como imposible. No tengo derecho a hacerlo.


A Eradan le parecía ridículo, pero no quería faltarle el respeto al Elfo y tampoco quería tirar esa esperanza a la basura del todo, aunque fuera salida de la nada
-Si usted así lo dice...Pero le diré que ya nadie alberga esperanzas de que ella regrese algún día…A menos no en Minas Tirith…
Y terminó diciendo -Y creo que el principe piensa igual que todos
Pero Belegnor afirmó
-Solo sé que una estrella vela por ella. Una estrella que ya hizo conocer a Morgoth la derrota una vez, mano a mano, sangre a sangre. No sabemos dónde estaba la fortaleza de Morgoth, no había un Angband, ni un Angmar, ni un Bara-dur, del que fuera imposible escapar. No sabemos dónde crecieron esos niños. Ellos no pudieron escapar a tan tierna edad, es cierto pero…………y si alguien se los llevó?
Eradan realmente deseaba que el taciturno inmortal tuviera razón.
-Ojalá sea como usted dice, si la princesa vuelve con ella volvería la luz a Minas Tirith, y la reina Arwen volvería a sonreír, y quizás la sombra no estaría tan cerca nuestro- Le dijo directamente, aunque agregando -Pero como ya le dije... no creo en milagros- y luego con un dejo de tristeza subrayó –Y Ya nadie en Minas Tirith cree en ellos.
Belegnor fue un poco más lejos -Yo creo como usted, que ése sería el efecto que tendría. Y no me culpe, los elfos no dormimos casi, asique debemos soñar despiertos.
Y luego habló, crípticamente, pero con sinceridad -Pero en esos sueños he visto que la sombra, aunque es oscura, ha vacilado. No sé decir con exactitud por qué, pero las cosas no están tan mal como la primera vez en este año que atravesé esta cordillera.
El Ranger al fin tenía algo concreto a que aferrarse, por loco que pareciera.
-¿Hay visto algo en sueños?- Y miró a Belegnor como tratando de leerlo -Dicen que los elfos pueden vaticinar el futuro en sueños-
Pero este Elfo no quería revelar más, hasta no estar seguros.
-No, no realmente, pero ha despertado alguna vez con el recuerdo de un sueño en la mente, aunque no podría asegurar si realmente lo soñó? así, vago y no del todo real?....Bueno, a mi me sucedió, he creído recordar un sueño donde la princesa de los hombres aparecía, sin haber sido tocada por la sombra más que en una forma lejana, una forma que le permitía devolver el golpe.- Y agregó tras una pausa -Y créame, casi pude ver a la sombra palidecer con esa ilusión mía.
Belegnor trató de expresar lo que pensaba sin decir nada de más
-Y casi pude verla golpear con renovadas y retorcidas fuerzas, y aun así no ser capaz de aplastar la esperanza.-
Y entonces miró al Dunedain a los ojos -Soy joven entre los mios, y sin embargo, en mi vida vi en primera fila el fin de Angmar y el de Mordor. Por esto no veo la victoria como un imposible, amigo mío.- y terminó con una mueca de media sonrisa.
Eradan no sabía qué decir, no tenía nada que le indicara que el Elfo tuviera razón.
-Supongo que hay un abismo de diferencia entre ustedes y nosotros...-
-Ojalá tenga razón maese Belegnor-
Y habló con esperanza diciendo -Ojalá llegue una luz que haga palidecer las sombras y si es la princesa de Minas Tirith será una alegría mucho más grande-

Y el Elfo anunció -En parte por eso hago este viaje separado de ellos, para interpretar estos presagios. Créame lo que le digo, señor Eradan, cuando lleguemos a Fangorn, verá que las mías no son las últimas palabras que se dicen de esto.-
A lo que Eradan comentó -Mientras ayuden a acabar con la Sombra...Quizás eso le de paz a aquellos que perdieron a sus hijos

Belegnor se tornó un poco más sombrío allí

-Eso es dificil, muy dificil...me conformaria con evitar de que algunos de esos hijos en el futuro no se pierdan.

La conversación terminó allí, y ya no hablaron de nada importante durante el viaje, pero el Elfo se mostró más animado, Le hubiera gustado decirle a Eradan sus sospechas sobre Aldariel, que en otras circunstancias, aún siendo esperanzas vagas, hubiesen sido excelentes noticias. Pero no sabía si el Ranger había visto a Aldariel con Eldarion, y prefirió guardárselo por ahora. Eradan tampoco habló más, pero inmediatamente después de aquella charla se quedó un largo, largo rato meditando.

Los dos viajeros transpusieron las Montañas Nubladas, saliendo por el Paso de Lothlorien, y entrando al bosque encantado. Allí no había nadie. Ni rastro de los Elfos, pero todo estaba intacto, nadie se había atrevido a tocar la antigua residencia de la Dama Blanca.

Luego de acampar un día en Lothlorien siguieron hacia el sur. Belegnor supuso que efectivamente se habían trasladado al bosque de los Ents. No se equivocaba. Llegaron a Fangorn aproximadamente un mes después de partir de Rivendell, y casi una semana antes que el resto de la comitiva. Al ver la linde del imponente y sombrío bosque, no supieron bien qué hacer. Ninguno de los dos, ni siquiera el Ranger, conocía el lugar.

Belegnor se puso en el borde del bosque a llamar a Luiniel y a Arien. No quería entrar a Ciegas. Listos para acampar afuera, a la vista de la salida de Minas Moria, siguió llamando, pero no tardó mucho hasta que lo encontraron. Había Elfos haciendo guardia en las lindes. Belegnor saludó a los que se le acercaron con abrazos, y les pidió que lo condujeran cuanto antes al campamento que habrían armado. Debía avisar que llegarían visitantes. Les presentó a Eradan, como parte de la comitiva de Aldariel, hija adoptiva del Señor del Bosque.

-¿Visitantes al bosque de los Ents?- Dijo la joven líder de los centinelas -Eso es extraño, aunque en estas épocas supongo que nada lo es.....Vengan por aquí, los guiaré.

Y un puñado de Elfos escoltaron a los dos viajeros bosque adentro, mientras otros varios permanecían de guardia en las márgenes.

*******

(Ya en Fangorn)

Con Aeglos envuelta en una tela basta que protegía la seda que envolvía el arma propiapente dicha, Belegnor se adentró en el Bosque seguido por Eradan bviamente llevo la lanza envuelta. Dio las nuevas que sabía a los vigilantes, que no habían encontrado patrullas de orcos en las montañas, pese a que las corruptas criaturas solían preferir esos terrenos.

-La que viene es la hija de Bárbol- Informó Belegnor -a buscar su espada-

-Si ustedes están aquí- Expresó a modo de pregunta -Debo asumir que los Pastores de Arboles acordaron darnos asilo-
-Así es, hace ya dos meses que estamos aquí – Dijo Neniel, que comandaba a los centinelas -Nos ayudamos mutuamente- Ella iba adelante, con ropas de combatiente, abriendo el paso allí donde el sotobosque había crecido rápidamente bloqueando el camino.

-Bárbol nos habló de su hija- le dijo al recién llegado -Pero de ninguna espada...- y aclaró -Al menos yo no sé nada al respecto-

Pero Belegnor respondió con otra pregunta -Como esta Arien?

-Está muy bien- le dijo Neniel con una media sonrisa -Bastante ocupada con la nueva biblioteca-
Belegnor sonrió, complacido -Han sufrido ataques? he pasado por Rivendell, y está intacto, los Orcos cruzaron las montañas, pero deben haber tomado el paso norte.- Dijo entonces.
-¿Aquí? No- respondió Neniel
-Y saben si merodean por afuera?- preguntó aún el Bibliotecario
-El paso del Norte fue tomado hace tiempo – Dijo la guardabosques -Merodear?- agregó con una sonrisa irónica -Ya están llegando al sur- y luego preguntó, mirándo a Belegnor incrédula -¿Dónde ha estado todo este tiempo?-

-Me refiero a si han recibido ataques, o si mantienen ellos tambien vigilada la margen exterior de este bosque- aclaró Belegnor

-Por lo que sabemos siguen en Mordor- Dijo Neniel retomando la marcha

-No entraron a Lothlorien, ni encontré ninguno en el camino aquí desde allá.- Comentó el recién llegado.

-La columna que nos arrasó se reúne en el sur, esperando que el segundo frente llegue a Gondor por el otro lado- Dijo, viendo que al Bibliotecario ignoraba las noticias más importantes -Arnor cayó hace casi un mes

-queeeeee!?!?!?!?!?!?!?!?- exclamó, más que preguntó, Belegnor

-Veo que no está al tanto de las noticias- Neniel seguía sorprendida -¿Dónde se supone que estuvo?- volvió a preguntar.
Y el Bibliotecario explicó -Deje Arnor hace poco menos de dos meses. Entonces llegaba a una columna desde el norte y otra desde el este, o sea desde el norte de aquí.
-La del este era mas pequeña, pero estaba mas cerca, y con miedo a que nos tomaran por dos frentes, fuimos a interceptarla.- Narró Belegnor, que sentía que sus noticias poco importaban ya -La derrotamos, la pusimos en fuga.- siguió contando -Y los hombres volvieron a Annúminas...- (Para morir al otro día?) Se preguntó mentalmente el Elfo, angustiado por la suerte de sus camaradas de armas de la Comarca. –Mientras que unos pocos partimos hacia aquí….- dijo.

-No tengo todos los detalles, debería hablar con la dama, pero casi al mismo tiempo de eso bajaron desde el Norte- Explicó Neniel -Y atacaron Annuminas
-Me está diciendo que la Fortaleza del Norte ya no existe? que pasó con el Rey?- Preguntó Belegnor, que no quería creer lo que oía-

Neniel siguió contando mientras avanzaban -Las tropas se replegaron a Tharbad- y agregó –La fortaleza soportó unos tres días- y finalmente informó -No sabemos dónde está el rey, las últimas noticias decían que estaba vivo- dijo, avanzando un poco más y deteniéndose un segundo para corroborar la ruta -Y que se dirigía a Tharbad

-Si Annuminas cayó, Tharbad no les representara ningun problema......- Dijo Belegnor preocupado.

-Solo se replegaron hacia allí, no sabemos que hayan recibido ataques, el enemigo siguió hacia el sur, supongo que el próximo paso será Rohan, pero no lo sabemos- Dijo Neniel, y al fin -Quizás la dama pueda darle más información-

El rostro de Belegnor expresaba contrariedad y enfado, por las noticias y por haber estado separado de la acción tanto tiempo. Su mente había dejado de ser la del bibliotecario y volvia a ser la del soldado que participara en la toma de Dol Gul Dur. Sabía que Morgoth no iba a vacilar en esos momentos, pero había esperado que Annuminas aguantara más tiempo que los 5 días que parecía haber sostenido el ataque.

Llegaron al fin a la zona poblada, aunque no había claro alguno. Cuanto hacía que había dejado a los suyos ya, pensó Belegnor? Tres meses? Las casas que estaban construyendo se parecían a las que tenían en el bosque negro, de piedra gruesa que funcionaba como entrada a subsuelos, excavados en zonas donde las raíces de los árboles eran tan gigantescas que lo permitían, porque desde luego ningún árbol podía tocarse en aquel bosque, y de cualquier forma, ellos acostumbraban a construir sin mancillar el terreno. Vió algunas casas terminadas, unas pocas con un fuerte ramaje cubriéndoles los techos, y salidas de escaleras caracol a los árboles y hacia abajo. Vió también muchas casas en construcción, algunas sobre ramas gigantescas como las de Lothlorien, pero más sólidas porque éstos árboles lo permitían, y muchos bloques de piedra siendo tallados. Algunos Ents ayudaban en la colocación de los bloques. Se preguntó si estarían extendiendo un sistema de subsuelos como el del Thranduil, aunque sabía que aquí había que excavar profundo para eso

Se desvió Belegnor hacia la biblioteca, tras preguntar dónde estaba, y saludó a Neniel y al resto de los centinelas, que volvieron a sus tareas en las lindes del bosque. Sólo la caminata por el Bosque les había llevado casi un día entero, aunque ellos no temían a la oscuridad y había sido casi toda de noche. Ahora era pasado el mediodía. Belegnor se despidió de Eradan, que fue alojado en una improvisada casa de huéspedes, ya completa. El Edificio al que iba Belegnor era grande, estaba a medio terminar, y estaba situado entre cuatro gigantescos árboles. Arien estaba atareada, radiante, sentada escribiendo en una pequeña mesa. Aún no lo había visto. Él se deshizo del equipaje, descargándolo a un lado, y avanzo hacia ella sin decirle nada, y tomándola por la cintura cuando ella lo vió y corrió hacia él, abrazándolo. Se confundieron en un largo y apasionado beso, y a él le pareció como que habían estado separados más tiempo del que realmente era. Quizá por la brevedad con la que se reveló su amor, justo antes de que él partiera.

Ella lo condujo a un asiento, y allí, él le relató, brevemente, su viaje hasta allí, y le dijo que le era urgente hablar con los capitanes; la invitó a ir con él a ver a la Capitana.

-Venia con noticias de la guerra del norte, pero veo que me han precedido, recibieron mensajeros de Rohan?- Dijo Belegnor

-Los mensajeros de Eândros trajeron noticias de lo que pasó- Aclaró Arien -Eso fue hace dos días…- y agregó –Despues de eso, la Dama Luiniel se encerró todo ese tiempo con los capitanes

-Entonces no tengo mucho que agregar, salimos de Annuminas hace un mes y medio..,,,- Relató Belegnor, -Estuvimos en Rivendell.- y dijo -Sigue intacto- con algo de alegría.

Pero Arien reaccionó casi con terror –¿Rivendell? es peligrosa esa zona- dijo angustiada -
-No se puede ir hacia el norte

-No lo fue para nosotros, y no lo es para el que conoce el camino- Replicó Belegnor -No han llegado a Rivendell aun, o no lo encontraron- y además aclaró -Tampoco encontramos demasiados enemigos en el camino, y ninguno después de Rivendell-

-Me alegra saber eso- Dijo Arien más tranquila -Ven, creo que será mejor que vayas a hablar con la Dama Luiniel- y diciendo esto se incorporó, con sus manos aún en las de Belegnor.

Belegnor pensó que, de todos modos, los Orcos están a gusto en las montañas, y estas eran siempre las primeras zonas que tomaban, asique al no haber visto nada en ellas dio por hecho que el límite sur de la zona conquistada por Morgoth al oeste del Anduin se hallaba bastante más al norte que Lothlorien. Pensó si los casi invencibles Beórnidas, que vivían en esa zona, habrían sido capaces de enfrentar la acometida.

-Está reunida la Capitana?- Preguntó Belegnor, ya encaminado a informar de manera correspondiente sobre su llegada.

-Sí- replicó Arien –Siempre están reunidos por estos tiempos-

Arien condujo a Belegnor a la sala de reuniones. Adentro estaban todos los capitanes de Elfos que se habían quedado de este lado del mar, con excepción de los de los Puertos Grises. Estaban también Feadin, el joven Elfo nacido poco antes del fin de la Tercera Edad del Sol, y Sullien, la Medio Elfo, hija de un Rohirrin, que había elegido el camino de los Primeros Nacidos.

También, todos así reunidos, hacían notar la ausencia de Lómion, el Noldo. Mucho.

Luiniel saludó, separándose de sus capitanes. Su rostro era totalmente inexpresivo, como tallado en piedra: Así estaba desde la desaparición de Lómión en la Batalla de las Cenizas.

-Belegnor- Dijo la Capitana de los Elfos -Me informaron que estabas aquí-

-Acabo de llegar – Contestó el antiguo Bibliotecario -Precedo a una pequeña comitiva, que viene con la Hija de Bárbol- (Y quizá, la hija de alguien mas) pensó al decir esto.
-Aldariel- respondió Luiniel -Nos habló de ella- tras una pausa, ella había abandonado el tono ligeramente afable del saludo y se había puesto muy seria -¿Y qué objetivo tiene esa comitiva?-

Belegnor se puso al tono de la situación -Las noticias que traigo se me han adelantado, en su mayoría- y replicó -Hubo guerra en el norte, rechazamos a una columna, pero oí que la otra tomó Annuminas. Hace un mes nos detuvimos en Rivendell, estaba intacto, y nadie nos vio entrar, ni salir...

Luiniel respondió con rostro apesadumbrado -No era una columna, era una marea de enemigos, como ocurrió en el Bosque Negro……un frente de la Sombra que llenaba el horizonte y que arrasó todo lo que tenía a su paso.- y tras una pausa agregó -Y ahora se dirige hacia Gondor-

La Capitana de los Elfos siguió hablando, para aclarar -Por suerte no ha habido muchas bajas, y el paso está custodiado.

-Hay números?- preguntó Belegnor

-¿números?- dijo Luiniel –ah, las bajas ascendiero a un Millar. Se replegaron a Tharbar, la antigua fortaleza, como pidió el maestro Eandros, pero el frente siguió hacia el sur, sin preocuparse por ellos. Creo que la mayoría habrá dejado ese lugar poco después, las tropas eran requeridas en otros lugares

me:

Belegnor recordó la Batalla de la Comarca -Pasar por Rohan no les sera tan facil, las defensas moviles de los Rohirrin probaron su eficacia en el norte-

-Y ahora están resguardados por 50000 Haradrim- Informó Luiniel -Pero podrían tratar de entrar directamente a Gondor por el este, sin pasar por Rohan

-Asique ese es su objetivo- Razonó Belegnor – y en el paso, las ventajas de la movilidad se verán reducidas, y los números pesarán-

-Rohan está cubriendo esa zona- Dijo Luiniel

-Pero nos dividirán en dos- Se quejó Belegnor

-Eso es lo que se espera- Dijo la Capitana resignada –Y lo que ocurrirá-

-Pero no hay suficientes Rohirrin para cubrir todos los pasos del oeste de las Montañas Blancas- Dijo él

-No, tampoco para cubrir todo Gondor- aclaró Luiniel

-De todos modos, las tropas reunidas de los hombres son numerosas- Dijo Belegnor, que no se dejaba amedrentar del todo por la imponencia de las hordas oscuras –Y cada uno vale por muchos Orcos.
-Así es- Dijo la Capitana -Cubrirán la mayoría de los pasos

-El problema es que estarán peleando en su tierra y será su tierra la que sufra- Dijo el Elfo situándose en la realidad.

-Minas Tirith está cubriendo Osgiliath en el Este. Aún no salieron de Mordor- pasó a aclarar Luiniel-

Informado de lo principal, Belegnor pasó a informar de su propia misión -Me hiciste una pregunta que no te respondi- dijo -Aldariel viene a buscar su espada.-

-¿Espada?
-Si- replicó Belegnor -Una espada que vino con ella cuando la dejaron al cuidado de Bárbol

-¿Narsil?- Inquirió Luiniel de pronto.

Y con una sonrisa, el antiguo bibliotecario dijo -Eso espero

-Bárbol no mencionó ninguna espada... me pregunto por qué...- Comentó Luiniel

-Como supiste mis pensamientos? tu tambien crees que sea Narsil? – Preguntó Belegnor muy interesado

-Mi hermana espera que aparezca esa espada de un momento a otro- Luiniel se refería a la reina Arwen, su hermana -Y ahora tu vienes y dices que Bárbol custodia una espada de una hija que no es suya-

-Asi es- Asintió Belegnor -Aunque sí es suya en espiritu y sabiduria…..Pese a sus cortos años-

Y luego dijo -Luiniel, no quiero hacer conjeturas....Pero la descripción del brillo, el Maestro Eândros con sus con sus dotes de oraculo señaló el lugar de descanso de esa espada, aquí...Como mínimo, es una espada de nuestra artesanía, y eso ya es mucho decir en estos tiempos.-

Sin inmutarse ni cambiar su pétreo rostro, la Capitana dijo -Si esa espada es Narsil, esa niña debe ser mi sobrina-

-Así és eso también lo creo- y los ojos de Luiniel se iluminaron al escuchar eso de su bibliotecario, quien continuó diciendo -Conoci a Aldariel, quiero creer que nos hicimos buenos amigos. Y hay algo de la luz de estrellas en ella. No sé si como la que nosotros portamos, pero es clara. e innegable.

Belegnor miró entonces a su Capitana, si era la tía de Aldariel, quizá encontrara algún parecido que antes no había notado.

-Es lógico que haya luz de las estrellas en ella si es hija de Arwen Undómiel y nieta de Lúthien la Bella- Afirmó Luiniel, que ya no dudaba -¿Por qué crees que mi hermana bautizó Lúthien a su última hija?-

Belegnor se sorprendió un poco -Luthien? asi le habia puesto?

-Sí-

Y el bibliotecario del bosque negro dijo -Entonces quiza el destino le este marcando algo.....Porque los elfos jamás repetimos nombres. Debio ponerle ese nombre porque penso que escogeria el camino de los hombres. Y si es Aldariel, parece haberlo hecho....Pero su nombre es diferente ahora, como dándole a la hija la posibilidad de elegir....que su madre parecio no tener en cuenta.- terminó de decir muy respetuosamente, y luego agregó -Y hay dolor en el camino humano de Aldariel, Luniel, mucho dolor…hay algo que preferiría decirte a solas, porque es algo concerniente a tu linaje....quizás la sombra más terrible de las que Morgoth Bauglir descargó sobre nosotros en esta Cuarta Edad del Sol…...

A Luiniel no le gustó nada aquello -Me estás asustando Belegnor, que pasa?- y lo apartó, viendo que estaba indeciso de hablar frente a los capitanes, y entonces Belegnor dijo lo que más le preocupaba -Aldariel y el Principe Eldarion se conocieron, ella como la hija adoptiva de Bárbol, sin las sospechas que tenemos ahora, de las cuales, debo decir, soy el principal cultor....Aunque las intuiciones de tu hermana le dan fuerza a lo que sospechaba….-

Y Belegnor continuó -Pero esta alegria viene envuelta en tristeza……-Porque sin saber del parentesco que puede que los una, Eldarion y Aldariel se enamoraron.
Un manto de tristeza rompió la férrea expresión de la Capitana de los Elfos. Pidió permiso a sus capitanes, que continuaron discutiendo la situación sin ella, y se encaminó junto al Elfo Oscuro fuera de la sala de reuniones; ambos caminaban ahora solos por el bosque.

Y con un suspiro, preguntó, rogando porque aquello fuera lo que Belegnor también supuso en un primer un momento, un amor adolescente:

-¿Cuan grave es?-

Y Belegnor, que ya había pasado por aquello, y se había dado cuenta de que Eldarion y Aldariel eran jóvenes, pero no adolescentes, aclaró con voz seca:

-Es amor.- y agregó -De ese que no se va del pecho pase lo que pase-

En un nuevo suspiro Luiniel dijo -Entonces espero que no sea ella- pero también -Aunque si la espada que está aquí es Narsil, no hay mucho más que saber...

-Hay algo mas sobre esta chica...- Empezó a decir Belegnor, ya que aquel tema no tenía solución inmediata. -Es la persona que la Dama Galadriel le predestinó a Dormin encontrarse.- y agregó con un esbozo de sonrisa –“La muchas veces elegida” habría que llamarla…-

-La mujer que buscaba Dormin...- Dijo Luiniel como para sí.

-Asi es, el maestro herrero me confeso su...pasado, una noche antes de que me separe de ellos alla en Rivendell...- Dijo Belegnor

Y un poco sorprendida, dijo la Capitana: -De eso solo sabíamos la Dama Galadriel y yo...La Dama dijo que el destino de Dormin sería proteger a una mujer, que sería muy importante en la historia del mundo...- y tras breve pausa agregó -Jamás dijo quien era, supongo que eso no se le reveló-

Y e Bibliotecario razonó –En alguien destinada a ser importante en la guerra contra aquel ante quien Sauron se arrodillaba puede haber empequeñecido el hecho de que fuera una princesa, para los oráculos....

Pero Luiniel replicó -Quizás... o quizás la Dama vio más cosas que prefirió callar- y luego preguntó -Dime... ¿dónde está ella ahora? ¿por qué no has venido con ella?

-Ellos debían descansar y Dormin debía acabar el trabajo de nuestras armaduras. Ellos iban a pasar por Moria. Yo quise llegar antes y asegurarme de que llegaban al lugar adecuado.- Informó Belegnor y agregó -Ahora que lo dices, me intranquiliza un poco.-

Pero Luiniel dijo entonces -Está bien, su destino no está ahora en nuestras manos…Deberíamos ir a ver esa espada, es necesario-

Belegnor estuvo de acuerdo -Si Bárbol lo permite, cualquiera de nosotros puede reconocer a Narsil. Si lo dispones, iremos en seguida-
(el parentesis esta de mas)
-Si esa espada es Narsil traerá esperanzas a todos ¿lo sabes no?- Recordó Luiniel -Esa copla que Borina entonó, es conocida en todo Gondor y más allá-

Belegnor lo sabía bien -Perfectamente, fue una luz de esperanza cuando golpeo mi mente por primera vez, cuando la niña me comentó de su espada.- pero recordó con un poco de vergüenza -En ese entonces no quise pensar en su línea de sangre, ahora me culpo. Pero solo fue un destello en mi mente. Yo no sabia que esa espada podia ser Narsil.

-Aún no entiendo de qué te estás culpando Belegnor- Le respondió Luiniel con firmeza -Nosotros no podemos influir en los designios de los Valar. Ni siquiera de aquel al que queremos destruir-

Belegnor sacudió la cabeza, resignado

-Tienes razón, cauando hable con ella, sus corazones ya se habian tocado, y el daño ya estaba hecho. De todos modos, el Enemigo ya no se cuenta entre los Señores, y aunque tiene poder para designar lo que sucede, nosotros sí podemos, y debemos, oponernos a ello....- pero aclaró -Sólo que no sin dolor, me temo..

-Me temo que eso sea cierto...- Dijo la Capitana Elfo, retomando el tono triste, mientras ambos dirigían sus pasos, ya decididos, a ver si la espada de Fangorn era efectivamente Narsil.

-Aún hay otras cosas que debo decirte-,
-Te escucho Belegnor- Respondió Luiniel

-Ésta es la primera, espero que mi atrevimiento no haya causado un daño irreparable..- dijo, agarrando el arma envuelta que llevaba en la espalda

-Cuando apareció en mi mente la posibilidad cierta de reencontrar a Narsil, algo mas brilló allí.- Dijo el Bibliotecario -Se dice que, cuando Narsil y Aeglos, la lanza del Rey, forjada del hierro de Ringil, golpeaban juntas, nada, absolutamente nada podia sobrevivir al doble impacto, porque éste, simbolizaba la union de los hijos de Illuvatar
contra el enemigo en comun.-

Y desenvolviendo la lanza plateada, se la presentó a su Capitana, poniendo una rodilla en el piso

-Asique me tomé el atrevimiento de tomar la lanza del Rey y traértela, para que tu designes al más digno de entre nosotros para portarla contra en enemigo de todos-

Luiniel arqueó una ceja; parecía que Belegnor nunca corregiría esa costumbre suya de mirar para otro lado cuando la vida lo apuntaba con el dedo, y respondió -Creo que Aeglos ya ha tomado su decisión... tu sabes bien que quien no sea digno de portar esa lanza ni siquiera podría tomarla entres sus manos...- Y dijo, más seria -Levantate ahora Belegnor, y enfrenta tu destino

-Parece cierto, que te alcanza hagas lo que hagas, aunque te encierres en una biblioteca un milenio...- Comentó Belegnor por lo bajo, poniéndose de pie y retomando la marcha
-Está claro que Narsil no peleará sola- Dijo Luiniel. -Narsil siempre a estado acompañada, y no han sido menores sus compañeras….-

Y Belegnor prosiguió con el tema -No peleara sola, y debo decirte algo mas, algo quizá más incierto en sus consecuencias....otra arma fue encontrada en Rivendell, una que dormia desde la primera edad del sol...una que intenté que quedara en su lugar de descanso para no acelerar las profecias....
-Una que fue reforjada, por el unico de nuesra era que podia hacerlo....aquel que sabia combinar la artesania de los Noldor y los Khazad....
-Dormin- interrumpió Luiniel
-…..con la que esa espada fue originalmente hecha- prosiguió Belegnor -Porque esa espada es Gurthang, la hoja negra, temor de Morgoth.-

-Gurthang también ha aparecido...Y si es la espada que portará Dormin también acompañará a Narsil...- Dijo la Capitana, como meditando lo que decía, y luego, mirando al cielo agregó: -Quizás los Valar no puedan venir a auxiliarnos, pero en esta hora de necesidad nos auxilian en las formas más extrañas...- Y luego sentenció -Morgoth teme ahora a Narsil….. Y teme a Gurthang desde siempre. Ni debe imaginarse que Aeglos también las ayudará...- Y miró al Bibliotecario con cierta luz en la mirada

-Estas noticias que traes me dan esperanzas….Aunque en ellas venga sumida una gran tristeza...- le dijo

Y Belegnor replicó -Las profesias son caprichosas en cumplirse. Gurthang se anuncio como la muerte de Morgoth hace tres Edades del Sol, aunque la identidad de su portador es ahora una cruel ironía.....el hierro de Aeglos fue el primero que lo hirió, cuando era parte de la espada del Rey Fingolfin. Y Narsil fue anunciada como su perdición, la que traerá la paz, en la Ultima Profecía...-

Agregando luego, con menos ánimo -Pero como dices, el ha puesto su mano ya, y nada se hará sin dolor-

Y luego Belegnor fue hacia otros temas de importancia -Solo espero que tengamos oportunidad de usar los Dones de los Valar- dijo -En la Batalla de la Comarca, el Hijo de Morgoth que condujo el ejercito, se presento montado en algo que no se veía hace siglos....- y tras una pausa infomó -Un Uroloki-

-Escuchamos esas noticias- Dijo Luiniel -No se ha vuelto a ver en este tiempo, y no sabemos dónde está, o dónde volverá a aparecer.-

-Nunca habia visto uno en persona, jamas fui a las tierras donde habitaban los ultimos....o los que creimos los ultimos...- Comentó Belegnor -Hace mucho tiempo que un dragón no sobrevolaba los cielos de los Pueblos Libres…Pero en estos tiempos parece que todo es posible….Es una terrible vision, una tormenta de fuego vestida en un traje de escamas de acero, y esos ojos.....se dice muy facil, en los libros, que tal o cual héroe mató un dragón...-

Y luego se dispuso a concentrarse en la tarea inmediata -Pero en fin, vayamos a ver si es cierto lo que sospechamos.
Luiniel realmente estaba esperanzada -Si es cierto lo que sospechamos una luz volverá a encender los corazones de los hombres, el corazón helado de mi hermana... pero me temo que ya no veremos esa luz como tú la conociste... porque ahora está manchada por la oscuridad...- y como alejando el pensamiento dio -Vamos a ver a Bárbol, es por aquí-

Pero Belegnor dijo antes de llegar -Las cosas nunca vuelven a ser como las conocimos. Si los hombres lo entendieran, no envidiarían tanto nuestra inmortalidad-

No pudiendo evitar volver al tema, Luiniel preguntó -¿Qué debemos esperar de esto? ¿Ella ya lo sabe? ¿Lo sabe el príncipe?

-Ella lo ha aceptado, con dolor, pero como la princesa que puede que sea....con entereza. Ha prometido devolver el golpe…..En eso encuentra algun consuelo....- Respondió Belegnor, comentando enseguida -Pero tener que ver un amor tan puro hecho pedazos de esa manera, fue duro para todos....y mil veces más para ella.-

Luiniel volvió a suspirar. Sus ojos jóvenes para la cuenta de los Elfos tenían un brillo cristalino y frio, propio de los Primeros Nacidos de milenios de vida -Si estuviera en mi hacer algo al respecto lo haría, pero no está en mis manos, ni en las de ningún mortal o inmortal que esté pisando esta tierra

Pese a la tristeza que la invadía, la Capitana de los Elfos estaba mucho más Parca que de costumbre, y ambos sabían por qué. Lómion, quizá el último de los antiguos Noldor viviendo en las tierras mortales, su amado en secreto, que había desaparecido en el combate de la Defensa del Bosque Negro, y nada se había vuelto a saber de él. Nada de esto demostraba la joven Noldor, pero ambos sabían lo que pasaba.

-No has respondido del todo mi pregunta, por lo que sospecho que el principe no lo sabe aún...- Dijo Luiniel volviendo al tema -Y ese es mi peor temor ahora-

En aquel momento, llegaban a la gran arcada que marcaba la entrada de la casa de Barbol. No había puerta, pero sí una gigantesca mesa hecha de árboles vivos crecidos con esa forma, igual que las paredes, el techo, y las sillas. Y una pequeña cama en un rincón, con sábanas. Claramente el lugar donde reposaba Aldariel.

-En efecto, no la respondi, porque no es un tema sencillo.- Dijo Belegnor, mientras miraba aquella escena, con la cama igual que como la habían dejado, meses atrás seguramente, y esperaba que les den permiso para entrar. En la parte de atrás de la casa había una cascada, cuya caída se oía desde alguna distancia.

-Bárbol, soy yo y vengo con un amigo ¿podemos pasar?- preguntó Luiniel en voz alta, clara, y algo lenta.

El gigantesco Ent salió desde detrás de la cascada, diciendo con la acostumbrada lentitud de palabras de los suyos -Por favor, pasen.-

-Buenos días Bárbol, él es mi amigo Belegnor- Dijo la Capitana

-Buenos días señor Belegnor- Dijo el Ent agachándose un poco para ver mejor al recién llegado.

El Elfo Oscuro saludó en Éntico antiguo, a lo que Bárbol respondió, también en Éntico -
-Oh! veo que usted sabe hablar el entico... eso es un honor- Frase que, apurada, tardó unos cinco minutos en completarse, con lo que al final dijo -Supongo que será mejor que hablemos en su lengua para no perder tiempo…No lo había visto antes por aquí- le dijo, dirigiéndose a Belegnor.
-No estuve- Aclaró el Elfo -Me separe de los mios hace algunas lunas, para llevar mensajes y ayuda a los hombres, y ahora me reúno con ellos aquí.-

Luiniel aclaró entonces -Hemos decidido vivir en Fangorn hasta que todo esto termine,

-Son de mucha ayuda aquí- dijo el Ent.-Puede quedarse el tiempo que desee-

-Agradezco su hospitalidad de todo corazón- Dijo la Capitana.

-He de decir que ha hecho usted un gran trabajo con su hija Aldariel, la he conocido en el camino de ida y vuelta. Ella esta regresando aquí.........- Empezó a decir Belegnor

-¿Mi hija Aldariel volverá? Pero si se ha ido hace muy poco tiempo...- Dijo Bárbol -Aunque eso me alegra en demasía…Muchos Ents ya estaban empezando a dormirse otra vez sin sus canciones…-

-Ella dijo algo venir a despertarlos, o de mantenerlos despiertos. Y la he odio cantar, sé a que se refiere.- Dijo Belegnor, omitiendo, inconscientemente o no, que la chica estaba muda ahora.

-A ellos les gusta mucho escucharla cantar- Informó el Ent, y luego comentó -Pensé que tardaría más en llegar aquí, me dijo que no volvería por un tiempo...-

-Y asi lo habria hecho- Dijo Belegnor -Pero hay guerra entre las criaturas que nos movemos deprisa, una guerra contra el Sumo Enemigo, Y ella ha dejado aquí algo que necesita para eso...-
-Entiendo... pero ella siempre cumple sus promesas así que supongo que ya es digna de la espada. O no volvería-

-Le puedo asegurar que lucha como 10 hombres- Dijo Belegnor con tranquilidad, aunque Luiniel se sorprendió bastante al oír aquello.

-Ah, creo que olvide esa parte...disculpe Capitan- Dijo Belegnor con una ligera sonrisa -Y su voz se impone en la batalla, parece que ahora Gondor tiene su Doncella Guerrara, como Rohan la tuvo en la Guerra del Anillo.

-Supongo entonces que volverá a irse cuando regrese...- Dijo Bárbol, con un dejo de Melancolía.

-Así será seguramente, Bárbol, la necesitan en otro lugar ahora...- Dijo la Capitana.

-Entiendo... los Ents se pondrán tristes, y yo también- Comentó Bárbol -Pero no puedo impedirle que cumpla el destino que trazó para ella-

Y luego agregó, como recordando -Desde que le mostré su espada hace ya diez años de los hombres prometió que iba a combatir a la Sombra para proteger a todas las criaturas buenas de este mundo...- terminó la frase de nuevo con melancolía. -Sabía que llegaría el día que se iría de mi lado….Para cumplir ese destino

Belegnor dijo -Si tenemos suerte, regresará. Si no, no habrá donde regresar, con todo respeto Señor.....-

-Lo sé... yo sé perfectamente lo que volvió a la Tierra Media, señor Belegnor…Y Aldariel también lo sabe, siempre lo supo, desde pequeña…

Y el Elfo recordó entonces, comprendiendo -Por eso no parecía demasiado sorprendida cuando se lo dije. Aunque no sabia las palabras, ni la extension de lo que ellas significaban...-

-No, y no le teme, a pesar de todo lo que le conté de él...- Dijo el Anciano Ent
-Y usted lo vio, cuando hollaba la tierra con sus botas de hierro, él, en persona...del cual Sauron era solo una mala imitacion....- Dijo Belegnor

-Sauron era su vasallo, él siempre fue el amo…- Dijo Bárbol -Pero volvió…..demasiado pronto...

-Ha querido evitar las profecías, en ellas volvía con todo su poder, pero su derrota estaba garantizada. Ahora es más débil, lo sé, mucho más- Dijo Belegnor, pensando en la derrota del oscuro a manos de Feagul -……pero imagina que nosotros somos mucho más débiles aún...- y luego agregó -Al menos, eso es lo que creo.-

-Él siempre cree que es más poderoso que los demás... y eso, ya lo hizo fallar antes- Sentenció Bárbol

-Sí, su arrogancia es y sera nuestra mejor arma- Cerró Belegnor.

-Bárbol, tu encontraste a Aldariel no es así?- Luiniel volvía al tema que los había traído allí -¿No has visto quién la dejó en el Bosque?-

-No... estaba llorando cuando la encontré- Dijo Bárbol -No tenía nada con ella, salvo la espada….-El que la dejó penetró el linde del bosque y la dejó a la vera del río- y aclaró el Ent -Claramente la dejó allí con la espada, siempre supuse que era para saber quién era cuando creciera-

-Bárbol, ¿podemos ver la espada?- Pidió Luiniel

-Supongo que a Aldariel no le importaría...- Renspondió el Pastor de Árboles, y seguidamente se acercó hasta la mesa grande y la movió por el lado de la que tocaba la pared, dejando al descubierto un agujero en el muro vegetal, de donde sacó son sus extrañas manos una espada, envainada en una funda élfica, de la manufactura típica de Lorien, exquisitamente adornada, que Belegnor reconoció en seguida: la funda que la Reina Galadriel diera a Aragorn como regalo suyo al futuro Rey, cuando Anduril, ahora re-forjada y rebautizada Narsil, salió de las fraguas de Rivendell, que la hicieron indestructible; la magia de la funda aseguraría además que nunca se mellara o herrumbrara. Era innecesario ver la hoja porque de aquellas fundas nunca se hacían dos iguales, y aún así los ojos de Belegnor buscando la empuñadura, confirmando que aquella era la espada que todo el mundo soñaba ver reaparecer. Belegnor cerró los ojos involuntariamente, como quien se quita un peso de encima.

Pero Luiniel había reconocido a Narsil antes que nadie

-Bárbol, supongo que tu no lo sabes porque no la habías visto... pero esta espada es Narsil, Andúril, llamada anteriormente Narsil- Dijo solemnemente -Y es la espada del Rey-

Y luego, mientras unas lágrimas se le escapaban y el pétreo rostro se desarmaba, anunció
-Creo que ya no hay más dudas al respecto, Aldariel es Lúthien, Princesa de Gondor.

Belegnor se mantuvo tranquilo, aunque listo para sostener a su capitana de ser necesario; eran demasiadas cosas juntas y ella joven para actuar como una Señora de los Elfos. Y entonces preguntó:

-Digame, Barbol, por que la llamaste Aldariel?-

Y el Ent respondió -Porque ese nombre significa "Hija de los árboles" en élfico, cuando llegó aquí ella no tenía padres, solo estaba rodeada por el bosque- y terminando -A todos nosotros nos gustó y la bautizamos Aldariel-
-Entonces, ella debera elegir que nombre quiere llevar- Dijo Belegnor con firmeza, aunque sin despegar los ojos de su capitana, que vacilaba
-Por favor recuéstela en la cama, parece que no se encuentra bien...- dijo
-Vamos Capitana, es una buena noticia a pesar de todo...- Dijo el Elfo con suavidad, pero la alzó en brazos, algo preocupado, y la recostó en la cama que fuera de Aldariel.

Ahora todo cerraba claramente. Mientras abría la puerta y llamaba a un curador, se dio cuenta de que lo que había hecho vacilar a Luiniel era aquello que temían los Elfos, que aunque se reían de enfermedades, infecciones y climas hostiles, y resistían mucho mejor que los hombres heridas y lesiones, podían enfermarse, debilitarse o incluso morir de tristeza. La dejó allí, con alguien a cargo y dos guardianes en la puerta por si la Capitana necesitaba algo.

-Y avísenme cuando esté mejor; y también avísenme por favor si llegan nuevos visitantes a Fangorn-

Mientras Bárbol le daba algo de beber a Luiniel, y los tres Elfos de guardia se quedaban ahí, esperando expectantes, preocupados aunque sin preguntar nada por respeto, Belegnor se alejó, también con los ojos húmedos, rumbo a la biblioteca, mientras pensaba, Aldariel le había dicho que tenía que ir a buscar su espada cuando él había mencionado la espada del Rey. Fue lo primero que le llamó la atención, luego que Léod dijera que a Aldariel, Luthien, que ahora sabíamos que eran la misma, se la había llevado un “hechicero”. Era obvio, Aldariel tenía aproximadamente la edad de los niños desaparecidos el Día de las Lágrimas, la edad de la princesa Luthien en ese momento, aunque parecía algo más joven, por su sangre élfica. Pues ella era un Medio Elfo, que quizá incluso no había escogido aún su camino. Y su habilidad con la espada eran muy superiores a las de alguien que, como ella, había entrenado entre seis y ocho meses tan sólo, y él mismo había visto el liderazgo de su padre Aragorn en su sangre, demostrado no sólo con los hombres en la Batalla de la Comarca, sino suficiente para devolverle la confianza a él mismo en Annuminas. Y ciertos rasgos de él también podían verse en su rostro.

Entonces se preguntó, por que todos lloraban cuando debería ser una noticia feliz, y allí recordó a Eldarion, que todavía no sabía nada. Y debía estar aún aferrándose a ese amor, condenado por el destino.

Y entonces Belegnor ya no pensaba nada más, sino que iba, a buscar a alguien.


*****

(Arien)

Belegnor volvió a la biblioteca, y al llegar abrazó a Arien por detrás, mientras ella escribía, la besó y se sentó a su lado, y comenzó un largo y detallado relato de todo lo que le había sucedido, la gente que había conocido, y los hechos importantes en los que se había visto vuelto envuelto.

En medio del relato, ella le pidió que fueran a su habitación; sabía que Belegnor había venido viajando, sin descansar nada, asique le dijo que se acostara y continuara el relato desde allí. Al llegar, y hacer lo que ella decía, vió que sobre la mesa de luz tenía un manuscrito; el título decía “Dagor Lithui”, en Quenya, la Batalla de las Cenizas. La que habían peleado ellos en el Bosque Negro, la primera de esta Guerra que amenazaba todo Arda.

Hasta que no se recostó, Belegnor no cobró consciencia de lo agotado que estaba. Aún los primeros nacidos necesitan reponer fuerzas, aunque lo hagan más rápido que los mortales. Y al ver el manuscrito, preguntó a su amada si había habido alguna noticia del destino de Lomion de la Casa de Fëanor. Y entonces le confesó que él nunca lo había visto morir, algo que sólo le había dicho a la Dama Luiniel.

-No hubo noticias de él... ninguna- Dijo ella apesadumbrada, mientras tomaba notas de lo que le decía Belegnor. Éste le preguntó:

-Vas a ser tu la que narre esta guerra? la última de todas, si tenemos suerte………. Es una gran responsabilidad, pero sé que estarás a la altura.
-Gracias maes... perdón, Belegnor- Dijo Arien, corrigiéndose a medio camino sonriendo diáfanamente por su error.

El Bibliotecario abrazó a su amada, que se había recostado justo a él, con el cuaderno de notas en las manos, por la espalda, sin impedirle seguir escribiendo . -Ademas, parece que al fin he encontrado un destino, y no me gusta escribir sobre mí mismo.....- le dijo, a lo que ella se puso ligeramente triste y replicó --Y supongo que ese destino te alejará de mi lado una vez más...

Belegnor respondió a eso besándola y diciéndole -No puedo negarlo, pero la separación sera mas breve de lo parece......- pero confesó -aunque ésta que pasó, me pareció más larga- pero dijo también -De todos modos, si no se hace, no quedara ningún lugar para el amor, de nadie, en ningún lado.

Belegnor continuó su relato, con lujo de detalles, y al llegar a la parte en la que él recogía Aeglos de la cámara del Rey Gil Galad, hacia el final del relato, Al oír de la visión que había tenido Belegnor al tomarla, Arien exclamó:

-¿Siete luces? ¿y qué crees que signifiquen?

Y respondió el interpelado -Como se estan planteando las cosas, creo que representaban 7 brillos de acero que romperán la oscuridad, reflejando aquí una luz que viene de lejos. Y esos aceros son la esperanza contra Morgoth.- agregando -Creo que los Valar me lo dijeron cuando toqué la lanza del rey.

Luego Belegnor enumeró -Hasta ahora, han aparecido 3, Gurhang, la espada negra de Turin de Nargothrond, Aeglos, la lanza de Gil Galad forjada con el acero de Ringil . Y Narsil, la Flama del Oeste, que habia desaparecido, y estaba aqui en Fangorn. Esta aún no tiene portador………aunque me temo que ella ya..."eligio a su heredero" como decía la canción…..

-¿Su heredero no debería ser el príncipe de Gondor?- Inquirió Arien, que presentía que iba a escuchar algo malo.
-Asi es, pero hay tres principes en Gondor....- sonrió amargamente Belegnor
-Siempre pensé que eran dos- dijo Arien -El joven heredero, Eldarion y su hermana Eärwen-
-Creemos que Luthien puede haber reaparecido- Dijo el Bibliotecario --Recuerdas esta chica Aldariel, que te mencioné cuando te conté lo que pasó en Annuminas, y luego en la Batalla de la Comarca y Rivendell?
-¿La hija de Bárbol?- preguntó ella
-Hija adoptiva- Corrigió Belegnor -Creemos que puede ser la princesa perdida de Gondor.-

Arien puso cara de incomodidad, mirando al vacío con las cejas fruncidas.

-Aqui en Fangorn dejó Aldariel su espada, que llegó con ella, cuando era bebé. Para buscarla vienen ellos a Fangorn- Indicó Belegnor -Y yo acabo de verla. Y es la Flama del Oeste.

Arien rápidamente se hizo cargo de la situación y dijo, mientras se le quebraba la voz:
-Pero dijiste que esa chica... se había enamorado del príncipe y su amor era correspondido...

Belegnor la abrazó fuerte -Si, Morgoth no golpea solo con fuego y acero...Narsil espera en la casa de Barbol. Espera desde el dia en que llego aqui, junto con Aldariel. Y los relatos coinciden en que, antes que los Orcos, Luthien fue raptada por un hechicero- Terminó de aclarar Belegnor -Uno que bien podria ser el nuevo Istari que vino del Oeste.-

Arien abrazó a su amado mientras decía -Eso... es muy triste...- ý Belegnor respondió con la voz apesadumbrada -Es, es el golpe mejor dado de Morgoth a los hombres en esta guerra. Y lo peor…es que aun no saben que lo recibieron.

Luego agregó, mas compuesto -Aldariel, por una indiscreción, se enteró de nuestras sospechas.....malo hubiera sido que fueran incorrectas, después de todo lo sucedido.

Arien miraba a la nada, con los ojos húmedos -Pero siempre es peor que sean correctas. Porque entonces no hay esperanzas para ellos dos.- y de pronto empezaron a caérsele las lágrimas -Ella debe estar muy mal... el primer amor es muy importante para una mujer...-

Lo único que podía hacer Belegnor era abrazarla y consolarla con caricias. Se sentía totalmente incapaz de hacer nada útil en aquel momento. Los Elfos, como era sabido, podían morir de pena.

-Trata de no estar triste, no la estamos ayudando asi.....- Dijo el Bibliotecario, un poco para su amada y un poco para sí mismo

Ella se secó las lágrimas -Lo sé... lo siento, quizás es mejor que hayas llegado aquí antes- y preguntó -Pero ¿qué podemos hacer nosotros para ayudarla?- y luego -¿Lo sabe Bárbol?

-No lo sabe Barbol, y lo que es peor, no lo sabe Eldarion- replicó Belegnor,
-Esto es terrible...- Decía Arien mientras trataba de componerse -Hay que decírselo a Bárbol. Él será el único que pueda ayudarla –

Había algo más en lo inútil que se sentía Belegnor. En sus años en la biblioteca y con las armas, poco había experimentado acerca del amor, y menos aún imaginaba como sería para los hombres mortales. Aunque los respetaba y apreciaba mucho, y llegaba a admirar su iniciativa, Belegnor nunca se había sentido especialmente cercano a los hombres en naturaleza. Para él, ellos y los suyos eran un pueblo muy diferente.

-Yo, quizás yo no lo entiendo del todo, por eso quería que me ayudes con esto Arien...- Se atrevió a decir de repente -No tengo idea de estas cosas, se de historia, de leyendas, de lenguas, y de armas- de cosas del corazón, poco y nada, le faltó decir, pero expresó -He llegado a pensar que, siendo jovenes, sencillamente lo olvidarán cuando vean que es imposible...-

Terminó de decir, realmente despistado -Y tal vez por eso no he visto la gravedad del asunto...

Ella lo miró a los ojos y sentenció -No lo olvidarán Belegnor, ninguno de los dos si es como me has dicho-

Ahora era Belegnor el que miraba a la nada -Sabes? yo siempre supe que algo más que Sauron podia sucederle a la Tierra Media. Toda mi vida lo pensé. Por eso estudie tanto, sin descuidar el manejo de las armas. Por eso no me preocupé por nada más.- Dijo esto admitiendo indirectamente cuánto había tardado en darse cuenta de lo que ella sentía por él -Sabía que habia algo más que vendria. Estuve en las batallas de la 3era edad, pero sentí que no eran las mias.- Hizo una pausa y continuó -Y ahora, cuando llega, el enemigo golpea de un modo contra el que no tengo idea de cómo proteger ni protegerme.

Y luego siguió diciendo -Pensé en llevársela a la Reina Arwen, a ver si la tristeza de ambas podia mitigarse estando juntas....pero no se, estoy ciego en esta batalla. Y no se si sus protagonistas pueden pensarlo como una batalla. Aldariel dice que sí y yo se que es fuerte, y madura. Pero aun así temo que haga alguna tontería en algun momento.

Y luego le preguntó a Arien directamente -Tu crees que hay que decírselo a Barbol antes de que Aldariel llegue aqui y reclame la espada?

Y ella respondió -Creo que Bárbol debería saberlo, porque es el único que puede ayudarla ahora, es su padre, el que crió a Aldariel desde que era pequeña... Quizás él pueda darle consuelo- pero ni ella se lo creía demasiado -O al menos mitigar su dolor-

-Me acompañas a decírselo?- Le dijo el antiguo Bibliotecario

-Claro- Respondió Arien con una leve sonrisa

Instantes después, caminaban solos en el bosque, y Belegnor tuvo que preguntar

-Arien, no te ofendas de lo que voy a preguntarte, pero, por que te fijaste en mi? está claro por qué me gustaste, es fácil enamorarse de tu alegría, tu hermosura y la calmada pasión con la que vives la vida.....pero yo soy la persona menos romántica de toda la Tierra Media...

Ella rió -Porque siempre eres demasiado racional, deberías sentir más las cosas en vez de pensarlas- Pero agregó -Aunque supongo que eso fue algo que me gustó de ti… tu dedicación por recordar, escribir, conocer y entender las hazañas, las obras de nuestra gente…y ese mismo amor lo pones en todo lo que haces, aunque no lo notes….

-Supongo que todos expresamos nuestro amor de maneras particulares....- Dijo Belegnor con una suavidad en la voz muy rara en él.

-Quizás por eso Aeglos te eligió- Dijo ella sonriendo y abrazándose a su brazo

-….Aunque no tengamos ni remota idea de que estamos haciendo.- terminó de decir él, y se besaron

Ella lo agarró de la mano y siguieron caminando así tomados uno del otro. Él llevo su mano a la boca, besando la de Arien, y susurró –Gracias-


*****


Tardaron varias horas en llegar a la casa de Bárbol, que estaba en el centro del bosque; debían atravesar muchas zonas muy cargadas de vegetación, asique era inútil ir a caballo. Y el bosque era gigantesco. Era el cuarto día de Belegnor en Fangorn desde que había llegado.

Llegaron y golpearon la puerta. Bárbol no estaba en casa. De todos modos esperaron que los atendieran. Pero después de un rato largo se hizo evidente que nadie respondería. La casa no tenía puerta, solo unas lianas que cubrían la entrada, asique podían pasar y así lo hicieron. Luiniel ya no estaba allí, y de todos modos hacía bastantes horas que se había separado de su Capitana.

Al entrar, vieron detalles que Belegnor, de noche, no había notado antes. En las paredes había muchos árboles dibujados, y entre ellos se reconocían algunos Ents. Entre los árboles se veía, cada tanto, una figura humana. Los dibujos eran muy buenos, y mejoraban aún más los que parecían más recientes.

Arien dijo, mirando las figuras -Deben ser dibujos de Aldariel-, y de hecho, se notaba que la figura humana era la hija adoptiva de Bárbol.

Belegnor salió brevemente de la casa, y dijo -Tengo un poco de miedo de que nos estemos metiendo donde no debemos con contarle a Barbol, ella es adulta después de todo....puede notarlo como una intromision en su privacidad...

Arien insistió --Pero y si ella no le cuenta? cómo la va a ayudar él?

-Se va a enterar de todas maneras- Dijo Belegnor, pero recordó, y calló, que Aldariel estaba muda, asique de todos modos no podría contarlo ella, y dijo, aunque no totalmente convencido. -Está bien, es mejor así, además ellos tardan en decidir….- Y preguntó -Como lo llamamos?

-Lo esperamos?- Sugirió Arien

En ese momento se escuchó algo que se acercaba. Era grande. Y vieron a Bárbol que llegaba junto a otro Ent
-Señor Belegnor- Saludó Bárbol en Idioma Común, agachando la cabeza.

El otro Ent, de nombre Ramaviva, saludó también en Común, que evidentemente conocía.
-Pero bueno, pasen a mi casa, Belegnor y Arien la bella- Dijo el anciano Ent
-Gracias Bárbol- Dijo Arien con una sonrisa.
-¿Es verdad que vuelve Aldariel?- Preguntó Ramaviva
-Así es, en tres días habrá llegado, si no fallo mis cálculos……
-Eso es una muy alegre noticia- Respondio el Ent más joven -Ya la extrañábamos por aquí-
Y ambos se sentaron en la gigantesca mesa.
(se sienta en la mesa gigante)
-Ella trajo mucha alegría a este bosque y a este viejo Ent- Dijo Bárbol -Aunque siempre supe que algún día se iría...-

Y agregó con cierta melancolía --Como los hijos de los hombres cuando abandonan la casa de sus padres-

Belegnor se hizo de valor y habló -En realidad justamente veníamos a contarle algo sobre ella. Algo que le sucedio cuando ella fue con su gente, los hombres.-
-Y supongo por su expresión que no fue algo bueno...- se adelantó el Ent,

Belegnor se veía nervioso, como aquel acostumbrado a conocer a fondo el problema que trata y estar empeñado algo de lo que nada sabe, pero el Ent agregó -Siempre temí que eso pasara, hasta pensé en impedirle irse de aquí... pero no me pareció bien-
-Es complicado- Empezó Belegnor -Son dos noticias, que por separado serian magnificas....- y luego se fue acercando -Pero juntas son un poco tristes.-
Y Arien agregó -Quizás sea difícil de escuchar, pero creemos que usted es el único que podría ayudarla cuando llegue aquí- diciendo también -Usted es su padre, y la conoce más que nadie

Los Ents se entristecieron aún antes de escuchar la noticia y a Belegnor lo invadía la angustia mientras Bárbol dijo -Supongo que no hay remedio si la sombra la tocó... solo podremos aliviar su dolor

Pero el Elfo se compuso y habló -Sabrá, por lo que hablamos ayer cuando vinimos con nuestra capitana a ver la espada de Aldariel, que es posible que ella sea la princesa perdida del Reino Reunido-

Y respondió el Ent -Sí, jamás creí que el rey hubiera perdido su espada y menos que fuera esta, si lo hubiera sabido habría sospechado eso también- y luego habló como recordando -Aldariel siempre me preguntó por sus padres, se alegrará al saber que los encontró-

Belegnor siguió, según su costumbre, haciendo énfasis en las buenas noticias -Y para sus padres y para el pueblo de sus padres puede ser la alegría que haga la diferencia entre la victoria y la derrota en la guerra que viene, sin exagerar para nada.-

-La Reina Arwen no ha vuelto a sonreir desde que perdio a su hija- Dijo Arien

-Eso sí lo había escuchado... pero jamás pensé que fuera Aldariel, o yo mismo la hubiera llevado a Minas Tirith- Expresó Bárbol

-Nadie que no conociera a Narsil podia saberlo, no es su culpa.- Dijo Belegnor, y luego fue tratando de ir directamente al asunto -Pero lo realmente malo es lo siguente: los reyes tienen 2 hijos mas, el príncipe Eldarion y la princesa Earwen. Ellos creian y aun creen, porque no podía compartirles lo que fue solo una sospecha, que su hermana está muerta, y que Aldariel es, sencillamente, la hija del Señor de los Pastores de Arboles. Como tal se presento en Arnor.- dijo, y añadió -Muerta o presa de Morgoth, es lo mismo-
-¿Muerta?- preguntó Ramaviva
-Eso pensaban y eso piensan. Nadie sabe que Aldariel es Luthien- aclaró Belegnor -Es algo que yo sospeché en el camino hacia aquí. No es algo de público conocimiento, es mas es algo que aún ahora podría no ser así, yo no estaré del todo seguro hasta que Aldariel no hable con Arwen,

Y Barbol señaló -Pero si hay una enorme posibilidad de que ella sea la princesa tenemos que avisarle a la reina ahora

-Asi es, en cuanto ella lo disponga, partiremos a Minas Tirith.- Dijo Belegnor
-Está bien, supongo que ella querrá conocer a sus padres como siempre deseó- Dijo Bárbol -Pero... ahora me pregunto cuál es la noticia desagradable de la que hablaba- y agregó -Esa que le preocupa a ambos-

Bárbol miró a los dos Elfos y aún dijo -Veo en sus ojos una tristeza que solo puede significar desgracia-

Belegnor no dio más rodeos, pero era difícil -Pues....- empezó -Sucedio que Aldariel y el que creemos es su hermano, el principe Eldarion,.....- siguió el Elfo -Sin saber quienes eran cada uno...- y al fin -Se conocieron, y se han enamorado mutuamente-

Belegnor iba a agregar aquello de que eso era la evidente consecuencia de un accionar de Morgoth, Pero Bárbol se levantó, e imponente, se acercó lentamente a la pared, poniendo la mano sobre el dibujo y se quedó pensativo unos instantes, en los cuales Belegnor juzgó innecesario decir más. Ramaviva parecía que estaba llorando, pero los Elfos no podían decirlo porque jamás habían visto llorar a un Ent.

Por su parte, Arien ya estaba llorando de nuevo, y Belegnor la abrazaba, con un rostro pétreo ante la desgracia que recordaba al de su Capitana.

-Conozco a este enemigo, Señor Belegnor- dijo el Ent adelantándose a los pensamientos de su interlocutor - Quizás mejor que cualquier otro ser que habite hoy la Tierra Media-

Belegnor dijo respetuosamente -Sin dudas, usted lo vio en su cuerpo de Vala, en su oscura majestad, antes de la humillación de su derrota por los Señores de Occidente-

Pero el Ent se había quedado pensativo, mirando y tocando el dibujo.

-Él tendrá su fin algún día, ya fue predestinado. Y cuando ese fin llegue yo también estaré ahí para verlo, como lo vi venir aquí exiliado...- Dijo el Pastor de Árboles -Sin embargo... esto es algo que no puedo perdonarle...- La furia crecía en el Ent, al punto que se notaba aunque sus palabras seguían siendo dulces y pausadas. Era una furia primaria, desprovista de pasión oscura, como la de la selva que vuelve a invadir un poblado abandonado que los hombres le habían ganado a golpes de hacha.
-Ramaviva- Dijo de pronto Bárbol
-Sí señor- Respondió el interpelado
-Reune a todos los Ents, volveremos a reunirnos en la Camara- Dijo el Ent mayor.
-Lo haré señor, trataré de despertar a los que están durmiéndose- respondió Ramaviva, se incorporó y se retiró, a paso algo mas rápido del que habían usado para llegar.
Belegnor recordó -Una de las razones por las que Aldariel venia era para que ustedes despertaran- agregando -Eso dijo-

Una vez el Ent más joven los hubo dejado, Belegnor quiso agregar -Señor Bárbol, hay algo que quisiera agregar con respecto a las decisiones que puedan tomar, algo que le dije a Aldariel cuando dijo de venir aquí...-
-No pretendo aconsejar a alguien que me supera diez veces en edad y cien veces en sabiduria, pero quiero expresar algo que usted probablemente ya sepa...- Siguió el Elfo
-Esta guerra de Morgoth a actuado de una manera nunca vista en 6000 años, ha destruido bosques completos y esta transformando la tierra media en un gran Mordor......- Relató Belegnor
-Cuando esta guerra termine, necesitaremos a alguien que pastoree a los arboles y haga crecer de nuevo los bosques.- Dijo por fin el Elfo, añadiendo -Sin eso, nuestra victoria estaría vacua. Por eso, decidan lo que decidan, sepan que los necesitamos vivos...-
-Y de qué serviría que los bosques vuelvan a crecer si ya no habría nadie para recorrerlos- Pensó Bárbol en voz alta
-No digo que no actúen, y sé perfectamente de lo que son capaces cuando se enfurecen. Digo que ambas cosas son necesarias. Si perdemos, no habrá Tierra Media de que preocuparnos. Pero si ganamos, tendremos que hacerla de nuevo, desde las cenizas....- Insistió el Elfo Oscuro
-Hablas con sabias palabras- Reconoció Bárbol -Quizás no todo podamos ir esta vez...- Y luego el Ent habló con determinación terrible -Pero algunos irán, Ramaviva, y yo, y muchos otros….-

Luego agregó, con creciente furia, esa furia extraña que no aumentaba en caudal ni velocidad, sino en profundidad -Este golpe no ha sido solo a los hombres, ha sido también a los Ents-

Bárbol volvió a mirar el dibujo, y dijo a los Elfos -Así es como imaginó Aldariel a Fimbretil, y debo decir que es casi igual a como la recordaba cuando se la describí...- Belegnor miró un dibujo, donde aparecía una mujer-Ent, la amada de Bárbol antes de que ellas se fuera -Ella siempre me dijo que ojalá algún día pudiera amar a alguien como yo amé a Fimbretil...-

Entonces el Ent abandonó totalmente el tono bajo en la voz y dijo sonoramente -Mañana comenzará la Cámara de los Ents, nos reuniremos y decidiremos que haremos a partir de ahora con Morgoth- y agregó -Sea cual sea la maldición que puso sobre ella, lo va a pagar- La Furia ahora se notaba en cada una de sus palabras.

Belegnor dijo algo más -Con todo respeto, señor Barbol, no sabemos si es ella la que esta maldita. Aunque la maldicion la ha alcanzado.....un amigo mio, muy sabio, herrero de nombre Dormin, cree que el que puede estar maldito es Eldarion-

Y Bárbol le dijo, ya de espaldas -El príncipe... quizás así sea... pero la maldición la alcanzó también a ella y eso no voy a perdonárselo-
-Asi debe ser....- Dijo al fin Belegnor, mientras miró a Arien, a quien tenía en brazos, a ver cómo estaba, ya que se había quedado callada; y le dijo en un susurro -perdona mi torpeza, no tengo palabras para aliviar esto-


-Ahora tendré que ir a despertar a algunos ents que no han vuelto a moverse desde que Aldariel se fue- Dijo Bárbol antes de irse.

-Sí, cuanto antes mejor- Respondió Belegnor, y le dijo a Arien por lo bajo -Volvamos.-

Arien, más compuesta, dijo a Belegnor -Estoy bien, no te preocupes- y luego dijo en voz más alta -Señor Barbol, si me necesita para lo que sea, estoy viviendo aqui en su bosque-

Y Belegnor agregó -Ahora, deberiamos retirarnos y dejarlo con sus quehaceres-

El anciano Ent agradeció a ambos, y se retiró.


(escribió Patanikus - Roleado on line con Helcawen)

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